\id MAT - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 \ide UTF-8 \h Mateo \toc1 Mateo \toc2 Mateo \toc3 Mt \mt1 Mateo \c 1 \s1 Antepasados de Jesucristo \p \v 1 Estos son los antepasados de Jesucristo, descendiente de David y de Abraham: \p \v 2 Abraham fue el padre de Isaac, Isaac de Jacob y Jacob de Judá y sus hermanos. \p \v 3 Judá tuvo con Tamar a Fares y a Zera; Fares fue el padre de Jezrón y Jezrón de Aram. \p \v 4 Aram fue el padre de Aminadab, Aminadab de Naasón y Naasón de Salmón. \p \v 5 Salmón tuvo con Rajab a Booz; Booz tuvo con Rut a Obed y Obed fue el padre de Isaí. \b \p \v 6 Isaí fue el padre del rey David, y David tuvo a Salomón, cuya madre fue esposa de Urías. \p \v 7 Salomón fue el padre de Roboán, Roboán de Abías y Abías de Asá. \v 8 Asá fue el padre de Josafat, Josafat de Jorán y Jorán de Uzías. \p \v 9 Uzías fue el padre de Jotán, Jotán de Acaz y Acaz de Ezequías. \v 10 Ezequías fue el padre de Manasés, Manasés de Amón y Amón de Josías. \p \v 11 Josías tuvo a Jeconías y a sus hermanos durante el cautiverio en Babilonia. \b \p \v 12 Después del cautiverio, Jeconías tuvo a Salatiel. Salatiel fue el padre de Zorobabel. \v 13 Zorobabel de Abiud, Abiud de Eliaquín y Eliaquín de Azor. \p \v 14 Azor fue el padre de Sadoc, Sadoc de Aquín y Aquín de Eliud. \v 15 Eliud fue el padre de Eleazar, Eleazar de Matán y Matán de Jacob. \p \v 16 Jacob fue el padre de José, esposo de María, y María fue la madre de Jesús, el Mesías. \p \v 17 Así que desde Abraham hasta David hubo catorce generaciones; de David hasta el cautiverio, otras catorce; y desde el cautiverio hasta Cristo, catorce más. \s1 Nacimiento de Jesucristo \p \v 18 Así fue el nacimiento de Jesucristo. Su madre, María, estaba comprometida con José. Pero antes de la boda, el Espíritu Santo hizo que quedara encinta. \v 19 José, su novio, como era un hombre recto, quiso romper el compromiso en secreto, para no manchar el buen nombre de la joven. \v 20 Mientras pensaba en esto se quedó dormido y un ángel se le apareció en sueños y le dijo: \p «José, hijo de David, no temas casarte con María, porque el hijo que lleva en las entrañas lo concibió ella del Espíritu Santo. \v 21 María tendrá un hijo y lo llamarán Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». \p \v 22 De esta manera se cumplió lo que el Señor había anunciado a través del profeta que dijo: \b \p \v 23 «¡Miren! La virgen concebirá y tendrá un hijo y lo llamarán Emanuel» (que quiere decir «Dios está con nosotros»). \b \p \v 24 Al despertar de aquel sueño, José obedeció las palabras del ángel y se casó con María, \v 25 aunque no tuvo relaciones sexuales con ella hasta que nació su hijo. Cuando el niño nació, José lo llamó Jesús. \c 2 \s1 Visita de los sabios \p \v 1 Jesús nació en un pueblo de Judea llamado Belén, durante el reinado de Herodes. Llegaron a Jerusalén varios sabios del oriente, \v 2 y preguntaron: \p ―¿Dónde está el recién nacido rey de los judíos? Vimos su estrella en el lejano oriente y venimos a adorarlo. \p \v 3 Al oír esto, el rey Herodes y la ciudad entera se turbaron. \v 4 Inmediatamente Herodes convocó a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros religiosos del pueblo judío. \p ―¿Saben ustedes dónde nacerá el Mesías? —les preguntó. \p \v 5 ―El Mesías nacerá en Belén de Judea —le respondieron—. Así lo dijo el profeta: \b \p \v 6 »“Y tú, Belén, que estás en Judá, no eres la menos importante de Judá, porque de ti saldrá un caudillo que guiará a mi pueblo Israel”».\f + \fr 2.6 \fr*\ft Miqueas 5.2\ft*\f* \b \p \v 7 Entonces Herodes mandó llamar secretamente a los sabios, y averiguó la fecha exacta en que habían visto por primera vez la estrella. \p \v 8 ―Vayan a Belén y busquen al niño —les dijo—. Cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también pueda ir a adorarlo. \p \v 9 Al terminar la audiencia con el rey, los sabios reanudaron el viaje. ¡Y la estrella que habían visto en el oriente los iba guiando hasta que se detuvo sobre la casa donde estaba el niño! \p \v 10 Los sabios se llenaron de alegría cuando vieron la estrella. \v 11 Entonces entraron en la casa, y al ver al niño con María, su madre, se postraron ante él para adorarlo. Luego abrieron sus alforjas y le ofrecieron como tributo oro, incienso y mirra. \p \v 12 Después Dios les avisó en sueños que no regresaran a donde estaba Herodes, y por eso se fueron a su país por otro camino. \s1 La huida a Egipto \p \v 13 Cuando los visitantes ya habían partido, un ángel del Señor se le apareció a José en sueños y le dijo: \p «Levántate y huye a Egipto con el niño y su madre, y quédate allá hasta que yo te avise, porque el rey Herodes va a buscar al niño para matarlo». \p \v 14 Aquella misma noche huyó José con María y el niño hacia Egipto, \v 15 donde habrían de permanecer hasta la muerte del rey Herodes. Así se cumplió lo que había predicho el Señor por medio del profeta: \b \p «De Egipto llamé a mi Hijo».\f + \fr 2.15 \fr*\ft Os. 11.1\ft*\f* \b \p \v 16 Entonces Herodes se puso furioso por la burla de los sabios y mandó matar a todos los niños varones que vivieran en Belén y sus alrededores y que tuvieran dos años o menos. Lo ordenó así tomando en cuenta el tiempo que los sabios le habían indicado. \v 17 Así se cumplió lo que había dicho el profeta Jeremías: \b \p \v 18 «Gritos de agonía y llanto incontenible se escuchan en Ramá; es Raquel que llora desconsolada la muerte de sus hijos».\f + \fr 2.18 \fr*\ft Jer. 31.15\ft*\f* \s1 El regreso a Nazaret \p \v 19 Cuando Herodes murió, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto, \v 20 y le dijo: \p «Levántate y regresa con el niño y su madre a Israel; porque los que querían matarlo ya murieron». \p \v 21 Así fue como José regresó a la tierra de Israel con el niño y su madre. Pero en el camino se enteró de que Arquelao, hijo de Herodes, reinaba en Judea, y tuvo miedo de ir allí. \p \v 22 Luego Dios le indicó en sueños que fuera a Galilea; \v 23 y se fueron a vivir a un lugar llamado Nazaret. Así se cumplieron las predicciones de los profetas que afirmaban que Jesús sería llamado nazareno. \c 3 \s1 Juan el Bautista prepara el camino \p \v 1 En aquellos días, Juan el Bautista comenzó a predicar en el desierto de Judea. \v 2 Este era su mensaje: «Arrepiéntanse de sus pecados porque el reino de los cielos se ha acercado». \p \v 3 Siglos atrás, el profeta Isaías había hablado de Juan y lo describió así:\f + \fr 3.3 \fr*\ft Isaías 40.3\ft*\f* \b \p «Una voz clama en el desierto: “Prepárenle el camino al Señor; que nada le estorbe a su paso”». \b \p \v 4 Juan usaba ropa hecha de pelo de camello y se la sujetaba con un cinto de cuero. Su alimentación consistía en langostas del desierto y miel silvestre. \p \v 5 Toda la gente de Jerusalén, de todo el valle del Jordán y de toda Judea, iba al desierto a escucharlo. \v 6 A los que reconocían que eran pecadores, él los bautizaba en el río Jordán. \v 7 Y cuando vio que entre los que iban a bautizarse había muchos fariseos y saduceos, les dijo: \p «Crías de víboras, ¿quién les dijo que así podrán escapar de la ira de Dios que vendrá sobre ustedes? \v 8 Demuestren, antes de bautizarse, que están arrepentidos. \v 9 No crean que les basta con decir que son descendientes de Abraham, porque Dios puede sacar hijos de Abraham aun de estas piedras. \v 10 El hacha está lista para talar los árboles que no den fruto y arrojarlos al fuego. \p \v 11 »Yo bautizo con agua a los que se arrepienten de sus pecados; pero después de mí vendrá alguien que es más poderoso que yo y él bautizará con el Espíritu Santo y fuego. ¡Yo ni siquiera soy digno de desatar sus zapatos! \v 12 Él está listo para separar la paja del trigo; quemará la paja en un fuego que nunca se apaga y guardará el trigo en su granero». \s1 Bautismo de Jesús \p \v 13 Jesús fue desde Galilea a donde estaba Juan en el río Jordán, para que lo bautizara. \v 14 Pero Juan no quería hacerlo. \p ―¿Cómo va a ser eso? —le decía Juan a Jesús—. ¡Tú eres el que debería bautizarme a mí! \p \v 15 \wj ―Juan\wj* —le respondió Jesús—, \wj bautízame, porque nos conviene cumplir lo que Dios manda.\wj* \p Y Juan lo bautizó. \p \v 16 Cuando Jesús salía de las aguas del bautismo, los cielos se abrieron y vio que el Espíritu de Dios descendía sobre él en forma de paloma; \v 17 y una voz de los cielos dijo: \p «Este es mi Hijo amado, y en él me complazco». \c 4 \s1 Tentación de Jesús \p \v 1 El Espíritu Santo condujo a Jesús al desierto para que el diablo lo tentara. \p \v 2 Luego de pasar cuarenta días y cuarenta noches sin probar bocado, Jesús sintió hambre \v 3 y el diablo se le acercó. \p ―Si eres el Hijo de Dios —le dijo—, haz que estas piedras se conviertan en pan. \p \v 4 \wj ―¡No!\wj* —le respondió Jesús—. \wj Escrito está: “Para vivir no sólo es importante el pan: debemos obedecer todo lo que manda Dios”.\wj* \p \v 5 Entonces el diablo lo llevó al lugar más alto del templo de Jerusalén. \p \v 6 ―Si eres el Hijo de Dios —le dijo—, tírate desde aquí. Las Escrituras dicen que Dios enviará a sus ángeles a cuidarte, y ni siquiera te tropezarás con las rocas. \p \v 7 \wj ―Pero las Escrituras también dicen: “No pongas a prueba a tu Dios”\wj* —le respondió Jesús. \p \v 8 Finalmente el diablo lo llevó a la cima de una alta montaña y le mostró las naciones del mundo y la gloria que hay en ellas. \p \v 9 ―Todo esto te lo daré si de rodillas me adoras —le dijo. \p \v 10 \wj ―¡Vete de aquí, Satanás!\wj* —le respondió Jesús—. \wj Las Escrituras dicen: “Sólo al Señor tu Dios adorarás, y solamente a él le obedecerás”.\wj* \p \v 11 El diablo se fue, y ¡los ángeles llegaron a atender a Jesús! \s1 Jesús comienza a predicar \p \v 12 Cuando Jesús oyó que habían encarcelado a Juan, regresó a Galilea. \p \v 13 Pero no mucho después dejó Nazaret y se trasladó a Capernaum, junto al lago, en la región de Zabulón y Neftalí. \v 14 Así se cumplió la profecía de Isaías: \b \p \v 15 «Tierra de Zabulón y Neftalí, que estás en el camino al mar, al otro lado del Jordán, Galilea, donde tantos extranjeros habitan: \p \v 16 El pueblo que estaba en tinieblas vio una gran luz y al pueblo que andaba en regiones de sombra de muerte le resplandeció la luz». \b \p \v 17 Y desde aquel mismo instante Jesús comenzó a predicar: \p \wj «Arrepiéntanse de sus pecados porque el reino de los cielos se ha acercado».\wj* \s1 Llamamiento de los primeros discípulos \p \v 18 Un día, caminando Jesús a orillas del lago de Galilea, vio a dos pescadores que tiraban la red al agua. Eran Simón, mejor conocido por Pedro, y Andrés, su hermano. \p \v 19 \wj «Síganme y los convertiré en pescadores de hombres»,\wj* les dijo Jesús. \p \v 20 Inmediatamente dejaron la red y lo siguieron. \p \v 21 Un poco más adelante vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, que estaban sentados en una barca, con Zebedeo su padre, y remendaban las redes. Cuando Jesús los llamó, \v 22 dejaron a su padre a cargo de lo que estaban haciendo y siguieron a Jesús. \s1 Jesús sana a los enfermos \p \v 23 Jesús recorrió toda Galilea enseñando en las sinagogas, proclamando las buenas noticias del reino y sanando las enfermedades y dolencias de la gente. \p \v 24 Su fama llegó hasta Siria, y le traían todo tipo de enfermos: No había enfermo, endemoniado, loco o paralítico que le trajeran y a quien no sanara. \v 25 Y dondequiera que iba lo seguían multitudes enormes de Galilea, Decápolis, Jerusalén, toda Judea y de los territorios al este del río Jordán. \c 5 \s1 Las bienaventuranzas \p \v 1 Al ver que la multitud se le acercaba, Jesús subió a un monte. \v 2 Allí se sentó, y cuando sus discípulos se le acercaron comenzó a enseñarles: \p \v 3 \wj «¡Dichosos los que reconocen su pobreza espiritual, porque de ellos es el reino de los cielos!\wj* \v 4 \wj ¡Dichosos los que lloran, porque serán consolados!\wj* \v 5 \wj ¡Dichosos los mansos, porque el mundo entero les pertenecerá!\wj* \v 6 \wj ¡Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán satisfechos!\wj* \v 7 \wj ¡Dichosos los que tienen compasión de otros, porque Dios tendrá compasión de ellos!\wj* \v 8 \wj ¡Dichosos los que tienen un corazón limpio, porque verán a Dios!\wj* \v 9 \wj ¡Dichosos los que hacen la paz, porque serán llamados hijos de Dios!\wj* \v 10 \wj ¡Dichosos los que sufren persecución por ser justos, porque el reino de los cielos les pertenece!\wj* \p \v 11 \wj »Dichosos ustedes cuando alguien los ofenda o persiga o diga todo tipo de mentiras contra ustedes por ser mis discípulos.\wj* \v 12 \wj ¡Alégrense mucho, porque en el cielo les espera una gran recompensa! Así fue como persiguieron a los profetas antiguos.\wj* \s1 La sal y la luz \p \v 13 \wj »Ustedes son la sal del mundo. Si la sal pierde el sabor, ¿para qué va a servir? ¡Sólo para que la boten y la pisoteen por inservible!\wj* \p \v 14 \wj »Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no puede esconderse.\wj* \v 15 \wj Nadie enciende una lámpara para esconderla bajo un cajón, sino que la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa.\wj* \v 16 \wj ¡Así dejen ustedes brillar su luz ante toda la gente! ¡Que las buenas obras que ustedes realicen brillen de tal manera que la gente adore al Padre celestial!\wj* \s1 El cumplimiento de la ley \p \v 17 \wj »No vayan a creer que vine a anular la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas. Al contrario, vine a darles su verdadero significado.\wj* \v 18 \wj Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni la parte más pequeña e insignificante de la ley se pasará por alto, hasta que esta se cumpla totalmente.\wj* \v 19 \wj Por eso, el que desobedezca el más pequeño mandamiento, y así les enseñe a los demás, se convertirá en la persona más pequeña del reino de los cielos; pero quien obedezca y enseñe los mandamientos de Dios, será grande en el reino de los cielos.\wj* \v 20 \wj Les advierto que, a menos que ustedes sean más justos que los fariseos y los maestros de la ley de Dios, no podrán entrar al reino de los cielos.\wj* \s1 El homicidio \p \v 21 \wj »Ustedes saben que bajo la ley de Moisés la regla era que el que matara sería castigado.\wj* \v 22 \wj Pues yo añado que el que se enoja contra su hermano está cometiendo el mismo delito. El que le dice “idiota” a su hermano, merece que lo lleven al juzgado. Y el que maldiga a una persona, merece ir a parar a las llamas del infierno.\wj* \v 23 \wj Por lo tanto, si mientras estás presentando tu ofrenda delante del altar, te acuerdas de pronto de que alguien tiene algo contra ti,\wj* \v 24 \wj deja allí mismo tu ofrenda. Vete primero a reconciliarte con tu hermano y luego regresa a presentar tu ofrenda.\wj* \v 25 \wj Reconcíliate con tu enemigo de inmediato antes que sea demasiado tarde, te lleve a juicio y te arrojen en la cárcel.\wj* \v 26 \wj Te aseguro que tendrás que permanecer allí hasta que pagues el último centavo.\wj* \s1 El adulterio \p \v 27 \wj »Ustedes saben que está escrito en la ley: “No cometerás adulterio”.\wj* \v 28 \wj Pero yo les digo: Cualquiera que mira a una mujer y desea acostarse con ella, comete adulterio en su corazón.\wj* \v 29 \wj Así que si uno de tus ojos te hace pecar, sácatelo y échalo lejos. Es mejor perder un miembro del cuerpo, y no que el cuerpo entero sea echado al infierno.\wj* \v 30 \wj Y si tu mano derecha te conduce al pecado, córtatela y échala lejos. Es mejor quedarse manco que ir al infierno.\wj* \s1 El divorcio \p \v 31 \wj »También está escrito: “El que quiera separarse de su esposa, debe darle un certificado de divorcio”.\wj* \v 32 \wj Pero yo les digo que el hombre que se divorcia de su esposa, excepto cuando esta haya sido infiel, hace que ella cometa adulterio y que el que se case con ella también lo cometa.\wj* \s1 Los juramentos \p \v 33 \wj »Ustedes también saben que hace mucho se dio este mandamiento: “Cumplan lo que le juren a Dios”.\wj* \v 34 \wj Pero yo les digo: Nunca juren. No juren por el cielo, porque es el trono de Dios;\wj* \v 35 \wj ni juren por la tierra, porque es donde él pone sus pies; ni por Jerusalén, porque Jerusalén es la capital del gran Rey.\wj* \v 36 \wj Ni siquiera juren por su propia cabeza, porque no pueden volver blanco o negro ni un solo cabello.\wj* \v 37 \wj Es suficiente con que digan “sí” o “no” y nada más. Si dicen algo más, seguro viene del maligno.\wj* \s1 Ojo por ojo \p \v 38 \wj »Ustedes saben que está escrito: “Ojo por ojo y diente por diente”.\wj* \v 39 \wj Pero yo les digo: No paguen mal por mal. Si los abofetean en la mejilla derecha, presenten la otra.\wj* \v 40 \wj Si los llevan a juicio y les quitan la camisa, denles también el abrigo.\wj* \v 41 \wj Si los obligan a llevar una carga un kilómetro, llévenla dos kilómetros.\wj* \v 42 \wj Denle al que les pida, y no le den la espalda al que les pida prestado.\wj* \s1 El amor a los enemigos \p \v 43 \wj »También conocen el mandamiento que dice: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”.\wj* \v 44 \wj Pero yo les digo: ¡Amen a sus enemigos! ¡Oren por quienes los persiguen!\wj* \v 45 \wj De esta forma estarán actuando como hijos de su Padre que está en el cielo, porque él da la luz del sol a los malos y a los buenos y envía la lluvia a los justos y a los injustos.\wj* \v 46 \wj Si ustedes aman sólo a los que los aman, ¿qué de extraordinario tiene eso? ¡Aun la gente mala puede hacerlo!\wj* \v 47 \wj Y si sólo saludan a sus hermanos, ¿qué hacen de más? ¡Aun los paganos hacen eso!\wj* \v 48 \wj Ustedes deben ser perfectos, como su Padre que está en los cielos es perfecto.\wj* \c 6 \s1 El dar a los necesitados \p \v 1 \wj »¡Mucho cuidado con andar haciendo buenas obras para que los demás los vean y admiren! ¡Los que así lo hacen no tendrán recompensa del Padre que está en el cielo!\wj* \v 2 \wj Cuando den alguna limosna, no lo anden proclamando como los hipócritas, que tocan trompetas en las sinagogas y en las calles para que la gente se fije en lo caritativos que son. ¡Les aseguro que, aparte de eso, no tendrán otra recompensa!\wj* \v 3 \wj Pero cuando hagan algún bien, háganlo discretamente.\wj* \v 4 \wj ¡Ah, pero el Padre de ustedes, que conoce todos los secretos, los recompensará!\wj* \s1 La oración \p \v 5 \wj »Y cuando oren, no hagan como hacen los hipócritas, que oran de pie en las esquinas y en las sinagogas para que todo el mundo los vea. Les aseguro que aparte de eso, no tendrán más recompensa.\wj* \v 6 \wj Pero cuando ustedes oren, háganlo a solas, a puerta cerrada; y el Padre de ustedes, que conoce todos los secretos, los recompensará.\wj* \p \v 7 \wj »Cuando estén orando, no hagan como los paganos que se ponen a repetir la misma oración, porque piensan que mientras más palabras usen más los va a escuchar Dios.\wj* \v 8 \wj No los imiten. Dios Padre sabe exactamente lo que ustedes necesitan antes que se lo pidan.\wj* \v 9 \wj Ustedes oren así: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.\wj* \v 10 \wj Venga tu reino y cúmplase en la tierra tu voluntad como se cumple en el cielo.\wj* \v 11 \wj Danos hoy los alimentos que necesitamos,\wj* \v 12 \wj y perdona nuestros pecados, así como nosotros perdonamos a los que nos han hecho mal.\wj* \v 13 \wj No nos metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Amén”.\wj* \p \v 14 \wj »Su Padre celestial los perdonará si perdonan a los que les hacen mal;\wj* \v 15 \wj pero si se niegan a perdonarlos, su Padre no los perdonará a ustedes.\wj* \s1 El ayuno \p \v 16 \wj »Cuando ustedes ayunen, no lo hagan en público como los hipócritas, que tratan de aparentar que están pálidos y desaliñados para que la gente se dé cuenta de que ayunaron. Les aseguro que, aparte de esto, no tendrán más recompensa.\wj* \v 17 \wj Pero cuando ustedes ayunen, lávense la cara y arréglense,\wj* \v 18 \wj para que nadie, excepto el Padre que ve lo secreto, se dé cuenta de que están ayunando. Y el Padre, que conoce lo secreto, los recompensará.\wj* \s1 Tesoros en el cielo \p \v 19 \wj »No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre echan a perder las cosas y donde los ladrones roban.\wj* \v 20 \wj ¡Háganse tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que puedan corromper, ni ladrones que les roben!,\wj* \v 21 \wj pues donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón.\wj* \p \v 22 \wj »Los ojos son la lámpara del cuerpo. Si tu ojo es bondadoso, andarás en la luz;\wj* \v 23 \wj pero si tu ojo es maligno, estarás sumido en la oscuridad. Y si tu luz no es más que oscuridad, tu oscuridad ¡qué negra debe ser!\wj* \p \v 24 \wj »Nadie puede servir a dos amos. No puedes servir a Dios y al dinero, pues amarás a uno y odiarás al otro, o servirás a uno y despreciarás al otro.\wj* \s1 De nada sirve preocuparse \p \v 25 \wj »Por ello les aconsejo que no se preocupen por la comida, la bebida o la ropa. ¡Es mucho más importante tener vida y un cuerpo, que tener qué comer y qué vestir!\wj* \v 26 \wj Fíjense en los pájaros, que no siembran ni cosechan ni andan guardando comida, y el Padre celestial los alimenta. ¡Para él ustedes valen más que cualquier ave!\wj* \v 27 \wj Además, ¿qué gana uno con preocuparse?; ¿podemos acaso alargar nuestra vida aunque sea una hora?\wj* \v 28 \wj ¿Para qué preocuparse de la ropa? ¡Miren los lirios del campo, que no tejen su propia ropa,\wj* \v 29 \wj y ni aun Salomón con todo su esplendor se vistió jamás con tanta belleza.\wj* \v 30 \wj Si Dios cuida tan admirablemente las flores, que hoy están aquí y mañana se queman en el fuego, ¿no los cuidará mucho más a ustedes, hombres de poca fe?\wj* \v 31 \wj Por eso, no se anden preocupando por la comida o por la ropa.\wj* \v 32 \wj ¡Los paganos son los que siempre se andan preocupando de esas cosas! Recuerden que su Padre celestial sabe lo que necesitan.\wj* \v 33 \wj Lo más importante es que primero busquen el reino de Dios y hagan lo que es justo. Así, Dios les proporcionará todo lo que necesiten.\wj* \v 34 \wj No se preocupen por lo que sucederá mañana, pues mañana tendrán tiempo para hacerlo. Ya tienen suficiente con los problemas de hoy.\wj* \c 7 \s1 El juzgar a los demás \p \v 1 \wj »No juzguen a los demás, para que Dios no los juzgue a ustedes,\wj* \v 2 \wj porque de la manera como juzguen a otros, así Dios los juzgará a ustedes; Dios los va a tratar de la misma forma en que ustedes traten a los demás.\wj* \v 3 \wj ¿Cómo te atreves a mirar la paja que está en el ojo de tu hermano, si tienes una viga en el tuyo?\wj* \v 4 \wj ¿Cómo le pedirás a tu amigo que te deje sacarle la paja que tiene en su ojo, si la viga que tienes en el tuyo no te deja ver?\wj* \v 5 \wj ¡Hipócrita! Sácate primero la viga que tienes en tu ojo, para que puedas ver bien cuando estés sacando la paja del ojo de tu hermano.\wj* \p \v 6 \wj »No le den lo que es santo a los perros, ni echen perlas delante de los puercos; porque son capaces de pisotearlas y luego dar media vuelta y atacarlos a ustedes.\wj* \s1 Pidan, busquen, llamen \p \v 7 \wj »Pidan y se les concederá lo que pidan. Busquen y hallarán. Toquen y se les abrirá la puerta.\wj* \v 8 \wj Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.\wj* \v 9 \wj ¿Si su hijo le pide pan, ¿quién de ustedes será capaz de darle una piedra?\wj* \v 10 \wj Y si le pide pescado, seguro que no le dará una serpiente venenosa, ¿verdad?\wj* \v 11 \wj Pues si ustedes que son malos saben dar buenas cosas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que se las pidan!\wj* \p \v 12 \wj »Haz a otros todo lo que quieras que te hagan a ti. En esto se resumen las enseñanzas de la ley y de los profetas.\wj* \s1 La puerta estrecha y la puerta ancha \p \v 13 \wj »Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conducen a la perdición; por eso muchísimas personas los prefieren.\wj* \v 14 \wj En cambio, estrecha es la puerta y angosto el camino que conducen a la vida, y muy pocas personas los hallan.\wj* \s1 El árbol y sus frutos \p \v 15 \wj »Cuídense de los falsos maestros que se les acercan disfrazados de ovejas, pero en realidad son lobos capaces de destrozarlos.\wj* \v 16 \wj De la misma manera que uno puede identificar un árbol por los frutos que lleva, así podrán identificar a esos falsos profetas por la forma en que se comportan. ¿Quién confunde una vid con un espino o una higuera con abrojos?\wj* \v 17 \wj El buen árbol produce buenos frutos; y el malo, malos frutos.\wj* \v 18 \wj Es imposible que un buen árbol produzca frutos desagradables. Por otro lado, es imposible que un mal árbol produzca buenos frutos.\wj* \v 19 \wj Por eso los árboles que dan malos frutos se cortan y se queman.\wj* \v 20 \wj Igualmente, una persona se conoce por las acciones que realiza.\wj* \p \v 21 \wj »No todos los que se dirijan a mí llamándome “Señor, Señor”, entrarán en el reino de los cielos. Allí sólo entrarán los que obedezcan a mi Padre que está en el cielo.\wj* \v 22 \wj El día del juicio muchos me dirán: “Señor, nosotros predicamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios y realizamos muchísimos milagros”.\wj* \v 23 \wj Pero yo les responderé: “A ustedes nunca los conocí. Apártense de mí, porque sus obras son malignas”.\wj* \s1 El prudente y el insensato \p \v 24 \wj »Todo el que presta atención a mis enseñanzas y las pone en práctica es tan sabio como el hombre que edificó su casa sobre una roca bien firme.\wj* \v 25 \wj Cuando llegaron las lluvias, las inundaciones y los huracanes, la casa no se derrumbó porque estaba edificada sobre roca.\wj* \v 26 \wj Pero el que oye mis enseñanzas y no las pone en práctica, es como el tonto que edificó su casa sobre la arena.\wj* \v 27 \wj Cuando llegaron las lluvias, las inundaciones y los fuertes vientos, la casa se derrumbó y su ruina fue irreparable».\wj* \p \v 28 Cuando Jesús terminó de impartir estas enseñanzas, la multitud que lo había escuchado quedó admirada, \v 29 porque enseñaba como alguien que tiene gran autoridad y no como los escribas. \c 8 \s1 Jesús sana a un leproso \p \v 1 Jesús descendía de la colina seguido de una multitud inmensa \v 2 cuando, de pronto, un leproso se le acercó y se puso de rodillas ante él. \p ―Señor —suplicó el leproso—, si quieres, puedes curarme. \p \v 3 Jesús, extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: \p \wj ―Quiero. ¡Ya estás curado!\wj* \p E instantáneamente la lepra desapareció. \p \v 4 \wj ―No te detengas a conversar con nadie\wj* —le ordenó entonces Jesús—. \wj Ve en seguida a que el sacerdote te examine y presenta la ofrenda que requiere la ley de Moisés, para que les conste que ya estás bien.\wj* \s1 La fe del centurión \p \v 5 Cuando Jesús llegó a Capernaúm, un capitán del ejército romano se le acercó y le rogó \v 6 que sanara a un sirviente que estaba en cama paralítico y que sufría mucho. \p \v 7 Le respondió Jesús: \p \wj ―Iré a sanarlo.\wj* \p \v 8 ―Señor —le dijo entonces el capitán—, no soy digno de que vayas a mi casa. Desde aquí mismo puedes ordenar que se sane mi criado y se sanará. \v 9 Lo sé, porque estoy acostumbrado a obedecer las órdenes de mis superiores; además, si yo le digo a alguno de mis soldados que vaya a algún lugar, va; y si le digo que venga, viene; y si le digo a mi esclavo que haga esto o aquello, lo hace. \p \v 10 Al oír esto, Jesús se maravilló y les dijo a quienes lo seguían: \p \wj ―¡En todo Israel no he hallado una fe tan grande como la de este hombre!\wj* \v 11 \wj Óiganme lo que les digo: Muchos gentiles, al igual que este soldado romano, irán de todas partes del mundo a sentarse en el reino de los cielos con Abraham, Isaac y Jacob.\wj* \v 12 \wj En cambio, muchos israelitas que deberían estar en el reino, serán arrojados a las tinieblas de afuera donde todo es llorar y crujir los dientes.\wj* \p \v 13 Entonces Jesús le dijo al soldado: \p \wj ―Vete; lo que creíste ya se ha cumplido.\wj* \p Y el criado se sanó en aquella misma hora. \s1 Jesús sana a muchos enfermos \p \v 14 Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, la suegra de este estaba en cama con una fiebre muy alta. \v 15 Jesús fue y la tocó, y la fiebre la dejó; y ella se levantó a servirlos. \p \v 16 Por la noche llevaron varios endemoniados a Jesús. Bastaba una sola palabra para que los demonios huyeran y los enfermos sanaran. \v 17 Así se cumplió la profecía de Isaías: «Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias».\f + \fr 8.17 \fr*\ft Isaías 53.4\ft*\f* \s1 Lo que cuesta seguir a Jesús \p \v 18 Al ver Jesús que la multitud crecía, pidió a sus discípulos que se prepararan para pasar al otro lado del lago. \v 19 En eso, un maestro de la ley de Dios le dijo: \p ―Maestro, te seguiré vayas adonde vayas. \p \v 20 \wj ―Las zorras tienen guaridas y las aves nidos\wj* —le respondió Jesús—; \wj pero yo, el Hijo del hombre, no tengo ni dónde recostar la cabeza.\wj* \p \v 21 Otro de sus seguidores le dijo: \p ―Señor, te seguiré pero déjame que vaya antes a enterrar a mi padre. \p \v 22 Pero Jesús le contestó: \p \wj ―No, sígueme ahora. Deja que los que están muertos se ocupen de sus muertos.\wj* \s1 Jesús calma la tormenta \p \v 23 Entonces subió a una barca con sus discípulos y zarparon de allí. \v 24 Durante la travesía se quedó dormido. \p Poco después se levantó una tormenta tan violenta que las olas inundaban la barca. \v 25 Los discípulos corrieron a despertar a Jesús: \p ―¡Señor, sálvanos! ¡Nos estamos hundiendo! \p \v 26 \wj ―Hombres de poca fe, ¿a qué viene tanto miedo?\wj* —les respondió. \p Entonces, se puso de pie, reprendió al viento y a las olas, y la tormenta cesó y todo quedó en calma. \p \v 27 Pasmados, los discípulos se decían: \p «¿Quién es este, que aun los vientos y la mar lo obedecen?». \s1 Liberación de dos endemoniados \p \v 28 Ya al otro lado del lago, en tierra de los gadarenos, dos endemoniados le salieron al encuentro. Vivían en el cementerio, y eran tan peligrosos que nadie se atrevía a andar por aquella zona. \v 29 Al ver a Jesús, le gritaron: \p ―¡Déjanos tranquilos, Hijo de Dios! ¡Todavía no es hora de que nos atormentes! \p \v 30 Por aquellos alrededores andaba un hato de cerdos, \v 31 y los demonios le suplicaron a Jesús: \p ―Si nos vas a echar fuera, déjanos entrar en aquel hato de cerdos. \p \v 32 \wj ―Está bien\wj* —les respondió Jesús—. \wj Vayan.\wj* \p Y los demonios salieron de los hombres y entraron en aquellos cerdos. Estos se despeñaron desde un acantilado y se ahogaron en el lago. \p \v 33 Los que cuidaban los cerdos salieron corriendo y se fueron a la ciudad a contar lo sucedido, \v 34 y la ciudad entera vino al encuentro de Jesús y le suplicaron que se fuera de aquellos lugares. \c 9 \s1 Jesús sana a un paralítico \p \v 1 Jesús se subió de nuevo a la barca y regresó a la ciudad donde residía. \p \v 2 Varios hombres le trajeron a un paralítico tendido en un camastro. Cuando Jesús vio la fe que tenían, dijo al enfermo: \p \wj ―¡Ten ánimo, hijo! ¡Te perdono tus pecados!\wj* \p \v 3 «¡Blasfemia!» —pensaron algunos de los maestros religiosos que lo oyeron. \p \v 4 Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: \p \wj ―¿A qué vienen esos malos pensamientos?\wj* \v 5 \wj Díganme, ¿qué es más difícil: sanar a un enfermo o perdonarle sus pecados?\wj* \v 6 \wj Pues voy a demostrarles que tengo autoridad en la tierra para perdonar los pecados.\wj* \p Entonces se dirigió al paralítico y le dijo: \p \wj ―¡Levántate, recoge la camilla y vete a tu casa!\wj* \p \v 7 Y el paralítico se puso de pie y se fue a su casa. \p \v 8 Un escalofrío de temor sacudió a la multitud ante aquel milagro, y todos alababan a Dios por haberles dado tanto poder a los seres humanos. \s1 Llamamiento de Mateo \p \v 9 Al salir del lugar, Jesús vio a Mateo, un cobrador de impuestos que estaba sentado junto a la mesa donde se pagaban los tributos. \p \wj «Sígueme»,\wj* le dijo Jesús. \p Mateo se levantó y se fue con él. \p \v 10 Ese mismo día cenó Jesús en su casa. Y junto con sus discípulos había muchos cobradores de impuestos y gente pecadora. \v 11 Al ver eso, los fariseos se indignaron. \p ―¿Por qué su Maestro anda con gente de esa calaña? —preguntaron a los discípulos. \p \v 12 Jesús alcanzó a oír aquellas palabras y les respondió: \p \wj ―Porque los sanos no necesitan médico, y los enfermos sí.\wj* \v 13 \wj Vayan y traten de entender el texto que dice: “Misericordia quiero, no sacrificios”, porque yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los malos.\wj* \s1 Le preguntan a Jesús sobre el ayuno \p \v 14 Un día los discípulos de Juan se le acercaron a preguntarle: \p ―¿Por qué tus discípulos no ayunan como los fariseos y nosotros? \p \v 15 \wj ―¿Acaso pueden estar tristes los invitados a una boda mientras el novio está con ellos?\wj* —les preguntó Jesús—. \wj ¡Claro que no! Pero llegará el momento en que les quitarán al novio y entonces sí ayunarán.\wj* \v 16 \wj A nadie se le ocurre remendar un vestido viejo con una tela nueva, porque lo más probable es que la tela nueva se encoja y rompa la vieja, con lo cual la rotura se haría mayor.\wj* \v 17 \wj Y a nadie se le ocurre echar vino nuevo en odres viejos, porque los odres se romperían, y se perderían el vino y los odres. El vino nuevo se debe echar en odres nuevos, para que ambos se conserven.\wj* \s1 Una niña muerta y una mujer enferma \p \v 18 Apenas terminó de pronunciar estas palabras, cuando un jefe de los judíos llegó y se postró ante él. \p ―Mi hija acaba de morir —le dijo—, pero sé que resucitará si vas y la tocas. \p \v 19 Jesús y los discípulos se dirigieron al hogar del jefe judío. \v 20 Mientras iban, una mujer que llevaba doce años enferma de un derrame de sangre, se acercó por detrás y tocó el borde del manto de Jesús. \v 21 Ella pensaba que si lo tocaba sanaría. \v 22 Jesús se volvió y le dijo: \p \wj ―Hija, tu fe te ha sanado. Vete tranquila.\wj* \p Y la mujer sanó en aquel mismo momento. \p \v 23 Al llegar a la casa del jefe judío y escuchar el alboroto de los presentes y la música fúnebre, \v 24 Jesús dijo: \p \wj ―Salgan de aquí. La niña no está muerta, sólo está dormida.\wj* \p La gente se rio de Jesús, \v 25 y todos salieron. Jesús entró donde estaba la niña y la tomó de la mano. ¡Y la niña se levantó sana! \p \v 26 La noticia de este milagro se difundió por toda aquella región. \s1 Jesús sana a los ciegos y a los mudos \p \v 27 Cuando regresaba de la casa del jefe judío, dos ciegos lo siguieron gritando: \p ―¡Hijo de David, apiádate de nosotros! \p \v 28 Al llegar a la casa, Jesús les preguntó: \p \wj ―¿Creen que puedo devolverles la vista?\wj* \p ―Sí, Señor —le contestaron—; creemos. \p \v 29 Entonces él les tocó los ojos y dijo: \wj —Hágase realidad lo que han creído.\wj* \p \v 30 ¡Y recobraron la vista! \p Jesús les pidió encarecidamente que no se lo contaran a nadie, \v 31 pero apenas salieron de allí se pusieron a divulgar por aquellos lugares lo que Jesús había hecho. \p \v 32 Cuando se fueron los ciegos, le llevaron a la casa a un hombre que había quedado mudo por culpa de demonios que se le habían metido. \v 33 Tan pronto como Jesús los echó fuera, el hombre pudo hablar. La gente, maravillada, exclamó: \p «¡Jamás habíamos visto algo semejante en Israel!». \p \v 34 En cambio, los fariseos decían: \p «Él puede echar fuera demonios porque tiene dentro al mismísimo príncipe de los demonios». \s1 Son pocos los obreros \p \v 35 Jesús recorría las ciudades y los pueblos de la región enseñando en las sinagogas, predicando las buenas nuevas del reino y sanando a la gente de sus enfermedades y dolencias. \v 36 Al ver a las multitudes, sintió compasión de ellas, porque eran como ovejas desamparadas y dispersas que no tienen pastor. \p \v 37 \wj «¡Es tan grande la mies y hay tan pocos obreros!»\wj* —les dijo a los discípulos—. \v 38 \wj «Pidan que el Señor de la mies consiga más obreros para sus campos».\wj* \c 10 \s1 Jesús envía a los doce \p \v 1 Jesús reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para echar fuera espíritus malignos y para sanar toda clase de enfermedades y dolencias. \v 2 Los doce apóstoles eran: \p Simón, también llamado Pedro; Andrés, hermano de Pedro; Jacobo, hijo de Zebedeo; Juan, hermano de Jacobo; \v 3 Felipe; Bartolomé; Tomás; Mateo, cobrador de impuestos; Jacobo, hijo de Alfeo; Tadeo; \v 4 Simón, miembro de los zelotes, y Judas Iscariote, el que más tarde lo traicionó. \p \v 5 A estos doce Jesús los envió y les dio las siguientes instrucciones: \p \wj «No vayan a los que no son judíos ni a los samaritanos.\wj* \v 6 \wj Limítense a visitar a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.\wj* \p \v 7 \wj »Anúncienles que el reino de los cielos ya se ha acercado.\wj* \p \v 8 \wj »Curen enfermos, resuciten muertos, sanen leprosos y echen fuera demonios. De la misma manera que ustedes están recibiendo este poder gratuitamente, tampoco cobren por sus servicios.\wj* \v 9 \wj No lleven dinero\wj* \v 10 \wj ni bolsa con comida; no lleven más túnicas ni más calzado que los que traen puestos, ni lleven bordón, porque las personas a las que ustedes ayuden tienen el deber de alimentarlos y cuidarlos.\wj* \v 11 \wj Cuando lleguen a cualquier ciudad o pueblo, busquen a una persona de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan a otro pueblo.\wj* \v 12 \wj Y al entrar a la casa, den su bendición a los que allí viven.\wj* \v 13 \wj Si ellos lo merecen, tendrán la paz que ustedes les desearon; pero si no lo merecen, no la tendrán.\wj* \v 14 \wj Si en alguna ciudad u hogar no los reciben ni les hacen caso, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies al salir.\wj* \v 15 \wj Les aseguro que en el día del juicio, el castigo de Sodoma y Gomorra resultará mucho más tolerable que el castigo que caerá sobre aquella ciudad.\wj* \p \v 16 \wj »Ustedes son como ovejas y los estoy enviando a meterse donde están los lobos. Sean prudentes como serpientes e inofensivos como palomas.\wj* \v 17 \wj Pero tengan cuidado, porque los arrestarán y los azotarán en las sinagogas.\wj* \v 18 \wj Y hasta tendrán que comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa. Esto les brindará la oportunidad de hablarles de mí y de proclamarme ante el mundo.\wj* \p \v 19 \wj »Cuando los arresten, no se preocupen por lo que vayan a decir en el juicio, porque en el momento oportuno se les pondrá en la boca lo que tengan que decir.\wj* \v 20 \wj No serán ustedes los que hablen: ¡el Espíritu de su Padre hablará a través de ustedes!\wj* \p \v 21 \wj »El hermano entregará a muerte a su hermano, los padres traicionarán a sus hijos y los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán.\wj* \v 22 \wj El mundo entero los va a odiar a ustedes por causa de mí, pero el que se mantenga fiel hasta el fin será salvo.\wj* \v 23 \wj Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes que yo haya regresado:\wj* \v 24 \wj Ningún estudiante es más que su maestro, ni ningún siervo es mayor que su señor.\wj* \v 25 \wj Es suficiente para el discípulo ser como su maestro y para el siervo como su señor. Y si a mí, que soy como el padre de familia, me llaman Beelzebú, ¿qué no les dirán a ustedes?\wj* \v 26 \wj Pero no tengan miedo, porque pronto llegará la hora de la verdad y no habrá secreto que no se descubra.\wj* \v 27 \wj Lo que les digo en la penumbra, proclámenlo a la luz del día; y lo que les susurro al oído, divúlguenlo desde las azoteas.\wj* \v 28 \wj No teman a los que pueden matar el cuerpo pero no pueden tocar el alma. Sólo teman a Dios, que es el único que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.\wj* \p \v 29 \wj »¿Qué valen dos pajarillos? ¡Apenas unos centavos! Sin embargo, ni uno solo cae a tierra sin que el Padre lo permita.\wj* \v 30 \wj Pues yo les digo que hasta el último cabello de ustedes está contado.\wj* \v 31 \wj Así que no teman, que para Dios ustedes valen más que muchos pajarillos.\wj* \p \v 32 \wj »Si alguno declara ante la gente que es mi seguidor, yo declararé a su favor ante mi Padre que está en los cielos.\wj* \v 33 \wj Pero al que me niegue públicamente, también yo lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.\wj* \v 34 \wj No crean que vine a traer paz a la tierra. ¡Vine a traer guerras!;\wj* \v 35 \wj a poner al hijo contra su padre, a la hija contra su madre, a la nuera contra su suegra.\wj* \v 36 \wj ¡Cada quien tendrá a sus peores enemigos en su propia casa!\wj* \v 37 \wj El que ame a su padre o madre más que a mí, no es digno de ser mío; y el que ame a su hijo o hija más que a mí, no es digno de ser mío.\wj* \v 38 \wj Y el que se niegue a tomar la cruz y seguirme, no es digno de ser mío.\wj* \v 39 \wj El que se apegue demasiado a su vida, la perderá; pero el que renuncie a ella porque me ama, la salvará.\wj* \p \v 40 \wj »El que los reciba a ustedes me estará recibiendo a mí; y el que me reciba está recibiendo al que me envió.\wj* \v 41 \wj Quien reciba a un profeta por el hecho de que es profeta, recibirá la misma recompensa que reciben los profetas. Y quien reciba a un hombre justo sólo porque es justo, recompensa de justo recibirá.\wj* \v 42 \wj Y el que le dé al más humilde de mis discípulos un vaso de agua por el simple hecho de que es mi discípulo recibirá su recompensa: esto se lo aseguro yo a ustedes».\wj* \c 11 \s1 Jesús y Juan el Bautista \p \v 1 Cuando terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, Jesús se fue a enseñar y a predicar por las ciudades. \p \v 2 Juan el Bautista, que ya estaba preso, se enteró de los milagros que el Mesías estaba realizando y envió a dos de sus discípulos \v 3 a preguntarle a Jesús: \p ―¿Eres tú de veras el que estábamos esperando, o debemos esperar a otro? \p \v 4 Jesús respondió a los mensajeros: \p \wj ―Vayan donde está Juan y cuéntenle todo lo que han oído y lo que me han visto realizar.\wj* \v 5 \wj Cuéntenle que los ciegos ven, los paralíticos andan, los leprosos se curan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y que anuncio las buenas nuevas a los pobres.\wj* \v 6 \wj Díganle, además, que benditos son los que no dudan de mí.\wj* \p \v 7 Cuando los discípulos de Juan se marcharon, Jesús se puso a hablar de Juan a la multitud: \p \wj «Cuando salieron al desierto a ver a Juan, ¿qué esperaban ver en él? ¿Una caña que el viento sacude?\wj* \v 8 \wj ¿o acaso a un hombre vestido de príncipe? ¡Estos se encuentran en los palacios reales!\wj* \v 9 \wj Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿a un profeta? Les aseguro que sí, y él es más que profeta:\wj* \v 10 \wj Juan es aquel de quien las Escrituras dicen: “Un mensajero mío irá delante de ti para prepararte el camino”.\wj* \v 11 \wj Les aseguro que de todos los hombres que han nacido en este mundo, ninguno ha sido mayor que Juan el Bautista. Y sin embargo, el más insignificante en el reino de los cielos es más grande que él.\wj* \v 12 \wj Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, se ha combatido mucho contra el reino de los cielos, y los que son violentos luchan para acabar con él.\wj* \v 13 \wj La ley y todos los profetas profetizaron hasta que llegó Juan.\wj* \v 14 \wj Y si quieren creerlo, él es Elías, del que se anunció que vendría.\wj* \v 15 \wj El que quiera escuchar, ¡escuche ahora!\wj* \p \v 16 \wj »¿Qué diré de la gente de hoy día? Es semejante a los muchachos que, sentados en las plazas, gritan a sus compañeros de juego:\wj* \v 17 \wj “Si tocamos la flauta ustedes no bailan, y si cantamos canciones tristes ustedes no lloran”.\wj* \p \v 18 \wj »Vino Juan el Bautista, que no toma vino ni come mucho, y ustedes dicen que está endemoniado.\wj* \v 19 \wj Y luego vengo yo, el Hijo del hombre, que como y bebo, y me acusan de glotón, bebedor de vino y amigo de cobradores de impuestos y de gente de la peor calaña. Pero uno demuestra la sabiduría con sus acciones».\wj* \s1 Ayes sobre ciudades no arrepentidas \p \v 20 Entonces comenzó Jesús a reprender a las ciudades en que había realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían arrepentido. \p \v 21 \wj «¡Pobre de ti, Corazín! ¡Pobre de ti, Betsaida! Si los milagros que se realizaron en tus calles se hubieran realizado en Tiro y Sidón, hace mucho tiempo que estas ciudades se habrían vestido de ropas ásperas y se habrían echado ceniza en la cabeza como muestra de su arrepentimiento.\wj* \p \v 22 \wj »¡Ciertamente a Tiro y Sidón les irá mejor que a ustedes en el día del juicio!\wj* \v 23 \wj ¡Y tú, Capernaúm, ¿serás elevada hasta el cielo? ¡No! Te irás a lo profundo del infierno. Porque si los milagros que se realizaron en ti se hubieran realizado en Sodoma, esta ciudad existiría todavía.\wj* \v 24 \wj ¡A Sodoma le irá mejor que a ti en el día del juicio!».\wj* \s1 Descanso para los cansados \p \v 25 En esa ocasión, Jesús dijo: \p \wj «Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios e inteligentes, y se las diste a conocer a los niños.\wj* \v 26 \wj Sí, Padre, porque así lo quisiste.\wj* \p \v 27 \wj »El Padre me ha confiado todas las cosas. Sólo el Padre conoce al Hijo y sólo el Hijo conoce al Padre, y también aquellos a quienes el Hijo se lo revela.\wj* \v 28 \wj Vengan a mí los que estén cansados y afligidos y yo los haré descansar.\wj* \v 29 \wj Lleven mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y de corazón humilde. Así hallarán descanso para el alma,\wj* \v 30 \wj porque mi yugo es fácil de llevar y mi carga es ligera».\wj* \c 12 \s1 Señor del día de reposo \p \v 1 En aquellos días, Jesús y sus discípulos salieron a caminar por los sembrados. Era el día de reposo. Cuando los discípulos sintieron hambre, se pusieron a arrancar espigas de trigo y a comérselas. \v 2 Algunos fariseos que los vieron protestaron inmediatamente: \p ―¡Tus discípulos están quebrantando la ley! ¡Están recogiendo granos en el día de reposo! \p \v 3 Pero Jesús les dijo: \p \wj ―¿No han leído lo que el rey David hizo cuando él y los que lo acompañaban tuvieron hambre?\wj* \v 4 \wj Pues entraron al templo y se comieron los panes de la proposición, panes sagrados que sólo los sacerdotes podían comer.\wj* \p \v 5 \wj »¿No han leído en la ley de Moisés cómo los sacerdotes que sirven en el templo tienen que trabajar el día de reposo y no por ello cometen pecado?\wj* \p \v 6 \wj »Pues les digo que el que ahora está aquí es mayor que el templo.\wj* \v 7 \wj Y si comprendieran lo que quieren decir las Escrituras con “Misericordia quiero, no sacrificio”, no condenarían a quienes no son culpables.\wj* \v 8 \wj Porque yo, el Hijo del hombre, soy Señor del día de reposo».\wj* \p \v 9 De allí se fue a la sinagoga del pueblo. \v 10 Como había allí un hombre con una mano paralizada, los fariseos le preguntaron a Jesús: \p ―¿Es legal sanar en el día de reposo? \p Los fariseos buscaban una razón para acusarlo. \p \v 11 Jesús les respondió: \p \wj ―Si en el día de reposo a alguno de ustedes se le cae una oveja en un pozo, ¿la sacará? ¡Por supuesto que sí!\wj* \v 12 \wj Bueno, díganme, ¿no vale mucho más una persona que una oveja? Por lo tanto, no hay nada malo en que uno haga el bien en el día de reposo.\wj* \p \v 13 Entonces le dijo al hombre: \p \wj ―Extiende la mano.\wj* \p Y al extenderla le quedó tan normal como la otra. \p \v 14 Cuando los fariseos salieron de la sinagoga, se reunieron para planear cómo matarían a Jesús. \s1 El siervo escogido por Dios \p \v 15 Pero Jesús, que lo sabía, se alejó de allí seguido por mucha gente. Y él sanaba a todos los enfermos, \v 16 pero les encargaba rigurosamente que no se lo contaran a nadie. \v 17 Con esto se cumplió la profecía de Isaías\f + \fr 12.17 \fr*\ft Isaías 42.1-4\ft*\f* que anunció: \b \p \v 18 «Aquí tienen a mi siervo, mi escogido, \p mi amado, en quien mi alma se deleita. \p Pondré mi Espíritu sobre él, \p y anunciará justicia a las naciones. \p \v 19 No protestará, ni gritará, ni alzará su voz en las calles; \p \v 20 no romperá la caña que ya está quebrada, ni acabará de apagar el pabilo humeante, \p hasta que haga triunfar la justicia. \p \v 21 Y las naciones pondrán en él sus esperanzas». \s1 Jesús y Beelzebú \p \v 22 Entonces le presentaron a un endemoniado, ciego y mudo. Jesús lo sanó y el hombre pudo ver y hablar. \v 23 La gente estaba maravillada. \p «¡Quizás Jesús es el Hijo de David!» —exclamaban. \p \v 24 Al oír tales exclamaciones, los fariseos dijeron: «Al contrario, este hombre expulsa demonios en el nombre de Beelzebú, príncipe de los demonios». \p \v 25 Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: \wj «Un reino dividido acaba por destruirse. Una ciudad o una familia divididas no pueden durar.\wj* \v 26 \wj Si Satanás echa fuera a Satanás, pelea consigo mismo y acabará destruyendo su propio reino.\wj* \v 27 \wj Y si, como dicen, yo echo fuera demonios invocando el poder de Beelzebú, ¿invocando qué poder los echan fuera los seguidores de ustedes? Por tanto, ellos serán quienes los juzguen a ustedes.\wj* \v 28 \wj Ahora bien, si yo echo fuera los demonios por el poder del Espíritu de Dios, el reino de Dios ha llegado a ustedes.\wj* \p \v 29 \wj »¿Cómo podrá alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes, si primero no lo ata? Sólo así podrá robarle.\wj* \p \v 30 \wj »El que no está a mi favor, está en contra de mí. Y el que no recoge conmigo, desparrama.\wj* \v 31 \wj Cualquier blasfemia o cualquier otro pecado le será perdonado a la gente; pero el que ofenda al Espíritu Santo no tendrá perdón.\wj* \v 32 \wj Cualquiera que hable mal del Hijo del hombre, será perdonado; pero el que hable mal contra el Espíritu Santo no será perdonado ni en este mundo ni en el venidero.\wj* \p \v 33 \wj »Uno conoce un árbol por sus frutos. Cultiven un árbol bueno y su fruto será bueno o cultiven un árbol malo y su fruto será malo.\wj* \v 34 \wj ¡Crías de víboras! ¿Cómo van a hablar de lo bueno si son malos? ¡La boca expresa lo que hay en el corazón!\wj* \v 35 \wj El habla de un hombre bueno revela la bondad de su corazón. El corazón del malo está lleno de maldad, y esta se refleja en sus palabras.\wj* \v 36 \wj Les aseguro que en el día del juicio van a dar cuenta de las cosas que digan descuidadamente.\wj* \v 37 \wj Lo que una persona diga ahora determina lo que le espera: o será justificada por sus palabras ¡o por ellas será condenada!».\wj* \s1 La señal de Jonás \p \v 38 Algunos maestros de la ley y fariseos se acercaron a Jesús para pedirle que realizara alguna señal milagrosa. \v 39 Pero Jesús les respondió: \p \wj «Esta nación perversa e infiel pide una señal milagrosa; pero no se le dará ninguna más, excepto la señal del profeta Jonás.\wj* \v 40 \wj Porque de la misma manera que Jonás estuvo en las entrañas de un gran pez tres días y tres noches, yo, el Hijo del hombre, pasaré tres días y tres noches en las entrañas de la tierra.\wj* \v 41 \wj En el día del juicio, los hombres de Nínive se levantarán y condenarán a esta gente. Porque cuando Jonás les predicó, aquellos se arrepintieron de sus pecados. Y ustedes tienen aquí a uno que es superior a Jonás.\wj* \p \v 42 \wj »En el día del juicio, la reina del Sur se levantará contra esta nación y la condenará, porque vino desde los confines de la tierra a escuchar la sabiduría de Salomón. Y ustedes tienen aquí a uno que es superior a Salomón.\wj* \p \v 43 \wj »Cuando un espíritu malo sale de una persona, se va a lugares solitarios en busca de reposo. Al no hallarlo,\wj* \v 44 \wj el espíritu se dice: “Es mejor que regrese a la casa de donde salí”. Al regresar, la encuentra desocupada, barrida y arreglada.\wj* \v 45 \wj Entonces el espíritu va y busca siete espíritus peores que él y juntos habitan en aquella casa. ¡Y resultó que lo último fue peor que lo primero! Así le sucederá a esta nación perversa».\wj* \s1 La madre y los hermanos de Jesús \p \v 46 Mientras Jesús hablaba a la gente, su madre y sus hermanos, que deseaban hablar con él, se tuvieron que quedar fuera. \p \v 47 Cuando alguien le avisó a Jesús que su familia estaba fuera y quería hablarle, \v 48 él preguntó: \p \wj ―¿Quién es mi madre?, ¿quiénes son mis hermanos?\wj* \p \v 49 Y señalando a sus discípulos, dijo: \p \wj ―Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos.\wj* \v 50 \wj ¡El que obedece a mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre!\wj* \c 13 \s1 Parábola del sembrador \p \v 1 Mas tarde, aquel mismo día, Jesús salió de la casa y se dirigió a la orilla del lago. \v 2 Pronto se congregó una multitud tan inmensa que se vio obligado a subir a una barca y enseñar desde allí a la gente que lo escuchaba con atención en la orilla. \v 3-4 En su sermón, empleó muchos simbolismos que ilustraban sus puntos de vista. Por ejemplo, usó el siguiente: \p \wj «Un agricultor salió a sembrar sus semillas en el campo. Mientras lo hacía, algunas semillas cayeron en el camino, y las aves vinieron y se las comieron.\wj* \v 5 \wj Otras cayeron sobre terreno pedregoso, donde la tierra no era muy profunda. Las plantas nacieron pronto, pero a flor de tierra,\wj* \v 6 \wj y el sol ardiente las abrasó y se secaron, porque casi no tenían raíz.\wj* \v 7 \wj Otras semillas cayeron entre espinos, y los espinos las ahogaron.\wj* \v 8 \wj Pero algunas cayeron en buena tierra y produjeron una cosecha de treinta, sesenta y hasta cien granos por semilla plantada.\wj* \v 9 \wj ¡El que tenga oídos, oiga!».\wj* \p \v 10 Sus discípulos se le acercaron y le dijeron: \p ―¿Por qué usas esos simbolismos tan difíciles de entender? \p \v 11 Él les explicó que ellos, los discípulos, era a los únicos a los que se les permitía entender las cosas del reino de los cielos, pero no a los demás. Y añadió: \p \v 12 \wj ―Al que tiene se le dará más, pero al que no tiene nada, aun lo poco que tiene le será quitado.\wj* \v 13 \wj Usé estos simbolismos porque esta gente oye y ve, pero no entiende.\wj* \v 14 \wj Así se cumple la profecía de Isaías:\wj* \b \p \wj »“Oirán, pero no entenderán; verán, pero no percibirán,\wj* \v 15 \wj porque tienen el corazón endurecido, no oyen bien y tienen los ojos cerrados. Por lo tanto, no verán ni oirán ni entenderán ni se convertirán ni dejarán que yo los sane”.\wj* \b \p \v 16 \wj »¡Dichosos los ojos de ustedes, porque ven! ¡Dichosos los oídos de ustedes, porque oyen!\wj* \v 17 \wj Muchos profetas y muchos hombres justos anhelaron ver lo que ustedes están viendo y oír lo que están oyendo; pero no lo lograron.\wj* \v 18 \wj Y ahora les voy a explicar el simbolismo del sembrador.\wj* \p \v 19 \wj »El camino duro en que algunas de las semillas cayeron representa el corazón de las personas que escuchan las buenas nuevas del reino y no las entienden. Por eso, cuando Satanás llega, les quita lo que se les sembró.\wj* \v 20 \wj El terreno pedregoso y poco profundo simboliza el corazón del hombre que escucha el mensaje y lo recibe con gozo,\wj* \v 21 \wj pero no hay profundidad en su experiencia, y las semillas no echan raíces profundas; luego, cuando aparecen los problemas o las persecuciones por causa de sus creencias, el entusiasmo se le desvanece y se aparta de Dios.\wj* \v 22 \wj El terreno lleno de espinos es el corazón del que escucha el mensaje, pero se afana tanto en esta vida que el amor al dinero ahoga en él la Palabra de Dios, y cada vez trabaja menos para el Señor.\wj* \v 23 \wj La buena tierra representa el corazón del hombre que escucha el mensaje, lo entiende y sale a ganar treinta, sesenta y hasta cien almas para el reino de Dios».\wj* \s1 Parábola de la mala hierba \p \v 24 Otra de las parábolas o simbolismos que usó Jesús fue la siguiente: \p \wj «El reino de los cielos es como el labrador que planta la buena semilla en el campo;\wj* \v 25 \wj pero por la noche, mientras la gente duerme, su enemigo va y siembra malas hierbas entre el trigo.\wj* \v 26 \wj Cuando las plantas empiezan a crecer, la mala hierba crece también.\wj* \v 27 \wj Al verlas, los trabajadores del labrador corren a donde está este y le dicen: “Señor, el terreno en que sembraste aquellos granos de buena calidad está lleno de hierbas malas”.\wj* \v 28 \wj “Seguro que alguno de mis enemigos las sembró”, explicó el labrador. “¿Quieres que arranquemos la mala hierba?”, preguntaron los trabajadores.\wj* \v 29 \wj “No”, respondió el labrador, “porque pueden dañar el trigo.\wj* \v 30 \wj Dejen que crezcan juntos, y cuando llegue el tiempo de la cosecha daremos instrucciones a los segadores para que arranquen primero la cizaña y la quemen; y después, que pongan el trigo en el granero”».\wj* \s1 Parábolas del grano de mostaza y de la levadura \p \v 31 Jesús también refirió esta otra parábola: \p \wj «El reino de los cielos es como una pequeña semilla de mostaza plantada en un campo.\wj* \v 32 \wj La semilla de mostaza es la más pequeña de todas las semillas, pero se convierte en un árbol enorme en cuyas ramas los pájaros hacen sus nidos».\wj* \p \v 33 Y les dijo también: \p \wj «El reino de los cielos es como la levadura que una mujer toma para hacer pan. Luego la mezcla con tres medidas de harina, y leuda toda la masa».\wj* \p \v 34 Jesús siempre usaba estas ilustraciones cuando hablaba con la multitud. Sin parábolas no les hablaba. \v 35 Así se cumplió lo que el profeta había dicho: \b \p «Hablaré en parábolas y explicaré las cosas que han estado escondidas desde la fundación del mundo».\f + \fr 13.35 \fr*\ft Salmo 78.2\ft*\f* \s1 Explicación de la parábola de la mala hierba \p \v 36 Cuando despidieron a la multitud y regresaron a la casa, sus discípulos le pidieron que les explicara el simbolismo de la mala hierba y el trigo. \p \v 37 \wj ―Muy bien\wj* —comenzó—: \wj Yo soy el labrador que siembra el grano selecto.\wj* \v 38 \wj El terreno en que se sembró es el mundo y las buenas semillas son los súbditos del reino; las malas hierbas son los súbditos de Satanás.\wj* \v 39 \wj El enemigo que sembró la mala hierba entre el trigo es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.\wj* \v 40 \wj De la misma manera que los segadores separan el trigo de la mala hierba y queman esta, en el fin del mundo\wj* \v 41 \wj enviaré a mis ángeles a arrancar del reino a los que tientan a los demás y a los que hacen el mal.\wj* \v 42 \wj Y una vez arrancados, ¡irán a parar al fuego! Allí será el llorar y el crujir de dientes.\wj* \v 43 \wj Entonces los justos brillarán como el sol en el reino del Padre. ¡El que tenga oídos, oiga!\wj* \s1 Parábolas del tesoro escondido y de la perla \p \v 44 \wj »El reino de los cielos es también como un tesoro escondido en un terreno. Un hombre viene y lo encuentra. Emocionado y lleno de ilusiones, vende todo lo que tiene y compra el terreno, con lo cual está adquiriendo también el tesoro.\wj* \p \v 45 \wj »El reino de los cielos es como un mercader de perlas que anda en busca de perlas finas.\wj* \v 46 \wj Por fin descubre una verdadera oportunidad cuando le ofrecen a buen precio una perla de gran valor. Entonces corre, vende todo lo que tiene y la compra.\wj* \s1 Parábola de la red \p \v 47 \wj »El reino de los cielos es como el pescador que tira la red al agua y recoge peces de todo tipo, buenos y malos.\wj* \v 48 \wj Cuando se llena la red, la lleva a la orilla y se sienta a escoger los pescados. Los buenos los echa en una canasta y los malos los desecha.\wj* \v 49 \wj Así sucederá cuando llegue el fin del mundo. Los ángeles vendrán y separarán a los malos de los justos\wj* \v 50 \wj y arrojarán aquéllos al fuego. Allí será el llorar y el crujir de dientes.\wj* \v 51 \wj ¿Entienden ahora?».\wj* \p ―Sí —contestaron—. Gracias. \p \v 52 Entonces Jesús añadió: \p \wj ―Los maestros de la ley que se han convertido en mis discípulos tienen a su alcance un tesoro doble: las antiguas verdades de las Escrituras y las verdades nuevas que mis enseñanzas revelan.\wj* \s1 Un profeta sin honra \p \v 53 Al terminar de exponer estos simbolismos, Jesús fue \v 54 a Nazaret de Galilea, el pueblo de su niñez, y allí enseñaba en la sinagoga. La gente estaba maravillada con su sabiduría y por sus milagros. \p \v 55 ―¿Será posible? —comentaban—. Este es hijo de María y del carpintero, y hermano de Jacobo, José, Simón y Judas. \v 56 Sus hermanas viven aquí mismo. ¿De dónde habrá sacado tanta sabiduría? \p \v 57 Y terminaron enojándose con él. Entonces Jesús les dijo. \p \wj ―Al profeta nunca lo aceptan en su propia tierra ni entre su propia gente.\wj* \p \v 58 Por causa de la incredulidad de la gente no hizo allí muchos milagros. \c 14 \s1 Decapitación de Juan el Bautista \p \v 1 Cuando la fama de Jesús llegó a oídos del rey Herodes Antipas, que gobernaba la región, \v 2 este dijo a sus hombres: \p «¡De seguro es Juan el Bautista que ha resucitado! ¡Por eso puede hacer milagros!». \p \v 3 Este Herodes era el que había prendido a Juan y lo había encadenado en la cárcel por exigencias de Herodías, que había sido esposa de su hermano Felipe. \v 4 Herodías odiaba a Juan, porque este se había atrevido a decirle al rey que era incorrecto que se casara con ella. \v 5 Herodes lo habría matado en seguida, pero temía que el pueblo se le rebelara, ya que la gente consideraba que Juan era profeta. \v 6 Sucedió entonces que durante la celebración del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó para el rey, y a este le agradó tanto \v 7 que juró darle cualquier cosa que pidiera. \v 8 Mal aconsejada por su madre, la muchacha pidió que le trajeran la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja. \v 9 Al rey no le agradó nada aquella petición, pero como había hecho juramento y como no quería romperlo delante de sus invitados, mandó que la complacieran. \p \v 10 Al poco rato decapitaron a Juan en la prisión \v 11 y le ofrecieron a la muchacha la cabeza en una bandeja, y ella se la llevó a su madre. \p \v 12 Después los discípulos de Juan fueron, lo enterraron y corrieron a contarle a Jesús lo sucedido. \s1 Jesús alimenta a los cinco mil \p \v 13 Cuando le dieron a Jesús la noticia, él tomó una barca y se fue a un lugar desierto donde pudiera estar a solas. Pero la gente vio hacia dónde se dirigía, y muchos fueron a pie hasta allá desde las ciudades vecinas. \v 14 Cuando Jesús llegó, encontró que una vasta multitud lo esperaba y, compadecido, sanó a los enfermos. \p \v 15 Al atardecer, los discípulos se le acercaron y le dijeron: \p ―Ya pasó la hora de la cena y aquí en el desierto no hay nada que comer. Despide a la gente para que vaya por los pueblos a comprar alimentos. \p \v 16 \wj ―¿Por qué?\wj* —les respondió Jesús—. \wj ¡Denles ustedes de comer!\wj* \p \v 17 ―¿Pero con qué, si no tenemos más que cinco panecillos y dos pescados? \p \v 18 \wj ―¡Pues tráiganlos!\wj* \p \v 19 La gente se fue sentando en la hierba a petición de Jesús. Él, tomando los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo, los bendijo, y comenzó a partir los panes y a darlos a los discípulos para que los distribuyeran entre la gente. \v 20 Nadie se quedó sin comer. ¡Y hasta sobraron doce cestas de comida, \v 21 a pesar de que había cerca de cinco mil hombres, además de las mujeres y los niños! \s1 Jesús camina sobre el agua \p \v 22 Mientras despedía a la multitud, Jesús les pidió a los discípulos que se subieran a la barca y se fueran al otro lado del lago. \v 23-24 Al quedarse solo, Jesús subió al monte a orar. \p La noche sorprendió a los discípulos en medio de las aguas agitadas y luchando contra vientos contrarios. \v 25 A las tres de la mañana Jesús se les acercó, caminando sobre las aguas turbulentas. \v 26 Los discípulos, al verlo, gritaron llenos de espanto: \p ―¡Es un fantasma! \p \v 27 Pero Jesús inmediatamente les gritó: \p \wj ―¡Calma! ¡No tengan miedo! ¡Soy yo!\wj* \p \v 28 ―Señor —le respondió Pedro—, si realmente eres tú, ordena que también yo camine sobre el agua y vaya hasta donde tú estás. \p \v 29 \wj ―Está bien; ¡ven!\wj* \p Sin vacilar, Pedro salió por la borda y caminó sobre las aguas hacia Jesús. \v 30 Pero al percatarse de lo que hacía y de la inmensidad de las olas que se le echaban encima, sintió miedo y comenzó a hundirse. \p ―¡Señor, sálvame! —gritó horrorizado. \p \v 31 Extendiendo la mano, Jesús lo sujetó y le dijo: \p \wj ―¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?\wj* \p \v 32 Cuando subieron a la barca, los vientos cesaron. \v 33 Los otros discípulos, maravillados, se arrodillaron y le dijeron: \p ―¡No cabe duda de que eres el Hijo de Dios! \p \v 34 Desembarcaron en Genesaret. \v 35 La noticia de la llegada de Jesús se esparció rápidamente por la ciudad. Numerosas personas corrieron de un lugar a otro avisando que podían llevarle los enfermos para que los sanara. \v 36 Muchos le rogaban que les dejara tocar aunque sólo fuera el borde de su manto; y los que lo tocaban, sanaban. \c 15 \s1 Lo limpio y lo impuro \p \v 1 Ciertos fariseos y jefes judíos de Jerusalén fueron a entrevistarse con Jesús. \p \v 2 ―¿Por qué tus discípulos desobedecen la tradición antigua? —dijeron—. ¡No están observando el ritual de lavarse las manos antes de comer! \p \v 3 A lo que Jesús respondió: \p \wj ―¿Y por qué ustedes violan los mandamientos directos de Dios en el afán de guardar las tradiciones?\wj* \v 4 \wj La ley de Dios dice: “Honra a tu padre y a tu madre, y el que maldiga a sus padres, muera irremisiblemente”.\wj* \v 5 \wj Pero ustedes dicen: “Es preferible dejar de ayudar a los padres que estén en necesidad a dejar de ofrendar a Dios”.\wj* \v 6 \wj De esta manera, con un mandamiento humano están anulando el mandamiento divino de honrar y cuidar a los padres.\wj* \v 7 \wj ¡Hipócritas! Bien dijo de ustedes el Profeta Isaías:\wj* \b \p \v 8 \wj »“Este pueblo de labios me honra, pero lejos está de amarme de corazón.\wj* \v 9 \wj La adoración que ustedes me brindan no les sirve de nada, porque enseñan tradiciones humanas como si fueran mandamientos de Dios”».\wj* \b \p \v 10 Entonces Jesús llamó a la gente y le dijo: \p \wj ―Escuchen y traten de entender:\wj* \v 11 \wj Lo que daña el alma no es lo que entra por la boca, sino los pensamientos malos y las palabras con que estos se expresan.\wj* \p \v 12 Los discípulos se le acercaron y le dijeron: \p ―Los fariseos se ofendieron por esas palabras. \p \v 13 \wj ―Cualquier planta que mi Padre no haya sembrado será arrancada\wj* —les respondió Jesús—. \v 14 \wj Así que no les hagan caso, porque son ciegos que tratan de guiar a otros ciegos y lo único que logran es caer juntos en el hoyo.\wj* \p \v 15 Pedro le pidió que les explicara aquello de que comer los alimentos que la ley judía prohíbe no es lo que contamina al hombre. \p \v 16 \wj ―¿Tampoco ustedes entienden?\wj* —le respondió Jesús—. \v 17 \wj Cualquier cosa que uno come pasa a través del aparato digestivo y se expulsa;\wj* \v 18 \wj pero el mal hablar brota de la suciedad del corazón y corrompe a la persona que así habla.\wj* \v 19 \wj Del corazón salen los malos pensamientos, los asesinatos, los adulterios, las fornicaciones, los robos, las mentiras y los chismes.\wj* \v 20 \wj Esto es lo que de veras corrompe. Pero uno no se corrompe por comer sin lavarse primero las manos.\wj* \s1 La fe de la mujer cananea \p \v 21 Jesús salió de allí y caminó los ochenta kilómetros que lo separaban de la región de Tiro y Sidón. \v 22 Una cananea, que vivía por allí, se le acercó suplicante: \p ―¡Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija tiene un demonio que la atormenta constantemente. \p \v 23 Jesús no le respondió ni una sola palabra. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron: \p ―Dile que se vaya, que ya nos tiene cansados. \p \v 24 Entonces Jesús le dijo a la mujer: \p \wj ―Me enviaron a ayudar a las ovejas perdidas de Israel, no a los gentiles.\wj* \p \v 25 Pero ella se acercó más y de rodillas le suplicó de nuevo: \p ―¡Señor, ayúdame! \p \v 26 \wj ―No creo que sea correcto quitarle el pan a los hijos y echárselo a los perros\wj* —le replicó Jesús. \p \v 27 ―Sí —respondió ella—, pero aun los perrillos comen las migajas que caen de la mesa. \p \v 28 \wj ―¡Tu fe es extraordinaria!\wj* —le dijo Jesús—. \wj Conviértanse en realidad tus deseos.\wj* \p Y su hija sanó en aquel mismo instante. \s1 Jesús alimenta a los cuatro mil \p \v 29 Jesús regresó al lago de Galilea, subió a una colina y se sentó. \v 30 Y estuvo sanando a cojos, ciegos, mudos, lisiados y a muchos otros enfermos que la multitud le llevaba. \v 31 ¡Qué espectáculo! Los que hasta entonces no podían pronunciar ni una palabra hablaban emocionados; los miembros inútiles de los lisiados eran restaurados; los cojos caminaban y saltaban, mientras que los ciegos, maravillados, contemplaban por primera vez el mundo. El gentío, asombrado, alababa al Dios de Israel. \p \v 32 \wj ―Me da lástima toda esta gente\wj* —dijo Jesús en voz baja a sus discípulos—. \wj Hace tres días que están aquí y ya no tienen nada que comer. No quiero enviarlos a sus casa sin comer, porque se desmayarían en el camino.\wj* \p \v 33 ―¿Pero en qué lugar de este desierto vamos a conseguir suficiente comida para alimentar a este gentío? —le respondieron. \p \v 34 \wj ―¿Qué tienen ahora?\wj* —les preguntó Jesús. \p ―¡Siete panes y unos cuantos pescados! \p \v 35 Entonces ordenó a la gente que se sentara en el suelo. \v 36 Tomó los siete panes y los pescados, dio gracias a Dios por ellos y comenzó a partirlos y a entregarlos a los discípulos para que los repartieran a la gente. \p \v 37-38 Nadie se quedó sin comer, a pesar de que había cuatro mil personas, sin contar las mujeres y los niños ¡Y sobraron siete cestas repletas de alimentos! \p \v 39 Cuando terminaron de comer, Jesús despidió a la gente y él y sus discípulos se fueron en una barca a la región de Magadán. \c 16 \s1 Le piden a Jesús una señal \p \v 1 Un día, los fariseos y los saduceos fueron a donde estaba Jesús a pedirle que demostrara, con alguna señal milagrosa en el cielo, que él había sido enviado por Dios. \p \v 2 \wj ―De veras me sorprende\wj* —les respondió Jesús—. \wj Ustedes pueden leer en el cielo las predicciones del tiempo. Si el cielo se pone rojo hoy por la tarde saben que habrá buen tiempo mañana;\wj* \v 3 \wj y si por la mañana se pone rojo, saben que habrá tempestad. ¡Y sin embargo, no pueden leer las notorias señales de los tiempos!\wj* \v 4 \wj Esta generación perversa e incrédula pide que se le den señales en los cielos, pero no verá más señal que la de Jonás.\wj* \p Y se fue de allí. \s1 La levadura de los fariseos y de los saduceos \p \v 5 Al llegar al otro lado del lago, los discípulos se dieron cuenta de que se les había olvidado la comida. En aquel preciso instante Jesús les decía: \p \v 6 \wj ―¡Cuídense de la levadura de los fariseos y de los saduceos!\wj* \p \v 7 Los discípulos pensaron que les decía eso porque se les había olvidado llevar pan. \v 8 Pero Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: \p \wj ―¡Qué hombres con tan poca fe! ¿Por qué se preocupan tanto por la comida?\wj* \v 9 \wj ¿Cuándo van a entender? ¿Ya se les olvidó que alimenté a cinco mil personas con cinco panes, y que sobraron varias cestas de comida?\wj* \v 10 \wj ¿Y se les olvidó los cuatro mil que alimenté y las cestas de comida que sobraron?\wj* \v 11 \wj ¿Cómo se les ocurre pensar que me estoy refiriendo a la comida? Lo que dije fue que se cuidaran de la “levadura” de los fariseos y de los saduceos.\wj* \p \v 12 Por fin entendieron que no se refería a la levadura del pan, sino a las enseñanzas falsas de los fariseos y de los saduceos. \s1 La confesión de Pedro \p \v 13 Al llegar a Cesarea de Filipo, les preguntó: \wj «¿Quién dice la gente que soy?».\wj* \p \v 14 ―Bueno —le respondieron—, algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que eres Elías; y otros, que eres Jeremías o alguno de los profetas. \p \v 15 \wj ―¿Y quién creen ustedes que soy?\wj* \p \v 16 ―¡Tú eres el Cristo, el Mesías, el Hijo del Dios viviente! —respondió Simón Pedro. \p \v 17 \wj ―Dios te ha bendecido, Simón, hijo de Jonás\wj* —le dijo Jesús—, \wj porque esto no lo aprendiste de labios humanos. ¡Mi Padre celestial te lo reveló personalmente!\wj* \v 18 \wj Tú eres Pedro,\wj*\f + \fr 16.18 \fr*\ft Pedro quiere decir «piedra».\ft*\f* \wj y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán contra ella.\wj* \v 19 \wj Te daré las llaves del reino de los cielos: la puerta que cierres en la tierra se cerrará en el cielo; y la puerta que abras en la tierra se abrirá en el cielo.\wj* \p \v 20 A continuación les suplicó que no le dijeran a nadie que él era el Mesías. \s1 Jesús predice su muerte \p \v 21 Desde entonces empezó a explicarles claramente que era imprescindible que fuera a Jerusalén, que allí sufriría mucho en manos de los dirigentes judíos; y que, aunque al fin lo matarían, a los tres días resucitaría. \p \v 22 Pedro, inquieto, lo llamó aparte y lo reprendió: \p ―¡Dios guarde, Señor! —le dijo—. ¡A ti no te puede pasar eso que dices! \p \v 23 \wj ―¡Apártate de mí, Satanás!\wj* —dijo Jesús mirando a Pedro—. \wj ¡Me eres un estorbo! ¡Estás mirando las cosas desde el punto de vista humano y no del divino!\wj* \p \v 24 Y dijo luego a los discípulos: \p \wj ―Si alguien desea seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.\wj* \v 25 \wj Porque el que trate de vivir para sí, perderá la vida; pero el que pierda la vida por mi causa, la hallará.\wj* \v 26 \wj ¿De qué les sirve ganarse el mundo entero y perder la vida eterna? ¿Habrá algún valor terrenal que compense la pérdida del alma?\wj* \v 27 \wj Yo, el Hijo del hombre, vendré con los ángeles en la gloria de mi Padre y juzgaré a cada persona según sus obras.\wj* \v 28 \wj Y algunos de los que están aquí ahora mismo no morirán sin verme venir en mi reino.\wj* \c 17 \s1 La transfiguración \p \v 1 Seis días después, Jesús, con Pedro, y Jacobo y Juan (que eran hermanos), subió a la cima de un elevado monte para estar a solas. \v 2 Allí Jesús se transfiguró delante de los discípulos. Su rostro se volvió brillante como el sol, y su ropa blanca como la luz. \v 3 De pronto, Moisés y Elías aparecieron y se pusieron a hablar con él. \v 4 Pedro, atónito, balbució: \p ―Señor, ¡qué bueno que nos pudiéramos quedar aquí! Si quieres, podemos hacer tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. \p \v 5 Pero mientras hablaba, una nube resplandeciente los cubrió y una voz dijo desde la nube: \p «Este es mi Hijo amado; en él me complazco. Obedézcanlo». \p \v 6 Los discípulos se postraron en tierra temblando de miedo. \v 7 Jesús se les acercó y los tocó. \p \wj ―Levántense\wj* —les dijo—. \wj No tengan miedo.\wj* \p \v 8 Y al levantar la mirada, encontraron a Jesús solo. \p \v 9 Al descender de la montaña, Jesús les ordenó que no le dijeran a nadie lo que habían visto, hasta que él se levantara de entre los muertos. \v 10 Los discípulos le preguntaron: \p ―¿Por qué los maestros de religión insisten en que Elías regresará antes que aparezca el Mesías? \p \v 11 \wj ―Ellos tienen razón\wj* —les respondió Jesús—. \wj Elías tiene que venir a poner las cosas en orden.\wj* \v 12 \wj Y, en efecto, ya vino, pero en vez de reconocerlo, lo trataron con la misma crueldad con que me tratarán a mí, que soy el Hijo del hombre.\wj* \p \v 13 Los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista. \s1 Jesús sana a un muchacho endemoniado \p \v 14 Cuando llegaron al valle, la gente los esperaba; y un hombre corrió y se puso de rodillas ante Jesús. \p \v 15 ―Señor —dijo—, ten misericordia de mi hijo, que está enfermo de la mente y padece muchísimo. Muchas veces se cae en el fuego o en el agua, con peligro de su vida. \v 16 Lo traje a tus discípulos; pero no pudieron curarlo. \p \v 17 \wj ―¡Oh generación incrédula y perversa!\wj* —dijo Jesús—. \wj ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? ¡Tráiganme al muchacho!\wj* \p \v 18 Jesús reprendió al demonio que estaba en el muchacho, y el demonio salió. Desde aquel instante el muchacho quedó bien. \p \v 19 Más tarde, los discípulos le preguntaron en privado a Jesús: \p ―¿Por qué no pudimos echar fuera aquel demonio? \p \v 20 \wj ―Porque tienen muy poca fe\wj* —les respondió Jesús—. \wj Si tuvieran siquiera una fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a aquella montaña que se quitara de en medio y se quitaría. Nada les sería imposible.\wj* \v 21 \wj Pero este tipo de demonio no sale a menos que uno haya orado y ayunado.\wj* \p \v 22 Un día, estando aún en Galilea, les dijo: \p \wj «Alguien me va a traicionar y me va a entregar a los que quieren matarme,\wj* \v 23 \wj pero al tercer día resucitaré».\wj* \p Los discípulos se estremecieron de tristeza y temor. \s1 El impuesto del templo \p \v 24 Al llegar a Capernaúm, los cobradores de impuestos del templo le preguntaron a Pedro: \p ―Tu Maestro, ¿paga impuestos? \p \v 25 ―¡Claro que los paga! —les respondió Pedro—, e inmediatamente entró a la casa a hablarle a Jesús sobre el asunto. \p No había pronunciado todavía la primera palabra, cuando Jesús le preguntó: —\wj ¿A quién crees tú, Pedro, que cobran tributos los reyes de la tierra? ¿A sus súbditos o a los extranjeros?\wj* \p \v 26 ―A los extranjeros, claro —respondió Pedro. \p \v 27 \wj ―Entonces, los suyos quedan exentos, ¿verdad?\wj* —añadió Jesús—. \wj Sin embargo, para que no se ofendan, vete al lago y echa el anzuelo, pues en la boca del primer pez que saques hallarás una moneda que alcanzará para tus impuestos y los míos.\wj* \c 18 \s1 El más importante en el reino de los cielos \p \v 1 En aquella ocasión, los discípulos le preguntaron a Jesús cuál de ellos ocuparía el cargo más importante en el reino de los cielos. \p \v 2 Jesús llamó a un niño de los que andaban por allí y lo sentó en medio de ellos. Entonces les dijo: \p \v 3 \wj «Si no se vuelven a Dios, arrepentidos de sus pecados y con sencillez de niños, no podrán entrar en el reino de los cielos.\wj* \v 4 \wj En otras palabras, el que esté libre de altivez como este niño tendrá un puesto importante en el reino de los cielos.\wj* \v 5 \wj El que reciba en mi nombre a una persona así, a mí me recibe.\wj* \v 6 \wj Pero al que haga que uno de mis creyentes humildes pierda la fe, mejor le sería que le ataran una roca al cuello y lo arrojaran al mar.\wj* \v 7 \wj ¡Ay del mundo y sus maldades! La tentación es, ciertamente, inevitable, pero ¡ay de la persona que tienta!\wj* \v 8 \wj Por lo tanto, si tu mano o tu pie te hace pecar, córtatelo y échalo de ti, porque es mejor entrar al reino de los cielos mutilado que ir a parar al infierno con las dos manos y los dos pies.\wj* \v 9 \wj Y si tu ojo te hace pecar, sácatelo y échalo a la basura. Mejor te es entrar tuerto al reino de los cielos que ir al infierno con los dos ojos.\wj* \s1 Parábola de la oveja perdida \p \v 10 \wj »Nunca menosprecien al creyente humilde, porque su ángel tiene en el cielo constante acceso al Padre.\wj* \v 11 \wj Además, yo, el Hijo del hombre, vine a salvar a los perdidos.\wj* \v 12 \wj Si un hombre tiene cien ovejas y una se le extravía, ¿qué hará? ¿No deja las noventa y nueve sanas y salvas y se va a las montañas a buscar la perdida?\wj* \v 13 \wj Ah, ¡y si la encuentra, se regocija más por aquélla que por las noventa y nueve que dejó en el corral!\wj* \v 14 \wj Asimismo, mi Padre no quiere que ninguno de estos pequeños se pierda.\wj* \s1 El hermano que peca contra ti \p \v 15 \wj »Si un hermano te hace algo malo, llámalo y dile en privado cuál ha sido su falta. Si te escucha y la reconoce, habrás recuperado a un hermano.\wj* \v 16 \wj Pero si no, consíguete una o dos personas que vayan contigo a hablarle y te sirvan de testigos.\wj* \v 17 \wj Si se niega a escucharte, presenta el caso a la iglesia, y si esta se pronuncia a tu favor y tu hermano no acepta la recomendación de la iglesia, entonces la iglesia debe expulsarlo.\wj* \v 18 \wj Les aseguro que cuanto aten en la tierra quedará atado en el cielo, y que lo que suelten en la tierra quedará suelto en el cielo.\wj* \v 19 \wj También quiero decirles que si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra acerca de algo que quieran pedir en oración, mi Padre que está en los cielos se lo concederá,\wj* \v 20 \wj porque dondequiera que estén dos o tres reunidos en mi nombre, allí estaré yo».\wj* \s1 Parábola del siervo despiadado \p \v 21 Pedro se le acercó y le preguntó: \p ―Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a un hermano que haga algo malo contra mí? ¿Debo perdonarlo siete veces? \p \v 22 \wj ―¡No!\wj* —respondió Jesús—, \wj ¡perdónalo hasta setenta veces siete si es necesario!\wj* \p \v 23 \wj »El reino de los cielos puede compararse a un rey que decidió arreglar cuentas con sus súbditos.\wj* \v 24 \wj En el proceso, le trajeron a uno que le debía cien millones de pesos.\wj* \v 25 \wj Como no podía pagarle, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, y también a su esposa, a sus hijos y sus posesiones.\wj* \v 26 \wj Al oírlo, el hombre cayó de rodillas delante del rey y le suplicó: “Señor, por favor, ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.\wj* \v 27 \wj El rey, conmovido, lo soltó y le perdonó la deuda.\wj* \p \v 28 \wj »Pero cuando aquel mismo hombre salió de allí, fue adonde estaba alguien que le debía veinte mil pesos y, agarrándolo por el cuello, exigió pago inmediato.\wj* \v 29 \wj También este hombre cayó de rodillas delante de él y le suplicó: “Ten paciencia y te lo pagaré todo”.\wj* \v 30 \wj Pero su acreedor no quiso conceder ninguna prórroga, y lo hizo arrestar y meter a la cárcel hasta que la deuda quedara completamente saldada.\wj* \v 31 \wj Los amigos del encarcelado, entristecidos, acudieron al rey y le contaron lo sucedido.\wj* \v 32 \wj El rey, sin pérdida de tiempo, mandó llamar al hombre al que había perdonado. “¡Malvado! ¡Perverso!”, le dijo. “¡Así que yo te perdoné aquella inmensa deuda porque me lo pediste,\wj* \v 33 \wj y tú no pudiste tener misericordia del otro como yo la tuve de ti?”.\wj* \v 34 \wj Tan enojado estaba el rey que lo envió a las cámaras de tortura hasta que pagara el último centavo.\wj* \p \v 35 \wj »Así hará mi Padre celestial al que se niegue a perdonar a algún hermano».\wj* \c 19 \s1 El divorcio \p \v 1 Tras pronunciar estas palabras, salió Jesús de Galilea y llegó a la región de Judea que está al este del Jordán. \v 2 Multitudes lo seguían, y Jesús sanaba a los enfermos. \p \v 3 Varios fariseos, en una entrevista, trataron de hacerlo caer en la trampa de decir algo que luego ellos pudieran utilizar contra él. \p ―¿Apruebas el divorcio? —le preguntaron. \p \v 4 \wj ―Y ustedes, ¿no leen las Escrituras?\wj* —les respondió—. \wj En ellas está escrito que al principio Dios creó al hombre y a la mujer,\wj* \v 5 \wj y que el hombre debe abandonar al padre y a la madre para unirse a su esposa.\wj* \v 6 \wj Los dos serán uno, no dos. Y ningún hombre debe separar lo que Dios juntó.\wj* \p \v 7 ―Entonces, ¿por qué dice Moisés que uno puede romper los lazos matrimoniales con su esposa siempre y cuando le dé una carta de divorcio? —le preguntaron. \p \v 8 Y él les replicó: \wj —Moisés se vio obligado a reglamentar el divorcio por la dureza y la perversidad de su pueblo, pero Dios nunca ha querido que sea así.\wj* \v 9 \wj Es más: les digo que si alguno se divorcia de su esposa, a no ser en los casos en que esta le haya sido infiel, comete adulterio si se casa con otra. Y el que se casa con la divorciada, también comete adulterio.\wj* \p \v 10 Entonces los discípulos le dijeron: \p ―Si eso es así, ¡mejor sería no casarse! \p \v 11 Jesús les respondió: \wj —Esto sólo lo pueden entender aquellos a quienes Dios ha ayudado a entenderlo.\wj* \v 12 \wj Hay personas que no se casan porque nacieron incapacitados para el matrimonio; otros no lo hacen porque los hombres los incapacitaron; y aun otros, porque no desean hacerlo por amor al reino de los cielos. El que pueda aceptar esto último, que lo acepte.\wj* \s1 Jesús y los niños \p \v 13 Le llevaron entonces varios niños para que les pusiera las manos encima y orara por ellos. Pero los discípulos reprendieron a los que los traían. \p ―No molesten al Maestro —les dijeron. \p \v 14 \wj ―No, no\wj* —intervino Jesús—. \wj No impidan que los niños vengan a mí, porque de ellos es el reino de los cielos.\wj* \p \v 15 Entonces les puso las manos encima a los niños y los bendijo. Luego se fue de allí. \s1 El joven rico \p \v 16 Cierto día, alguien le preguntó: \p ―Buen Maestro, ¿qué bien haré para obtener la vida eterna? \p \v 17 \wj ―¿Por qué me llamas bueno?\wj* —le contestó Jesús—. \wj El único bueno es Dios. Pero déjame contestarte: Si quieres obtener la vida, guarda los mandamientos.\wj* \p \v 18 ―¿Cuáles? \p Jesús le dijo: \p \wj ―“No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no mentirás;\wj* \v 19 \wj honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo con la misma sinceridad con que te amas a ti mismo”.\wj* \p \v 20 ―Yo siempre he obedecido esos mandamientos —respondió el joven—. ¿Qué más tengo que hacer? \p \v 21 \wj ―Si quieres ser perfecto\wj* —le dijo Jesús—, \wj ve, vende todo lo que tienes y dales el dinero a los pobres. De esta manera tendrás tesoros en el cielo. Y cuando lo hayas hecho, ven y sígueme.\wj* \p \v 22 Cuando el joven oyó esto, se fue muy triste porque era extremadamente rico. \p \v 23 \wj ―A un rico le es muy difícil entrar al reino de los cielos\wj* —comentó luego Jesús con sus discípulos—. \v 24 \wj Le es más fácil a un camello entrar por el ojo de una aguja que a un rico entrar al reino de Dios.\wj* \p \v 25 ―¿Y entonces, quién puede salvarse? —preguntaron los discípulos algo turbados. \p \v 26 Jesús los miró fijamente y les dijo: \p \wj ―Humanamente hablando, nadie. Pero para Dios no hay imposibles.\wj* \p \v 27 ―Nosotros lo abandonamos todo por seguirte —dijo Pedro—. ¿Qué obtendremos en cambio? \p \v 28 Y Jesús le respondió: \p \wj ―Cuando yo, el Hijo del hombre, me siente en mi trono de gloria, ustedes, mis discípulos, se sentarán en doce tronos a juzgar a las doce tribus de Israel.\wj* \v 29 \wj Y cualquiera que haya dejado hogar, hermanos, hermanas, padre, madre, esposa, hijos, tierras, por seguirme, recibirá cien veces lo que haya dejado, aparte de recibir la vida eterna.\wj* \v 30 \wj Pero muchos de los que ahora se creen importantes no lo serán entonces. Y muchos de los que ahora se consideran poco importantes serán los importantes entonces.\wj* \c 20 \s1 Parábola de los viñadores \p \v 1 \wj »El reino de los cielos es también semejante al dueño de una finca que sale por la mañana a contratar obreros para recoger la cosecha.\wj* \v 2 \wj Conviene con ellos en pagarles un denario al día, que es el salario normal, y los pone a trabajar.\wj* \v 3 \wj Un par de horas más tarde, al pasar por la plaza y ver a varios hombres que andan en busca de trabajo,\wj* \v 4 \wj los envía al campo con la promesa de que les pagará lo que sea justo al final de la jornada.\wj* \p \v 5 \wj »Al mediodía y a las tres de la tarde hace lo mismo.\wj* \p \v 6 \wj »A las cinco de la tarde se encuentra en el pueblo a otros desocupados y les pregunta: “¿Por qué no están trabajando?”.\wj* \v 7 \wj “Porque nadie nos ha contratado”, le responden. “Pues váyanse a trabajar a mi finca, y les pagaré lo que sea justo”.\wj* \p \v 8 \wj »Por la noche, el pagador fue llamando a cada uno de los obreros para pagarles, comenzando por los últimos que habían contratado.\wj* \v 9 \wj A los que llegaron a las cinco les pagó un denario.\wj* \v 10 \wj Los que habían llegado primero, al ver lo que recibieron los que llegaron de último, pensaron que a ellos se les pagaría mucho más. Pero se les pagó también un denario.\wj* \p \v 11 \wj »Claro, inmediatamente uno de ellos protestó ante el dueño:\wj* \v 12 \wj “Esa gente trabajó sólo una hora y le están pagando lo mismo que a nosotros que trabajamos de sol a sol”.\wj* \p \v 13 \wj »“Amigo”, le contestó el dueño, “¿no quedamos en que se te iba a pagar un denario al día?\wj* \v 14-15 \wj Pues tómalo y vete. Y porque quiero pagarle a todos los trabajadores lo mismo, ¡no me vengas ahora con que es injusto que yo haga con mi dinero lo que me plazca! Por tanto, no tienes razón para enojarte”.\wj* \p \v 16 \wj »Así, pues, los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros».\wj* \s1 Jesús predice de nuevo su muerte \p \v 17 Camino de Jerusalén, Jesús tomó a los doce discípulos aparte \v 18 y les habló de lo que le sucedería cuando llegaran a la capital. \p \wj «Seré entregado a los principales sacerdotes y escribas, y me condenarán a muerte.\wj* \v 19 \wj Luego me entregarán a los romanos, para que se burlen de mí y me crucifiquen. Pero al tercer día resucitaré».\wj* \s1 La petición de una madre \p \v 20 En eso se le acercó la esposa de Zebedeo, junto con sus dos hijos, Jacobo y Juan, y se arrodilló ante él. \p \v 21 \wj ―¿Qué quieres?\wj* —le preguntó Jesús. \p ―Quiero que cuando establezcas tu reino, mis dos hijos se sienten junto a ti en el trono, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. \p \v 22 Pero Jesús le dijo: \p \wj ―¡No sabes lo que estás pidiendo!\wj* \p Y volviéndose a Jacobo y a Juan, les dijo: \p \wj ―¿Se creen ustedes capaces de beber del terrible vaso del que yo tengo que beber? ¿Y de resistir el bautismo con que voy a ser bautizado?\wj* \p ―Sí —respondieron—. Podemos. \p \v 23 \wj ―Pues a la verdad van a beber de mi vaso\wj* —les contestó Jesús— \wj y van a bautizarse con mi bautismo, pero no tengo el derecho de decir quiénes se sentarán junto a mí. Mi Padre es el que lo determina.\wj* \p \v 24 Los otros diez discípulos se enojaron al enterarse de lo que Jacobo y Juan habían pedido, \v 25 pero Jesús los llamó y les dijo: \p \wj ―En las naciones paganas, los reyes, los tiranos o cualquier funcionario está por encima de sus súbditos.\wj* \v 26 \wj Pero entre ustedes será completamente diferente. El que quiera ser grande debe servir a los demás;\wj* \v 27 \wj y el que quiera ocupar el primer lugar en la lista de honor debe ser esclavo de los demás.\wj* \v 28 \wj Recuerden que yo, el Hijo del hombre, no vine para que me sirvan, sino para servir y dar mi vida en rescate de muchos.\wj* \s1 Dos ciegos reciben la vista \p \v 29 Al salir de Jericó, los seguía un inmenso gentío. \v 30 Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al escuchar que Jesús iba a pasar por allí, se pusieron a gritar: \p ―¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! \p \v 31 La gente los mandó callar, pero ellos gritaron todavía con más fuerza. \v 32 Cuando Jesús pasó junto a donde estaban, les preguntó: \p \wj ―¿En qué puedo servirles?\wj* \p \v 33 ―Señor —le dijeron—, ¡queremos ver! \p \v 34 Jesús, compadecido, les tocó los ojos. Al instante pudieron ver; y siguieron a Jesús. \c 21 \s1 La entrada triunfal \p \v 1 Ya cerca de Jerusalén, en el pueblo de Betfagué, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de los discípulos al pueblo cercano. \p \v 2 A la entrada del pueblo les dijo: \wj «Hallarán una burra atada y junto a ella un burrito. Desátenlos y me los traen.\wj* \v 3 \wj Si alguien les pregunta algo, díganle que el Maestro los necesita y que luego se los devolverá».\wj* \p \v 4 Así se cumplió la antigua profecía: \b \p \v 5 «Díganle a Jerusalén: “Tu Rey vendrá a ti sentado humildemente sobre un burrito”». \p \v 6 Los dos discípulos obedecieron, \v 7 y poco después regresaron con los animales. Pusieron luego sus mantos encima del burrito para que Jesús se montara. \v 8 Cuando Jesús pasaba, algunos de entre el gentío tendían sus mantos a lo largo del camino, otros cortaban ramas de los árboles y las tendían delante de él. \v 9 Y delante y detrás del cortejo, el pueblo lo aclamaba: \p ―¡Viva el Hijo del rey David! ¡Alábenlo! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Gloria a Dios! \p \v 10 Cuando entraron a Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. \p ―¿Quién será este? —preguntaban. \p \v 11 ―Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea. \s1 Jesús en el templo \p \v 12 Jesús se dirigió al templo y echó fuera a los que allí vendían y compraban, y volcó las mesas de los que cambiaban dinero y las sillas de los que vendían palomas. Y dijo: \p \v 13 \wj ―Las Escrituras afirman que el templo de Dios es casa de oración, pero ustedes lo han convertido en cueva de ladrones.\wj* \p \v 14 Entonces se le acercaron los ciegos y los cojos y los sanó allí mismo en el templo. \v 15 Los principales sacerdotes y los demás jefes judíos vieron aquellos sorprendentes milagros; y cuando escucharon a los niños que gritaban en el templo: «¡Viva el Hijo de David!», se perturbaron y se llenaron de indignación. Entonces le dijeron a Jesús: \p \v 16 ―¿No oyes lo que están diciendo esos niños? \p \wj ―Sí\wj* —respondió Jesús—. \wj ¿No dicen acaso las Escrituras que “aun los recién nacidos lo adoran”?\wj* \p \v 17 Después de esto regresó a Betania, donde pasó la noche. \s1 Se seca la higuera \p \v 18 Cuando regresaba a Jerusalén a la mañana siguiente, tuvo hambre. \v 19 Se acercó a una higuera del camino con la esperanza de encontrar en ella higos, ¡pero sólo encontró hojas! \p \wj ―¡Nunca jamás produzcas fruto!\wj* —le dijo. \p Y la higuera se secó. \v 20 Al verlo, los discípulos se preguntaron llenos de asombro: \p ―¿Cómo es que la higuera se secó tan pronto? \p \v 21 Y Jesús les respondió: \p \wj ―Pues les repito que si tienen fe y no dudan, podrán hacer cosas como esta y muchas más. Hasta podrán decirle al Monte de los Olivos que se quite y se arroje al mar, y los obedecerá.\wj* \v 22 \wj Cualquier cosa que pidan en oración la recibirán, si de veras creen.\wj* \s1 La autoridad de Jesús puesta en duda \p \v 23 Ya de regreso en el templo, y mientras enseñaba, los principales sacerdotes y otros jefes judíos se le acercaron a exigirle que les explicara por qué había echado del templo a los mercaderes y quién le había dado autoridad para hacerlo. \p \v 24 \wj ―Lo explicaré si ustedes me contestan primero esta pregunta\wj* —les respondió Jesús—. \v 25 \wj ¿Quién envió a Juan a bautizar? ¿Fue Dios o no?\wj* \p Como era una pregunta difícil de contestar, se pusieron a discutirla entre ellos en voz baja: \p ―Si decimos que Dios lo envió, nos preguntará por qué no creímos en él. \v 26 Y si decimos que no fue Dios el que lo envió, el pueblo se enojará, porque casi todo el mundo cree que Juan era profeta. \p \v 27 Por fin le respondieron: \p ―La verdad es que no sabemos. \p Y Jesús les dijo: \p \wj ―Pues yo tampoco les voy a decir quién me dio autoridad para hacer estas cosas.\wj* \s1 Parábola de los dos hijos \p \v 28 \wj »Pero, ¿qué les parece? Un padre que tenía dos hijos le dijo al mayor: “Hijo, ve a trabajar hoy a la finca”.\wj* \v 29 \wj Y el hijo le respondió: “Lo siento; no tengo deseos de trabajar hoy en la finca”. Pero luego, arrepentido, fue.\wj* \v 30 \wj Cuando el padre le pidió al menor que fuera, este le respondió: “¡Con mucho gusto! ¡Ahora mismo voy!”. Pero no fue. Díganme:\wj* \v 31 \wj ¿Cuál de los dos obedeció a su padre?\wj* \p ―El primero, por supuesto —le respondieron los principales sacerdotes y los jefes judíos. \p \wj ―Pues los despreciados cobradores de impuestos y las prostitutas llegarán al reino de Dios antes que ustedes,\wj* \v 32 \wj puesto que Juan el Bautista les dijo que se arrepintieran y se volvieran a Dios, y ustedes no le hicieron caso. Los cobradores de impuestos y las prostitutas, en cambio, sí que creyeron el mensaje de Juan. Y aun viendo que esto sucedía así, ustedes se negaron a arrepentirse y a creer en él.\wj* \s1 Parábola de los labradores malvados \p \v 33 Entonces les contó la siguiente parábola: \p \wj «Cierto hombre plantó una viña, la cercó, construyó una torre de vigilancia, y la arrendó a varios labradores. Según el contrato, estos habrían de compartir con el dueño el producto de la viña. El dueño se fue a otra región.\wj* \v 34 \wj Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió a empleados suyos a recoger lo que le correspondía.\wj* \v 35 \wj Pero los labradores los atacaron: a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon.\wj* \v 36 \wj Entonces el dueño envió un grupo mayor de hombres a cobrar, pero estos corrieron la misma suerte.\wj* \v 37 \wj Por último, envió a su hijo con la esperanza de que lo respetarían por ser quien era.\wj* \v 38 \wj Pero cuando los labradores vieron que se acercaba, se dijeron: “Este no es nada menos que el heredero. Matémoslo y así nos quedaremos con la herencia”.\wj* \v 39 \wj Y, en efecto, lo sacaron de la viña y lo mataron.\wj* \p \v 40 \wj »¿Qué creen ustedes que hará el dueño cuando regrese?».\wj* \p \v 41 Los dirigentes judíos respondieron: \p ―Pues matará sin misericordia a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le paguen lo convenido. \p \v 42 Entonces Jesús les preguntó: \p \wj ―¿Han leído alguna vez en las Escrituras aquello que dice: “La piedra que rechazaron los constructores ha sido puesta como piedra principal. ¡Qué interesante! El Señor lo hizo y es maravilloso”?\wj* \v 43 \wj Con esto quiero decirles que a ustedes Dios les va a quitar el reino de los cielos, y se lo dará a gentes que den los frutos que él espera.\wj* \v 44 \wj El que tropiece con la Roca de la verdad se hará pedazos; y al que la piedra le caiga encima quedará pulverizado.\wj* \p \v 45 Al darse cuenta los principales sacerdotes y los demás jefes judíos que Jesús se refería a ellos, que ellos eran los labradores de la parábola, \v 46 sintieron deseos de apresarlo, pero no se atrevieron porque el pueblo tenía a Jesús por profeta. \c 22 \s1 Parábola del banquete de bodas \p \v 1 Jesús les relató otras parábolas que describían el reino de los cielos: \p \v 2 \wj «El reino de los cielos puede ilustrarse con el cuento de un rey que preparó un gran banquete en celebración de la boda de su hijo.\wj* \v 3 \wj Envió muchísimas invitaciones, y cuando el banquete estuvo listo, mandó un mensajero a notificar a los convidados que ya podían ir. ¡Pero nadie fue!\wj* \v 4 \wj Envió a otros siervos a decirles que fueran pronto, que no se demoraran, que ya los asados estaban listos.\wj* \v 5 \wj Algunos de los invitados se rieron de los mensajeros y se fueron a sus labranzas o negocios;\wj* \v 6 \wj y los otros tomaron a los mensajeros y, tras golpearlos y afrentarlos, los mataron.\wj* \v 7 \wj El rey, enojado, ordenó al ejército que acabara con aquellos asesinos y quemara la ciudad.\wj* \v 8 \wj Entonces dijo: “El banquete está listo, pero los que estaban invitados han mostrado que no eran dignos de la invitación.\wj* \v 9 \wj Por eso, vayan ahora por las esquinas e inviten a todo el mundo”.\wj* \p \v 10 \wj »Los siervos obedecieron y trajeron a cuantos hallaron, lo mismo malos que buenos. Las mesas se llenaron de invitados.\wj* \v 11 \wj Pero cuando el rey fue a ver a los convidados, vio que uno no traía puesto el vestido de boda que había comprado para los invitados.\wj* \v 12 \wj “Amigo mío”, le dijo, “¿cómo entraste sin el vestido de boda?”. Como no le respondió,\wj* \v 13 \wj el rey ordenó: “Átenlo de pies y manos y échenlo en las tinieblas de afuera. ¡Allí será el llorar y el crujir de dientes!\wj* \v 14 \wj Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”».\wj* \s1 El pago del impuesto al César \p \v 15 Los fariseos se reunieron para tramar la manera de enredar a Jesús en sus propias palabras y hacerle decir algo que lo comprometiera. \v 16 Decidieron enviar a algunos de sus hombres, juntamente con algunos herodianos,\f + \fr 22.16 \fr*\ft Los herodianos eran un partido político judío.\ft*\f* a formularle algunas preguntas. \p ―Señor —le dijeron—, sabemos que amas la verdad y que la enseñas sin miedo a las consecuencias. \v 17 Dinos, ¿debe uno pagar impuestos al gobierno romano? \p \v 18-19 Jesús, que sabía lo que se traían entre manos, les dijo: \p \wj ―¡Hipócritas! ¿A quién se creen que están tratando de engañar con preguntas como esas? Enséñenme una moneda.\wj* \p Y ellos le mostraron una moneda romana de plata. \p \v 20 \wj ―¿De quién dice ahí que es esa imagen?\wj* —les preguntó. \p \v 21 ―Del César —respondieron. \p \wj ―Pues denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.\wj* \p \v 22 Sorprendidos y avergonzados, se fueron. \s1 El matrimonio en la resurrección \p \v 23 Aquel mismo día, algunos de los saduceos (que eran los que no creían en la resurrección de los muertos), le preguntaron: \p \v 24 ―Señor, Moisés dijo que si un hombre muere sin tener hijos, uno de sus hermanos debe casarse con la viuda para que ella tenga hijos que reciban la herencia familiar del muerto. \v 25-26 Pues bien, hubo una vez una familia de siete hermanos. El primero de estos se casó y murió sin tener hijos, por lo cual la viuda se casó con el segundo hermano. Aquel hermano también murió sin tener hijos, y la esposa se casó con el siguiente hermano. El caso se fue repitiendo de manera tal que aquella señora fue esposa de los siete hermanos. \v 27-28 Pero a la mujer le llegó también la hora de morir. Dinos, ¿de cuál de los hermanos será esposa cuando resuciten? ¡En vida lo fue de los siete! \p \v 29 \wj ―Pues ustedes se equivocan por ignorar las Escrituras y el poder de Dios\wj* —les dijo Jesús—. \v 30 \wj En la resurrección no habrá matrimonios, porque todos serán como los ángeles del cielo.\wj* \v 31 \wj Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no se han fijado que las Escrituras dicen:\wj* \v 32 \wj “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.\wj* \p \v 33 El gentío se quedó boquiabierto ante aquella respuesta. \s1 El mandamiento más importante \p \v 34 Los fariseos no se dejaron amedrentar por la derrota de los saduceos \v 35 y se les ocurrió una nueva idea. Uno de ellos, abogado, preguntó a Jesús: \p \v 36 ―Señor, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley de Moisés? \p \v 37 Jesús respondió: \p \wj ―“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”.\wj* \v 38 \wj Este es el primero y el más importante de los mandamientos.\wj* \v 39 \wj El segundo es similar: “Amarás a tu prójimo con el mismo amor con que te amas a ti mismo”.\wj* \v 40 \wj Los demás mandamientos y demandas de los profetas se resumen en estos dos mandamientos que he mencionado. El que los cumpla estará cumpliendo todos los demás.\wj* \s1 ¿De quién es hijo el Cristo? \p \v 41 Aprovechando la ocasión de estar rodeado de fariseos, Jesús les preguntó: \p \v 42 \wj ―¿Qué opinan ustedes del Mesías? ¿De quién es hijo?\wj* \p ―De David —le respondieron. \p \v 43 \wj ―Entonces, ¿por qué David, inspirado por el Espíritu Santo, lo llama “Señor”? Porque fue David quien afirmó:\wj* \b \p \v 44 \wj »“Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que haya puesto a tus enemigos bajo tus pies”.\wj* \b \p \v 45 \wj »¿Creen ustedes que David habría llamado “Señor” a su hijo?»\wj* \p \v 46 ―No —le respondieron—. Y desde entonces nadie se atrevió a preguntarle nada. \c 23 \s1 Jesús denuncia a los fariseos y a los maestros de la ley \p \v 1 Entonces Jesús, dirigiéndose al gentío y a sus discípulos, dijo: \p \v 2 \wj «¡Cualquiera que ve a estos escribas y fariseos creando leyes se creerá que son “Moisés en persona”!\wj* \v 3 \wj Claro, obedézcanlos. ¡Hagan lo que dicen, pero no se les ocurra hacer lo que ellos hacen! Porque ellos mismos no hacen lo que dicen que se debe hacer.\wj* \v 4 \wj Recargan a la gente de mandamientos que ni ellos mismos intentan cumplir.\wj* \p \v 5 \wj »¡Y luego se dedican a hacer obras de caridad para que los demás los vean! Para aparentar santidad, se ponen en la frente y en los brazos porciones de las Escrituras escritas en las tiras de pergamino o piel más anchas que puedan encontrar, y procuran que los flecos de sus mantos sean más largos que los de los demás.\wj* \v 6 \wj ¡Ah, y les encanta ir a los banquetes y sentarse a las cabeceras de las mesas, e ir a la sinagoga y sentarse en las primeras sillas!\wj* \v 7 \wj Y cuando andan por las calles, les gusta que les digan: “¡Rabí, rabí!”.\wj* \v 8 \wj No dejen que nadie los llame así. Sólo el Cristo es Rabí\wj*\f + \fr 23.8 \fr*\ft Maestro.\ft*\f* \wj y todos los hombres están en el mismo nivel de hermanos.\wj* \v 9 \wj Y no llamen a nadie en la tierra “padre”, porque el único digno de ese título es Dios, que está en los cielos.\wj* \v 10 \wj No se dejen llamar “maestro”, porque sólo hay un Maestro: el Mesías.\wj* \v 11 \wj Mientras más humildemente sirvamos a los demás, más grandes seremos. Para ser grande hay que servir a los demás,\wj* \v 12 \wj pues los que se creen grandes serán humillados; y los que se humillan serán enaltecidos.\wj* \p \v 13 \wj »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque ni entran al reino de los cielos ni dejan entrar a nadie!\wj* \v 14 \wj ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que por un lado hacen oraciones larguísimas en las calles y por el otro les roban las casas a las viudas! ¡Hipócritas!\wj* \v 15 \wj ¡Ay de ustedes, hipócritas!, porque recorren el mundo en busca de conversos, y una vez que los encuentran los hacen dos veces más hijos del infierno que ustedes mismos.\wj* \v 16-17 \wj ¡Guías ciegos, ay de ustedes!, porque dicen que no importa que se jure en vano por el templo de Dios, pero si alguien jura en vano por el oro del templo, lo condenan. ¡Ciegos insensatos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo que santifica el oro?\wj* \v 18 \wj Y dicen que se puede jurar en vano por el altar, pero si se jura en vano por lo que está sobre el altar, lo condenan.\wj* \v 19 \wj ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda que se pone sobre el altar o el altar que santifica la ofrenda?\wj* \v 20 \wj El que jura por el altar está jurando también por lo que está sobre él;\wj* \v 21 \wj y el que jura por el templo está jurando por el templo y por Dios que habita en él.\wj* \v 22 \wj Y cuando se jura por el cielo se está jurando por el trono de Dios y por Dios mismo.\wj* \p \v 23 \wj »¡Ay de ustedes, fariseos y escribas hipócritas! Porque diezman hasta la última hojilla de menta del jardín y se olvidan de lo más importante, que es hacer justicia y tener misericordia y fe. Sí, hay que diezmar, pero no se puede dejar a un lado lo que es aun más importante.\wj* \p \v 24 \wj »¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito y se tragan el camello!\wj* \v 25 \wj ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas!, porque limpian cuidadosamente el exterior del vaso y dejan el interior lleno de robo e injusticia.\wj* \v 26 \wj Fariseos ciegos, limpien primero el interior del vaso, para que esté limpio por dentro y por fuera.\wj* \v 27 \wj ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, pues son como sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero dentro están llenos de huesos de muertos y podredumbre!\wj* \v 28 \wj Así también son ustedes: por fuera se ven santos, pero bajo la apariencia de piedad hay un corazón manchado de hipocresía y pecado.\wj* \p \v 29 \wj »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas!, porque levantan monumentos a los profetas que los padres de ustedes mataron, y adornan las tumbas de los justos que destruyeron,\wj* \v 30 \wj y al hacerlo dicen: “¡Nosotros no los habríamos matado!”.\wj* \v 31 \wj ¿No se dan cuenta de que se están tildando de hijos de asesinos?\wj* \v 32 \wj ¡Acaben de imitarlos! ¡Pónganse a la altura de ellos!\wj* \v 33 \wj ¡Serpientes, crías de víboras! ¿Cómo van a escapar de la condenación del infierno?\wj* \p \v 34 \wj »Yo les enviaré profetas, hombres llenos del Espíritu y escritores inspirados, pero a algunos los crucificarán, a otros les destrozarán las espaldas a latigazos en las sinagogas, y a los demás los perseguirán de ciudad en ciudad.\wj* \v 35 \wj Así caerá sobre ustedes la culpa de la sangre de los justos asesinados, desde Abel hasta Zacarías, el hijo de Berequías, que ustedes mataron entre el altar y el santuario.\wj* \v 36 \wj ¡Los juicios acumulados a través de los siglos caerán sobre esta generación!\wj* \p \v 37 \wj »¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los enviados de Dios! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste!\wj* \v 38 \wj De ahora en adelante tu casa quedará abandonada,\wj* \v 39 \wj porque te aseguro que no me volverás a ver hasta que digas: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”».\wj* \c 24 \s1 Señales del fin del mundo \p \v 1 Mientras salían, sus discípulos le suplicaron que los acompañara a recorrer los edificios del templo. \v 2 Y él les dijo: \p \wj ―¿Ven esos edificios? ¡Todos serán destruidos y no quedará ni una piedra sobre otra!\wj* \p \v 3 Una vez sentados en las laderas del monte de los Olivos, los discípulos le preguntaron: \p ―¿Qué acontecimientos indicarán la cercanía de tu regreso y el fin del mundo? \p \v 4 \wj ―No dejen que nadie los engañe\wj* —les contestó Jesús—: \v 5 \wj Muchos vendrán diciendo que son el Mesías y engañarán a un gran número.\wj* \v 6 \wj Cuando oigan rumores de guerras, no crean que ya estarán señalando mi retorno; habrá rumores y habrá guerra, pero todavía no será él fin.\wj* \v 7 \wj Las naciones y los reinos de la tierra pelearán entre sí, y habrá hambrunas y terremotos en diferentes lugares.\wj* \v 8 \wj Pero esto será sólo el principio de los horrores que vendrán.\wj* \v 9 \wj Entonces a ustedes los torturarán, los matarán, los odiarán en todo el mundo por causa de mí,\wj* \v 10 \wj y muchos de ustedes volverán a caer en pecado y traicionarán y aborrecerán a los demás.\wj* \v 11 \wj Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchas personas.\wj* \v 12 \wj Habrá tanto pecado y maldad, que el amor de muchos se enfriará.\wj* \v 13 \wj Pero los que se mantengan firmes hasta el fin serán salvos.\wj* \v 14 \wj Las buenas nuevas del reino serán proclamadas en todo el mundo, para que todas las naciones las oigan. Y sólo entonces vendrá el fin.\wj* \p \v 15 \wj »Por lo tanto, cuando vean que aparece en el Lugar Santo la desoladora impureza de que habla el profeta Daniel\wj*\f + \fr 24.15 \fr*\ft Daniel 9.27; 11.31; 12.11\ft*\f* \wj (¡preste atención el lector!),\wj* \v 16 \wj el que esté en Judea, que huya a los montes.\wj* \v 17 \wj El que esté en la azotea, que no baje a hacer las maletas,\wj* \v 18 \wj y el que esté en el campo, que no regrese a buscar la capa.\wj* \v 19 \wj ¡Ay de las mujeres que estén encinta o que tengan niños de pecho en aquellos días!\wj* \v 20 \wj Oren para que la huida no sea en invierno ni en el día de reposo,\wj* \v 21 \wj porque como la persecución que entonces se desatará no se habrá desatado ninguna en la historia, ni se desatará después.\wj* \v 22 \wj Si aquellos días no fueran acortados, la humanidad entera perecería; pero serán acortados por el bien de los escogidos de Dios.\wj* \p \v 23 \wj »Si en aquellos días alguien les dice que el Mesías está en ese lugar o en el otro, o que apareció aquí o allá o en la ciudad de más allá, no lo crean.\wj* \v 24 \wj Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas que realizarán milagros extraordinarios con los cuales tratarán de engañar aun a los escogidos de Dios.\wj* \v 25 \wj Por lo tanto, repito:\wj* \v 26 \wj Si alguien les dice que el Mesías ha regresado y está en el desierto, no se les ocurra ir a verlo. Y si les dicen que está escondido en cierto lugar, no lo crean,\wj* \v 27 \wj porque mi venida será tan visible como un relámpago que cruza el cielo de este a oeste.\wj* \v 28 \wj Y los buitres se juntarán donde esté el cuerpo muerto.\wj* \p \v 29 \wj »Una vez que la persecución de aquellos días haya cesado, “el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, y las estrellas del cielo y los poderes que están sobre la tierra se conmoverán”.\wj* \v 30 \wj Entonces aparecerá en el cielo la señal de mi venida, y el mundo entero se ahogará en llanto al verme llegar en las nubes del cielo con poder y gran gloria.\wj* \v 31 \wj Y enviaré a los ángeles delante de mí para que, con toque de trompeta, junten a mis escogidos de todas partes del mundo.\wj* \p \v 32 \wj »Apréndanse bien la lección de la higuera. Cuando la rama está tierna y brotan las hojas, se sabe que el verano está cerca.\wj* \v 33 \wj De la misma manera, cuando vean que estas cosas empiezan a suceder, sepan que mi regreso está cerca.\wj* \v 34 \wj Sólo entonces terminará esta era de maldad.\wj* \v 35 \wj El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras permanecerán, para siempre.\wj* \s1 Se desconocen el día y la hora \p \v 36 \wj »Ahora bien, nadie, ni siquiera los ángeles, sabe el día ni la hora del fin. Sólo el Padre lo sabe.\wj* \v 37-39 \wj Este mundo incrédulo continuará entregado a sus banquetes y fiestas de bodas hasta el día de mi venida, y le va a pasar lo mismo que a la gente que no quiso creer a Noé hasta que fue demasiado tarde y el diluvio la arrastró.\wj* \v 40 \wj Cuando yo venga, dos hombres estarán trabajando juntos en el campo; uno será llevado y el otro dejado.\wj* \v 41 \wj Dos mujeres estarán realizando sus quehaceres hogareños; una será tomada y la otra dejada.\wj* \v 42 \wj Por lo tanto, deben estar listos, porque no saben cuándo vendrá el Señor.\wj* \v 43 \wj De la misma manera que el padre de familia se mantiene vigilante para que los ladrones no se introduzcan en la casa,\wj* \v 44 \wj ustedes también deben estar vigilantes para que mi regreso no los sorprenda.\wj* \v 45 \wj ¿Son ustedes siervos sabios y fieles a quienes el Señor ha encomendado la tarea de realizar los quehaceres de su casa y proporcionar a sus hijos el alimento cotidiano?\wj* \v 46 \wj ¡Benditos serán si a mi regreso los encuentro cumpliendo fielmente con su deber!\wj* \v 47 \wj ¡Los pondré a cargo de mis bienes!\wj* \p \v 48 \wj »Pero si son tan malvados que, creyendo que voy a tardar en venir,\wj* \v 49 \wj se dedican a oprimir a sus consiervos, a andar de fiestas y a emborracharse,\wj* \v 50 \wj el Señor llegará cuando menos lo esperen,\wj* \v 51 \wj los azotará severamente y los enviará al tormento de los hipócritas. Allí será el llorar y el crujir de dientes.\wj* \c 25 \s1 Parábola de las diez jóvenes \p \v 1 \wj »En el reino de los cielos sucederá lo que les sucedió a las diez muchachas que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.\wj* \v 2-4 \wj Cinco de ellas fueron sabias y llenaron bien las lámparas de aceite, mientras que las otras cinco, insensatas, no lo hicieron.\wj* \p \v 5 \wj »Como el novio se demoraba, todas se quedaron dormidas.\wj* \v 6 \wj Alrededor de la media noche un grito las despertó: “¡Allí viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!”.\wj* \v 7 \wj Las muchachas saltaron a arreglar las lámparas,\wj* \v 8 \wj y las cinco que casi no tenían aceite suplicaron a las otras que compartieran con ellas el que tenían, porque se les estaban apagando las lámparas.\wj* \v 9 \wj Las otras, las prudentes, respondieron: “No tenemos suficiente aceite para darles. Vayan a la tienda y compren”.\wj* \v 10 \wj Así lo hicieron. Pero al regresar encontraron la puerta cerrada, pues el novio había llegado ya y había entrado a la boda con las muchachas que estaban listas con sus lámparas.\wj* \v 11 \wj “Señor, ábrenos”, gritaron, tocando a la puerta, las que habían ido a comprar el aceite.\wj* \v 12 \wj Pero el novio les respondió: “¡No sé quiénes son ustedes! ¡Váyanse!”.\wj* \p \v 13 \wj »Por lo tanto, manténganse vigilantes, porque no saben cuándo ni a qué hora he de regresar.\wj* \s1 Parábola de las monedas de oro \p \v 14 \wj »Hubo una vez un hombre que juntó a sus siervos; antes de partir hacia otro país, y les prestó dinero para que lo invirtieran en su nombre durante su ausencia.\wj* \v 15 \wj A uno le entregó cincuenta mil pesos, a otro veinte mil y a otro diez mil, de acuerdo con las capacidades que había observado en cada uno de ellos.\wj* \p \v 16 \wj »El que recibió los cincuenta mil pesos los invirtió inmediatamente en negocios de compraventa y en poco tiempo obtuvo una ganancia de cincuenta mil pesos.\wj* \v 17 \wj El que recibió los veinte mil pesos los invirtió también y ganó veinte mil pesos.\wj* \v 18 \wj Pero el que recibió los diez mil, cavó en la tierra y escondió el dinero para que estuviera seguro.\wj* \p \v 19 \wj »Después de una ausencia prolongada, el jefe regresó del viaje y los llamó para arreglar cuentas con ellos.\wj* \p \v 20 \wj »El que había recibido los cincuenta mil pesos le entregó cien mil.\wj* \v 21 \wj El jefe, satisfecho, le dijo: “¡Magnífico! Eres un siervo bueno y fiel. Y ya que fuiste fiel con el poco dinero que te di, te voy a confiar una cantidad mayor. Ven, entra, celebremos tu éxito”.\wj* \p \v 22 \wj »El que había recibido los veinte mil presentó su informe: Señor, me diste veinte mil pesos y aquí tienes cuarenta mil.\wj* \v 23 \wj “¡Estupendo!”, le respondió el jefe. “Eres un siervo bueno y fiel. Y ya que has sido fiel con lo poco que deposité en tus manos, te voy a confiar ahora una cantidad mayor. Ven, entra, celebremos tu éxito”.\wj* \p \v 24-25 \wj »Cuando el que había recibido los diez mil pesos se presentó ante el jefe, le dijo: “Señor, como sabía que eres tan duro que te quedarías con cualquier utilidad que yo obtuviera, escondí el dinero. Aquí tienes hasta el último centavo que me diste”.\wj* \v 26 \wj “¡Malvado! ¡Haragán! Si sabías que quería obtener utilidades,\wj* \v 27 \wj por lo menos debías haber puesto el dinero en el banco para que ganara intereses.\wj* \v 28 \wj Quítenle ese dinero y dénselo al que tiene los cien mil pesos,\wj* \v 29 \wj porque el que sabe usar bien lo que recibe, recibirá más y tendrá abundancia; pero al que es infiel se le quitará aun lo poco que tiene.\wj* \v 30 \wj Echen a este siervo inútil en las tinieblas de afuera. Allí será el llorar y el crujir de dientes”.\wj* \s1 Las ovejas y las cabras \p \v 31 \wj »Cuando yo, el Hijo del hombre, venga en todo mi esplendor junto con los ángeles, me sentaré en mi trono de gloria\wj* \v 32 \wj y las naciones se reunirán delante de mí. Y las separaré como el pastor separa las ovejas de los cabritos.\wj* \v 33 \wj A mis ovejas las pondré a la mano derecha; a los cabritos, a la izquierda.\wj* \p \v 34 \wj »Entonces yo, el Rey, diré a los de mi derecha: “Vengan, benditos de mi Padre. Entren al reino que está preparado para ustedes desde la fundación del mundo,\wj* \v 35 \wj porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; fui forastero y me alojaron en sus casas;\wj* \v 36 \wj estuve desnudo y me vistieron; enfermo y en prisión, y me visitaron”.\wj* \p \v 37 \wj »Y los justos me preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber?\wj* \v 38 \wj ¿Cuándo te vimos forastero y te alojamos en casa, o desnudo y te vestimos?\wj* \v 39 \wj ¿Y cuándo te vimos enfermo o en prisión y te visitamos?”.\wj* \p \v 40 \wj »Yo, el Rey, les responderé: “Todo lo que hicieron a mis hermanos necesitados a mí me lo hicieron”.\wj* \p \v 41 \wj »Entonces me volveré a los de la izquierda y les diré: “¡Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus demonios.\wj* \v 42 \wj Porque tuve hambre y no me alimentaron; sed y no me dieron de beber;\wj* \v 43 \wj cuando fui forastero, me negaron hospitalidad; estuve desnudo y no me vistieron; enfermo y en prisión, y no me visitaron”.\wj* \p \v 44 \wj »Ellos responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo o en prisión y no te ayudamos?”.\wj* \p \v 45 \wj »Y les responderé: “Cada vez que se negaron a ayudar a uno de mis hermanos necesitados, se estaban negando a ayudarme”.\wj* \p \v 46 \wj »Irán, por tanto, al castigo eterno, mientras que los justos entrarán a la vida eterna».\wj* \c 26 \s1 La conspiración contra Jesús \p \v 1 Al terminar de decir estas cosas, dijo a sus discípulos: \p \v 2 \wj «Como ya saben, dentro de dos días se celebra la Pascua, y me van a traicionar y a crucificar».\wj* \p \v 3-4 En aquel mismo instante, los principales sacerdotes y los funcionarios judíos se reunían en la residencia de Caifás, el sumo sacerdote, y discutían sobre la manera de capturar a Jesús a espaldas del pueblo y matarlo. \p \v 5 ―No debemos hacerlo durante la celebración de la Pascua —dijeron—, porque habrá revuelta. \s1 Una mujer unge a Jesús en Betania \p \v 6 Jesús fue a Betania, donde visitó a Simón el leproso. \v 7 Durante la cena, una mujer se le acercó con un frasco de un perfume costosísimo y se lo echó en la cabeza. \v 8 Al ver esto, los discípulos se enojaron. \p ―¡Qué desperdicio! —dijeron—. \v 9 Se hubiera podido vender ese perfume a muy buen precio y habríamos dado el dinero a los pobres. \p \v 10 Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: \p \wj ―¿Por qué la critican? Lo que hizo está muy bien hecho.\wj* \v 11 \wj Entre ustedes siempre habrá pobres, pero yo no estaré siempre con ustedes.\wj* \v 12 \wj Ella me ha bañado en perfume para prepararme para la sepultura.\wj* \v 13 \wj Lo que ha hecho se sabrá en todas partes del mundo en que se prediquen las buenas nuevas.\wj* \s1 Judas hace tratos para traicionar a Jesús \p \v 14 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce apóstoles, se presentó ante los principales sacerdotes \v 15 y les preguntó: \p ―¿Cuánto me pagan si les entrego a Jesús? \p ―Treinta piezas de plata. \p \v 16 Desde ese momento, Judas buscaba la ocasión propicia para traicionar a Jesús. \s1 La Cena del Señor \p \v 17 El primer día de las ceremonias pascuales en que los judíos se abstenían de comer pan con levadura, los discípulos le preguntaron a Jesús: \p ―¿Dónde quieres que preparemos la cena de Pascua? \p \v 18 \wj ―Vayan a la ciudad, a la casa de quien ya saben, y díganle que mi tiempo está cerca y que deseo celebrar la Pascua en su casa, con mis discípulos.\wj* \p \v 19 Los discípulos obedecieron y prepararon allá la cena. \p \v 20-21 Aquella noche, mientras comía con los doce, dijo: \p \wj ―Uno de ustedes me va a traicionar.\wj* \p \v 22 Entristecidos, cada uno de los discípulos le fue preguntando: \p ―¿Seré yo, Señor? \p \v 23 Y él fue respondiendo a cada uno: \p \wj ―Es el que va a comer conmigo en el mismo plato.\wj* \v 24 \wj Es cierto, voy a morir como está profetizado, pero pobre del hombre que me traiciona. Habría sido mejor si no hubiera nacido.\wj* \p \v 25 Judas se le acercó también y le preguntó: \p ―¿Soy yo, Maestro? \p \wj ―Sí. Tú lo has dicho.\wj* \p \v 26 Mientras comían, Jesús tomó un pedazo de pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos. \p \wj ―Tomen. Cómanlo; esto es mi cuerpo.\wj* \p \v 27 Tomó luego una copa de vino, la bendijo y también la dio a sus discípulos. \p \wj ―Beban esto,\wj* \v 28 \wj porque esto es mi sangre que sella el nuevo pacto. Mi sangre se derramará para perdonar con ella los pecados de infinidad de personas.\wj* \v 29 \wj Recuerden: No volveré a beber de este vino hasta el día en que beba con ustedes del nuevo vino en el reino de mi Padre.\wj* \p \v 30 Después de estas palabras, cantaron un himno y se fueron al monte de los Olivos. \s1 Jesús predice la negación de pedro \p \v 31 Allí Jesús les dijo: \p \wj ―Esta noche ustedes se alejarán de mí desilusionados, porque las Escrituras dicen que Dios herirá al pastor y las ovejas del rebaño se dispersarán.\wj* \v 32 \wj Pero después que resucite, iré a Galilea a encontrarme con ustedes.\wj* \p \v 33 ―Aunque los demás te abandonen, yo jamás te abandonaré —le dijo Pedro. \p \v 34 \wj ―Pedro\wj* —le respondió Jesús—, \wj te aseguro que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.\wj* \p \v 35 ―¡Aunque me cueste la vida, no te negaré! —insistió Pedro. \p Y los demás discípulos dijeron lo mismo. \s1 Jesús en Getsemaní \p \v 36 Entonces se los llevó al huerto de Getsemaní, y les pidió que se sentaran y lo esperaran mientras entraba al huerto a orar. \v 37 Entró con Pedro y los dos hijos de Zebedeo (Jacobo y Juan). Ya a solas los cuatro, se fue llenando de indescriptible tristeza y de profunda angustia. \p \v 38 \wj «Tengo el alma llena de tristeza y angustia mortal. Quédense aquí conmigo. No se duerman».\wj* \p \v 39 Se apartó un poco, se postró rostro en tierra y oró: \p \wj «Padre mío, si es posible, aparta de mí esta copa. Pero hágase lo que tú quieres y no lo que quiera yo».\wj* \p \v 40 Cuando fue adonde había dejado a los tres discípulos, los halló dormidos. \p \wj «Pedro\wj* —dijo—, \wj ¿no pudieron quedarse despiertos conmigo ni siquiera una hora?\wj* \v 41 \wj Manténganse despiertos y oren, para que la tentación no los venza. Porque es cierto que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil».\wj* \p \v 42 Y se apartó de nuevo a orar: \p \wj «Padre mío, si no puedes apartar de mí esta copa, hágase tu voluntad».\wj* \p \v 43 Se volvió de nuevo a ellos y los halló dormidos por segunda vez. ¡Tan agotados estaban! \v 44 Entonces regresó a orar por tercera vez la misma oración. \v 45 Cuando volvió a los discípulos les dijo: \p \wj «Duerman, descansen…, pero no, ha llegado la hora. Me van a entregar en manos de los pecadores.\wj* \v 46 \wj Levántense, vámonos. El traidor se acerca».\wj* \s1 Arresto de Jesús \p \v 47 No había terminado de pronunciar estas palabras cuando Judas, uno de los doce, se acercó al frente de una turba armada con espadas y palos. Iban en nombre de los líderes judíos y \v 48 esperaban solamente que Judas identificara con un beso al Maestro. \v 49 Sin pérdida de tiempo, el traidor se acercó a Jesús. \p ―Hola, Maestro —le dijo, y lo besó. \p \v 50 \wj ―Amigo, haz lo que viniste a hacer\wj* —le respondió Jesús. \p En el instante en que prendían a Jesús, \v 51 uno de los que lo acompañaban sacó una espada y de un tajo le arrancó la oreja a un siervo del sumo sacerdote. \p \v 52 \wj ―¡Guarda esa espada!\wj* —le ordenó Jesús—. \wj El que mata a espada, a espada perecerá.\wj* \v 53 \wj ¿No sabes que podría pedirle a mi Padre que me enviara doce mil ángeles y me los enviaría al instante?\wj* \v 54 \wj Pero si lo hiciera, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que describen lo que ahora mismo está aconteciendo?\wj* \p \v 55 Luego dijo a la turba: \p \wj ―¿Soy acaso un asesino tan peligroso que tienen que venir con espadas y palos a arrestarme? Todos estos días he estado enseñando en el templo y no me detuvieron.\wj* \v 56 \wj Pero esto sucede para que se cumplan las predicciones de los profetas en las Escrituras.\wj* \p Los discípulos huyeron y lo dejaron solo. \s1 Jesús ante el Consejo \p \v 57 Condujeron a Jesús a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se encontraban reunidos los jefes judíos. \v 58 Pedro lo siguió de lejos, llegó hasta el patio del sumo sacerdote y se sentó entre los soldados a esperar el desarrollo de los acontecimientos. \p \v 59 Los principales sacerdotes y la corte suprema judía, reunidos allí, se pusieron a buscar falsos testigos que les permitieran formular cargos contra Jesús que merecieran pena de muerte. \v 60 Pero aunque muchos ofrecieron sus falsos testimonios, estos siempre resultaban contradictorios. Finalmente, dos individuos \v 61 declararon: \p ―Este hombre dijo que era capaz de destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días. \p \v 62 El sumo sacerdote, al oír aquello, se puso de pie y le dijo a Jesús: \p ―Muy bien, ¿qué respondes a esta acusación? ¿Dijiste eso o no lo dijiste? \v 63 Jesús no le respondió. \p ―Demando en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Mesías, el Hijo de Dios —insistió el sumo sacerdote. \p \v 64 \wj ―Sí\wj* —le respondió Jesús—. \wj Soy el Mesías. Y un día me verás a mí, el Hijo del hombre, sentado a la derecha de Dios y regresando en las nubes del cielo.\wj* \p \v 65-66 ―¡Blasfemia! —gritó el sumo sacerdote, rasgándose la ropa—. ¿Qué más testigos necesitamos? ¡Él mismo lo ha confesado! ¿Cuál es el veredicto de ustedes? \p ―¡Que muera!, ¡que muera! —le respondieron. \p \v 67 Entonces le escupieron el rostro, lo golpearon y lo abofetearon. \p \v 68 ―A ver, Mesías, ¡profetiza! —se burlaban—. ¿Quién te acaba de golpear? \s1 Pedro niega a Jesús \p \v 69 Mientras Pedro estaba en el patio, una muchacha se le acercó y le dijo: \p ―Tú también andabas con Jesús el galileo. \p \v 70 ―No sé de qué estás hablando —le respondió Pedro enojado. \p \v 71 Más tarde, a la salida, otra mujer lo vio y dijo a los que lo rodeaban: \p ―Ese hombre andaba con Jesús el nazareno. \p \v 72 Esta vez, Pedro juró que no lo conocía y que ni siquiera había oído hablar de él. \v 73 Pero al poco rato se le acercaron los que por allí andaban y le dijeron: \p ―No puedes negar que eres uno de los discípulos de ese hombre. ¡Hasta tu manera de hablar te delata! \p \v 74 Por respuesta, Pedro se puso a maldecir y a jurar que no lo conocía. Pero mientras hablaba, el gallo cantó \v 75 y le hizo recordar las palabras de Jesús: \wj «Antes que el gallo cante, me negarás tres veces».\wj* \p Y corrió afuera a llorar amargamente. \c 27 \s1 Judas se ahorca \p \v 1 Al amanecer, los principales sacerdotes y funcionarios judíos se reunieron a deliberar sobre la mejor manera de lograr que el gobierno romano condenara a muerte a Jesús. \v 2 Por fin lo enviaron atado a Pilato, el gobernador romano. \p \v 3 Cuando Judas, el traidor, se dio cuenta de que iban a condenar a muerte a Jesús, arrepentido y adolorido corrió a donde estaban los principales sacerdotes y funcionarios judíos a devolverles las treinta piezas de plata que le habían pagado. \p \v 4 ―He pecado entregando a un inocente —declaró. \p ―Y a nosotros ¿qué nos importa? —le respondieron. \p \v 5 Entonces arrojó en el templo las piezas de plata y corrió a ahorcarse. \p \v 6 Los principales sacerdotes recogieron el dinero. \p ―No podemos reintegrarlo al dinero de las ofrendas —se dijeron—, porque nuestras leyes prohíben aceptar dinero contaminado con sangre. \p \v 7 Por fin, decidieron comprar cierto terreno de donde los alfareros extraían barro. Aquel terreno lo convertirían en cementerio de los extranjeros que murieran en Jerusalén. \v 8 Por eso ese cementerio se llama hoy día Campo de Sangre. \v 9 Así se cumplió la profecía de Jeremías que dice: \b \p «Tomaron las treinta piezas de plata, precio que el pueblo de Israel ofreció por él, \v 10 y compraron el campo del alfarero, como me ordenó el Señor». \s1 Jesús ante Pilato \p \v 11 Jesús permanecía de pie ante Pilato. \p ―¿Eres el Rey de los judíos? —le preguntó el gobernador romano. \p \wj ―Sí\wj* —le respondió—. \wj Tú lo has dicho.\wj* \p \v 12 Pero mientras los principales sacerdotes y los ancianos judíos exponían sus acusaciones, nada respondió. \p \v 13 ―¿No oyes lo que están diciendo contra ti? —le dijo Pilato. \p \v 14 Para asombro del gobernador, Jesús no le contestó. \p \v 15 Precisamente durante la celebración de la Pascua, el gobernador tenía por costumbre soltar al preso que el pueblo quisiera. \v 16 Aquel año tenían en la cárcel a un famoso delincuente llamado Barrabás. \v 17 Cuando el gentío se congregó ante la casa de Pilato aquella mañana, le preguntó: \p ―¿A quién quieren ustedes que suelte?, ¿a Barrabás o a Jesús el Mesías? \p \v 18 Sabía muy bien que los dirigentes judíos habían arrestado a Jesús porque estaban celosos de la popularidad que había alcanzado en el pueblo. \p \v 19 Mientras Pilato presidía el tribunal, le llegó el siguiente mensaje de su esposa: «No te metas con ese hombre, porque anoche tuve una horrible pesadilla por culpa suya». \p \v 20 Pero los principales sacerdotes y ancianos, que no perdían tiempo, persuadieron al gentío para que pidiera que soltaran a Barrabás y mataran a Jesús. \v 21 Cuando el gobernador volvió a preguntar a cuál de los dos querían ellos que soltara, gritaron: \p ―¡A Barrabás! \p \v 22 ―¿Y qué hago con Jesús el Mesías? \p ―¡Crucifícalo! \p \v 23 ―¿Por qué? —exclamó Pilato asombrado—. ¿Qué delito ha cometido? \p Pero la multitud, enardecida, no cesaba de gritar: \p ―¡Crucifícalo!, ¡crucifícalo! \p \v 24 Cuando Pilato se dio cuenta de que no estaba logrando nada y que estaba a punto de formarse un disturbio, pidió que le trajeran una palangana de agua y se lavó las manos en presencia de la multitud. Y dijo: \p ―Soy inocente de la sangre de este hombre. ¡Allá ustedes! \p \v 25 Y la turba le respondió: \p ―¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos! \p \v 26 Pilato soltó a Barrabás. Pero a Jesús lo azotó y lo entregó a los soldados romanos para que lo crucificaran. \s1 Los soldados se burlan de Jesús \p \v 27 Primero lo llevaron al pretorio. Allí, reunida la soldadesca, \v 28 lo desnudaron y le pusieron un manto escarlata. \v 29 A alguien se le ocurrió ponerle una corona de espinas y una vara en la mano derecha a manera de cetro. Burlones, se arrodillaban ante él. \p ―¡Viva el Rey de los judíos! —gritaban. \p \v 30 A veces lo escupían o le quitaban la vara y lo golpeaban con ella en la cabeza. \p \v 31 Por fin, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y se lo llevaron para crucificarlo. \s1 La crucifixión \p \v 32 En el camino hallaron a un hombre de Cirene\f + \fr 27.32 \fr*\ft África.\ft*\f* llamado Simón, y lo obligaron a llevar la cruz que Jesús cargaba. \p \v 33 Ya en el lugar conocido como Gólgota (Loma de la Calavera), \v 34 los soldados le dieron a beber vino con hiel.\f + \fr 27.34 \fr*\ft Narcótico que solían ofrecer a los condenados para aliviar sus sufrimientos.\ft*\f* Tras probarlo, se negó a beberlo. \v 35 Una vez clavado en la cruz, los soldados echaron suertes para repartirse su ropa, \v 36 y luego se sentaron a contemplarlo. \v 37 En la cruz, por encima de la cabeza de Jesús, habían puesto un letrero que decía: «\sc este es jesús, el rey de los judíos\sc*». \v 38 Junto a él, uno a cada lado, crucificaron también a dos ladrones. \v 39 La gente que pasaba por allí se burlaba de él y meneando la cabeza decía: \p \v 40 ―¿No afirmabas tú que podías destruir el templo y reedificarlo en tres días? Pues veamos: Si de verdad eres el Hijo de Dios, ¡bájate de la cruz! \p \v 41 Los principales sacerdotes, escribas, fariseos y ancianos también se burlaban de él. \p \v 42 ―Si a otros salvó, ¿por qué no se salva a sí mismo? ¡Conque tú eres el Rey de los judíos! ¡Bájate de la cruz y creeremos en ti! \v 43 Si confió en Dios, ¡que lo salve Dios! ¿No decía que era el Hijo de Dios? \p \v 44 Y los ladrones le decían lo mismo. \s1 Muerte de Jesús \p \v 45 Aquel día, desde el mediodía hasta las tres de la tarde, la tierra se sumió en oscuridad. \v 46 Cerca de las tres, Jesús gritó: \p \wj ―Elí, Elí ¿lama sabactani? (Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?)\wj* \p \v 47 Algunos de los que estaban allí no le entendieron y creyeron que estaba llamando a Elías. \v 48 Uno corrió y empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y se la alzó para que la bebiera. \v 49 Pero los demás dijeron: \p ―Déjalo. Vamos a ver si Elías viene a salvarlo. \p \v 50 Jesús habló de nuevo con voz muy fuerte, y murió. \p \v 51 Al instante, el velo que ocultaba el Lugar Santísimo del templo se rompió en dos de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron, \v 52 las tumbas se abrieron y muchos creyentes muertos resucitaron. \v 53 Después de la resurrección de Jesús, esas personas salieron del cementerio y fueron a Jerusalén, donde se aparecieron a muchos. \p \v 54 El centurión y los soldados que vigilaban a Jesús, horrorizados por el terremoto y los demás acontecimientos, exclamaron: \p ―¡Verdaderamente este era el Hijo de Dios! \p \v 55 Varias de las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea y le servían estaban no muy lejos de la cruz. \v 56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. \s1 Sepultura de Jesús \p \v 57 Al llegar la noche, un hombre rico de Arimatea llamado José, discípulo de Jesús, \v 58 fue a Pilato y le reclamó el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. \v 59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia \v 60 y lo colocó en un sepulcro nuevo labrado en la peña. Hacía poco que había hecho ese sepulcro y ordenó que rodaran una piedra grande para cerrar la entrada. José se alejó, \v 61 pero María Magdalena y la otra María se quedaron sentadas delante del sepulcro. \s1 La guardia ante el sepulcro \p \v 62 Al siguiente día, al cabo del primer día de las ceremonias pascuales, los principales sacerdotes y los fariseos fueron a Pilato \v 63 y le dijeron: \p ―Señor, aquel impostor dijo una vez que al tercer día resucitaría. \v 64 Quisiéramos que ordenaras poner guardias ante la tumba hasta el tercer día, para evitar que sus discípulos vayan, se roben el cuerpo y luego se pongan a decir que resucitó. Si eso sucede estaremos peor que antes. \p \v 65 ―Bueno, ahí tienen un pelotón de soldados. Vayan y asegúrense de que nada anormal suceda. \p \v 66 Entonces fueron, sellaron la roca y dejaron a los soldados de guardia. \c 28 \s1 La resurrección \p \v 1 Cuando al amanecer del domingo María Magdalena y la otra María regresaban a la tumba, \v 2 hubo un fuerte temblor. Un ángel del Señor acababa de descender del cielo y, tras remover la piedra, se había sentado en ella. \v 3 Tenía el aspecto de un relámpago; y sus vestiduras eran blancas como la nieve. \v 4-5 Los guardias, temblando de miedo, se quedaron como muertos. Pero el ángel dijo a las mujeres: \p ―No teman. Sé que buscan a Jesús, el crucificado. \v 6 Pero no lo encontrarán aquí, porque ha resucitado como se lo había dicho. Entren y vean el lugar donde lo habían puesto… \v 7 Ahora, váyanse pronto y díganles a los discípulos que él ya se levantó de los muertos, que se dirige a Galilea y que allí los espera. Ya lo saben. \p \v 8 Las mujeres, llenas de espanto y alegría a la vez, corrieron a buscar a los discípulos para darles el mensaje del ángel. \v 9 Mientras corrían, Jesús les salió al encuentro. \p ―¡Buenos días! —les dijo. \p Ellas cayeron sobre sus rodillas y, abrazándole los pies, lo adoraron. \p \v 10 \wj ―No teman\wj* —les dijo Jesús—. \wj Digan a mis hermanos que salgan en seguida hacia Galilea, y allí me hallarán.\wj* \s1 El informe de los guardias \p \v 11 Mientras esto sucedía, los guardias del templo que habían estado vigilando la tumba corrieron a informar a los principales sacerdotes. \v 12 Estos inmediatamente convocaron a una reunión de jefes judíos y acordaron entregar dinero a los guardias \v 13 a cambio de que dijeran que se habían robado el cuerpo de Jesús cuando ellos se quedaron dormidos. \p \v 14 ―Si el gobernador se entera —les aseguró el concilio—, nosotros nos encargaremos de que no les pase nada. \p \v 15 Los soldados aceptaron el soborno y se pusieron a divulgar aquella falsedad entre los judíos. ¡Y todavía lo creen! \s1 La gran comisión \p \v 16 Los discípulos se fueron a la montaña de Galilea donde Jesús dijo que habría de encontrarse con ellos. \v 17 Cuando lo vieron, lo adoraron, aunque algunos no estaban completamente convencidos de que en realidad era Jesús. \v 18 Pero él se les acercó y les dijo: \p \wj ―He recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra.\wj* \v 19 \wj Por lo tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,\wj* \v 20 \wj y enséñenles a obedecer los mandamientos que les he dado. De una cosa podrán estar seguros: Estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.\wj*