\id JDG \ide UTF-8 \h Jueces \toc3 Jue \toc2 Jueces \toc1 Jueces \mt Jueces \c 1 \p \v 1 Después de la muerte de Josué, aconteció que los hijos de Israel consultaron a \nd Yavé\nd*: ¿Quién de nosotros subirá primero a combatir contra los cananeos? \p \v 2 \nd Yavé\nd* dijo: \wj Judá subirá. Ciertamente Yo entregué la tierra en su mano.\wj* \p \v 3 Judá dijo a su hermano Simeón: Sube conmigo al territorio que se me adjudicó por sorteo, para que luchemos contra los cananeos. Yo también iré contigo al territorio que te corresponde. Y Simeón fue con él. \p \v 4 Judá subió, y \nd Yavé\nd* entregó a los cananeos y a los ferezeos en su mano, y mataron a 10.000 hombres en Bezec. \v 5 En Bezec encontraron a Adoni-bezec y lucharon contra él. Derrotaron a los cananeos y a los ferezeos. \v 6 Adoni-bezec huyó. Lo persiguieron, lo detuvieron y le cortaron los pulgares de sus manos y sus pies. \p \v 7 Entonces Adoni-bezec dijo: 70 reyes, a quienes corté los pulgares de sus manos y sus pies, recogían migajas debajo de mi mesa. ¡Como hice yo, así me hizo \nd ʼElohim\nd*! Lo llevaron a Jerusalén, y murió allí. \p \v 8 Luego los hijos de Judá lucharon contra Jerusalén y la capturaron. La pasaron a filo de espada y le pusieron fuego. \p \v 9 Después los hijos de Judá bajaron para luchar contra los cananeos que vivían en la región montañosa, en el Neguev y la Sefela. \v 10 Luego Judá marchó contra los cananeos que vivían en Hebrón, antes conocida como Quiriat-arba, y mataron a Sesay, Ahimán y Talmay. \v 11 De allí marchó contra los habitantes de Debir, antes conocida como Quiriat-sefer. \p \v 12 Entonces Caleb dijo: Al que ataque y conquiste a Quiriat-sefer, le daré a mi hija Acsa como esposa. \v 13 Otoniel, hijo de Cenez, hermano menor de Caleb la conquistó, y él le dio a su hija Acsa como esposa. \p \v 14 Aconteció que cuando ella se iba con él, la incitó a que pidiera a su padre un campo. Ella desmontó del asno. Y Caleb le preguntó: ¿Qué deseas? \p \v 15 Y le respondió: Dame una bendición. Ya que me diste tierra de sequedales, dame también fuentes de agua. Y Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo. \p \v 16 Entonces los hijos del ceneo, suegro de Moisés, subieron con los hijos de Judá, de la ciudad de las Palmas al desierto de Judá, que está al sur de Arad. Fueron a vivir con el pueblo. \p \v 17 Luego Judá prosiguió con su hermano Simeón, atacaron a los cananeos que vivían en Sefat y la destruyeron. Llamaron a la ciudad Horma. \v 18 Judá también conquistó Gaza, Ascalón y Ecrón con sus territorios. \p \v 19 \nd Yavé\nd* estaba con Judá, y tomó posesión de la región montañosa. Pero no pudieron echar a los habitantes del valle, porque ellos tenían carruajes de hierro. \v 20 Dieron Hebrón a Caleb, tal como Moisés habló, y él expulsó de allí a los tres hijos de Anac. \v 21 Pero los hijos de Benjamín no echaron a los jebuseos que vivían en Jerusalén, así que los jebuseos vivieron en Jerusalén con los hijos de Benjamín hasta hoy. \p \v 22 De igual manera la familia de José subió contra Bet-ʼEl, y \nd Yavé\nd* estuvo con ellos. \v 23 La familia de José envió hombres a espiar Bet-ʼEl, antes llamada Luz. \v 24 Los espías vieron a un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: Muéstranos ahora la entrada de la ciudad, y haremos misericordia contigo. \v 25 El les mostró la entrada de la ciudad, y la pasaron a filo de espada, pero dejaron libre a aquel hombre con toda su familia. \v 26 El hombre fue a la tierra de los heteos, y edificó una ciudad que llamó Luz, el cual es su nombre hasta hoy. \p \v 27 Pero Manasés no tomó posesión de Bet-seán ni Taanac ni sus aldeas, ni de los habitantes y las aldeas de Dor, Ibleam ni Meguido. Los cananeos persistieron en vivir en esa tierra. \v 28 Sucedió que, cuando Israel fue fuerte, ellos sometieron a los cananeos a trabajo forzado, pero no quisieron echarlo completamente. \p \v 29 Efraín tampoco echó a los cananeos que vivían en Gezer. Los cananeos vivieron en medio de ellos en Gezer. \v 30 Tampoco Zabulón echó a los que vivían en Quitrón, ni a los de Naalol. Los cananeos vivieron en medio de ellos y fueron sometidos a trabajo forzado. \v 31 Tampoco Aser echó a los que vivían en Aco, ni a los de Sidón, Ahlab, Aczib, Helba, Afec y Rehob. \v 32 Aser vivió en medio de los cananeos que vivían en la tierra, porque no los echaron. \v 33 Neftalí tampoco echó a los que vivían en Bet-Semes y en Bet-anat, sino vivió en medio de los cananeos que vivían en la tierra. Los habitantes de Bet-semes y de Bet-anat fueron sometidos a trabajo forzado. \v 34 Los amorreos forzaron a los hijos de Dan hacia la región montañosa y no los dejaron bajar al valle. \p \v 35 Los amorreos persistieron en vivir en la montaña Heres, Ajalón y Saalbín, pero cuando la familia de José fue fuerte aquéllos fueron sometidos a trabajos forzados. \v 36 El límite de los amorreos iba desde la subida de Acrabim, desde Sela hacia arriba. \c 2 \s1 Muerte de Josué \p \v 1 Entonces el Ángel de \nd Yavé\nd* subió de Gilgal a Bohim y dijo: \wj Yo los saqué de Egipto, los introduje en la tierra que juré a sus antepasados y dije: Nunca quebrantaré mi Pacto con ustedes.\wj* \v 2 \wj Pero ustedes no harán pacto con los habitantes de esta tierra y derribarán sus altares. Sin embargo, no me obedecieron. ¿Qué es esto que hicieron?\wj* \v 3 \wj Por lo cual dije: No los echaré de delante de ustedes, pero ellos serán espinas en su costado, y sus divinidades serán una trampa para ustedes.\wj* \p \v 4 Cuando el Ángel de \nd Yavé\nd* habló estas Palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró. \p \v 5 Llamaron aquel lugar Bohim. Allí ofrecieron sacrificios a \nd Yavé\nd*. \v 6 Cuando Josué despidió al pueblo, cada uno de los hijos de Israel salió a poseer su heredad. \v 7 El pueblo sirvió a \nd Yavé\nd* todos los días de Josué y todos los días de los ancianos que sobrevivieron a Josué, quienes vieron todas las grandes obras de \nd Yavé\nd* cumplidas a favor de Israel. \p \v 8 Josué, hijo de Nun, esclavo de \nd Yavé\nd*, murió cuando tenía 110 años. \v 9 Lo sepultaron en el territorio de su heredad en Timnat-sera, en la región montañosa de Efraín, al norte de la montaña Gaas. \s1 Quebrantamiento del Pacto \p \v 10 Toda aquella generación también fue reunida a sus antepasados. Pero después de ellos se levantó otra generación que no conocía a \nd Yavé\nd*, ni las obras que Él hizo a favor de Israel. \v 11 Entonces los hijos de Israel hicieron lo malo delante de \nd Yavé\nd*, y sirvieron a los baales. \v 12 Abandonaron a \nd Yavé\nd*, el \nd ʼElohim\nd* de sus antepasados, Quien los sacó de la tierra de Egipto. Siguieron a otras divinidades de los pueblos que estaban alrededor de ellos y se postraron ante ellas. De esta manera provocaron a ira a \nd Yavé\nd*. \v 13 Abandonaron a \nd Yavé\nd* y sirvieron a baal y a Astarot. \v 14 Por eso la ira de \nd Yavé\nd* se encendió contra Israel y los entregó en manos de salteadores que los despojaron. Los vendió en manos de sus enemigos de alrededor, de tal modo que ya no pudieron hacer frente a sus enemigos. \v 15 Por dondequiera que salían, la mano de \nd Yavé\nd* estaba contra ellos para mal, como \nd Yavé\nd* habló y les juró. De manera que estaban severamente afligidos. \p \v 16 Entonces \nd Yavé\nd* levantó jueces que los libraban de las manos de sus saqueadores. \v 17 Pero tampoco escucharon a sus jueces. Se prostituyeron tras otras divinidades y se postraban ante ellas. Pronto se desviaron del camino en el cual anduvieron sus antepasados cuando obedecían los Mandamientos de \nd Yavé\nd*. Éstos no lo hicieron así. \v 18 Cuando \nd Yavé\nd* les levantaba jueces, Él estaba con el juez y los libraba de mano de sus enemigos todos los días de aquel juez, porque \nd Yavé\nd* era movido a compasión por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. \v 19 Pero acontecía que cuando moría aquel juez, ellos se volvían atrás y actuaban con más corrupción que sus antepasados, pues seguían a otros \tl ʼelohim\tl* para servirles y postrarse ante ellos. No abandonaban sus prácticas ni su obstinado camino. \p \v 20 Entonces la ira de \nd Yavé\nd* se encendió contra Israel y dijo: \wj Por cuanto esta nación transgredió mi Pacto que ordené a sus antepasados y no obedece mi voz,\wj* \v 21 \wj Yo tampoco volveré a echar de delante de ellos algún hombre de aquellas naciones que Josué dejó cuando murió,\wj* \v 22 \wj a fin de probar a Israel por medio de ellas, si guardarían o no mis caminos, para andar en ellos como los guardaron sus antepasados.\wj* \p \v 23 Por esto \nd Yavé\nd* dejó aquellas naciones. No las echó de una vez y no las entregó en mano de Josué. \c 3 \p \v 1 Estas son las naciones que \nd Yavé\nd* dejó para probar con ellas a todos los que no experimentaron alguna de las guerras de Canaán, \v 2 solo para que las generaciones de los hijos de Israel conocieran la guerra y la enseñaran a los que no la experimentaron antes: \v 3 los cinco jefes filisteos, los cananeos, sidonios y heteos, quienes vivían en la región montañosa del Líbano, desde la montaña Baal-hermón hasta Lebo-hamat. \v 4 Quedaron para probar a Israel, a fin de saber si obedecerían los Mandamientos de \nd Yavé\nd* que Él ordenó a sus antepasados por medio de Moisés. \p \v 5 Por tanto los hijos de Israel vivieron en medio de los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. \v 6 Tomaron sus hijas como esposas, dieron sus hijas a los hijos de ellos y sirvieron a sus divinidades. \p \v 7 Los hijos de Israel hicieron lo malo ante \nd Yavé\nd*, pues olvidaron a \nd Yavé\nd* su \nd ʼElohim\nd* y sirvieron a los baales y a \add los símbolos\add* de Asera. \v 8 Por tanto la ira de \nd Yavé\nd* se encendió contra Israel y los entregó en manos de Cusán-risataim, rey de Mesopotamia. Y los hijos de Israel sirvieron a Cusán-risataim ocho años. \s1 Otoniel, el primer juez \p \v 9 Entonces los hijos de Israel clamaron a \nd Yavé\nd*, y \nd Yavé\nd* levantó un libertador para los hijos de Israel que los libró: a Otoniel, hijo de Cenez, hermano menor de Caleb. \v 10 El Espíritu de \nd Yavé\nd* vino sobre él, y juzgó a Israel. Salió a la guerra, y \nd Yavé\nd* entregó en su mano a Cusán-risataim, rey de Mesopotamia. Su mano prevaleció contra Cusán-risataim. \v 11 La tierra reposó 40 años, y murió Otoniel, hijo de Cenez. \s1 Los jueces Ehud y Samgar \p \v 12 Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante \nd Yavé\nd*, y Él fortaleció a Eglón, rey de Moab, contra Israel porque hicieron lo malo delante de \nd Yavé\nd*. \v 13 Reunió consigo a los hijos de Amón y de Amalec, atacó a Israel y conquistaron la ciudad de las Palmeras. \v 14 Los hijos de Israel sirvieron a Eglón, rey de Moab, 18 años. \p \v 15 Pero cuando los hijos de Israel clamaron a \nd Yavé\nd*, Él les levantó un libertador: Ehud, hijo de Gera, benjaminita, un hombre zurdo, por medio de quien los hijos de Israel enviaron un presente a Eglón, rey de Moab. \v 16 Ehud se hizo un puñal de dos filos de 45 centímetros de largo y lo ató a su cintura debajo de sus ropas por el lado derecho. \v 17 Le entregó el presente a Eglón, rey de Moab, quien era un hombre muy obeso. \v 18 Aconteció que, cuando terminó de ofrecer el presente, despidió a la gente que lo llevó. \v 19 Pero él regresó desde los ídolos que estaban en Gilgal, y dijo: Oh rey, tengo un mensaje secreto para ti. Y él dijo: ¡Guarden silencio! Todos los que lo atendían salieron. \p \v 20 Entonces Ehud fue a él cuando estaba sentado solo en su sala de verano. Y Ehud dijo: Tengo un mensaje de \nd ʼElohim\nd* para ti. Y él se levantó de su trono. \v 21 Entonces Ehud alargó su mano izquierda, tomó el puñal de su muslo derecho y se lo hundió en el vientre. \v 22 La empuñadura entró tras la hoja, y la grasa se cerró tras ella. Ehud no sacó el puñal de su vientre, y se le salieron los excrementos. \v 23 Cerró y trancó las puertas de la sala tras él y salió al corredor. \p \v 24 Cuando salió, llegaron los esclavos del rey. Pero al ver las puertas de la sala trancadas, dijeron: Probablemente está atendiendo sus necesidades en la cámara fresca. \v 25 Esperaron impacientemente hasta quedar desconcertados. Como él no abría las puertas de la sala, tomaron la llave y abrieron, y ¡ahí estaba su \tl ʼadón\tl* caído en tierra, muerto! \p \v 26 Pero mientras ellos se demoraron, Ehud escapó, pasó más allá de los ídolos y se colocó a salvo en Seirat. \v 27 Aconteció que cuando entró, resonó la corneta en la región montañosa de Efraín, y los hijos de Israel bajaron con él de la región montañosa. \p Él iba al frente de ellos \v 28 y les dijo: ¡Síganme, porque \nd Yavé\nd* entregó a sus enemigos, los moabitas, en su mano! Bajaron tras él, tomaron los vados del Jordán hacia Moab y no dejaron pasar a ninguno. \v 29 En aquel tiempo mataron como 10.000 hombres de los moabitas, todos hombres robustos y valientes. Ninguno escapó. \v 30 Así Moab fue subyugado aquel día bajo la mano de Israel. Y la tierra reposó 80 años. \p \v 31 Después de \add Ehud\add*, Samgar, hijo de Anat, fue \add juez\add*. Mató a 600 filisteos con una quijada de buey. Él también libró a Israel. \c 4 \s1 Los jueces Débora y Barac \p \v 1 Pero después que murió Ehud, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo delante de \nd Yavé\nd*. \v 2 \nd Yavé\nd* los entregó en mano de Jabín, rey de Canaán, quien reinaba en Hazor. El comandante de su ejército era Sísara, quien vivía en Haroset-goim. \v 3 Entonces los hijos de Israel clamaron a \nd Yavé\nd*, porque aquél tenía 900 carruajes de hierro. Durante 20 años oprimió con crueldad a los hijos de Israel. \p \v 4 En ese tiempo Débora, una profetisa, esposa de Lapidot, juzgaba en Israel. \v 5 Acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-ʼEl, en la región montañosa de Efraín, y los hijos de Israel acudían a ella para que los juzgara. \p \v 6 Ella mandó a llamar a Barac, hijo de Abinoam, de Cedes-neftalí, y le dijo: Mira, \nd Yavé\nd*, el \nd ʼElohim\nd* de Israel, mandó: \wj Vé y marcha hacia la montaña Tabor. Toma contigo 10.000 hombres de los hijos de Neftalí y de los de Zabulón.\wj* \v 7 \wj Yo atraeré a Sísara, jefe del ejército de Jabín, con sus carruajes y su multitud al arroyo de Cisón y lo entregaré en tu mano.\wj* \p \v 8 Entonces Barac le respondió: Si tú vas conmigo, yo iré. Pero no iré si tú no vas conmigo. \p \v 9 Y ella contestó: Ciertamente iré contigo, pero la gloria de la jornada que emprendes no será tuya, porque \nd Yavé\nd* entregará a Sísara en las manos de una mujer. Débora se levantó y fue con Barac a Cedes. \v 10 Barac convocó a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y subió con 10.000 hombres que siguieron sus pasos. Débora subió con él. \p \v 11 Ahora bien, Heber, el ceneo, se había separado de los ceneos descendientes de Hobab, suegro de Moisés, y desplegó sus tiendas hasta el robledal de Zanaim, que está junto a Cedes. \p \v 12 Se le informó a Sísara que Barac, hijo de Abinoam, subió a la montaña Tabor. \v 13 Sísara reunió todos sus carruajes, 900 carruajes de hierro, y a todo el pueblo que estaba con él, desde Haroset-goim hasta el arroyo de Cisón. \p \v 14 Entonces Débora dijo a Barac: ¡Levántate, porque este es el día cuando \nd Yavé\nd* entregó a Sísara en tu mano! ¿No salió \nd Yavé\nd* delante de ti? Y Barac bajó de la montaña Tabor con 10.000 hombres detrás de él. \v 15 \nd Yavé\nd* destrozó a Sísara con todos sus carruajes y todo su ejército a filo de espada delante de Barac. Y Sísara, después de bajarse del carruaje, huyó a pie. \p \v 16 Pero Barac persiguió los carruajes y al ejército hasta Haroset-goim. Todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno. \v 17 Sísara huyó a pie hasta la tienda de Jael, esposa de Heber ceneo, porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber ceneo. \p \v 18 Jael salió al encuentro de Sísara y le dijo: ¡Entra, \tl ʼadón\tl* mío, entra aquí, no temas! Entonces él entró en la tienda de ella, y ella lo cubrió con una manta. \p \v 19 Y él le dijo: Dame, te ruego, un poco de agua porque tengo sed. Ella entonces abrió un odre de leche, le dio de beber y lo volvió a cubrir. \p \v 20 Y él le dijo: Quédate en la entrada de la tienda. Si alguno viene y te pregunta: ¿Hay alguien aquí? Tú le responderás que no. \p \v 21 Pero Jael, esposa de Heber, tomó una estaca de la tienda y tomó un mazo, fue calladamente hacia él. Le clavó la estaca en la sien, la cual penetró hasta la tierra, pues él estaba cansado y dormía profundamente. Y así murió. \p \v 22 Ciertamente ahí venía Barac y perseguía a Sísara. Jael salió a recibirlo y le dijo: Ven, te mostraré al hombre que buscas. Y él entró con ella, y ahí estaba Sísara muerto con la estaca en la sien. \p \v 23 Así \nd ʼElohim\nd* sometió aquel día a Jabín, rey de Canaán, ante los hijos de Israel. \v 24 La mano de los hijos de Israel presionó más y más pesadamente contra Jabín, rey de Canaán, hasta que acabaron de destruirlo. \c 5 \s1 Canto de Débora y Barac \p \v 1 Aquel día Débora y Barac, hijo de Abinoam, elevaron este cántico: \q \v 2 Por tomar el mando los caudillos en Israel, \q Porque voluntariamente se ofreció el pueblo, \q ¡Bendigan a \nd Yavé\nd*! \q \v 3 ¡Oigan, oh reyes, escuchen nobles, \q Porque cantaré, cantaré a \nd Yavé\nd*! \q ¡Cantaré salmos a \nd Yavé\nd*, al \nd ʼElohim\nd* de Israel! \q \v 4 Cuando saliste de Seír, oh \nd Yavé\nd*, \q Cuando marchaste desde el campo de Edom, \q La tierra tembló, los cielos destilaron, \q Y las nubes gotearon agua. \q \v 5 Temblaron las montañas delante de \nd Yavé\nd*, \q Aquella Sinaí, ante \nd Yavé, ʼElohim\nd* de Israel. \q \v 6 En los días de Samgar, hijo de Anat, \q En los días de Jael, \q Los caminos estaban solitarios \q Y los viajeros iban por senderos desviados. \q \v 7 Vacías en Israel quedaron las aldeas \q Hasta que te levantaste, Débora. \q ¡Te levantaste, oh madre de Israel! \q \v 8 Cuando escogían nuevos \tl ʼelohim,\tl* \q La guerra estaba a las puertas. \q ¿Se veía escudo y lanza \q Entre 40.000 en Israel? \q \v 9 ¡Mi corazón está con los jefes de Israel, \q Con los voluntarios del pueblo! \q ¡Bendigan a \nd Yavé\nd*! \q \v 10 Ustedes, los que montan asnas blancas, \q Los que presiden en juicio, \q Y los que van por el camino. \q \v 11 Al clamor de los repartidores \q En los abrevaderos, \q Donde se cantan los triunfos de \nd Yavé\nd*, \q Los triunfos de los aldeanos de Israel. \q Entonces el pueblo de \nd Yavé\nd* \q Bajará a las puertas. \q \v 12 ¡Despierta, despierta, Débora! \q ¡Despierta, despierta, \q Eleva un cántico! \q ¡Levántate, Barac! \q ¡Toma a tus cautivos, oh hijo de Abinoam! \q \v 13 ¡Entonces bajaron los sobrevivientes! \q ¡El pueblo contra los nobles! \q \v 14 ¡\nd Yavé\nd* descendió por mí contra los poderosos! \q De Efraín bajaron aquéllos \q Cuya raíz es Amalec. \q Te siguió Benjamín con sus gentes. \q De Maquir bajaron los comandantes, \q Y de Zabulón los que tienen \q El bastón de mando. \q \v 15 Los jefes de Isacar fueron con Débora. \q Así como Barac, \q También Isacar fue llevado tras él al valle. \q En las familias de Rubén hubo grandes decisiones del corazón. \q \v 16 ¿Por qué te quedaste en los rediles \q Y escuchabas las flautas de los rebaños? \q Largas fueron las investigaciones del corazón en las familias de Rubén, \q \v 17 Mientras Galaad reposa al otro lado del Jordán, \q ¿Por qué se demora Dan en las naves, \q Y Aser se detiene en la costa del mar, \q Y en sus puertos se queda tranquilo? \q \v 18 Zabulón, pueblo que expuso su vida hasta la muerte, \q Como Neftalí en las alturas del campo. \q \v 19 Los reyes vinieron y combatieron \add contra\add* reyes. \q Entonces pelearon los reyes de Canaán en Tanac \q Junto a las aguas de Meguido, \q Pero no tomaron despojos de plata, \q \v 20 Pues desde los cielos pelearon las estrellas. \q Desde sus órbitas combatieron contra Sísara. \q \v 21 El arroyo de Cisón los arrastró, \q Arroyo antiguo, arroyo de Cisón. \q Marcha con fuerza, ¡oh alma mía! \q \v 22 Entonces resonaron los cascos de corceles, \q El continuo galopar de sus caballos. \q \v 23 \wj ¡Maldigan a Meroz!\wj* dice el Ángel de \nd Yavé\nd*. \q \wj Maldigan severamente a sus habitantes,\wj* \q \wj Porque no llegaron a la ayuda de \+nd Yavé\+nd*,\wj* \q \wj A ayudar a \+nd Yavé\+nd* contra los valientes.\wj* \q \v 24 ¡La más bendecida entre las mujeres es Jael, \q La esposa de Heber ceneo, \q La más bendita entre las mujeres en la tienda! \q \v 25 Pidió agua, y le dio leche. \q En magnífico tazón le sirvió cuajada. \q \v 26 Extendió su mano a la estaca, \q Y su mano derecha al mazo de artesano. \q A Sísara mató, machacó su cabeza. \q Le quebró y atravesó su sien. \q \v 27 A los pies de ella se encorvó. \q Cayó, quedó tendido. \q \v 28 La madre de Sísara se asoma a la ventana, \q Y clama por entre las celosías: \q ¿Por qué tarda en llegar su carruaje? \q ¿Por qué se detienen las ruedas de sus carruajes? \q \v 29 Las más sabias de sus damas le responden, \q Y aun ella se repite las palabras: \q \v 30 ¿Ya agarran el botín y lo reparten? \q Una doncella o dos por cada guerrero, \q Botín de colores para Sísara, \q Recamados y bordados para mi cuello. \q ¡Gran botín! \q \v 31 ¡Así perezcan todos tus enemigos, oh \nd Yavé\nd*! \q ¡Los que te aman sean como el sol \q Cuando sale en su fuerza! Y la tierra reposó 40 años. \c 6 \s1 El juez Gedeón \p \v 1 Pero los hijos de Israel hicieron lo malo delante de \nd Yavé\nd*, y \nd Yavé\nd* los entregó en las manos de Madián siete años. \v 2 La mano de Madián prevaleció contra Israel. Por causa de los madianitas, los hijos de Israel hicieron para ellos mismos las guaridas, las cuevas y los sitios fortificados que están en las montañas. \v 3 Pues sucedía que cuando Israel sembraba, los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente subían contra ellos. \v 4 Acampaban frente a ellos y destruían el fruto de la tierra hasta llegar a Gaza. No dejaban comida para Israel, ni oveja, ni buey, ni asno, \v 5 porque llegaban con sus ganados y sus tiendas, y entraban como una multitud de langostas. Tanto ellos como sus camellos eran incontables. Entraban en la tierra para devastarla. \v 6 De este modo Israel empobrecía muchísimo a causa de Madián. Entonces los hijos de Israel clamaron a \nd Yavé\nd*. \p \v 7 Sucedió que cuando los hijos de Israel clamaron a \nd Yavé\nd* a causa de Madián, \v 8 \nd Yavé\nd* envió a los hijos de Israel un varón profeta, quien les dijo: \nd Yavé\nd*, el \nd ʼElohim\nd* de Israel, dice: \wj Yo los levanté de Egipto y los saqué de la casa de esclavitud.\wj* \v 9 \wj Los libré de la mano de los egipcios y de todos sus opresores, a quienes eché de delante de ustedes, y les di la tierra de ellos.\wj* \v 10 \wj Y les dije: Yo soy \+nd Yavé\+nd* su \+nd ʼElohim\+nd*. No teman a los \+tl ʼelohim\+tl* de los amorreos en cuya tierra viven. Pero no obedecieron a mi voz.\wj* \p \v 11 Entonces el Ángel de \nd Yavé\nd* llegó y se sentó bajo el roble que está en Ofra, que era de Joás, el abiezerita. Su hijo Gedeón estaba en el lagar y sacudía el trigo para esconderlo de los madianitas. \v 12 Se le apareció el Ángel de \nd Yavé\nd* y le dijo: \wj ¡\+nd Yavé\+nd* está contigo, valiente guerrero!\wj* \p \v 13 Gedeón le respondió: ¡Oh, \nd Adón\nd* mío! Si \nd Yavé\nd* está con nosotros, ¿por qué entonces nos sucedió todo esto? ¿Dónde están todas sus maravillas que nos contaron nuestros antepasados? Dijeron: ¿No nos sacó \nd Yavé\nd* de Egipto? Pero ahora \nd Yavé\nd* nos desechó y nos entregó en las manos de los madianitas. \p \v 14 \nd Yavé\nd* lo miró y le dijo: \wj Vé con tu fuerza y libra a Israel de la mano de Madián. ¿No te envié Yo?\wj* \p \v 15 Y él le dijo: ¡Ay, \nd ʼAdonay\nd* mío! ¿Cómo libraré a Israel? Mire, mi familia es pobre en Manasés, y yo, el menor en la casa de mi padre. \p \v 16 Pero \nd Yavé\nd* le dijo: \wj Ciertamente Yo estaré contigo. Tú derrotarás a Madián como un solo hombre. \wj* \p \v 17 Y él le respondió: Si hallé gracia delante de Ti, dame una señal de que eres Tú Quien hablas conmigo. \v 18 Te ruego que no te vayas de aquí hasta que yo regrese a Ti, saque mi ofrenda y la ponga delante de Ti. Y Él dijo: \wj Yo me quedaré hasta cuando regreses tú. \wj* \p \v 19 Entonces Gedeón entró y preparó un cabrito y una medida de 22 litros de harina de Panes sin Levadura. Luego puso la carne en una canasta y el caldo en una olla. Los sacó y se los ofreció bajo el roble. \p \v 20 El Ángel de \nd ʼElohim\nd* le dijo: \wj Toma la carne y los Panes sin Levadura y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo sobre ellos.\wj* Y él lo hizo así. \v 21 Entonces el Ángel de \nd Yavé\nd* extendió el cayado que tenía en su mano. La punta tocó la carne y los panes sin levadura, y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el Ángel de \nd Yavé\nd* desapareció de su vista. \v 22 Cuando Gedeón vio que era el Ángel de \nd Yavé\nd*, dijo: ¡Ay de mí, \nd ʼAdonay Yavé\nd*, porque vi al Ángel de \nd Yavé\nd* cara a cara! \p \v 23 Pero \nd Yavé\nd* le dijo: \wj ¡Paz a ti! No temas, no morirás.\wj* \p \v 24 Gedeón construyó allí un altar a \nd Yavé\nd*, y lo llamó \nd Yavé\nd*-paz, el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas. \p \v 25 Aconteció que aquella misma noche \nd Yavé\nd* le dijo: \wj Toma el toro de tu padre, el segundo toro de siete años. Derriba el altar de baal que tiene tu padre, y corta la Asera que está a su lado. \wj* \v 26 \wj Construye debidamente un altar a Yavé tu \+nd ʼElohim\+nd*, en la parte más alta de esta peña. Luego toma el segundo toro y ofrécelo en holocausto con la madera que cortaste de la Asera. \wj* \p \v 27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus esclavos e hizo como \nd Yavé\nd* le dijo. Pero, como temía a la familia de su padre y a los hombres de la ciudad si hacía esto de día, lo hizo de noche. \p \v 28 Cuando los hombres de la ciudad se levantaron por la mañana, ahí estaba el altar de baal derribado y la Asera que estaba junto a él, cortada, y el segundo toro fue ofrecido en holocausto sobre el altar construido. \p \v 29 Y se decían unos a otros: ¿Quién hizo esto? Cuando indagaron y preguntaron, les dijeron: Gedeón, hijo de Joás, hizo esto. Por lo cual los hombres de la ciudad dijeron a Joás: \v 30 Saca a tu hijo para que muera, porque destruyó el altar de baal y cortó la Asera que estaba junto a él. \p \v 31 Joás respondió a todos los que estaban ante él: ¿Contenderán ustedes por baal? ¿Lo libertarán? El que lo defienda morirá por la mañana. Si es \nd ʼElohim\nd*, que contienda él mismo, porque alguien derribó su altar. \v 32 Por tanto aquel día lo llamó Jerobaal, es decir: Que baal contienda contra él, por cuanto derribó su altar. \p \v 33 Pero todos los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente se reunieron, cruzaron y acamparon en el valle de Jezreel. \v 34 Entonces el Espíritu de \nd Yavé\nd* vino sobre Gedeón, y él tocó la corneta, y los abiezeritas se reunieron para seguirlo. \v 35 Envió mensajeros por todo Manasés, y ellos también se reunieron con él. También envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, quienes también subieron a encontrarse con ellos. \p \v 36 Entonces Gedeón dijo a \nd ʼElohim\nd*: Si vas a librar por mi mano a Israel, según dijiste, \v 37 mira, voy a poner este vellón de lana en el sitio donde se recoge el grano. Si cae el rocío sobre el vellón y todo el suelo queda seco, entonces sabré que librarás por mi mano a Israel, conforme dijiste. \v 38 Sucedió así, pues cuando se levantó de madrugada, exprimió el vellón y sacó rocío de él hasta llenar un tazón de agua. \p \v 39 Entonces Gedeón dijo a \nd ʼElohim\nd*: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablo esta vez. Te ruego que me permitas probar solo esta vez con el vellón. Te ruego que solo el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. \v 40 \nd ʼElohim\nd* lo hizo así esa noche, porque solo estaba seco el vellón, y el rocío estaba en toda la tierra. \c 7 \s1 Derrota de los madianitas \p \v 1 Entonces Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo madrugaron y acamparon junto a la fuente de Harod. El campamento de Madián estaba al norte de ellos, en el valle cercano a la colina de Moré. \v 2 \nd Yavé\nd* dijo a Gedeón: \wj El pueblo que está contigo es muy numeroso para que Yo entregue a Madián en tu mano, no sea que Israel se enaltezca contra Mí y diga: Mi mano me salvó.\wj* \v 3 \wj Pregona a oídos del pueblo: ¡El que tema y tiemble, regrese y retírese de la montaña de Galaad!\wj* \p Y de los del pueblo se devolvieron 22.000 y quedaron 10.000. \p \v 4 Entonces \nd Yavé\nd* dijo a Gedeón: \wj Aún el pueblo es mucho. Ordena que bajen a las aguas, y te los probaré allí. Sucederá que del que Yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo. Pero del que te diga: No vaya éste contigo, no irá.\wj* \p \v 5 Ordenó, pues, que el pueblo bajara a las aguas, y \nd Yavé\nd* dijo a Gedeón: \wj Todo el que lama las aguas con su lengua, como lame el perro, lo pondrás aparte, también a todo el que se arrodille para beber.\wj* \v 6 El número de los que lamieron pues llevaron el agua con la mano a su boca fue 300 hombres, pero el resto del pueblo se arrodilló para beber el agua. \p \v 7 Y \nd Yavé\nd* dijo a Gedeón: \wj Con estos 300 hombres que lamieron el agua los salvaré y entregaré a los madianitas en tus manos. Que todo el pueblo se vaya, cada uno a su lugar.\wj* \p \v 8 Así que los 300 hombres tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y sus cornetas. Y Gedeón envió a todos los demás hombres de Israel, cada uno a su tienda, pero retuvo a los 300 hombres. \p El campamento de Madián estaba más abajo de él, en el valle. \p \v 9 Sucedió aquella noche que \nd Yavé\nd* le dijo: \wj Levántate, baja al campamento, porque lo entregué en tu mano.\wj* \v 10 \wj Si tienes temor de bajar solo al campamento, baja con tu esclavo Fura,\wj* \v 11 \wj y escucha lo que dicen, pues así tus manos serán fortalecidas para bajar contra el campamento.\wj* \p Y él bajó con su esclavo Fura hasta los puestos de avanzada del ejército que estaba en el campamento. \v 12 Los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos por el valle, tan numerosos como langostas, y sus camellos eran incontables, tan numerosos como la arena que está a la orilla del mar. \p \v 13 Ciertamente, cuando Gedeón llegó, un hombre estaba narrando a su compañero un sueño y decía: Mira, tuve un sueño: Veía un pan de cebada rodando hasta el campamento de Madián. Llegó hasta la tienda y la golpeó de tal manera que cayó. La trastornó de arriba a abajo de tal modo que la tienda colapsó. \p \v 14 Su compañero respondió: ¡Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, varón de Israel! \nd ʼElohim\nd* entregó en su mano a Madián y a todo el campamento. \p \v 15 Sucedió que cuando Gedeón oyó el relato del sueño con su interpretación, se postró. Regresó al campamento de Israel y dijo: Levántense, porque \nd Yavé\nd* entregó en su mano todo el campamento de Madián. \v 16 Repartió los 300 hombres en tres compañías. Puso una corneta en la mano de cada uno de ellos y cántaros vacíos con antorchas encendidas dentro de los cántaros. \p \v 17 Y les dijo: Mírenme y hagan lo mismo. Y oigan, cuando yo llegue a las afueras del campamento, lo que yo haga, lo harán ustedes. \v 18 Cuando yo y todos los que están conmigo hagamos resonar una corneta, entonces cada uno de ustedes también hará resonar una corneta alrededor de todo el campamento y gritarán: ¡Por \nd Yavé\nd* y por Gedeón! \p \v 19 Gedeón y los 100 hombres que estaban con él llegaron a las afueras del campamento al principio de la vigilia intermedia, cuando acababan de relevar a los centinelas. Y al hacer resonar cornetas, quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. \v 20 Entonces, las tres compañías hicieron resonar las cornetas y quebraron los cántaros. Tomaron con su mano izquierda las antorchas y con su derecha las cornetas para hacerlas resonar, y clamaron: ¡Por \nd Yavé\nd* y por Gedeón! \v 21 Cada hombre se mantuvo firme en su lugar alrededor del campamento, y todo el ejército echó a correr, gritaba y huía. \p \v 22 Pues cuando hicieron resonar las 300 cornetas, \nd Yavé\nd* levantó la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. El ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, hasta el límite de Abel-mehola, cerca de Tabat. \p \v 23 Fueron convocados los israelitas de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, y persiguieron a Madián. \v 24 Luego Gedeón envió mensajeros por toda la región montañosa de Efraín y dijo: ¡Bajen a encontrar a los madianitas y tomen los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos! Y todos los hombres de Efraín se reunieron y tomaron los vados de Bet-bara y del Jordán. \p \v 25 Capturaron a los dos jefes madianitas: Oreb y Zeeb, y mataron a Oreb en Tsur-oreb, y a Zeeb en Jequeb-zeeb. Y persiguieron a los madianitas, pero las cabezas de Oreb y de Zeeb las llevaron a Gedeón, al otro lado del Jordán. \c 8 \s1 Gobierno y muerte de Gedeón \p \v 1 Entonces los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que hiciste con nosotros, de no llamarnos cuando fuiste a la guerra contra Madián? Y discutieron enérgicamente con él. \p \v 2 Pero él les dijo: ¿Qué hice yo en comparación con ustedes? ¿No son mejores los rebuscos de Efraín que la cosecha de Abiezer? \v 3 \nd ʼElohim\nd* entregó en sus manos a Oreb y a Zeeb, jefes de Madián. ¿Qué podía hacer yo en comparación con ustedes? Cuando dijo esto, se aplacó su enojo hacia él. \p \v 4 Cuando Gedeón y los 300 hombres que tenía consigo llegaron al Jordán y lo cruzaron, estaban cansados, pero continuaron la persecución. \v 5 Y dijo a los hombres de Sucot: Les ruego que den algunos bocados de pan a la gente que me sigue, porque están cansados, y persigo a Zeba y a Zalmuna, reyes de Madián. \p \v 6 Pero los jefes de Sucot le respondieron: ¿Están ya en tu mano Zeba y Zalmuna, para que demos pan a tu tropa? \p \v 7 Y Gedeón les contestó: Por esto, cuando \nd Yavé\nd* entregue en mi mano a Zeba y a Zalmuna, trillaré la carne de ustedes con espinos y abrojos del desierto. \p \v 8 Subió de allí a Peniel y les dijo las mismas palabras. Y los hombres de Peniel le respondieron de la misma manera que los hombres de Sucot. \v 9 Entonces él dijo también a los hombres de Peniel: Cuando yo regrese en paz, derribaré esta torre. \v 10 Zeba y Zalmuna estaban en Carcor con su ejército de como 15.000 hombres, los que quedaron de todo el campamento de los hijos del oriente, pues cayeron 120.000 hombres que sacaban espada. \v 11 Entonces Gedeón subió por el camino de los que habitan en tiendas al oriente de Noba y de Jogbeá, y atacó al ejército cuando no estaba en guardia. \v 12 Zeba y Zalmuna huyeron, pero él los persiguió y capturó a los dos reyes de Madián, a Zeba y a Zalmuna. Llenó de terror a todo su ejército. \p \v 13 Luego Gedeón, hijo de Joas, regresó de la batalla por la cuesta de Heres, \v 14 y detuvo a un joven de los hombres de Sucot y lo interrogó. Éste le dio por escrito los nombres de los jefes de Sucot y de sus ancianos: 76 varones. \v 15 Cuando llegó ante los hombres de Sucot, les dijo: Miren a Zeba y a Zalmuna, quienes se burlaron de mí y dijeron: ¿Están ya en tu mano Zeba y Zalmuna, para que demos pan a tus hombres cansados? \v 16 Tomó a los ancianos de la ciudad, y azotó a los varones de Sucot con espinos y abrojos del desierto. \v 17 También derribó la torre de Peniel y mató a los varones de la ciudad. \p \v 18 Luego preguntó a Zeba y a Zalmuna: ¿Qué aspecto tenían los hombres que ustedes mataron en Tabor? \p Y ellos respondieron: Como tú, así eran ellos. Cada uno parecía el hijo del rey. \p \v 19 Y él dijo: ¡Eran mis hermanos! ¡Los hijos de mi madre! Vive \nd Yavé\nd*, que si los hubieron dejado vivos, yo no los mataría a ustedes. \v 20 Y dijo a Jéter, su primogénito: ¡Levántate, mátalos! Pero el joven no desenvainó su espada, pues tuvo temor, porque aún era un muchacho. \p \v 21 Entonces Zeba y Zalmuna dijeron: ¡Levántate tú y mátanos, pues como es el varón, así es su valentía! Y Gedeón se levantó y mató a Zeba y a Zalmuna, y tomó las lunetas que sus camellos llevaban en el cuello. \p \v 22 Los hombres de Israel dijeron a Gedeón: Gobiérnanos tú, tu hijo y tu nieto, pues nos libraste de la mano de Madián. \p \v 23 Pero Gedeón respondió: Yo no los gobernaré, ni mi hijo. \nd Yavé\nd* los gobernará. \v 24 Sin embargo, Gedeón les dijo: Les hago una petición: que cada uno me dé los zarcillos de su botín, pues \add los madianitas\add* tenían zarcillos de oro, porque eran ismaelitas. \p \v 25 Ellos dijeron: Con mucho gusto te los daremos. Y tendieron el manto y allí echó cada uno los zarcillos de su botín. \v 26 El peso de los zarcillos de oro que él pidió fue 18,7 kilogramos de oro, aparte de las lunetas, los pendientes y las ropas de púrpura que llevaban los reyes de Madián, y aparte de los collares que llevaban sus camellos. \v 27 Gedeón hizo con ellos un \tl efod\tl* y lo puso en Ofra, su ciudad. Todo Israel se prostituyó allí con aquello, y se convirtió en una trampa para Gedeón y su familia. \p \v 28 Así Madián fue sometido ante los hijos de Israel y no volvieron a levantar sus cabezas. Y la tierra tuvo 40 años de descanso en los días de Gedeón. \p \v 29 Jerobaal, hijo de Joás, fue y vivió en su casa. \v 30 Gedeón tuvo 70 hijos que fueron sus descendientes porque tenía muchas mujeres. \v 31 Su concubina, que vivía en Siquem, también le dio un hijo, y lo llamó Abimelec. \v 32 Gedeón, hijo de Joás, murió en buena vejez. Fue sepultado en el sepulcro de Joás, su padre, en Ofra de los abiezeritas. \p \v 33 Pero aconteció que cuando Gedeón murió, los hijos de Israel volvieron a prostituirse al seguir a los baales y escogieron a Baal-berit como su \tl ʼelohim\tl*. \v 34 Los hijos de Israel no se acordaron de \nd Yavé\nd* su \nd ʼElohim\nd*, Quien los libró de mano de todos sus enemigos de alrededor. \v 35 Tampoco se mostraron agradecidos con la casa de Jerobaal, quien es Gedeón, por todo el bien que hizo a Israel. \c 9 \s1 El juez Abimelec \p \v 1 Abimelec, hijo de Jerobaal, fue a Siquem, a los parientes de su madre, y habló con ellos y con toda la familia de la casa de su abuelo materno: \v 2 Les ruego que digan a oídos de todos los hombres de Siquem: ¿Es mejor para ustedes que los gobiernen 70 hombres, todos los hijos de Jerobaal, o que los gobierne un solo varón? Recuerden también que yo soy hueso y carne de ustedes. \p \v 3 Los hermanos de su madre dijeron todas estas palabras con respecto a él a oídos de todos los hombres de Siquem. El corazón de ellos se inclinó hacia Abimelec, pues decían: Es nuestro hermano. \v 4 Le dieron 770 gramos de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec contrató hombres ociosos y vagabundos que lo siguieron. \v 5 Luego fue a casa de su padre en Ofra, y sobre una misma piedra mató a sus hermanos, los hijos de Jerobaal, que eran 70 varones, salvo Jotam, el hijo menor de Jerobaal, porque se escondió. \v 6 Entonces todos los hombres de Siquem y los de Bet-milo, se reunieron y proclamaron a Abimelec como rey en el roble de la piedra ritual que estaba en Siquem. \p \v 7 Cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se colocó en la cumbre de la montaña Gerizim, alzó su voz y clamó: \q Escúchenme, varones de Siquem, \q Y que escuche \nd ʼElohim\nd*: \q \v 8 Fueron una vez los árboles \q A ungir a uno como su rey, \q Y dijeron al olivo: \q Sé tú nuestro rey. \q \v 9 Pero el olivo les dijo: \q ¿Dejaré mi aceite \q Con el cual \nd ʼElohim\nd* y los hombres son honrados, \q Para mecerme por encima de los árboles? \q \v 10 Entonces los árboles dijeron a la higuera: \q ¡Ven tú, sé nuestra reina! \q \v 11 Pero la higuera les dijo: \q ¿Dejaré mi dulzura y mi buen fruto, \q Para mecerme por encima de los árboles? \q \v 12 Dijeron luego los árboles a la vid: \q ¡Ven tú, sé nuestra reina! \q \v 13 Y la vid les respondió: \q ¿Dejaré mi mosto \q Que alegra a \nd ʼElohim\nd* y a los hombres, \q Para mecerme por encima de los árboles? \q \v 14 Todos los árboles dijeron a la zarza: \q ¡Ven tú, sé nuestra reina! \q \v 15 Y la zarza dijo a los árboles: \q ¡Si en verdad quieren ungirme \q Como reina de ustedes, \q Vengan a refugiarse bajo mi sombra! \q De lo contrario, salga fuego de la zarza \q Y devore los cedros del Líbano. \p \v 16 Ahora pues, si procedieron a ungir a Abimelec como su rey de buena fe e integridad, si obraron bien con Jerobaal y con su casa y si lo trataron según la obra de sus manos, \v 17 (pues mi padre combatió por ustedes al exponer su vida para librarlos de la mano de Madián, \v 18 pero hoy ustedes se levantaron contra la casa de mi padre y mataron a sus hijos, a 70 varones sobre una misma piedra, y proclamaron como rey de los varones de Siquem a Abimelec, hijo de su esclava, por cuanto es su hermano), \v 19 si procedieron con verdad y rectitud hoy con Jerobaal y con su familia, entonces regocíjense con Abimelec y él con ustedes. \p \v 20 Pero si no, entonces que salga fuego de Abimelec y consuma a los hombres de Siquem y de Bet-milo, y que de los hombres de Siquem y de Bet-milo salga fuego que consuma a Abimelec. \p \v 21 Luego Jotam escapó, huyó y se fue a Beer. Allí permaneció por temor a su hermano Abimelec. \p \v 22 Abimelec gobernó sobre Israel tres años. \v 23 Luego \nd ʼElohim\nd* suscitó un espíritu maligno entre Abimelec y los varones de Siquem, de modo que los varones de Siquem traicionaron a Abimelec. \v 24 Así devolvieron la violencia hecha a los 70 hijos de Jerobaal e hicieron recaer su sangre sobre su hermano Abimelec, quien los asesinó, y sobre los varones de Siquem, quienes fortalecieron las manos de aquél para que asesinara a sus hermanos. \p \v 25 Los varones de Siquem pusieron emboscadas contra \add Abimelec\add* en las cumbres de las montañas, quienes robaban a los que pasaban junto a ellos por el camino. De esto se informó a Abimelec. \p \v 26 Entonces Gaal, hijo de Ebed, y sus hermanos llegaron y se pasaron a Siquem. Los varones de Siquem pusieron su confianza en él. \v 27 Luego salieron al campo y cosecharon sus viñas, pisaron la uva e hicieron fiesta. Entraron en el templo de sus \tl ʼelohim\tl*, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec. \p \v 28 Entonces Gaal, hijo de Ebed, dijo: ¿Quién es Abimelec y quiénes son los siquemitas para que les sirvamos? ¿No es el hijo de Jerobaal, y Zebul, su ayudante? ¡Sirvan a los descendientes de Hamor, padre de Siquem! ¿Por qué tenemos que servirle a él? \v 29 ¡Quién colocara a este pueblo bajo mi mano! ¡Yo arruinaría a Abimelec! Diría a Abimelec: ¡Refuerza tu ejército y sal! \p \v 30 Cuando Zebul, gobernador de la ciudad, oyó las palabras de Gaal, hijo de Ebed, se encendió su ira \v 31 y envió secretamente emisarios a Abimelec para decirle: Mira, Gaal, hijo de Ebed, y sus hermanos vinieron a Siquem y sublevan la ciudad contra ti. \v 32 Ahora pues, ven de noche con la gente que está contigo y tiende una emboscada en el campo. \v 33 Por la mañana, al salir el sol, levántate y ataca la ciudad. Cuando él y el pueblo que lo acompaña salgan hacia ti, les harás lo que puedas. \p \v 34 Entonces Abimelec, con toda la gente que estaba con él, se levantó de noche y tendió una emboscada contra Siquem, con cuatro compañías. \v 35 Entonces Gaal, hijo de Ebed, salió y se puso en la puerta de la ciudad, mientras que Abimelec y toda la gente que estaba con él, salían de la emboscada. \p \v 36 Y al ver Gaal al pueblo, dijo a Zebul: ¡Mira la gente que baja de las cumbres de las montañas! \p Zebul le respondió: ¡Tú ves la sombra de las montañas como si fueran hombres! \p \v 37 Pero Gaal volvió a hablar: ¡Mira allí gente que baja de en medio de la tierra, y una tropa que viene por el camino del roble de los adivinos! \p \v 38 Y Zebul le respondió: ¿Dónde está esa boca que decía: Quién es Abimelec para que le sirvamos? ¿No es este el pueblo que despreciaste? ¡Sal ahora y pelea contra él! \p \v 39 Entonces Gaal salió al frente de los siquemitas, y entabló batalla contra Abimelec. \p \v 40 Pero Abimelec lo persiguió, y muchos cayeron muertos cuando huían hacia la puerta de la ciudad. \p \v 41 Abimelec se quedó en Aruma, mientras que Zebul echó fuera a Gaal y a sus parientes para que no permanecieran en Siquem. \p \v 42 Aconteció que al día siguiente el pueblo salió al campo. Se lo comunicaron a Abimelec, \v 43 quien tomó a su gente, la repartió en tres compañías y tendió una emboscada en el campo. Cuando vio que el pueblo salía de la ciudad, se levantó contra ellos para atacarlos. \p \v 44 Abimelec y la tropa que estaba con él se desplegaron y se pararon en la puerta de la ciudad, y las otras dos compañías se lanzaron contra todos los que estaban en el campo y los mataron. \v 45 Abimelec combatió contra la ciudad todo aquel día, la capturó y mató a la gente que estaba en ella. Arrasó la ciudad y la sembró de sal. \p \v 46 Al oírlo, todos los habitantes de la torre de Siquem se replegaron a la fortaleza del templo de ʼEl-berit. \v 47 Cuando se dio aviso a Abimelec de que los habitantes de la torre de Siquem estaban reunidos, \v 48 Abimelec subió a la montaña Salmón con toda la gente que lo acompañaba. Luego Abimelec tomó un hacha en su mano, cortó una rama de los árboles, la cual alzó sobre su hombro, y dijo al pueblo que estaba con él: Lo que me vean hacer, apresúrense a hacerlo como yo. \p \v 49 Todo el pueblo cortó también su rama, y cada uno siguió a Abimelec. Las pusieron contra la fortaleza, prendieron fuego a la fortaleza con ellas, de modo que todos los habitantes de la torre de Siquem murieron, unos 1.000 entre hombres y mujeres. \p \v 50 Después Abimelec marchó a Tebes, la sitió y la capturó. \v 51 Pero en medio de la ciudad estaba una torre fuerte donde estaban refugiados todos los hombres y mujeres, con todos los jefes de la ciudad, quienes, cerraron las puertas tras ellos y subieron a la azotea de la torre. \v 52 Al llegar Abimelec a la torre la atacó y se acercó hasta su puerta para ponerle fuego. \v 53 Entonces, una mujer arrojó una piedra encimera de molino sobre la cabeza de Abimelec y le partió el cráneo. \p \v 54 Él llamó apresuradamente a su joven escudero y le dijo: Desenvaina tu espada y mátame, para que no se diga de mí: ¡Una mujer lo mató! Y el muchacho lo traspasó y murió. \v 55 Cuando los hombres de Israel vieron que Abimelec murió, cada uno se fue a su lugar. \p \v 56 Así \nd ʼElohim\nd* retribuyó a Abimelec el mal que hizo contra su padre, al asesinar a sus 70 hermanos. \v 57 También toda la maldad de los hombres de Siquem \nd ʼElohim\nd* la hizo caer sobre sus propias cabezas, de manera que vino sobre ellos la maldición de Jotam, hijo de Jerobaal. \c 10 \s1 Los jueces Tola y Jaír \p \v 1 Después de Abimelec, Tola, hijo de Púa, hijo de Dodo, varón de Isacar, quien vivía en Samir, en la región montañosa de Efraín, se levantó para librar a Israel. \v 2 Éste juzgó a Israel 23 años y murió. Fue sepultado en Samir. \p \v 3 Tras él se levantó Jaír galaadita, quien juzgó a Israel 22 años. \v 4 Tuvo 30 hijos que cabalgaban en 30 asnos y poseían 30 villas en la tierra de Galaad, que hasta hoy se llaman Villas de Jaír. \v 5 Jaír murió y fue sepultado en Camón. \p \v 6 Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante \nd Yavé\nd* y sirvieron a los baales y a Astarot, a los \tl ʼelohim\tl* de Siria, de Sidón, de Moab, de los hijos de Amón y de los filisteos. Abandonaron a \nd Yavé\nd* y no le sirvieron. \v 7 Se encendió la ira de \nd Yavé\nd* contra Israel y los entregó en las manos de los filisteos y de los hijos de Amón, \v 8 quienes a partir de aquel año oprimieron y vejaron a los israelitas durante 18 años, a todos los hijos de Israel que vivían al otro lado del Jordán en Galaad, la tierra de los amorreos. \v 9 Así que los hijos de Amón cruzaron el Jordán para combatir contra Judá, Benjamín y la casa de Efraín. Esto angustió mucho a Israel. \v 10 Entonces los hijos de Israel clamaron a \nd Yavé\nd*: ¡Pecamos contra ti, porque abandonamos a nuestro \nd ʼElohim\nd* para servir a los baales! \p \v 11 \nd Yavé\nd* dijo a los hijos de Israel: \wj ¿No los libré Yo de Egipto, de los amorreos, de los hijos de Amón y de los filisteos?\wj* \v 12 \wj Cuando los sidonios, los amalecitas y los maonitas los oprimieron, y clamaron a Mí, Yo los libré de su mano.\wj* \v 13 \wj Pero ustedes me abandonaron y sirvieron a otros \+nd ʼelohim.\+nd* Por tanto, no los libraré.\wj* \v 14 \wj ¡Vayan, clamen a los \+tl ʼelohim\+tl* que se eligieron! ¡Que ellos los salven en el tiempo de su angustia!\wj* \p \v 15 Entonces los hijos de Israel respondieron a \nd Yavé\nd*: ¡Pecamos! Haz con nosotros lo que te parezca bien. Solo te rogamos que nos libres hoy. \v 16 Apartaron los \tl ʼelohim\tl* extraños de en medio de ellos y sirvieron a \nd Yavé\nd*, y Él no soportó más la aflicción de Israel. \p \v 17 Entonces los hijos de Amón se reunieron y acamparon en Galaad. También los hijos de Israel se reunieron y acamparon en Mizpa. \v 18 Y cada uno de los jefes del pueblo de Galaad decían a su prójimo: Cualquier hombre que comience la lucha contra los hijos de Amón será caudillo de todos los habitantes de Galaad. \c 11 \s1 El juez Jefté \p \v 1 Jefté galaadita era un guerrero valiente. Era hijo de una prostituta y su padre era Galaad. \v 2 Pero la esposa de Galaad también le dio hijos. Cuando los hijos de la esposa fueron grandes, expulsaron a Jefté y le dijeron: No tendrás herencia en la casa de nuestro padre, porque tú eres hijo de otra mujer. \v 3 Por tanto Jefté huyó de la presencia de sus hermanos y vivió en la tierra de Tob. Y se agruparon con Jefté hombres ociosos que salían con él. \p \v 4 Con el paso del tiempo, aconteció que los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel. \v 5 Cuando los hijos de Amón pelearon contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a buscar a Jefté en la tierra de Tob \v 6 y le dijeron: ¡Ven y serás nuestro jefe para que luchemos contra los hijos de Amón! \p \v 7 Pero Jefté contestó a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecieron ustedes y me echaron de la casa de mi padre? ¿Por qué vienen ahora a mí cuando están en aflicción? \p \v 8 Entonces los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: Por esta misma razón nos volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros, luches contra los hijos de Amón y seas caudillo de todos los que vivimos en Galaad. \p \v 9 Jefté dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacen volver para que pelee contra los hijos de Amón, y \nd Yavé\nd* me los entrega, ¿seré yo su caudillo? \p \v 10 Los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: ¡\nd Yavé\nd* sea testigo entre nosotros de lo que dijiste! ¡Haremos así! \v 11 Entonces Jefté salió con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió como su jefe y caudillo de ellos. Y Jefté dijo todas sus palabras delante de \nd Yavé\nd* en Mizpa. \p \v 12 Jefté envió mensajeros al rey de los hijos de Amón y dijo: ¿Qué hay entre tú y yo para que vengas a mí a pelear contra mi tierra? \p \v 13 El rey de los hijos de Amón contestó a los mensajeros de Jefté: Que cuando Israel subió de Egipto tomó mi tierra, desde el Arnón hasta el Jaboc y el Jordán. Ahora pues, devuélvela en paz. \p \v 14 Jefté volvió a enviar mensajeros al rey de los hijos de Amón \v 15 para decirle: Jefté dice: Israel no tomó la tierra de Moab ni la tierra de los hijos de Amón, \v 16 porque cuando Israel subió de Egipto, anduvo por el desierto hasta el mar Rojo y llegó a Cades. \p \v 17 Israel envió mensajeros al rey de Edom para decirle: Te ruego me permitas pasar por tu tierra. Pero el rey de Edom no consintió. También envió \add mensajeros\add* al rey de Moab, y tampoco quiso. Así que Israel permaneció en Cades. \v 18 Después anduvo por el desierto y rodeó la tierra de Edom y Moab. Llegó por el lado oriental de la tierra de Moab, y acampó al otro lado del \add arrollo\add* Arnón. Pero no entraron por el territorio de Moab, porque el Arnón era el límite de Moab. \p \v 19 Entonces Israel envió mensajeros a Sehón, rey de los amorreos, rey de Hesbón, para decirle: Te ruego que nos permitas pasar por tu tierra hasta mi lugar. \p \v 20 Pero Sehón no confió en Israel para darle paso por su territorio, sino reunió a todo su pueblo. Acamparon en Jaas, y peleó contra Israel. \p \v 21 Pero \nd Yavé, ʼElohim\nd* de Israel, entregó a Sehón y a todo su pueblo en la mano de Israel y los derrotó. E Israel tomó posesión de toda la tierra de los amorreos que vivían en aquella tierra. \v 22 Así poseyeron todo el territorio de los amorreos, desde el Arnón hasta el Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán. \p \v 23 Ahora cuando \nd Yavé\nd*, el \nd ʼElohim\nd* de Israel, echó a los amorreos de delante de su pueblo Israel, ¿pretendes tú apoderarte de él? \v 24 ¿No posees tú lo que tenían aquellos que Quemos, tu \tl ʼelohim\tl*, echó delante de ti? Así nosotros desposeeremos a todo aquel que \nd Yavé\nd*, nuestro \nd ʼElohim\nd*, eche de delante de nosotros. \v 25 Y ahora, ¿vales tú más que Balac, hijo de Sipor, rey de Moab? ¿Él tuvo alguna disputa con Israel o hizo guerra contra ellos? \v 26 Mientras Israel vivió en Hesbón y sus aldeas, en Aroer y sus aldeas, y en todas las ciudades que están en las riberas del Arnón 300 años, ¿por qué no las recuperaron en ese tiempo? \v 27 Así que yo no pequé contra ti, pero tú haces mal conmigo al combatir contra mí. ¡\nd Yavé\nd*, el Juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón! \p \v 28 Pero el rey de los hijos de Amón no escuchó las palabras que Jefté le envió a decir. \p \v 29 Entonces el Espíritu de \nd Yavé\nd* vino sobre Jefté, quien atravesó Galaad y Manasés. Pasó a Mizpa de Galaad, y de allí salió hacia los hijos de Amón. \v 30 Jefté hizo un voto a \nd Yavé\nd*: Si en verdad entregas a los hijos de Amón en mi mano, \v 31 cualquiera que salga a encontrarme por las puertas de mi casa cuando yo regrese en paz de los hijos de Amón, será de \nd Yavé\nd* y yo lo ofreceré en holocausto. \p \v 32 Jefté fue hacia los hijos de Amón para pelear contra ellos, y \nd Yavé\nd* los entregó en su mano. \v 33 Los derrotó con una matanza muy grande desde Aroer hasta la vega de Las Viñas, 20 aldeas. Así los hijos de Amón fueron sometidos a los hijos de Israel. \p \v 34 Jefté regresó a su casa en Mizpa, ¡y ahí salía su hija a recibirlo con panderos y danzas! Y ella era la única hija. Fuera de ella no tenía hijo ni hija. \v 35 Aconteció que, al verla, él rasgó las ropas y dijo: ¡Ay, hija mía! Me destrozaste. Estás entre los que me atribulan, porque abrí mi boca a \nd Yavé\nd* y no podré retractarme. \p \v 36 Ella entonces le respondió: Padre mío, si diste palabra a \nd Yavé\nd*, haz conmigo lo que dijiste, ya que \nd Yavé\nd* te vengó de tus enemigos, los hijos de Amón. \v 37 Dijo además a su padre: Que se me haga esto: Déjame solo dos meses para que vaya a las montañas y llore por causa de mi virginidad junto con mis compañeras. \p \v 38 Él entonces respondió: Vé. Y la dejó ir por dos meses. \p Ella fue con sus compañeras y lloró su virginidad por las montañas. \v 39 Sucedió que pasados los dos meses volvió a su padre, quien cumplió con ella el voto que hizo. Ella nunca se unió a varón. \p Se volvió una costumbre en Israel, \v 40 que cada año las doncellas de Israel vayan a endechar a la hija de Jefté galaadita, cuatro días al año. \c 12 \s1 Los jueces Ibzán, Elón y Abdón \p \v 1 Entonces los varones de Efraín fueron convocados, cruzaron hacia Safón y dijeron a Jefté: ¿Por qué fuiste a luchar contra los hijos de Amón y no nos llamaste para ir contigo? ¡Incendiaremos tu casa contigo dentro! \p \v 2 Jefté les respondió: Yo y mi pueblo tuvimos una gran contienda contra los hijos de Amón. Los convoqué a ustedes, pero no me \add auxiliaron para\add* librarnos de su mano. \v 3 Cuando vi que ustedes no me defenderían, arriesgué mi vida y pasé contra los hijos de Amón. \nd Yavé\nd* los entregó en mi mano. ¿Por qué se levantan hoy a pelear contra mí? \p \v 4 Entonces Jefté reunió a todos los varones de Galaad y peleó contra Efraín. Y los hombres de Galaad derrotaron a Efraín, porque \add éstos\add* dijeron: ¡Ustedes, los galaaditas, son fugitivos de Efraín, en medio de Efraín y de Manasés! \v 5 Los galaaditas capturaron los vados del Jordán que están frente a Efraín. Y sucedía que cuando cualquiera de los fugitivos de Efraín decía: Voy a pasar, los hombres de Galaad le preguntaban: ¿Eres tú efrateo? Y si él respondía: No, \v 6 entonces le decían: Dí ahora, Shibolet. Y él decía Sibolet, porque no podía pronunciar así. Entonces le echaban mano y lo degollaban en los vados del Jordán. Y en aquel tiempo cayeron 42.000 de Efraín. \p \v 7 Jefté juzgó a Israel seis años. Jefté galaadita murió y fue sepultado en una de las ciudades de Galaad. \p \v 8 Después de él, Ibzán, de Belén, juzgó a Israel. \v 9 Tenía 30 hijos y 30 hijas a las cuales casó afuera. Tomó de afuera 30 mujeres para sus hijos. Y juzgó a Israel siete años. \v 10 Ibzán murió y fue sepultado en Belén. \p \v 11 Después de él Elón zabulonita juzgó a Israel, y juzgó a Israel diez años. \v 12 Elón zabulonita murió y fue sepultado en Ajalón, en la tierra de Zabulón. \p \v 13 Después de él Abdón, hijo de Hilel, piratonita, juzgó a Israel. \v 14 Éste tuvo 40 hijos y 30 nietos, que cabalgaban sobre 70 asnos. Y juzgó a Israel 8 años. \v 15 Abdón, hijo de Hilel piratonita, murió y fue sepultado en Piratón en la tierra de Efraín, en la región montañosa de los amalecitas. \c 13 \s1 El juez Sansón \p \v 1 Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante \nd Yavé\nd*, y Él los entregó en mano de los filisteos 40 años. \p \v 2 Hubo entonces un hombre de Sora, de la tribu de Dan, llamado Manoa. Su esposa era estéril y no tenía descendencia. \p \v 3 Pero el Ángel de \nd Yavé\nd* apareció a aquella mujer y le dijo: \wj Mira, eres estéril y no tienes descendencia, pero concebirás y darás a luz un hijo.\wj* \v 4 \wj Ahora pues, no bebas vino ni jugo de manzana fermentado, ni comas cosa impura,\wj* \v 5 \wj porque ciertamente concebirás y darás a luz un hijo. No pasará navaja sobre su cabeza, porque ese niño será nazareo de ʼElohim desde el vientre. Él comenzará a librar a Israel de mano de los filisteos.\wj* \p \v 6 La mujer fue y se lo contó a su esposo: Un varón de \nd ʼElohim\nd* vino a mí. Su aspecto era como el aspecto de un Ángel de \nd ʼElohim\nd*, muy asombroso. No le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. \v 7 Y me dijo: \wj Mira, concebirás y darás a luz un hijo. Por tanto, ahora no bebas vino ni jugo de manzana fermentado, ni comas cosa impura, porque este niño será nazareo de ʼElohim desde el vientre hasta el día de su muerte.\wj* \p \v 8 Entonces Manoa imploró a \nd Yavé\nd*: Oh, \nd ʼAdonay\nd*, te ruego que el Varón de \nd ʼElohim\nd* a Quien enviaste, venga otra vez a nosotros aquí, y nos enseñe qué hacer con el niño que va a nacer. \p \v 9 \nd ʼElohim\nd* escuchó la voz de Manoa, y el Ángel de \nd ʼElohim\nd* vino otra vez a la mujer, cuando ella estaba sentada en el campo, pero Manoa, su esposo, no estaba con ella. \v 10 La mujer se apresuró y corrió. Le informó a su esposo y le dijo: Mira, me apareció el mismo Varón que vino a mí el otro día. \p \v 11 Manoa se levantó y fue tras su esposa, y al llegar ante aquel Varón, le dijo: ¿Eres Tú el varón que habló a \add mi\add* esposa? Él respondió: \wj Yo soy.\wj* \p \v 12 Manoa dijo: Cuando se cumplan tus palabras, ¿cómo será el modo de vida del niño y cuál su vocación? \p \v 13 El Ángel de \nd Yavé\nd* respondió a Manoa: \wj \+add Tu\+add* esposa pondrá atención a todo lo que Yo le dije: \wj* \v 14 \wj No comerá nada que proceda de la vid, ni beberá vino, ni jugo de manzana fermentado, ni cosa impura. Guardará todo lo que le ordené.\wj* \p \v 15 Entonces Manoa dijo al Ángel de \nd Yavé\nd*: Te ruego, permítenos detenerte y preparar para ti un cabrito del rebaño. \p \v 16 El Ángel de \nd Yavé\nd* respondió a Manoa: \wj Aunque me detengas no comeré de tu manjar. Pero si preparas un holocausto, ofrécelo a Yavé.\wj* Manoa no sabía que Él era el Ángel de \nd Yavé\nd*. \p \v 17 Y Manoa preguntó al Ángel de \nd Yavé\nd*: ¿Cuál es tu nombre, para que te honremos cuando se cumpla tu Palabra? \p \v 18 El Ángel de \nd Yavé\nd* respondió a Manoa: \wj ¿Por qué preguntas mi Nombre si ves que es Admirable?\wj* \v 19 Entonces Manoa tomó un cabrito del rebaño y la ofrenda vegetal, y lo sacrificó sobre la peña a \nd Yavé\nd*. Mientras Manoa y su esposa lo contemplaban, Él obró una maravilla. \v 20 Pues sucedió que mientras la llama subía del altar hacia el cielo, el Ángel de \nd Yavé\nd* ascendió en la llama del altar. Al ver esto Manoa y su esposa cayeron a tierra sobre sus rostros. \v 21 El Ángel de \nd Yavé\nd* no volvió a aparecer a Manoa ni a su esposa. Entonces Manoa comprendió que era el Ángel de \nd Yavé\nd*. \p \v 22 Por lo cual Manoa dijo a su esposa: ¡Sin duda moriremos, porque vimos a \nd ʼElohim\nd*! \p \v 23 Pero su esposa le respondió: Si \nd Yavé\nd* hubiera querido hacernos morir, no habría tomado de nuestra mano el holocausto y la ofrenda, ni nos habría mostrado estas cosas, ni nos habría anunciado en este tiempo cosa semejante. \p \v 24 La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció, y \nd Yavé\nd* lo bendijo. \v 25 El Espíritu de \nd Yavé\nd* comenzó a impulsarlo en los campamentos de Dan, entre Sora y Estaol. \c 14 \s1 El juez Sansón y una mujer filistea \p \v 1 Sansón bajó a Timnat y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. \v 2 Subió y se lo declaró a su padre y a su madre: Vi en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Tómenla para mí como esposa. \p \v 3 Entonces su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas a tomar esposa de los filisteos incircuncisos? \p Y Sansón respondió a su padre: ¡Tómala para mí como esposa, porque me parece agradable! \p \v 4 Pero su padre y su madre no sabían que esto venía de \nd Yavé\nd*, porque buscaba ocasión contra los filisteos, pues en aquel tiempo los filisteos tenían dominio sobre Israel. \p \v 5 Sansón bajó con su padre y con su madre a Timnat. Cuando llegaron a las viñas de Timnat, ahí salía un leoncillo que rugía hacia él. \v 6 El Espíritu de \nd Yavé\nd* vino poderosamente sobre él, y lo destrozó como el que destroza un cabrito, sin tener algo en su mano. Pero no contó a su padre ni a su madre lo que hizo. \v 7 Entonces bajó y habló con la mujer, y ella agradó a Sansón. \p \v 8 Después de algunos días, volvió para tomarla. Se desvió para ver el cadáver del león y vio que en el esqueleto del león estaba una colmena de abejas con miel. \v 9 Tomó la miel en sus manos y siguió caminando y comiendo por el camino, hasta que alcanzó a su padre y a su madre. Les dio para que comieran, pero no les explicó que tomó la miel del esqueleto del león. \p \v 10 Su padre bajó adonde estaba la mujer, y Sansón hizo allí un banquete, porque los jóvenes acostumbraban esto. \v 11 Sucedió que cuando lo vieron, llevaron 30 compañeros para que estuvieran con él. \p \v 12 Sansón les dijo: Les propongo ahora una adivinanza. Si en los siete días del banquete me la declaran y descifran, les daré 30 túnicas de lino y 30 mudas de ropa. \v 13 Pero si no me la pueden declarar, me tendrán que dar ustedes 30 túnicas de lino y 30 mudas de ropa. \p Le dijeron: Propón tu adivinanza para que la escuchemos. \p \v 14 Él les dijo: \q Del devorador salió comida, \q Y del fuerte salió dulzura. \p Y no lograron descifrar la adivinanza en tres días. \p \v 15 Pero al séptimo día dijeron a la esposa de Sansón: Seduce a tu esposo para sonsacarle la solución de la adivinanza, o te quememos a ti y la casa de tu padre. ¿Nos invitaron para despojarnos? \p \v 16 La esposa de Sansón lloraba delante de él y le decía: ¡Solo me odias, y no me amas! Propusiste una adivinanza a los hijos de mi pueblo y no me la declaras. Y él respondió: Mira, no se la dije a mi padre ni a mi madre, ¿y te la voy a declarar a ti? \v 17 Lloró los siete días que duró su banquete, y aconteció que al séptimo día se la declaró, porque lo presionaba. Ella entonces declaró la adivinanza a los hijos de su pueblo. \p \v 18 Al séptimo día, antes de ocultarse el sol, los hombres de la ciudad le dijeron: \q ¿Qué es más dulce que la miel? \q ¿Y qué es más fuerte que el león? \p Y él les contestó: Si no hubieran arado con mi novilla, nunca habrían descubierto mi adivinanza. \p \v 19 Entonces el Espíritu de \nd Yavé\nd* vino sobre él, de manera que bajó a Ascalón y mató a 30 hombres de ellos, tomó sus despojos y dio las mudas de ropa a los que habían declarado la adivinanza. Luego, encendido en ira, regresó a la casa de su padre. \p \v 20 Y la esposa de Sansón fue dada a un compañero de él que fue amigo de Sansón. \c 15 \s1 Victorias del juez Sansón \p \v 1 Después de algún tiempo, sucedió que en la época de la cosecha del trigo, Sansón fue a visitar a su esposa con un cabrito y se decía: Me uniré a mi esposa en el aposento de dormir. Pero el padre de ella no lo dejó entrar. \p \v 2 Y dijo su padre: Realmente pensé que la aborrecías intensamente, así que yo la di a tu compañero. ¿No es su hermana menor más hermosa que ella? Te ruego que ésta sea tuya en vez de ella. \p \v 3 Entonces Sansón le respondió: ¡Esta vez no tendré culpa ante los filisteos si les haga daño! \v 4 Sansón fue y capturó 300 zorras. Tomó astillas de madera impregnadas de resina, las ató cola con cola y puso una astilla entre cola y cola. \v 5 Después prendió fuego a las astillas y soltó las zorras entre los sembrados de los filisteos. Quemó los manojos, la cosecha que estaba en pie e incluso las viñas y los olivares. \p \v 6 Y los filisteos preguntaron: ¿Quién hizo esto? Y les dijeron: Sansón, yerno del timnateo, porque éste tomó a su esposa y la dio a su compañero. Entonces los filisteos fueron y la quemaron a ella y a su padre. \v 7 Sansón les dijo: Por hacer esto, juro que no descansaré hasta que me vengue de ustedes. \v 8 Les hirió cadera y muslo con gran mortandad. Luego bajó y vivió en la hendidura de la peña de Etam. \p \v 9 Pero los filisteos subieron y acamparon en Judá, y se desplegaron por Lehi. \v 10 Los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué subieron contra nosotros? Y respondieron: Subimos para atrapar a Sansón a fin de hacerle lo mismo que nos hizo. \p \v 11 Entonces 3.000 hombres de Judá bajaron a la hendidura de la peña de Etam y dijeron a Sansón: ¿No sabes que los filisteos nos dominan? ¿Qué es esto que nos hiciste? Y él les contestó: Les hice como ellos me hicieron. \p \v 12 Ellos le dijeron: Vinimos para atarte y entregarte en las manos de los filisteos. Sansón les dijo: ¡Júrenme que no me matarán ustedes mismos! \p \v 13 Ellos le respondieron: No, solo te ataremos y te entregaremos en las manos de ellos, pero de seguro no te mataremos. Entonces lo ataron con dos cuerdas nuevas y le ordenaron salir de la peña. \v 14 Cuando llegó a Lehi, al verlo los filisteos gritaron. Entonces el Espíritu de \nd Yavé\nd* vino poderosamente sobre él, de tal modo que las cuerdas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado al fuego, y sus ataduras cayeron de sus manos. \v 15 Al hallar una quijada de asno aún fresca, extendió su mano, la tomó, y con ella mató a 1.000 hombres. \p \v 16 Entonces cantó Sansón: \q Con la quijada de un asno, \q Montones sobre montones; \q Con la quijada del asno, \q Maté a 1.000 varones. \p \v 17 Aconteció que cuando acabó de hablar, lanzó con su mano la quijada, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi. \p \v 18 Entonces tuvo mucha sed, y clamó a \nd Yavé\nd* y dijo: Tú diste esta gran salvación por medio de tu esclavo, ¿y ahora moriré de sed y caeré en las manos de los incircuncisos? \v 19 Entonces \nd ʼElohim\nd* abrió la hendidura que está en Lehi, y de allí salió agua. Y cuando bebió, recobró su fuerza y revivió, por lo cual la llamó En-hacoré, la cual está en Lehi hasta hoy. \p \v 20 En los días de los filisteos juzgó a Israel 20 años. \c 16 \s1 Sansón en Gaza \p \v 1 Sansón fue a Gaza y vio allí a una prostituta, y se unió a ella. \v 2 Avisaron a los de Gaza: ¡Sansón está aquí! Entonces ellos lo rodearon y lo acecharon toda aquella noche en la puerta de la ciudad. Estuvieron en silencio toda la noche y dijeron: En la mañana, cuando sea de día, lo mataremos. \p \v 3 Pero Sansón estuvo acostado hasta la medianoche, y a la medianoche se levantó. Y al agarrar las hojas de la puerta de la ciudad con sus dos jambas y su cerrojo, se las echó al hombro. Se fue y las subió a la cumbre de la montaña que está enfrente de Hebrón. \s1 El secreto de Sansón \p \v 4 Después de esto sucedió que se enamoró de una mujer del valle de Sorec que se llamaba Dalila. \v 5 Los jefes de los filisteos fueron a ella y le dijeron: Sedúcelo para ver en qué consiste su gran fuerza, y cómo podríamos atarlo para afligirlo. Entonces cada uno de nosotros te dará 1.100 piezas de plata. \p \v 6 Dalila dijo a Sansón: Te ruego que me digas en qué consiste tu gran fuerza, y con qué podrías ser atado para afligirte. \p \v 7 Sansón le respondió: Si me atan con siete cuerdas de arco que aún no estén secas, entonces me debilitaré y seré como cualquier otro hombre. \p \v 8 Los jefes de los filisteos le llevaron siete cuerdas de arco que aún no habían secado, y lo ató con ellas. \v 9 Ella tenía hombres al acecho en una habitación interior. Entonces le dijo: ¡Sansón, los filisteos contra ti! Pero él rompió las cuerdas de arco como se rompe un hilo de estopa cuando toca el fuego. Y no se supo el secreto de su fuerza. \p \v 10 Dalila dijo a Sansón: Mira, me engañaste y me dijiste mentiras. Ahora te ruego que me digas cómo puedes ser atado. \p \v 11 Y él le contestó: Si me atan fuertemente con cuerdas nuevas, que no hayan sido usadas, me debilitaré y seré como cualquier hombre. \p \v 12 Dalila tomó cuerdas nuevas y lo ató con ellas, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos contra ti! (Y los hombres permanecían al acecho en la habitación interior.) Pero él rompió las cuerdas de sus brazos como un hilo. \p \v 13 Entonces Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas y me dijiste mentiras. Dime cómo puedes ser atado. Él le dijo: Si tejes las siete trenzas de mi cabellera con tela. \v 14 Ella, pues, las aseguró con una clavija, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos contra ti! Y él, al despertar de su sueño, arrancó la clavija de telar con la tela. \p \v 15 Ella entonces le dijo: ¿Cómo sigues diciendo: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Estas tres veces te burlaste de mí y no me dijiste en qué consiste tu gran fuerza. \v 16 Sucedió que como ella lo afligía cada día con sus palabras y lo presionaba, su alma fue reducida a mortal angustia. \p \v 17 Por lo cual le descubrió todo su corazón y le dijo: Jamás pasó navaja por mi cabeza porque soy nazareo de \nd ʼElohim\nd* desde el vientre de mi madre. Si soy rapado, entonces mi fuerza se apartará de mí y me debilitaré, y seré como un hombre cualquiera. \p \v 18 Cuando Dalila se dio cuenta de que le había revelado todo su corazón, envió a llamar a los jefes de los filisteos y dijo: Suban esta vez, porque él me declaró todo su corazón. Y los jefes de los filisteos subieron a ella, con la plata en su mano. \v 19 Ella entonces lo adormeció sobre sus rodillas, y enseguida llamó al hombre que le rapó las siete trenzas de su cabeza, y ella misma comenzó a dominarlo, pues su fuerza se retiró de él. \p \v 20 Ella exclamó: ¡Sansón, los filisteos contra ti! Él entonces, al despertar de su sueño, se dijo: Saldré como las otras veces y me sacudiré libre. Pero no sabía que \nd Yavé\nd* se apartó de él. \p \v 21 Entonces los filisteos lo agarraron, le sacaron los ojos y lo bajaron a Gaza. Lo ataron con cadenas de bronce para que moliera en la cárcel. \v 22 Sin embargo, después que fue rapado, el cabello de su cabeza comenzó a crecer. \s1 Muerte de Sansón \p \v 23 Entonces los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a Dagón, su \tl ʼelohim\tl*, y con gran regocijo afirmaron: ¡Nuestro \tl ʼelohim\tl* entregó en nuestras manos a nuestro enemigo Sansón! \p \v 24 Cuando el pueblo lo vio, alabó a su \tl ʼelohim\tl*, porque decían: \q ¡Nuestro \tl ʼelohim\tl* entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, \q Al que devastaba nuestra tierra, \q Y multiplicaba nuestras víctimas! \p \v 25 Sucedió que cuando tuvieron alegre el corazón, dijeron: Llamen a Sansón para que nos divierta. Y llamaron de la cárcel a Sansón, el cual los divertía. Lo hicieron estar en pie entre las columnas. \v 26 Y Sansón dijo al lazarillo: Acércame y hazme palpar las columnas sobre las cuales descansa el edificio, para que me apoye contra ellas. \v 27 El edificio estaba lleno de hombres y mujeres. Todos los jefes de los filisteos estaban allí, y en la azotea estaban como 3.000 hombres y mujeres que observaban el escarnio a Sansón. \p \v 28 Entonces Sansón invocó a \nd Yavé:\nd* ¡Oh \nd ʼAdonay Yavé\nd*, te ruego que te acuerdes de mí! ¡Dame fuerza solo esta vez, oh \nd ʼElohim\nd*, para que yo de una sola vez me vengue de los filisteos por mis dos ojos! \p \v 29 Sansón palpó las dos columnas centrales en las cuales descansaba el edificio, se apoyó en ellas, una a su derecha y otra a su izquierda. \p \v 30 Y Sansón exclamó: ¡Muera yo con los filisteos! \p Y al empujar con fuerza, el edificio cayó sobre los jefes y sobre toda la gente que estaba en él. De modo que fueron más los que mató al morir que los que mató en su vida. \p \v 31 Bajaron sus hermanos con toda la casa de su padre y lo levantaron, lo llevaron y lo sepultaron entre Sora y Estaol, junto al sepulcro de Manoa, su padre. Juzgó a Israel 20 años. \c 17 \s1 Confusión e idolatría \p \v 1 Hubo también un hombre de la región montañosa de Efraín llamado Micaía, \v 2 quien le dijo a su madre: Los 12,1 kilogramos de plata que te fueron robados, con respecto a los cuales pronunciaste maldición a mis oídos, mira, aquella plata está en mi poder. Yo la tomé. Y su madre le dijo: ¡Bendito seas por \nd Yavé\nd*, hijo mío! \p \v 3 Él devolvió los 12,1 kilogramos de plata a su madre, y ella dijo: En verdad dedico esta plata a \nd Yavé\nd* para mi hijo, a fin de que haga una imagen tallada y otra de fundición. Ahora pues, te la devuelvo. \p \v 4 Sin embargo, él devolvió la plata a su madre. Ella tomó 2,2 kilogramos de plata, los entregó al fundidor, el cual hizo con ellos una imagen tallada y otra de fundición, las cuales quedaron en la casa de Micaía. \p \v 5 De manera que Micaía tuvo un santuario. Hizo un \tl efod\tl* e ídolos domésticos y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote. \v 6 En aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía recto. \p \v 7 Hubo también un joven de Belén de Judá, de la familia de Judá, el cual era levita, y vivía allí como forastero. \v 8 Este hombre salió de la ciudad de Belén de Judá para residir donde hallara lugar. Cuando caminaba por la región montañosa de Efraín llegó hasta la casa de Micaía. \p \v 9 Micaía le dijo: ¿De dónde vienes? Y le respondió: Soy levita de Belén de Judá, y voy a residir donde halle lugar. \p \v 10 Micaía le dijo: Quédate conmigo. Me servirás de padre y sacerdote, y te daré 1,1 kilogramos de plata por año, tu ropa y tu comida. \p Y el levita se quedó. \v 11 El levita convino en vivir con aquel hombre, y el joven fue para él como uno de sus hijos. \p \v 12 Micaía consagró al levita, y el joven fue su sacerdote y vivía en casa de Micaía. \v 13 Y Micaía dijo: ¡Ahora sé que \nd Yavé\nd* me prosperará porque tengo a un levita como sacerdote! \c 18 \s1 La conquista de Lais \p \v 1 En aquellos días no había rey en Israel. Y la tribu de Dan buscaba una heredad donde vivir, porque hasta aquel momento no le había caído heredad entre las tribus de Israel. \p \v 2 Los hijos de Dan enviaron a cinco hombres valientes de sus familias, de los más nobles entre ellos, desde Zora y Estaol para explorar y reconocer la tierra, y les dijeron: ¡Vayan y exploren la tierra! Ellos llegaron a la región montañosa de Efraín, hasta la casa de Micaía para pasar allí la noche. \p \v 3 Cuando se acercaban a la casa de Micaía, reconocieron la voz del joven levita. Al llegar allá, le preguntaron: ¿Quién te trajo aquí? ¿Qué haces en este lugar? ¿Qué tienes aquí? \p \v 4 Y él les respondió: Micaía hizo conmigo de esta y de aquella manera, y me tomó a sueldo para que sea su sacerdote. \p \v 5 Ellos le dijeron: Te rogamos que consultes a \nd ʼElohim\nd* para que sepamos si será próspero el viaje que hacemos. \p \v 6 El sacerdote les respondió: ¡Vayan en paz! El camino por el cual andan está en presencia de \nd Yavé\nd*. \p \v 7 Los cinco hombres salieron y llegaron a Lais. Vieron que la población que estaba en ella vivía con seguridad, a la manera de los sidonios, tranquilos y seguros, porque nadie estaba en aquella tierra que los perturbara en alguna cosa, ni quien se enseñoreara de ellos. Estaban lejos de los sidonios y con nadie tenían trato. \p \v 8 Regresaron a sus hermanos en Zora y Estaol, y sus hermanos les preguntaron: ¿Qué informan? \p \v 9 Ellos dijeron: Levántense y marchemos contra ellos, porque vimos la tierra y ciertamente es muy buena. ¿Y ustedes se quedarán tranquilos? No sean perezosos para marchar allá y tomar posesión de esa tierra. \v 10 Cuando lleguen, entrarán a un pueblo seguro y a una tierra espaciosa. Ciertamente, \nd ʼElohim\nd* la entregó en su mano. Es un lugar donde no falta alguna cosa de las que hay en la tierra. \p \v 11 Entonces 600 hombres equipados con armas de guerra salieron de Zora y Estaol, de la familia de los danitas. \v 12 Subieron y acamparon en Quiriat-jearim, en Judá, por lo cual el lugar se llama hasta el día de hoy Campamento de Dan, el cual está detrás de Quiriat-jearim. \v 13 De allí avanzaron hacia la región montañosa de Efraín, y llegaron a la casa de Micaía. \p \v 14 Aquellos cinco hombres que fueron a reconocer la tierra de Lais, tomaron la palabra y dijeron a sus hermanos: ¿Saben que en esas casas hay \tl efod\tl*, ídolos domésticos, una imagen tallada y una fundida? Por tanto, miren lo que van a hacer. \v 15 Se desviaron hacia allá y saludaron pacíficamente al entrar en la casa de Micaía, donde vivía el joven levita, \v 16 pero permanecían en la entrada del portón los 600 hombres de los hijos de Dan que tenían atadas sus armas de guerra. \v 17 Los cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra, subieron, entraron y tomaron la imagen tallada, el \tl efod\tl*, los ídolos domésticos y la imagen fundida, mientras el sacerdote permanecía en la entrada del portón con los 600 hombres armados para la guerra. \p \v 18 Aquellos, pues, entraron en la casa de Micaía y tomaron la imagen tallada, el \tl efod\tl*, los ídolos domésticos y la imagen fundida. Entonces el sacerdote les preguntó: ¿Qué hacen? \p \v 19 Ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca y ven con nosotros. Sé para nosotros padre y sacerdote. ¿Te es mejor ser sacerdote de la casa de un solo hombre, que para una tribu y una familia de Israel? \v 20 Entonces el corazón del sacerdote se alegró y tomó el \nd efod,\nd* los ídolos domésticos y la imagen tallada, y fue con aquella gente. \v 21 Luego, tras colocar a los pequeños, el ganado y el equipaje delante de ellos, dieron la vuelta y salieron. \p \v 22 Ya se habían alejado de la casa de Micaía cuando los vecinos de esa casa fueron convocados. Siguieron tras los hijos de Dan y \v 23 les gritaron. Pero los hijos de Dan, al volver su rostro, dijeron a Micaía: ¿Qué pasó que te hizo reunir gente? \p \v 24 Él contestó: Tomaron al sacerdote y mis \tl ʼelohim\tl* que hice, y se marcharon, ¿y qué me queda? Aún me preguntan: ¿Qué pasó? \p \v 25 Pero los hijos de Dan le respondieron: Que tu voz no se oiga entre nosotros, no sea que los de ánimo colérico te ataquen, y pierdas tu vida y las vidas de tu familia. \v 26 Los danitas prosiguieron su camino, y al ver Micaía que eran más fuertes que él, regresó a su casa. \p \v 27 Los danitas tomaron lo que Micaía hizo y al sacerdote que él tenía, cayeron sobre Lais, pueblo tranquilo y seguro. Los mataron a filo de espada e incendiaron la ciudad. \v 28 No hubo quien la librara, porque estaba lejos de Sidón, y no tenían trato con algún hombre. Estaba en el valle de Bet-rehob. \p Luego reedificaron la ciudad y vivieron en ella. \v 29 Llamaron a la ciudad Dan, según el nombre de su antepasado e hijo de Israel, aunque antes la ciudad se llamaba Lais. \p \v 30 Los hijos de Dan erigieron para ellos la imagen de talla, y Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Manasés, y sus hijos, fueron sacerdotes en la tribu de Dan hasta el día del cautiverio de la tierra. \v 31 Así mantuvieron erigida para ellos la imagen tallada que Micaía hizo, todo el tiempo que la Casa de \nd ʼElohim\nd* estuvo en Silo. \c 19 \s1 El crimen de los benjamitas \p \v 1 En aquellos días cuando no había rey en Israel, sucedió también que cierto varón levita que residía en los confines de la región montañosa de Efraín, tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá. \v 2 Pero su concubina cometió adulterio contra él y lo abandonó. Se fue a casa de su padre en Belén de Judá y estuvo allí cuatro meses. \v 3 Pero su marido se levantó y la siguió para hablarle cariñosamente a fin de que volviera. Llevó consigo a un esclavo y una yunta de asnos, y ella lo invitó a entrar en casa de su padre. \v 4 Cuando lo vio el padre de la joven salió a recibirlo gozoso y su suegro lo detuvo, el padre de la joven, y se quedó en su casa tres días. Comía y bebía, y se alojaba allí. \p \v 5 Sucedió el cuarto día que se levantaron temprano por la mañana, y él se preparó para salir. Pero el padre de la joven dijo a su yerno: Susténtate con un bocado de pan, y después pueden irse. \v 6 Se sentaron, pues, y comieron los dos juntos y bebieron. Y el padre de la joven dijo al hombre: Te ruego que pases aquí la noche y que se alegre tu corazón. \v 7 El hombre se levantó para irse, pero su suegro le insistió, y volvió a pernoctar allí. \v 8 El quinto día se levantó de mañana para salir, pero el padre de la joven le dijo: Te ruego que te sustentes, y esperes hasta la noche. Y ambos comieron juntos. \p \v 9 Cuando el hombre se levantó para salir con su concubina y su esclavo, su suegro, el padre de la joven, le dijo: Mira, ya llega la noche. Quédate, te lo ruego, toda la noche \add porque\add* el día declinó. Pasa aquí la noche y alégrese tu corazón. Mañana emprenderán temprano su viaje, y te irás a tu tienda. \v 10 Pero el hombre no aceptó pasar allí la noche, sino se levantó y, después de tomar camino, llegó hasta el frente de Jebus, la cual es Jerusalén. Llevaba consigo su yunta de asnos enalbardados y a su concubina. \p \v 11 Cuando estuvieron junto a Jebus se acababa el día, por lo cual el esclavo dijo a su \tl ʼadon\tl*: Ven, te ruego, y desviémonos hacia aquella ciudad de los jebuseos, y pernoctemos en ella. \p \v 12 Pero su \tl ʼadón\tl* le respondió: No nos desviaremos a ninguna ciudad de extranjeros que no son de los hijos de Israel, sino seguiremos hasta Gabaa. \v 13 Y dijo a su esclavo: Ven, nos acercamos a uno de esos lugares y pasaremos la noche en Gabaa o en Ramá. \v 14 Así que siguieron su camino, y el sol se les ocultó cerca de Gabaa, que era de Benjamín. \v 15 Entraron para pasar la noche en Gabaa y se sentaron en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los recibiera en su casa para pasar la noche. \p \v 16 Y mira, regresaba un anciano de su faena en el campo al anochecer. El hombre era de la región montañosa de Efraín y se albergaba en Gabaa, pero las gentes del lugar eran benjamitas. \v 17 Levantó sus ojos, y al ver al viajero en la plaza de la ciudad, el anciano preguntó: ¿A dónde vas y de dónde vienes? \p \v 18 Y le contestó: Estamos de paso desde Belén de Judá hacia la parte más remota de la región montañosa de Efraín, de donde soy. Fui a Belén de Judá y ahora voy a la Casa de \nd Yavé\nd*, pero no hay quien me reciba en su casa. \v 19 Tenemos pasto y forraje para nuestros asnos, así como pan y vino para mí, para tu esclava y para el esclavo que va con tu esclava. Nada nos falta. \p \v 20 Y el hombre anciano dijo: ¡Paz a ti! Toda tu necesidad estará exclusivamente a mi cargo, solo que no pases la noche en la plaza abierta. \v 21 Los llevó a su casa y dio forraje a sus asnos. Luego se lavaron los pies, comieron y bebieron. \p \v 22 Mientras celebraban, llegaron ahí unos hombres perversos de aquella ciudad que rodearon la casa. Se agolparon en la puerta y hablaron al anciano dueño de la casa, y dijeron: ¡Sácanos al hombre que entró a tu casa para que tengamos relaciones sexuales con él! \p \v 23 El dueño de la casa salió a ellos y les dijo: No, hermanos míos, les ruego. No hagan esta maldad puesto que este hombre entró en mi casa. No cometan tal infamia. \v 24 Aquí está mi hija virgen y la concubina de él. A éstas les sacaré si les place, y humíllenlas. Hagan con ellas lo que les parezca bien, pero a este hombre no le hagan tal infamia. \p \v 25 Pero los hombres no quisieron escucharlo, por lo cual el hombre obligó a su concubina y la hizo salir a ellos, los cuales abusaron sexualmente de ella toda aquella noche hasta la mañana y la dejaron al rayar el alba. \v 26 Cuando amanecía, la mujer llegó y cayó en la puerta de la casa de aquel hombre donde estaba su marido, hasta que aclaró el día. \p \v 27 Al levantarse su marido por la mañana, abrió las puertas de la casa y salió para proseguir su camino, y ciertamente su concubina estaba tendida a la puerta de la casa, con sus manos en la entrada. \v 28 Y él le dijo: Levántate y vámonos. Pero ella no respondió. Entonces el varón se levantó, la echó sobre el asno y se fue a su lugar. \p \v 29 Cuando entró en su casa tomó un cuchillo y echó mano a su concubina. La descuartizó por sus huesos en 12 pedazos y la envió por todo el territorio de Israel. \v 30 Todo el que veía aquello decía: ¡Jamás sucedió ni se vio cosa igual desde el día en el cual los hijos de Israel subieron de la tierra de Egipto hasta hoy! ¡Consideren esto, tomen consejo y hablen! \c 20 \s1 El castigo a Benjamín \p \v 1 Entonces todos los hijos de Israel salieron desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, y la congregación se reunió como un solo hombre ante \nd Yavé\nd* en Mizpa. \v 2 Los jefes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, 400.000 hombres de a pie que sacaban espada, tomaron su posición en la asamblea del pueblo de \nd ʼElohim\nd*. \v 3 Los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa. Los hijos de Israel dijeron: Digan cómo fue cometida esta perversidad. \p \v 4 Y el levita, el marido de la mujer asesinada, respondió: Yo llegué a Gabaa de Benjamín con mi concubina para pasar allí la noche. \v 5 Los hombres de Gabaa se alzaron contra mí, rodearon la casa de noche con intención de matarme, y violaron a mi concubina de tal manera que murió. \v 6 Yo tomé a mi concubina, la corté en trozos y la envié por todo el territorio de la posesión de Israel, porque habían cometido aquella maldad e infamia en Israel. \v 7 Miren, todos ustedes los hijos de Israel están presentes. Den aquí su parecer y consejo. \p \v 8 Entonces todo el pueblo se levantó como un solo hombre y dijeron: Ninguno de nosotros irá a su tienda, ni volverá a su casa. \v 9 Esto es lo que ahora haremos en Gabaa: Iremos contra ella por sorteo. \v 10 Tomaremos diez hombres de cada centenar de todas las tribus de Israel, y 100 de cada 1.000, y 1.000 de cada 10.000, para que lleven provisiones al pueblo, a fin de que vayan a Gabaa de Benjamín y le hagan según toda la repugnancia que cometió en Israel. \v 11 Así todos los hombres de Israel unidos se juntaron contra la ciudad como un solo hombre. \p \v 12 Y las tribus de Israel enviaron hombres por toda la tribu de Benjamín para decir: ¿Qué maldad es esta que cometieron ustedes? \v 13 Ahora pues, entreguen a los hombres, aquellos perversos que están en Gabaa, para que los matemos y quitemos esta infamia de Israel. Pero los hijos de Benjamín no quisieron escuchar la voz de sus hermanos, los hijos de Israel. \v 14 Mas bien, los hijos de Benjamín salieron de sus ciudades y se reunieron en Gabaa para enfrentar en batalla a los hijos de Israel. \v 15 Fueron contados aquel día los hijos de Benjamín que salieron de las ciudades: 26.000 hombres que sacaban espada, además de los habitantes de Gabaa, donde se alistaron 700 hombres escogidos. \v 16 Entre toda esa gente estaban 700 hombres escogidos que eran zurdos. Cada uno podía tirar una piedra con la honda a un cabello y no erraba tiro. \p \v 17 Los hombres de Israel, aparte de Benjamín, ascendían a 400.000 hombres que sacaban espada, todos guerreros. \p \v 18 Se levantaron los hijos de Israel y subieron a Bet-ʼEl. Consultaron a \nd ʼElohim\nd*: ¿Quién de nosotros irá primero a combatir contra los hijos de Benjamín? \p Y \nd Yavé\nd* respondió: \wj Primero Judá.\wj* \p \v 19 Por la mañana se levantaron los hijos de Israel y acamparon contra Gabaa. \v 20 Salieron los hijos de Israel a pelear contra Benjamín, y se alinearon en orden de batalla contra ellos junto a Gabaa. \v 21 Pero los hijos de Benjamín salieron de Gabaa y derribaron a tierra aquel día 22.000 hombres de Israel. \v 22 Pero el pueblo, los hombres de Israel, se reanimaron y volvieron a ordenar batalla en el mismo lugar donde la habían ordenado el día anterior. \p \v 23 Pues los hijos de Israel subieron y lloraron delante de \nd Yavé\nd* hasta llegar la noche. Consultaron a \nd Yavé\nd*: ¿Nos acercaremos otra vez a pelear contra los hijos de nuestro hermano Benjamín? \p \nd Yavé\nd* dijo: \wj Suban contra él.\wj* \p \v 24 Entonces los hijos de Israel llegaron contra los hijos de Benjamín el segundo día. \v 25 Benjamín de Gabaa salió contra ellos el segundo día y otra vez cayeron a tierra 18.000 hombres de los hijos de Israel. Todos ellos sacaban espada. \p \v 26 Entonces todo el pueblo de los hijos de Israel subió, fueron a Bet-ʼEl y lloraron. Permanecieron allí delante de \nd Yavé\nd* y ayunaron aquel día hasta llegar la noche. Sacrificaron holocaustos y ofrendas de paz delante de \nd Yavé\nd*. \v 27 Consultaron los hijos de Israel a \nd Yavé\nd*, pues el Arca del Pacto de \nd ʼElohim\nd* estaba allí aquellos días, \v 28 y Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, ministraba ante ella en aquel tiempo. \p Preguntaron: ¿Volveremos a salir a luchar contra los hijos de nuestro hermano Benjamín, o desistiremos? \p Y \nd Yavé\nd* dijo: \wj ¡Suban, porque mañana lo entregaré en sus manos!\wj* \p \v 29 Entonces Israel tendió emboscadas alrededor de Gabaa. \v 30 Al tercer día, cuando los hijos de Israel subieron contra los hijos de Benjamín, dispusieron batalla frente a Gabaa como las otras veces. \v 31 Los hijos de Benjamín salieron para enfrentarse al pueblo y se alejaron de la ciudad. Como las otras veces, comenzaron a matar a algunos de ellos en los caminos, uno de los cuales sube a Bet-ʼEl y otro a Gabaa. Así mataron en el campo a unos 30 hombres de Israel. \v 32 Los hijos de Benjamín decían: ¡Están vencidos ante nosotros como antes! Pero los hijos de Israel se habían dicho: Huiremos para alejarlos de la ciudad hasta los caminos. \p \v 33 Entonces todos los de Israel se levantaron de su posición y se dispusieron en orden de batalla en Baal-tamar, mientras que la emboscada de Israel se lanzó desde su posición al oeste de Gabaa. \v 34 10.000 hombres escogidos de todo Israel llegaron frente a Gabaa, y la batalla arreciaba, pero los benjaminitas no entendían que el desastre se les venía encima. \v 35 Aquel día \nd Yavé\nd* derrotó a Benjamín ante Israel, y los hijos de Israel mataron a 25.100 hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada. \p \v 36 Los hijos de Benjamín vieron que eran derrotados. Sin embargo, los hijos de Israel cedieron campo a Benjamín, pues confiaban en la emboscada que pusieron contra Gabaa. \v 37 Entonces la gente de la emboscada se apresuró y atacó a Gabaa. Se desplegó y mataron a filo de espada a toda la ciudad. \v 38 Era señal convenida entre los hombres de Israel y los de la emboscada, que éstos harían subir una gran humareda desde la ciudad. \p \v 39 Así, cuando los hombres de Israel volvieron la espalda en el combate, y los de Benjamín comenzaron a causar bajas entre los hombres de los de Israel y mataron a unos 30 hombres, pensaron: De seguro están derrotados ante nosotros como en el primer combate. \v 40 Pero cuando la humareda comenzó a subir de la ciudad, los de Benjamín miraron hacia atrás y vieron que de la ciudad subía el humo al cielo. \v 41 Entonces los hombres de Israel se devolvieron, mientras los de Benjamín se consternaron, pues veían que la catástrofe cayó sobre ellos. \v 42 Por ello volvieron sus espaldas ante los hombres de Israel y tomaron el camino al desierto. Pero la batalla los alcanzó, mientras que los que salían de las ciudades eran exterminados en medio de ellas. \v 43 Cercaron así a los benjamitas y los persiguieron sin tregua hasta frente a Gabaa, hacia donde nace el sol. \v 44 De Benjamín cayeron 18.000 hombres, todos hombres valientes. \v 45 Los demás se volvieron y huyeron hacia el desierto, hasta la peña de Rimón. De ellos fueron abatidos en los caminos otros 5.000 hombres, y siguieron en la persecución hasta Gidom, donde mataron a 2.000 hombres más. \p \v 46 De manera que los que cayeron de Benjamín aquel día fueron 25.000 hombres que sacaban espada, todos hombres valientes. \v 47 Pero 600 hombres se volvieron y huyeron hacia el desierto, hasta la peña de Rimón, y se quedaron en la peña de Rimón cuatro meses. \v 48 Los de Israel se volvieron contra los hijos de Benjamín y los mataron a filo de espada, tanto hombres como animales, y todo lo que fue hallado, e incendiaron las ciudades. \c 21 \s1 Restauración de la tribu de Benjamín \p \v 1 Los hombres de Israel juraron en Mizpa: Ninguno de nosotros dará su hija como esposa a los de Benjamín. \p \v 2 El pueblo llegó a Bet-ʼEl, y allí permanecieron ante \nd ʼElohim\nd* hasta llegar la noche, alzaron la voz e hicieron un gran llanto. \v 3 Y decían: ¿Por qué, oh \nd Yavé, ʼElohim\nd* de Israel, sucedió esto en Israel, que hoy falte una tribu de Israel? \p \v 4 Aconteció que al día siguiente, el pueblo madrugó, edificaron allí un altar y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz. \p \v 5 Entonces los hijos de Israel dijeron: ¿Quién hay de todas las tribus de Israel que no subió con la congregación ante \nd Yavé\nd*? Porque hubo un solemne juramento relacionado con el que no subiera ante \nd Yavé\nd* en Mizpa, y dijeron: ¡Que muera sin compasión! \p \v 6 Los hijos de Israel se compadecieron de su hermano Benjamín y dijeron: ¡Hoy fue cortada una tribu de Israel! \v 7 ¿Cómo haremos en cuanto a esposas para los que quedan, al recordar que juramos por \nd Yavé\nd* que no les daremos a nuestras hijas como esposas? \v 8 Y dijeron: ¿Quién hay de entre todas las tribus de Israel que no subió a \nd Yavé\nd* en Mizpa? Y notaron que ninguno de los habitantes de Jabes Galaad fue al campamento, a la congregación. \v 9 Hicieron un recuento de la gente, y no se halló a ninguno de Jabes Galaad. \p \v 10 Entonces la congregación envió allá 12.000 hombres de entre los más valientes y les ordenaron: ¡Vayan y maten a filo de espada a los habitantes de Jabes Galaad con las mujeres y los niños! \v 11 Esto es lo que harán: Exterminarán completamente a todo varón y a toda mujer que tuvo unión carnal con varón. \v 12 Entre los habitantes de Jabes Galaad hallaron 400 doncellas que no habían tenido unión carnal con varón, las cuales llevaron al campamento en Silo, situado en la tierra de Canaán. \p \v 13 Toda la congregación envió emisarios para que hablaran con los hijos de Benjamín que estaban en la peña de Rimón y les proclamaran paz. \v 14 Los de Benjamín volvieron, y les dieron las mujeres que habían conservado vivas de entre las mujeres de Jabes Galaad, pero no fueron suficientes para ellos. \p \v 15 El pueblo se compadeció de Benjamín, porque \nd Yavé\nd* abrió una brecha en las tribus de Israel. \v 16 Entonces los ancianos de la congregación dijeron: ¿Qué haremos en cuanto a mujeres para los que quedan, ya que las mujeres de Benjamín fueron exterminadas? \v 17 Y agregaron: Que los supervivientes sean herederos de Benjamín, para que no sea borrada una tribu de en medio de Israel. \v 18 Pero nosotros no podemos darles mujeres de entre nuestras hijas. Porque los hijos de Israel se juramentaron: ¡Maldito el que dé esposa a Benjamín! \v 19 Y dijeron: Miren, se acerca la fiesta anual de \nd Yavé\nd* en Silo, al norte de Bet-ʼEl, al oriente del camino que sube de Bet-ʼEl a Siquem, y al sur de Lebona. \p \v 20 Dieron orden a los hijos de Benjamín: Vayan y pongan emboscadas en las viñas. \v 21 Estén alerta, y cuando las hijas de Silo salgan a danzar, salgan de las viñas y cada uno rapte esposa para él de las hijas de Silo, y luego se irán a la tierra de Benjamín. \v 22 Sucederá que cuando sus padres o sus hermanos vengan a pleito ante nosotros, les diremos: Hágannos el favor de concedérnoslas, porque en la guerra no tomamos esposa para cada uno de ellos, ni ustedes las dieron a ellos para que ahora sean culpables de pecado. \p \v 23 Así lo hicieron los hijos de Benjamín, y de entre las danzantes que raptaron llevaron mujeres según el número de ellos. Y regresaron a su heredad, reedificaron las ciudades y vivieron en ellas. \p \v 24 También los hijos de Israel se fueron de allí, cada uno a su tribu y a su familia, y salió cada uno con destino a su heredad. \p \v 25 En aquellos días no había rey en Israel. Cada uno hacía lo que le parecía bien.