\id LUK - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 \ide UTF-8 \h Lucas \toc1 Lucas \toc2 Lucas \toc3 Lc \mt1 Lucas \c 1 \s1 Prólogo \p \v 1 Muchos han escrito historias de las cosas que se han cumplido entre nosotros, \v 2 según nos las contaron quienes fueron testigos presenciales de todo desde el principio. Ellos eran también servidores de la Palabra. \p \v 3 Además, distinguido Teófilo, yo mismo investigué con mucho cuidado los acontecimientos desde su origen, y ahora te los describo en orden, \v 4 para que confirmes la verdad de lo que se te ha enseñado. \s1 Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista \p \v 5 Hubo un sacerdote llamado Zacarías, miembro del grupo de Abías, que vivió cuando Herodes era rey de Judea. Su esposa, Elisabet, era descendiente de Aarón. \p \v 6 Zacarías y Elisabet eran piadosos e intachables delante de Dios, \v 7 pero no tenían hijos, porque Elisabet era estéril. Ambos eran ya de edad avanzada. \p \v 8 Un día en que al grupo del sacerdote Zacarías le llegó el turno de servir a Dios en el templo, \v 9 le tocó en suerte a Zacarías (porque esa era la costumbre de los sacerdotes) entrar en el santuario del templo del Señor para quemar incienso. \p \v 10 A la hora de ofrecer el incienso, la gente estaba reunida afuera orando. \v 11 Entonces se le apareció a Zacarías un ángel a la derecha del altar del incienso. \v 12 Al verlo, Zacarías se asustó y se llenó de temor. \v 13 Pero el ángel le dijo: \p ―No tengas miedo, Zacarías, pues Dios ha escuchado tus oraciones. Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y lo llamarás Juan. \v 14 Su nacimiento les traerá mucha alegría a ti y a muchos más, \v 15 porque tu hijo va a ser un gran hombre delante del Señor. Nunca tomará vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo aun antes que nazca. \v 16 Él hará que muchos en Israel se vuelvan al Señor su Dios \v 17 y también irá primero, delante del Señor, con el mismo espíritu y poder que tuvo el profeta Elías. Él reconciliará a los padres con los hijos y hará que los desobedientes aprendan de la sabiduría de los justos. De esta manera preparará al pueblo para recibir al Señor. \p \v 18 Zacarías le preguntó al ángel: \p ―¿Cómo podré estar seguro de esto? Tanto mi esposa como yo somos ancianos. \p \v 19 El ángel le contestó: \p ―Yo soy Gabriel y estoy al servicio de Dios. Él me envió para hablar contigo y darte estas buenas noticias. \v 20 Pero como no creíste lo que te dije, lo cual se va a realizar a su debido tiempo, no podrás hablar hasta el día en que todo esto se cumpla. \p \v 21 Mientras tanto, el pueblo estaba afuera esperando a Zacarías y a todos les extrañaba que se tardara tanto en salir del santuario. \v 22 Cuando por fin salió, no podía hablar, así que se dieron cuenta de que allí había tenido una visión. \p \v 23 Cuando cumplió con los días que debía servir, regresó a su casa. \p \v 24 Poco tiempo después, Elisabet quedó embarazada; y durante cinco meses no salió de su casa. \p \v 25 Ella decía: «El Señor me ha mostrado su bondad haciendo que yo vaya a tener un hijo y así la gente ya no me despreciará». \s1 Anuncio del nacimiento de Jesús \p \v 26 A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel al pueblo de Nazaret, que pertenecía a la región de Galilea. \v 27 Fue a visitar a una joven virgen llamada María, que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, que era descendiente del rey David. \v 28 El ángel entró donde ella estaba y le dijo: \p ―¡Te saludo, a ti que has recibido la bendición de Dios! El Señor está contigo. \p \v 29 María se sorprendió al escuchar estas palabras, y se preguntaba qué significaría ese saludo. \p \v 30 El ángel le dijo: \p ―No tengas miedo, María, porque Dios te ha concedido su favor. \v 31 Vas a quedar embarazada y tendrás un hijo, y lo llamarás Jesús. \v 32 Él será un gran hombre, y le darán el título de Hijo del Altísimo. Dios el Señor lo hará rey como hizo rey a su antepasado David, \v 33 y reinará para siempre sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no tendrá fin. \p \v 34 María le preguntó al ángel: \p ―¿Cómo va a suceder esto, puesto que soy virgen? \p \v 35 El ángel le contestó: \p ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. \v 36 También tu parienta Elisabet, a pesar de ser anciana, va a tener un hijo. La gente decía que ella era estéril, y desde hace seis meses está embarazada, \v 37 pues para Dios no hay nada imposible. \p \v 38 María dijo: \p ―Soy la esclava del Señor. Que él haga conmigo como tú me has dicho. \p Y entonces el ángel se fue. \s1 María visita a Elisabet \p \v 39 Pocos días después, María se fue de prisa a un pueblo en la región montañosa de Judea. \v 40 Llegó a la casa de Zacarías y, al entrar, saludó a Elisabet. \v 41 Cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó dentro de ella. Entonces Elisabet, llena del Espíritu Santo, \v 42 dijo en voz muy fuerte: \p ―Dios te ha bendecido más a ti que a todas las mujeres, y también ha bendecido al hijo que darás a luz. \v 43 ¿Cómo es que la madre de mi Señor ha venido a visitarme? \v 44 En el momento en que escuché tu saludo, la criatura que llevo dentro de mí saltó de alegría. \v 45 Dichosa tú que has creído, pues lo que el Señor te dijo se cumplirá. \s1 El cántico de María \p \v 46 Entonces María dijo: \p ―Mi alma alaba al Señor, \v 47 mi espíritu se llena de alegría porque Dios es mi Salvador. \v 48 Dios se ha fijado en mí, su humilde esclava. De ahora en adelante, todas las generaciones me llamarán dichosa, \v 49 porque el Dios Todopoderoso ha hecho grandes cosas por mí. ¡Su nombre es santo! \v 50 Él siempre tiene misericordia de todos los que le honran. \v 51 Actuó con poder, desbarató las intrigas de los orgullosos. \v 52 A los poderosos los quitó de sus tronos, y a los humildes los puso en lugares de honor. \v 53 A los hambrientos llenó de bienes, y a los ricos los envió con las manos vacías. \v 54 Ayudó al pueblo de Israel, su siervo, y siempre lo trató con misericordia. \v 55 Cumplió así su promesa a nuestros padres: trató con misericordia a Abraham y a sus descendientes para siempre. \p \v 56 María se quedó con Elisabet como tres meses. Después regresó a su casa. \s1 Nacimiento de Juan el Bautista \p \v 57 Cuando llegó el momento, Elisabet dio a luz a su hijo. \p \v 58 Sus vecinos y familiares se llenaron de alegría al enterarse de que el Señor había sido misericordioso. \v 59 A los ocho días de nacido, llevaron a circuncidar al niño. Querían ponerle Zacarías, que era el nombre de su padre; \v 60 pero su madre dijo: \p ―¡No! Tiene que llamarse Juan. \p \v 61 Le dijeron: \p ―¡Pero si en tu familia no hay nadie con ese nombre! \p \v 62 Entonces le preguntaron por señas a su padre cómo quería que se llamara el niño. \v 63 Él pidió una tabla y escribió: «Su nombre es Juan». Todos quedaron asombrados. \v 64 Al instante, Zacarías recobró el habla y comenzó a alabar a Dios. \v 65 Los vecinos se llenaron de temor, y en toda la región montañosa de Judea se hablaba de lo sucedido. \v 66 Todos los que oían hablar del asunto se preguntaban: «¿Qué llegará a ser ese niño? Porque el Señor estaba con él». \s1 El cántico de Zacarías \p \v 67 Entonces Zacarías, su padre, lleno del Espíritu Santo, dijo esta profecía: \p \v 68 «Alabemos al Señor, Dios de Israel, porque ha venido a rescatar a su pueblo. \v 69 Nos envió un poderoso salvador, que desciende del rey David, su siervo. \v 70 Así lo prometió hace mucho tiempo, por medio de sus santos profetas: \v 71 que nos libraría de nuestros enemigos y de la mano de los que nos odian; \v 72 que sería misericordioso con nuestros padres al acordarse de su santo pacto. \v 73 Así lo juró a Abraham nuestro padre: \v 74 que ya no tendríamos temor, porque nos libraría del poder de nuestros enemigos, para que lo sirvamos \v 75 con santidad y justicia, viviendo en su presencia todos los días de nuestra vida. \p \v 76 »Y tú, hijo mío, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparándole el camino. \v 77 Tú le enseñarás a su pueblo que hay salvación por medio del perdón de sus pecados. \v 78 Esto es así gracias a la gran misericordia de nuestro Dios. Y nos envió desde el cielo el sol de un nuevo día, \v 79 para dar luz a los que viven en tinieblas y en la más terrible oscuridad; para guiar nuestros pasos por el camino de la paz». \p \v 80 El niño crecía y su espíritu se hacía más fuerte; y vivió en el desierto hasta el día en que se presentó públicamente al pueblo de Israel. \c 2 \s1 Nacimiento de Jesús \p \v 1 Por aquellos días, César Augusto mandó que se hiciera un censo en todo el imperio romano. \v 2 Este primer censo se hizo cuando Cirenio era gobernador de Siria. \p \v 3 Todos tenían que ir a su pueblo de origen para inscribirse. \v 4 También José, que era descendiente del rey David, tuvo que ir de Nazaret, que era una ciudad de la región de Galilea, a Belén, que estaba en Judea. Esa era la ciudad de David, \v 5 y José fue allí para inscribirse junto con María, su esposa, que estaba embarazada. \p \v 6 Mientras estaban en Belén, a ella le llegó el tiempo, \v 7 y dio a luz a su primer hijo. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían encontrado lugar para ellos en la posada. \s1 Los pastores y los ángeles \p \v 8 Por aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando a sus ovejas. \v 9 De pronto, un ángel del Señor se les apareció y la gloria del Señor brilló y los envolvió. Los pastores se llenaron de miedo. \v 10 Pero el ángel les dijo: «¡No tengan miedo! Les traigo buenas noticias que van a llenar de alegría a todo el pueblo: \v 11 Hoy ha nacido, en la ciudad de David, su Salvador, que es Cristo el Señor. \v 12 Se darán cuenta de que es él, porque lo encontrarán envuelto en pañales y acostado en un pesebre». \p \v 13 De repente aparecieron muchos ángeles del cielo que alababan a Dios y decían: \b \p \v 14 «Gloria a Dios en las alturas, \p y paz en la tierra para los que gozan de su buena voluntad». \b \p \v 15 Cuando los ángeles volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha anunciado». \p \v 16 Fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. \v 17 Cuando lo vieron, contaron lo que les habían dicho acerca del niño. \p \v 18 Todos los que oyeron se quedaron asombrados de lo que decían los pastores. \v 19 Pero María guardaba todas estas cosas en su corazón y no dejaba de pensar en ellas. \p \v 20 Los pastores regresaron dando la gloria a Dios y alabándolo por lo que habían visto y oído. Todo sucedió tal como se les había dicho. \s1 Presentación de Jesús en el templo \p \v 21 Ocho días más tarde fueron a circuncidar al niño, y le pusieron el nombre de Jesús, tal como el ángel le había dicho a María antes de quedar embarazada. \p \v 22 Cuando llegó el día en que, según la ley de Moisés, ellos debían purificarse, José y María llevaron al niño a Jerusalén para presentárselo al Señor. \v 23 Así lo hicieron para cumplir con la ley del Señor, que dice: «Siempre que el primer hijo sea varón, deberán dedicárselo al Señor». \v 24 También fueron a ofrecer el sacrificio que manda la ley del Señor, que dice: «un par de tórtolas o dos pichones». \p \v 25 En aquel tiempo había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso. Vivía con la esperanza de que Dios libertara a Israel. El Espíritu Santo estaba con él \v 26 y le había hecho saber que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor. \v 27 El Espíritu Santo guio a Simeón y fue al templo. Cuando los padres del niño Jesús lo llevaron para cumplir con la costumbre que manda la ley, \v 28 Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: \p \v 29 «Ahora, Soberano Señor, tu palabra se ha cumplido: ya puedes dejar que este tu siervo muera en paz, \v 30 porque mis ojos han visto tu salvación, \v 31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos; \v 32 es la luz que alumbrará a las naciones y la gloria de tu pueblo Israel». \p \v 33 El padre y la madre del niño se quedaron asombrados de lo que decía de él. \v 34 Simeón los bendijo y le dijo a María, la madre de Jesús: «Este niño ha sido enviado para hacer que muchos caigan o se levanten en Israel. Él será una señal y muchos se le opondrán, \v 35 así se conocerán las intenciones de cada uno. Esto será para ti como una espada que te atravesará el alma». \p \v 36 También estaba en el templo una profetisa, Ana, hija de Penuel, que pertenecía a la tribu de Aser. Era muy anciana. Cuando era joven, había vivido con su esposo siete años, \v 37 pero entonces quedó viuda y ahora ya tenía ochenta y cuatro años de edad. Nunca salía del templo; se pasaba noche y día adorando a Dios con ayunos y oraciones. \v 38 Ana llegó también en aquel mismo momento, dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban que Dios liberara a Jerusalén. \p \v 39 Después de haber cumplido con todo lo que mandaba la ley, José y María regresaron a Galilea, a su propio pueblo de Nazaret. \v 40 El niño crecía y se fortalecía; se llenaba de sabiduría y Dios lo favorecía. \s1 El niño Jesús en el templo \p \v 41 Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. \v 42 Cuando él cumplió doce años, fueron allá como era su costumbre. \v 43 Al terminar la fiesta, se regresaron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres se dieran cuenta. \v 44 Ellos caminaron todo un día pensando que Jesús iba entre los familiares y conocidos. Cuando lo buscaron \v 45 y no lo encontraron, volvieron a Jerusalén para buscarlo. \p \v 46 Después de tres días, lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. \v 47 Todos los que lo oían se quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. \v 48 Cuando sus padres lo vieron, también se quedaron admirados. Su madre le dijo: \p ―Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? ¡Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia! \p \v 49 Él le respondió: \p \wj ―¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?\wj* \p \v 50 Pero ellos no entendieron lo que él les quería decir. \v 51 Entonces Jesús volvió con sus padres a Nazaret y los obedecía en todo. Pero su madre guardaba todas estas cosas en el corazón. \p \v 52 Jesús seguía creciendo en sabiduría y estatura, y gozaba más y más del favor de Dios y de la gente. \c 3 \s1 Juan el Bautista prepara el camino \p \v 1 Cuando ya llevaba quince años reinando Tiberio César, Poncio Pilato era gobernador de la región de Judea. Herodes gobernaba en Galilea; Felipe, el hermano de Herodes, gobernaba en Iturea y en la región de Traconite; y Lisanias gobernaba en Abilene. \v 2 En aquel tiempo, los jefes de los sacerdotes eran Anás y Caifás. Entonces Dios le habló a Juan, el hijo de Zacarías, en el desierto. \p \v 3 Juan fue entonces por toda la región del Jordán predicando a todos que debían ser bautizados y arrepentirse, para que Dios les perdonara sus pecados. \v 4 Eso fue lo que estaba escrito de él en el libro del profeta Isaías: «Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, háganle sendas que estén derechas. \v 5 Todo valle será rellenado, toda montaña y colina será nivelada; los caminos torcidos serán enderezados y las sendas disparejas quedarán llanas. \v 6 Todo el mundo verá la salvación de Dios”». \v 7 Muchos iban a Juan para que los bautizara, y él les decía: \p ―¡Crías de víboras! ¿Quién les dijo que van a escaparse del castigo que se acerca? \v 8 Produzcan frutos que demuestren que se han arrepentido. Y no piensen: “Somos descendientes de Abraham”, porque les digo que Dios puede aun de estas piedras darle descendientes a Abraham. \v 9 Además, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego. \p \v 10 La gente le preguntaba: \p ―¿Entonces qué debemos hacer? \p \v 11 Y Juan les contestaba: \p ―El que tiene dos trajes, debe compartir con el que no tiene ninguno. El que tiene comida, compártala con el que no tiene. \p \v 12 Unos que cobraban impuestos vinieron también para que los bautizara, y le preguntaron: \p ―Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros? \p \v 13 Él les respondió: \p ―No cobren más de lo que deben cobrar. \p \v 14 Unos soldados le preguntaron: \p ―Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer? \p Él les dijo: \p ―No les quiten a los demás lo que es de ellos ni acusen falsamente a nadie; y confórmense con su salario. \p \v 15 La gente se preguntaba si Juan sería el Cristo. \p \v 16 Juan entonces les respondió a todos: \p ―Yo los bautizo a ustedes con agua. Pero pronto viene uno que es más poderoso que yo y él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Yo ni siquiera merezco desatarle las correas de sus sandalias. \v 17 Él tiene el rastrillo en la mano para limpiar su era, y separará el trigo de la paja. El trigo lo recogerá en su granero y la paja la quemará en un fuego que nunca se apaga. \p \v 18 Juan usaba estas y muchas otras palabras para anunciar a la gente las buenas nuevas. \v 19 Él reprendió a Herodes, el que gobernaba en Galilea, por causa de su cuñada Herodías, y también por todas las otras cosas malas que había hecho. \v 20 Entonces Herodes hizo otra cosa peor: encerró a Juan en la cárcel. \s1 Bautismo y genealogía de Jesús \p \v 21 En una ocasión en que todos iban para que Juan los bautizara, Jesús fue y también a él lo bautizó. Y mientras Jesús oraba, el cielo se abrió \v 22 y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: \p ―Tú eres mi Hijo amado; estoy muy contento contigo. \p \v 23 Jesús tenía unos treinta años de edad cuando comenzó su ministerio. Era, según se creía, hijo de José. \p José era hijo de Elí, \v 24 hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melquí, hijo de Janay, hijo de José, \p \v 25 hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahúm, hijo de Eslí, hijo de Nagay, \p \v 26 hijo de Máat, hijo de Matatías, hijo de Semeí, hijo de Josec, hijo de Judá, \p \v 27 hijo de Yojanán, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri, \p \v 28 hijo de Melquí, hijo de Adí, hijo de Cosán, hijo de Elmadán, hijo de Er, \p \v 29 hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorín, hijo de Matat, hijo de Leví, \p \v 30 hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquín, \p \v 31 hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de Natán, hijo de David, \p \v 32 hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Salmón, hijo de Naasón, \p \v 33 hijo de Aminadab, hijo de Aram, hijo de Jezrón, hijo de Fares, hijo de Judá, \p \v 34 hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Téraj, hijo de Najor, \p \v 35 hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Péleg, hijo de Éber, hijo de Selaj, \p \v 36 hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec, \p \v 37 hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Malalel, hijo de Cainán, \p \v 38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios. \c 4 \s1 Tentación de Jesús \p \v 1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo llevó al desierto. \v 2 Allí estuvo cuarenta días, y Satanás quería hacerlo caer en tentación. Durante todos esos días no comió nada; y cuando pasó ese tiempo, tuvo hambre. \v 3 El diablo le dijo: \p ―Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan. \p \v 4 Jesús le respondió: \p \wj ―La Escritura dice: “No sólo de pan vivirá la gente”.\wj* \p \v 5 Entonces el diablo lo llevó a un lugar alto y desde allí le mostró en un momento todos los reinos del mundo. \p \v 6 El diablo le dijo: \p ―Te daré poder y autoridad sobre todos estos reinos y también te daré su grandeza, porque a mí me lo han dado y yo se lo doy a quien yo quiera. \v 7 Todo esto será tuyo si me adoras. \v 8 Jesús le contestó: \p \wj ―La Escritura dice: “Adora al Señor tu Dios y sírvele sólo a él”.\wj* \p \v 9 Luego el diablo lo llevó a Jerusalén, a la parte más alta del templo, y le dijo: \p ―Si eres el Hijo de Dios, tírate desde aquí, \v 10 pues en la Escritura dice: “Dios enviará a sus ángeles para cuidarte. \v 11 Ellos te sostendrán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”. \p \v 12 Jesús le respondió: \p \wj ―También en la Escritura dice: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”.\wj* \p \v 13 Después que el diablo trató por todos los medios de hacerlo caer en tentación, se alejó de él por un tiempo. \s1 Rechazan a Jesús en Nazaret \p \v 14 Jesús regresó a Galilea lleno del poder del Espíritu Santo, y adquirió fama por toda la región. \v 15 Enseñaba en las sinagogas y todos lo admiraban. \p \v 16 Cuando llegó a Nazaret, donde se había criado, un sábado fue a la sinagoga, como era su costumbre. Allí se levantó a leer, \v 17 y le dieron el libro del profeta Isaías. Lo abrió y encontró el lugar donde dice: \p \v 18 \wj «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para dar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado para anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos,\wj* \v 19 \wj para anunciar el año en que el Señor nos dará su favor».\wj* \p \v 20 Luego cerró el libro, se lo devolvió al encargado y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga tenían los ojos puestos en él. \p \v 21 Entonces él comenzó a decirles: \p \wj ―Esta Escritura acaba de cumplirse hoy delante de ustedes.\wj* \p \v 22 Todos se expresaban bien de él y estaban admirados por las hermosas palabras que él hablaba. \p Estaban intrigados y se preguntaban: \p ―¿No es este el hijo de José? \p \v 23 Jesús les dijo: \p \wj ―Sin duda ustedes me dirán ese refrán: “Médico, cúrate a ti mismo. Haz aquí, en tu propia tierra, lo que hemos oído que hiciste en Capernaúm”.\wj* \v 24 \wj Pero yo les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra.\wj* \v 25 \wj En tiempos de Elías no llovió por tres años y medio y hubo mucha hambre en toda la tierra. En Israel vivían muchas viudas en esa época;\wj* \v 26 \wj sin embargo, a Elías no lo enviaron a ninguna de ellas, sino a una viuda de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón.\wj* \v 27 \wj Y en tiempos del profeta Eliseo había en Israel muchos enfermos de lepra, pero Eliseo no sanó a ninguno de ellos sino sanó a Naamán, que era de Siria.\wj* \p \v 28 Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se pusieron furiosos, \v 29 se levantaron y lo echaron fuera del pueblo. Lo llevaron a lo alto de la colina sobre la que estaba construido el pueblo, para arrojarlo desde allí, \v 30 pero él pasó por en medio de ellos y se fue. \s1 Jesús expulsa a un espíritu maligno \p \v 31 Jesús se fue a Capernaúm, un pueblo de la región de Galilea, y enseñaba a la gente el día sábado. \v 32 Los que lo oían se sorprendían de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad. \p \v 33 En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por un espíritu malo que le gritó con todas sus fuerzas: \p \v 34 ―¡Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú. ¡El Santo de Dios! \p \v 35 Jesús le replicó: \p \wj ―¡Cállate! ¡Sal de ese hombre!\wj* \p Entonces el demonio derribó al hombre en medio de la gente y salió de él sin hacerle ningún daño. \v 36 Todos estaban muy asustados y se decían unos a otros: \p ―¿Qué tienen sus palabras? Con autoridad y poder les ordena a los espíritus malos que salgan, y salen. \p \v 37 Y por todo aquel lugar se hablaba de Jesús. \s1 Jesús sana a muchos enfermos \p \v 38 Al salir Jesús de la sinagoga se fue a la casa de Simón. La suegra de este estaba enferma y con fiebre muy alta, y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. \p \v 39 Él se inclinó sobre ella y ordenó que la fiebre se le quitara, y se le quitó. Ella en seguida se levantó y comenzó a servirles. \p \v 40 Al anochecer, la gente le llevó a Jesús todos los que tuvieran cualquier tipo de enfermedad. Él puso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó. \v 41 También de muchas personas salían demonios que gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». \p Pero él los reprendía y no los dejaba hablar, porque sabían que era el Cristo. \p \v 42 Al amanecer, Jesús salió y se fue a un lugar solitario. La gente lo buscó por todas partes y, cuando lo encontraron, trataron de detenerlo para que no se fuera. \v 43 Pero él les dijo: \wj «Tengo que anunciar las buenas noticias del reino de Dios a los demás pueblos, porque para eso fui enviado».\wj* \p \v 44 Y continuó anunciando las buenas noticias en las sinagogas de los judíos. \c 5 \s1 Llamamiento de los primeros discípulos \p \v 1 Un día, Jesús estaba a la orilla del lago de Genesaret y la gente lo apretujaba para oír el mensaje de Dios. \v 2 Entonces vio dos barcas que estaban en la playa. Los pescadores las habían dejado allí mientras lavaban sus redes. \v 3 Él subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó y desde la barca le enseñaba a la gente. \p \v 4 Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: \p \wj ―Lleva la barca adonde el agua está más profunda y allí echa tus redes para pescar.\wj* \v 5 Simón le respondió: \p ―Maestro, toda la noche hemos trabajado sin descanso y no hemos pescado nada. Pero, puesto que tú me lo mandas, voy a echar las redes. \p \v 6 Ellos hicieron lo que él les dijo, y recogieron tantos peces que las redes se les rompían. \v 7 Entonces hicieron señas a sus compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos fueron, y llenaron tanto las dos barcas que se empezaron a hundir. \p \v 8 Cuando Simón Pedro vio esto, cayó de rodillas ante Jesús y le dijo: \p ―¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador! \p \v 9 Es que él y sus demás compañeros estaban asombrados por la gran pesca que habían hecho. \v 10 También estaban asombrados Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, socio de Simón. \p Jesús le dijo a Simón: \p \wj ―No tengas miedo, de ahora en adelante serás pescador de seres humanos.\wj* \p \v 11 Entonces llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y siguieron a Jesús. \s1 Jesús sana a un leproso \p \v 12 Un día que Jesús estaba en un pueblo, se presentó un hombre enfermo de lepra. Al ver a Jesús, se inclinó hasta tocar con su rostro el suelo y le suplicó: \p ―Señor, si quieres, puedes sanarme. \p \v 13 Jesús extendió la mano, tocó al hombre y le dijo: \p \wj ―Sí quiero. ¡Queda sano!\wj* \p Y en ese momento se le quitó la lepra. \p \v 14 Jesús le ordenó: \p \wj ―No se lo digas a nadie. Ve, preséntate al sacerdote y lleva la ofrenda de purificación que Moisés ordenó, para que les sirva de testimonio.\wj* \p \v 15 Sin embargo, Jesús se hacía cada vez más famoso, y mucha gente iba para oírlo y para que la sanara de sus enfermedades. \v 16 Pero él con frecuencia se apartaba a lugares solitarios para orar. \s1 Jesús sana a un paralítico \p \v 17 Un día que enseñaba, estaban sentados por allí algunos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y hasta de Jerusalén. Jesús mostraba el poder del Señor sanando a los enfermos. \p \v 18 Entonces llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a un paralítico. Ellos querían entrar para ponerlo delante de Jesús, \v 19 pero no podían porque había allí mucha gente. Así que subieron al techo e hicieron un hueco entre las tejas, y bajaron al paralítico en la camilla en medio de la gente, hasta ponerlo frente a Jesús. \p \v 20 Cuando vio la fe de ellos, Jesús le dijo al que estaba postrado: \p \wj ―Amigo, tus pecados quedan perdonados.\wj* \p \v 21 Los fariseos y los maestros de la ley comenzaron a pensar: \p «¿Quién se cree este, que dice blasfemias? Sólo Dios puede perdonar pecados». \p \v 22 Pero Jesús sabía lo que estaban pensando y les dijo: \p \wj ―¿Por qué piensan así?\wj* \v 23 \wj ¿Qué es más fácil, decirle que sus pecados están perdonados o que se puede levantar y andar?\wj* \v 24 \wj Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.\wj* \p Entonces se dirigió al paralítico y le dijo: \p \wj ―Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.\wj* \p \v 25 En ese mismo instante, ante los ojos de todos, el hombre tomó la camilla en la que había estado acostado y se fue a su casa alabando a Dios. \v 26 Todos quedaron asombrados y comenzaron también a alabar a Dios. Y llenos de temor, decían: \p ―Hoy hemos visto cosas maravillosas. \s1 Llamamiento de Leví \p \v 27 Después de esto salió Jesús y vio a un hombre llamado Leví que era recaudador de impuestos. Estaba sentado a la mesa donde cobraba. Jesús le dijo: \p \wj ―Sígueme.\wj* \p \v 28 Leví se levantó, dejó todo y lo siguió. \p \v 29 Luego Leví le ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. También invitó a muchos de los recaudadores de impuestos y a otras personas. \p \v 30 Los fariseos y los maestros de la ley que pertenecían a su mismo grupo, se molestaron con los discípulos de Jesús y les dijeron: ¿Por qué comen y beben ustedes con recaudadores de impuestos y con pecadores? \v 31 Jesús les contestó: \p \wj ―Los que están sanos no necesitan médico, sino los enfermos.\wj* \v 32 \wj Yo no he venido a llamar a los justos para que se arrepientan, sino a los pecadores.\wj* \s1 Le preguntan a Jesús sobre el ayuno \p \v 33 Algunos le dijeron a Jesús: \p ―Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y oran mucho, pero los tuyos se la pasan comiendo y bebiendo. \p \v 34 Jesús les respondió: \wj —¿Acaso pueden ustedes hacer que los invitados a una boda ayunen mientras el novio está con ellos?\wj* \v 35 \wj Va llegar el día en que les quiten al novio y entonces sí ayunarán.\wj* \p \v 36 Y les contó esta parábola: \p \wj ―Nadie le corta un pedazo de tela a un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. Si lo hace, echa a perder el vestido nuevo, y el retazo nuevo no se verá bien en el vestido viejo.\wj* \v 37 \wj Tampoco nadie echa vino nuevo en odres viejos. Si lo hace, el vino nuevo hará que revienten los odres, el vino se derramará y los odres se echarán a perder.\wj* \v 38 \wj Por eso, el vino nuevo se debe echar en odres nuevos.\wj* \v 39 \wj Y cuando alguien probó el vino viejo, ya no quiere beber el nuevo, porque dice: “El añejo es mejor”.\wj* \c 6 \s1 Señor del sábado \p \v 1 Un sábado, Jesús y sus discípulos pasaban por los sembrados. Sus discípulos se pusieron a arrancar unas espigas de trigo y las restregaban con las manos para desgranarlas y comérselas. \v 2 Entonces unos fariseos les dijeron: \p ―¿Por qué hacen ustedes lo que está prohibido hacer en sábado? \p \v 3 Jesús les contestó: \p \wj ―¿No han leído ustedes lo que hizo David cuando él y sus hombres tuvieron hambre?\wj* \v 4 \wj Entró en la casa de Dios, tomó los panes que estaban consagrados a Dios, que sólo a los sacerdotes se les permitía comer, y comieron él y sus hombres.\wj* \p \v 5 Y añadió: \p \wj ―El Hijo del hombre es Señor aun del sábado.\wj* \p \v 6 Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Y había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. \v 7 Como los maestros de la ley y los fariseos vigilaban a Jesús tratando de encontrar algún motivo para acusarlo, querían ver si sanaba en sábado. \p \v 8 Aunque Jesús sabía lo que estaban pensando, llamó al hombre de la mano paralizada y le dijo: \p \wj ―Levántate y ponte en medio de todos.\wj* \p El hombre hizo como Jesús le había indicado y Jesús les dijo a los otros: \p \v 9 \wj ―Les voy a hacer una pregunta. ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?\wj* \p \v 10 Entonces Jesús miró a todos los que lo rodeaban y le dijo al hombre: \p \wj ―Extiende tu mano.\wj* \p Él la extendió, y su mano le quedó sana. \v 11 Pero los que querían acusarlo se llenaron de ira y comenzaron a hacer planes contra Jesús. \s1 Los doce apóstoles \p \v 12 En aquellos días se fue Jesús a la montaña y pasó toda la noche orando a Dios. \v 13 Al amanecer, llamó a sus discípulos y entre ellos escogió a doce, a los que llamó apóstoles: \p \v 14 Simón (a quien le puso el nombre de Pedro) y su hermano Andrés, Jacobo, Juan, Felipe, Bartolomé, \v 15 Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón (al que llamaban Zelote), \v 16 Judas hijo de Jacobo, y Judas Iscariote (que fue el que lo traicionó). \s1 Bendiciones y ayes \p \v 17 Jesús bajó de la montaña con ellos y se detuvo en un lugar llano. Allí lo esperaban muchos de sus discípulos y mucha gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. \v 18 Habían llegado para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades. También los que eran atormentados por espíritus malos quedaban sanos. \v 19 Todo el mundo quería tocar a Jesús, porque de él salía poder que los sanaba a todos. \p \v 20 Él entonces miró a sus discípulos y les dijo: \wj «Dichosos ustedes los pobres, porque el reino de Dios les pertenece.\wj* \p \v 21 \wj »Dichosos ustedes los que ahora pasan hambre, porque tendrán pan en abundancia. Dichosos ustedes los que ahora lloran, porque después reirán.\wj* \p \v 22 \wj »Dichosos ustedes cuando los odien, cuando los desprecien, los insulten y hablen mal de ustedes por causa del Hijo del hombre.\wj* \p \v 23 \wj »Alégrense en ese día, llénense de gozo, porque hay una gran recompensa para ustedes en el cielo.\wj* \p \v 24 \wj »Pero, ¡qué tristeza para ustedes los ricos, porque ya han recibido su consuelo!\wj* \p \v 25 \wj »¡Qué tristeza para ustedes los que ahora tienen en abundancia, porque pasarán hambre! ¡Qué tristeza para ustedes los que ahora ríen, porque luego se quejarán y llorarán!\wj* \p \v 26 \wj »¡Qué tristeza cuando a ustedes todos los elogien! Porque los antepasados de los que ahora los elogian, elogiaron de la misma manera a los falsos profetas.\wj* \s1 El amor a los enemigos \p \v 27 \wj »Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian,\wj* \v 28 \wj bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan.\wj* \v 29 \wj Si alguien te pega en una mejilla, deja que te pegue también en la otra. Si alguien te quita la camisa, deja que se lleve también el abrigo.\wj* \v 30 \wj A todo el que te pida, dale, y si alguien te quita lo que es tuyo, no le pidas que te lo devuelva.\wj* \v 31 \wj Traten a los demás como a ustedes les gustaría que ellos los traten.\wj* \v 32 \wj Si aman sólo a quienes los aman, ¿qué mérito tiene eso? Lo mismo hacen los pecadores.\wj* \v 33 \wj Y si ustedes sólo le hacen bien a quien les hacen bien, ¿qué mérito tienen ustedes? Los pecadores lo hacen así.\wj* \v 34 \wj Y si ustedes les dan prestado sólo a los que pueden darles algo, ¿qué mérito tienen ustedes? Los pecadores se prestan unos a otros esperando recibir el mismo trato.\wj* \p \v 35 \wj »Ustedes amen a sus enemigos, háganles el bien y préstenles sin esperar nada a cambio. Si lo hacen tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno tanto con los ingratos como con los malos.\wj* \v 36 \wj Ustedes sean compasivos, así como su Padre es compasivo.\wj* \s1 El juzgar a los demás \p \v 37 \wj »No juzguen a los demás y así no los juzgarán a ustedes. No condenen a los demás y no los condenarán a ustedes. Perdonen, y serán perdonados.\wj* \v 38 \wj Den, y les darán a ustedes; es más, les echarán en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y repleta. El principio es este: con la medida con la que midan a los demás los medirán a ustedes».\wj* \p \v 39 También les contó esta parábola: \wj «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo?\wj* \v 40 \wj El discípulo no sabe más que su maestro, pero todo discípulo que ha completado sus estudios puede llegar a igualar a su maestro.\wj* \p \v 41 \wj »¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no te fijas en la viga que tienes en el tuyo?\wj* \v 42 \wj ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: “Hermano, déjame sacarte la paja que tienes en tu ojo”, si tú no te das cuenta de la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que tienes en tu ojo, y entonces podrás ver con claridad para sacar la paja del ojo de tu hermano.\wj* \s1 El árbol y su fruto \p \v 43 \wj »Ningún árbol bueno da fruto malo, ni ningún árbol malo da fruto bueno.\wj* \v 44 \wj Cada árbol se conoce por el fruto que produce. De los espinos no se pueden recoger higos ni de las zarzas se cosechan uvas.\wj* \v 45 \wj El hombre que es bueno hace el bien, porque en su corazón tiene un tesoro de bondad. Pero el que es malo hace el mal, porque eso es lo que llena su corazón. De lo que abunda en su corazón es de lo que habla su boca.\wj* \s1 El prudente y el insensato \p \v 46 \wj »¿Por qué me llaman “Señor, Señor”, si no me obedecen?\wj* \v 47 \wj Les voy a decir a quién se parece todo el que viene a mí, oye lo que enseño y me obedece:\wj* \v 48 \wj Se parece a un hombre que construyó su casa sobre la roca, cavó muy hondo y puso allí los cimientos. Cuando vino una inundación, la corriente de agua azotó la casa, pero ni siquiera la movió porque estaba bien construida.\wj* \v 49 \wj Pero el que oye lo que enseño y no me obedece se parece al hombre que construyó su casa sobre tierra y sin cimientos. Cuando la corriente de agua la azotó, la casa se derrumbó y quedó echa pedazos».\wj* \c 7 \s1 La fe del centurión \p \v 1 Cuando Jesús terminó de hablar al pueblo, entró en Capernaúm. \v 2 Allí vivía un capitán del ejército romano que tenía un siervo al que estimaba mucho. Y ese siervo estaba enfermo, al borde de la muerte. \v 3 El capitán oyó hablar de Jesús y mandó a varios ancianos de los judíos a pedirle que fuera y sanara a su siervo. \v 4 Al llegar ellos ante Jesús, le suplicaron: \p ―Ese hombre merece que hagas lo que te pide. \v 5 Ama tanto a nuestra nación que nos construyó una sinagoga. \p \v 6 Jesús fue con ellos. Y cuando ya estaba cerca de la casa, el capitán mandó a unos amigos a decirle: \p ―Señor, no te molestes, pues no merezco que entres en mi casa. \v 7 Por eso no fui yo mismo a buscarte. Yo sé que con una sola palabra que digas, mi siervo sanará, \v 8 pues yo mismo estoy acostumbrado a obedecer las órdenes de mis superiores y también a dar ordenes a mis soldados. Si yo le digo a uno: “Ve” él va, y si le digo al otro: “Ven” él viene. Y si le digo a mi siervo: “Haz esto”, él lo hace. \p \v 9 Jesús, al oír aquel mensaje se asombró, y mirando a la gente que lo seguía dijo: \p \wj ―Ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande.\wj* \p \v 10 Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron sano al siervo. \s1 Jesús resucita al hijo de una viuda \p \v 11 Poco después, Jesús, acompañado de mucha gente y de sus discípulos, se dirigió a un pueblo llamado Naín. \v 12 Cuando se acercaba a las puertas del pueblo, vio que llevaban a enterrar a un muerto. Se trataba del único hijo de una viuda, a quien acompañaba mucha gente del pueblo. \p \v 13 Al verla el Señor, tuvo compasión de ella y le dijo: \p \wj ―No llores.\wj* \p \v 14 Se acercó luego y tocó la camilla. Los que la llevaban se detuvieron, y Jesús dijo: \p \wj ―¡Joven, te ordeno que te levantes!\wj* \p \v 15 Entonces el muerto se levantó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. \p \v 16 La gente se llenó de miedo y, alabando a Dios, decía: \p ―Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha venido a ayudar a su pueblo. \p \v 17 Lo que Jesús había hecho se supo por toda Judea y sus alrededores. \s1 Jesús y Juan el Bautista \p \v 18 Los discípulos de Juan le contaron todas estas cosas. Él llamó a dos de ellos \v 19 y los mandó a preguntarle a Jesús: \p ―¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? \p \v 20 Cuando ellos se acercaron a Jesús, le dijeron: \p ―Juan el Bautista nos envió a preguntarte: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? \v 21 En ese momento Jesús sanó a muchos que estaban enfermos o sufriendo, a personas que tenían espíritus malos y a muchos ciegos, a los que les dio la vista. \v 22 Luego les respondió: \p \wj ―Vayan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan sanos, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas.\wj* \v 23 \wj ¡Y dichoso el que no tropiece por causa de mí!\wj* \p \v 24 Cuando se fueron los discípulos de Juan, Jesús comenzó a hablarle a la gente acerca de Juan: \wj «Ustedes, ¿qué salieron a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?\wj* \v 25 \wj Y si no, ¿qué salieron a ver? ¿A un hombre vestido con ropa lujosa? No, pues los que visten ropas lujosas y viven en placeres están en los palacios de los reyes.\wj* \v 26 \wj Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, y a alguien que es más que profeta.\wj* \v 27 \wj Él es de quien la Escritura dice: “Voy a enviar mi mensajero delante de ti, él te preparará el camino”.\wj* \v 28 \wj Les digo que entre todos los hombres no hay otro más grande que Juan. Sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él».\wj* \p \v 29 Todo el pueblo, hasta los que cobraban impuestos, al oír esto reconocieron que lo que Dios pide es justo e hicieron que Juan los bautizara. \v 30 Pero los fariseos y los maestros de la ley no quisieron que Juan los bautizara, y de esta manera rechazaron el propósito que Dios tenía para ellos. \p \v 31 \wj «Entonces, ¿con qué compararé a la gente de esta generación? ¿A quién se parecen?\wj* \v 32 \wj Se parecen a los niños que se sientan en la plaza y les gritan a otros niños: “Tocamos la flauta, y ustedes no bailaron; cantamos canciones tristes, y ustedes no lloraron”.\wj* \v 33 \wj Vino Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen que tiene un demonio.\wj* \v 34 \wj Luego vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y ustedes dicen que es un glotón y un borracho, que es amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores.\wj* \v 35 \wj Pero la sabiduría se demuestra por los que la siguen».\wj* \s1 Una mujer pecadora unge a Jesús \p \v 36 Un fariseo invitó a Jesús a comer. Él fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. \v 37 Entonces una mujer que vivía en aquel pueblo y tenía mala fama, se enteró de que Jesús estaba comiendo en aquella casa. La mujer llegó allí con un frasco de alabastro lleno de perfume. \v 38 Se colocó, llorando, a los pies de Jesús, y con sus lágrimas se los mojaba. Luego se los secaba con sus cabellos, se los besaba y se los ungía con el perfume. \p \v 39 Cuando el fariseo que había invitado a Jesús vio esto pensó: «Si este hombre fuera profeta, sabría que lo está tocando una mujer que tiene mala fama». \p \v 40 Entonces Jesús le dijo: \p \wj ―Simón, tengo algo que decirte.\wj* \p Él respondió: \p ―Dime, Maestro. \p \v 41 \wj ―Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientas monedas de plata, y el otro cincuenta.\wj* \v 42 \wj Como ellos no tenían con qué pagarle, les perdonó a los dos la deuda. Ahora dime, ¿cuál de los dos lo amará más?\wj* \p \v 43 Simón contestó: \p ―Supongo que el hombre al que más le perdonó. \p Jesús le dijo: \p \wj ―Haz juzgado bien.\wj* \p \v 44 Luego, mirando a la mujer le dijo a Simón: \p \wj ―¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para mis pies, pero ella me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.\wj* \v 45 \wj Tú no me saludaste con un beso, pero ella desde que entré, no ha dejado de besarme los pies.\wj* \v 46 \wj Tú no me ungiste la cabeza con aceite, pero ella me ungió los pies con perfume.\wj* \v 47 \wj Por eso te digo que ella ama mucho porque sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero al que se le perdonan pocos pecados, poco ama.\wj* \p \v 48 Entonces Jesús le dijo a la mujer: \p \wj ―Tus pecados ya están perdonados.\wj* \p \v 49 Los demás invitados comenzaron a preguntarse: «¿Quién es este, que hasta perdona pecados?». \p \v 50 Jesús también le dijo a la mujer: \p \wj ―Tu fe te ha salvado; vete tranquila.\wj* \c 8 \s1 Parábola del sembrador \p \v 1 Después de esto, Jesús anduvo por muchos pueblos y aldeas anunciando las buenas nuevas del reino de Dios. Lo acompañaban los doce \v 2 y algunas mujeres a las que él había sanado de espíritus malignos y de diferentes enfermedades. Entre ellas estaba María, a la que llamaban Magdalena, de la que habían salido siete demonios. \v 3 También estaban Juana, que era esposa de Cuza, el administrador de Herodes, Susana y muchas otras que los ayudaban con lo que tenían. \p \v 4 Mucha gente salió de los pueblos para ver a Jesús, y cuando todos estaban reunidos, él les contó esta parábola: \p \v 5 \wj «Un sembrador salió a sembrar. Al sembrar la semilla, una parte cayó junto al camino, la pisotearon y los pájaros se la comieron.\wj* \v 6 \wj Otra parte cayó sobre las piedras; esa semilla brotó, pero por falta de humedad se secó.\wj* \v 7 \wj Otra parte cayó entre los espinos y brotó, pero los espinos la ahogaron y no la dejaron crecer.\wj* \v 8 \wj Pero otra parte cayó en buena tierra, brotó, creció y produjo por cada semilla cien granos».\wj* Cuando terminó de hablar dijo con voz fuerte: \wj «El que tenga oídos para oír, que oiga».\wj* \p \v 9 Luego sus discípulos le preguntaron el significado de esa parábola. \v 10 Él les contestó: \wj «A ustedes se les ha permitido conocer los secretos del reino de Dios, pero a los demás les hablo por medio de parábolas para que, “aunque miren, no vean y, aunque oigan, no entiendan”.\wj* \v 11 \wj Esto es lo que significa la parábola: La semilla representa la palabra de Dios.\wj* \v 12 \wj Las que cayeron junto al camino representan a los que oyen, pero luego viene el diablo y les quita la palabra del corazón, para que no crean y se salven.\wj* \v 13 \wj La que cayó sobre las piedras representa a los que oyen la palabra y la reciben con alegría, pero como no tienen raíz, creen por un tiempo y después se apartan cuando llega la prueba.\wj* \v 14 \wj La que cayó entre los espinos representa a los que oyen, pero después de un tiempo los ahogan las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurar.\wj* \v 15 \wj La que cayó en buena tierra representa a los que oyen la palabra con un corazón bueno y sincero. Estos la retienen y, porque perseveran, producen una buena cosecha.\wj* \s1 Una lámpara en una repisa \p \v 16 \wj »Nadie enciende una lámpara y la cubre con una olla o la pone debajo de la cama. Lo que hace es ponerla en un lugar alto para que los que entren a la casa tengan luz.\wj* \v 17 \wj No hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni hay nada secreto que no llegue a conocerse públicamente.\wj* \v 18 \wj Por eso, pongan mucha atención, pues al que tiene, se le dará más; pero al que no tiene, aun lo que cree tener se le quitará».\wj* \s1 La madre y los hermanos de Jesús \p \v 19 La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero no podían acercarse a él porque había mucha gente. \v 20 Entonces le avisaron: \p ―Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte. \p \v 21 Pero él les contestó: \wj —Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.\wj* \s1 Jesús calma la tormenta \p \v 22 Un día, Jesús subió a una barca con sus discípulos y les dijo: \p \wj ―Vamos al otro lado del lago.\wj* \p Y partieron. \v 23 Mientras navegaban, él se quedó dormido. Entonces se desató una tormenta sobre el lago, y la barca comenzó a hundirse poniéndolos a ellos en peligro. \v 24 Los discípulos fueron a despertar a Jesús y lo llamaron a gritos: \p ―¡Maestro, Maestro, nos estamos hundiendo! \p Él se levantó y ordenó al viento y a las olas que se calmaran. La tormenta se detuvo y todo quedó tranquilo. \p \v 25 Después les dijo a sus discípulos: \p \wj ―¿Dónde está la fe de ustedes?\wj* \p Ellos, llenos de temor y asombro, se decían unos a otros: «¿Quién será este hombre que aun los vientos y el mar lo obedecen?». \s1 Liberación de un endemoniado \p \v 26 Siguieron navegando hasta la otra orilla del lago, hasta la región de los gerasenos, frente a Galilea. \v 27 Al bajar Jesús de la barca, un endemoniado que venía del pueblo le salió al encuentro. Este hombre desde hacía mucho tiempo andaba desnudo y no vivía en una casa sino en los sepulcros. \v 28 Cuando vio a Jesús, lanzó un grito y cayó de rodillas ante él. Entonces dijo a gran voz: \p ―¿Qué quieres conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me atormentes! \p \v 29 Decía eso porque Jesús le había ordenado al espíritu maligno que saliera del hombre. Ese espíritu se había apoderado de él muchas veces. Al hombre le ponían cadenas en los pies y en las manos para sujetarlo, y lo mantenían vigilado, pero él rompía las cadenas y el demonio lo hacía huir a lugares solitarios. \p \v 30 Jesús le preguntó: \p \wj ―¿Cómo te llamas?\wj* \p Respondió: \p ―Legión. \p Así contestó porque habían entrado en él muchos demonios. \v 31 Estos le suplicaban que no los mandara al abismo. \p \v 32 Como había en la colina muchos cerdos comiendo, los demonios le rogaron a Jesús que los dejara entrar en ellos. Y él les dio permiso. \v 33 Cuando los demonios salieron del hombre, entraron en los cerdos. Y todos los cerdos corrieron hacia el lago por el despeñadero y se ahogaron. \p \v 34 Los que cuidaban a los cerdos vieron lo que pasó y se fueron a llevar la noticia al pueblo y por los campos. \v 35 La gente salió a ver lo que había pasado. Al llegar, encontraron a Jesús y, sentado a sus pies, al hombre del que habían salido los demonios. Cuando lo vieron vestido y en su sano juicio, se llenaron de miedo. \v 36 Los que vieron estas cosas le contaron a la gente cómo había sido sanado el endemoniado. \v 37 Entonces toda la gente de la región de los gerasenos le pidió a Jesús que se fuera de allí, porque todos tenían mucho miedo. \p En el momento en que Jesús subía a la barca para irse, \v 38 el hombre del que habían salido los demonios le suplicó que lo dejara acompañarlo; pero Jesús le dijo: \p \v 39 \wj ―Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti.\wj* \p El hombre se fue y le contó a todo el pueblo lo que Jesús había hecho por él. \s1 Una niña muerta y una mujer enferma \p \v 40 Cuando Jesús regresó, la gente lo recibió con alegría, pues todos lo estaban esperando. \v 41 En eso llegó un hombre llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga. Se arrojó a los pies de Jesús y le suplicó que fuera a su casa, \v 42 porque su única hija, que tenía doce años, se estaba muriendo. \p Mientras Jesús iba hacia allá, la gente lo apretujaba. \p \v 43 Entre la gente había una mujer que estaba enferma desde hacía doce años. Tenía derrames de sangre y nadie había podido sanarla, a pesar de haber gastado cuanto tenía en médicos. \v 44 Ella se acercó a Jesús por detrás y le tocó el borde del manto. En ese mismo momento quedó sana. \p \v 45 Jesús preguntó: \p \wj ―¿Quién me tocó?\wj* \p Como todos negaban haberlo tocado, Pedro le dijo: \p ―Maestro, es mucha la gente que te aprieta y empuja. \p \v 46 Jesús respondió: \p \wj ―Pero alguien me ha tocado; lo sé porque de mí ha salido poder.\wj* \p \v 47 La mujer, al verse descubierta, fue temblando y se arrojó a los pies de Jesús. Y allí, frente a toda la gente, le contó por qué lo había tocado y cómo en ese mismo momento había quedado sana. \p \v 48 Le dijo Jesús: \p \wj ―Hija, tu fe te ha sanado. Vete tranquila.\wj* \p \v 49 Jesús estaba todavía hablando, cuando llegó alguien de la casa de Jairo, el jefe de la sinagoga, y le dijo: \p ―Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro. \p \v 50 Jesús, que lo oyó, le dijo a Jairo: \p \wj ―No tengas miedo; nada más cree y ella se sanará.\wj* \p \v 51 Cuando llegó a la casa de Jairo, sólo permitió que entraran con él Pedro, Juan, Jacobo y el padre y la madre de la niña; y nadie más. \v 52 Todos estaban llorando y lamentaban la muerte de la niña. Pero Jesús les dijo: \p \wj ―¡No lloren! Ella no está muerta, sino dormida.\wj* \p \v 53 La gente empezó a burlarse de él, porque sabían que estaba muerta. \v 54 Pero él la tomó de la mano y le dijo: \p \wj ―¡Niña, levántate!\wj* \p \v 55 Ella volvió a la vida y al instante se levantó. Entonces Jesús mandó que le dieran de comer. \p \v 56 Los padres estaban asombrados, pero él les ordenó que no contaran a nadie lo que había sucedido. \c 9 \s1 Jesús envía a los doce \p \v 1 Jesús reunió a sus doce discípulos y les dio poder y autoridad para echar fuera a todos los demonios y para sanar enfermedades. \v 2 Los envió a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. \p \v 3 Les dijo: \wj «No lleven nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni comida, ni dinero, ni más ropa que la que traen puesta.\wj* \v 4 \wj En la casa a la que lleguen, quédense hasta que salgan de ese pueblo.\wj* \v 5 \wj Si en algún pueblo no quieren recibirlos, al salir de allí sacúdanse el polvo de los pies como un testimonio contra ellos».\wj* \p \v 6 Entonces se fueron de pueblo en pueblo anunciando las buenas noticias y sanando a los enfermos. \p \v 7 Cuando Herodes se enteró de todo lo que estaba sucediendo, quedó confundido. Es que algunos decían que Juan había resucitado. \v 8 Otros sostenían que Elías había aparecido; y aun otros, que había resucitado alguno de los antiguos profetas. \p \v 9 Pero Herodes dijo: «Yo mismo mandé que a Juan le cortaran la cabeza. ¿Quién será entonces este, de quien oigo estas cosas?». \p Y buscaba la oportunidad de verlo. \s1 Jesús alimenta a los cinco mil \p \v 10 Cuando los apóstoles regresaron, le contaron a Jesús lo que habían hecho. Él se los llevó sólo a ellos a un pueblo llamado Betsaida. \v 11 Pero la gente se dio cuenta donde estaba y lo siguió. Él los recibió y les habló del reino de Dios, y sanó a los enfermos. \v 12 Como empezaba a oscurecer, los doce se le acercaron y le dijeron: \p ―Despide a la gente, para que vaya a los campos y pueblos cercanos a buscar comida y alojamiento, pues aquí no hay nada. \p \v 13 Jesús les dijo: \p \wj ―Denles ustedes de comer.\wj* \p Ellos le respondieron: \p ―No tenemos más que cinco panes y dos pescados. Para dar de comer a toda esta gente tendríamos que ir a comprar comida. \v 14 Había allí como cinco mil hombres. Pero Jesús dijo a sus discípulos: \p \wj ―Hagan que la gente se siente en grupos de cincuenta.\wj* \p \v 15 Los discípulos así lo hicieron, y todos se sentaron. \v 16 Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y los bendijo. Luego los partió y se los dio a los discípulos para que los repartieran a la gente. \v 17 Todos comieron hasta quedar satisfechos; y recogieron doce canastas con los pedazos que sobraron. \s1 La confesión de Pedro \p \v 18 Un día en que Jesús estaba orando a solas, sus discípulos lo acompañaban, y él les preguntó: \p \wj ―¿Quién dice la gente que soy yo?\wj* \p \v 19 Ellos le respondieron: \p ―Unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que eres Elías, y otros que eres uno de los antiguos profetas que ha resucitado. \p \v 20 \wj ―Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?\wj* \p Pedro contestó: \p ―Eres el Cristo de Dios. \p \v 21 Jesús les dio órdenes estrictas de que no le dijeran esto a nadie. Y les explicó: \p \v 22 \wj ―El Hijo del hombre va a sufrir mucho y será rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Lo van a matar, pero al tercer día resucitará.\wj* \p \v 23 Entonces se dirigió a todos y les dijo: \p \wj ―El que quiera ser mi discípulo debe olvidarse de sí mismo, llevar su cruz cada día y seguirme,\wj* \v 24 \wj porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará.\wj* \v 25 \wj ¿De qué le sirve a alguien ganar el mundo entero si se destruye a sí mismo?\wj* \v 26 \wj Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.\wj* \v 27 \wj Les aseguro que algunos de los que están aquí no morirán sin antes haber visto el reino de Dios.\wj* \s1 La transfiguración \p \v 28 Más o menos ocho días después de haber dicho esto, Jesús, acompañado de Pedro, Juan y Jacobo, subió a una montaña para orar. \v 29 Mientras oraba, su cara cambió y su ropa se volvió blanca y brillante. \v 30 Entonces aparecieron dos hombres: eran Moisés y Elías que conversaban con Jesús. \v 31 Estaban rodeados de gloria, y hablaban de la partida de Jesús, que iba a ocurrir en Jerusalén. \v 32 Pedro y sus compañeros se habían quedado dormidos, rendidos por el cansancio. Pero cuando se despertaron, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. \v 33 Mientras estos hombres se alejaban de Jesús, Pedro le dijo: \p ―Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! Podemos construir tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. \p Pero él no sabía lo que decía. \p \v 34 No había terminado de hablar cuando apareció una nube que los envolvió y ellos se llenaron de miedo. \v 35 De la nube salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo, al que yo escogí. Escúchenlo». \p \v 36 Después que se oyó la voz, Jesús quedó solo. \p Los discípulos por algún tiempo no le dijeron nada a nadie de lo que habían visto. \s1 Jesús sana a un muchacho endemoniado \p \v 37 Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, mucha gente les salió al encuentro. \v 38 De entre toda esa gente, un hombre le dijo: \p ―Maestro, te ruego que ayudes a mi hijo, pues es el único que tengo. \v 39 Un espíritu se apodera de él y, de repente, hace gritar al muchacho. También lo sacude con violencia y hace que eche espuma por la boca. Cuando por fin lo suelta, lo deja todo lastimado. \p \v 40 Les rogué a tus discípulos que echaran fuera al espíritu, pero no pudieron. \p \v 41 Respondió Jesús: \p \wj ―¡Oh, gente falta de fe y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo.\wj* \p \v 42 Cuando el muchacho se acercaba, el demonio lo derribó e hizo que temblara con violencia. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre. \v 43 Todos quedaron asombrados ante la grandeza de Dios. \p Y mientras la gente seguía tan asombrada por todo lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: \p \v 44 \wj ―Pongan mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.\wj* \p \v 45 Pero los discípulos no entendían lo que Jesús quería decir con esto. Todavía todo estaba como nublado para ellos y no podían comprenderlo. Y no se atrevían a preguntarle. \s1 ¿Quién va a ser el más importante? \p \v 46 Cierto día, los discípulos comenzaron a discutir acerca de quién de ellos sería el más importante. \v 47 Jesús sabía lo que ellos pensaban, así que tomó a un niño y lo puso junto a él. \v 48 Les dijo: \p \wj ―El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que es más insignificante entre todos ustedes, ese es el más importante.\wj* \p \v 49 Juan le dijo: \p ―Maestro, vimos a un hombre que echaba fuera demonios en tu nombre, pero como no anda con nosotros, tratamos de que no lo hiciera. \p \v 50 Jesús les respondió: \p \wj ―No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes está a favor de ustedes.\wj* \s1 La oposición de los samaritanos \p \v 51 Cuando se acercaba el tiempo de que Jesús subiera al cielo, él se hizo el firme propósito de ir a Jerusalén. \v 52 Envió por delante mensajeros, que fueron a un pueblo samaritano para prepararle alojamiento. \v 53 Pero allí no quisieron recibirlo, porque sabían que se dirigía a Jerusalén.\f + \fr 9.53 \fr*\ft Caso típico de discriminación. Los judíos llamaban mestizos a los samaritanos, y estos odiaban a los judíos (vea Juan 4.9).\ft*\f* \v 54 Cuando Jacobo y Juan, sus discípulos, vieron esto, le preguntaron: \p ―Señor, ¿quieres que mandemos que caiga fuego del cielo y los destruya? \p \v 55 Pero Jesús se volvió a ellos y los reprendió. \p \v 56 Luego siguieron su camino hacia otro pueblo. \s1 Lo que cuesta seguir a Jesús \p \v 57 Cuando iban por el camino, alguien le dijo: \p ―Te seguiré a dondequiera que vayas. \p \v 58 Jesús le respondió: \p \wj ―Las zorras tienen guaridas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del hombre no tiene ni donde recostar la cabeza.\wj* \p \v 59 En otra ocasión, a otro le dijo: \p \wj ―Sígueme.\wj* \p Él le contestó: \p ―Señor, primero déjame ir a enterrar a mi padre. \p \v 60 Jesús le respondió: \p \wj ―Deja que los muertos entierren a sus propios muertos. Tu deber es ir y anunciar el reino de Dios.\wj* \p \v 61 Otro le dijo: \p ―Señor, yo te seguiré, pero primero déjame ir a despedirme de mi familia. \p \v 62 Jesús le respondió: \p \wj ―El que pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás no es útil para el reino de Dios.\wj* \c 10 \s1 Jesús envía a los setenta y dos \p \v 1 Después de esto, el Señor escogió a otros setenta y dos discípulos y los envió de dos en dos para que llegaran antes que él a todos los pueblos y lugares donde él pensaba ir. \v 2 Les dijo: \wj «La cosecha es mucha y son muy pocos los obreros. Por eso, pídanle al Señor de la cosecha que mande obreros a su campo.\wj* \v 3 \wj ¡Vayan ustedes! Pero fíjense que los envío como corderos en medio de lobos.\wj* \v 4 \wj No lleven dinero, ni bolsa, ni zapatos, ni se detengan a saludar a nadie por el camino.\wj* \p \v 5 \wj »Cuando lleguen a una casa, primero saluden y digan: “Paz a esta casa”.\wj* \v 6 \wj Si hay allí alguien digno de paz, la recibirá; pero si no, la bendición no se cumplirá.\wj* \v 7 \wj Quédense en la misma casa, coman y beban lo que allí les den, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa.\wj* \p \v 8 \wj »Cuando lleguen a un pueblo y los reciban bien, coman lo que les sirvan.\wj* \v 9 \wj Sanen a los enfermos y díganles: “El reino de Dios ya está cerca de ustedes”.\wj* \v 10 \wj Pero cuando lleguen a un pueblo y no los reciban bien, salgan a las plazas y digan:\wj* \v 11 \wj “Hasta el polvo de este pueblo, que se nos ha pegado a los pies, lo sacudimos en protesta contra ustedes. Pero les aseguro que el reino de Dios ya está cerca”.\wj* \v 12 \wj Ciertamente, en aquel día, el castigo de este pueblo será peor que el castigo de Sodoma.\wj* \p \v 13 \wj »¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron entre ustedes, se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían arrepentido, y se habrían vestido con ropas ásperas y echado ceniza en la cabeza.\wj* \v 14 \wj Pero en el juicio, el castigo reservado para ustedes será peor que el de Tiro y Sidón.\wj* \v 15 \wj Y tú, Capernaúm, ¿piensas que serás levantada hasta el cielo? No, sino que bajarás hasta el abismo.\wj* \p \v 16 \wj »El que los escucha a ustedes, me escucha a mí. El que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí. Y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió».\wj* \p \v 17 Los setenta y dos discípulos regresaron contentos de la misión y dijeron: \p ―Señor, hasta los demonios nos obedecen cuando les damos órdenes en tu nombre. \p \v 18 Él les respondió: \p \wj ―Yo vi a Satanás caer del cielo como un rayo.\wj* \v 19 \wj Sí, yo les he dado a ustedes poder para pisotear serpientes y escorpiones, para vencer todo el poder del enemigo, y nada les hará daño.\wj* \v 20 \wj Sin embargo, no se alegren de que los espíritus les obedezcan, sino alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo.\wj* \p \v 21 En ese momento Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: \wj «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque no permitiste que los sabios e instruidos conocieran estas cosas, sino que se las has revelado a los que son como niños. Sí, Padre, porque así lo quisiste.\wj* \p \v 22 \wj »Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».\wj* \p \v 23 Volviéndose a sus discípulos, les dijo a solas: \wj «Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven.\wj* \v 24 \wj Pues yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron».\wj* \s1 Parábola del buen samaritano \p \v 25 Un maestro de la ley fue ante Jesús y lo quiso poner a prueba haciéndole esta pregunta: \p ―Maestro, ¿qué tengo que hacer para tener la vida eterna? \p \v 26 Jesús le respondió: \p \wj ―¿Qué está escrito en la ley? ¿Entiendes tú lo que quiere decir?\wj* \p \v 27 El maestro de la ley respondió: \p ―“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. \p \v 28 Jesús le dijo: \p \wj ―Contestaste muy bien. Haz eso y vivirás.\wj* \p \v 29 Pero él, queriendo justificarse, le volvió a preguntar: \p ―¿Y quién es mi prójimo? \p \v 30 Jesús le respondió: \p \wj ―En cierta ocasión, un hombre iba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones. Estos le quitaron todo lo que llevaba, lo golpearon y lo dejaron medio muerto.\wj* \v 31 \wj Entonces pasó por el mismo camino un sacerdote que, al verlo, se hizo a un lado y siguió de largo.\wj* \v 32 \wj Luego, un levita pasó también por el mismo lugar y, al verlo, se hizo a un lado y siguió de largo.\wj* \v 33 \wj Pero un samaritano que iba de viaje por el mismo camino, se acercó al hombre y, al verlo, se compadeció de él.\wj* \v 34 \wj Llegó adonde estaba, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó.\wj* \v 35 \wj Al día siguiente, le dio dos monedas de plata al dueño del alojamiento y le dijo: “Cuídeme a este hombre, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando vuelva”.\wj* \v 36 \wj ¿Cuál de los tres piensas que se comportó como el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?\wj* \p \v 37 El maestro de la ley contestó: \p ―El que se compadeció de él. \p Entonces Jesús le dijo: \p \wj ―Anda pues y haz tú lo mismo.\wj* \s1 En casa de Marta y María \p \v 38 Jesús y sus discípulos continuaron su viaje y entraron en un pueblo. Allí, una mujer llamada Marta los recibió en su casa. \v 39 Ella tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor a escucharlo. \v 40 Marta estaba preocupada, pues tenía mucho que hacer. Entonces se acercó a Jesús y le dijo: \p ―Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? Dile que me ayude. \p \v 41 Jesús le contestó: \p \wj ―Marta, Marta, te preocupas demasiado por muchas cosas.\wj* \v 42 \wj Pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la va a quitar.\wj* \c 11 \s1 Jesús enseña sobre la oración \p \v 1 Un día que Jesús estaba orando en cierto lugar, al terminar uno de sus discípulos le dijo: \p ―Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos. \p \v 2 Él les dijo: \p \wj ―Cuando oren, digan:\wj* \p \wj «Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.\wj* \v 3 \wj Danos hoy nuestro pan de cada día.\wj* \v 4 \wj Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos hacen mal. Y no nos metas en tentación».\wj* \f + \fr 11.4 \fr*\ft Algunos manuscritos antiguos agregan aquí otra porción a la Oración del Señor, como se ve en Mateo 6.9-13.\ft*\f* \p \v 5 Y siguió diciendo: \p \wj ―Supongamos que uno de ustedes tiene un amigo, y a medianoche va y le dice: “Amigo, préstame tres panes,\wj* \v 6 \wj porque un amigo mío acaba de llegar de un viaje y no tengo nada que ofrecerle”.\wj* \v 7 \wj Y el que está adentro le responde: “No me molestes. La puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a dártelos”.\wj* \v 8 \wj Les digo que se levantará a darle el pan, no por que sea su amigo, sino por su impertinencia, y le dará todo lo que necesite.\wj* \p \v 9 \wj »Por eso yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.\wj* \v 10 \wj Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.\wj* \p \v 11 \wj »¿Alguno de ustedes que sea padre, si su hijo le pide un pescado, le dará una serpiente?\wj* \v 12 \wj ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?\wj* \v 13 \wj Pues si ustedes, que son malos, saben darles cosas buenas a sus hijos, con mayor razón el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan».\wj* \s1 Jesús y Beelzebú \p \v 14 En cierta ocasión cuando Jesús estaba echando fuera de un hombre a un demonio que lo había dejado mudo, al salir el demonio el mudo empezó a hablar. La gente se quedó asombrada por esto; \v 15 pero algunos dijeron: «Seguramente que este echa fuera a los demonios por medio de Beelzebú, el príncipe de los demonios». \p \v 16 Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. \v 17 Como él conocía sus pensamientos, les dijo: \wj «Cualquier reino dividido contra sí mismo quedará destruido. Una casa dividida contra sí misma se derrumbará.\wj* \v 18 \wj Por eso, si Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo es que su reino no ha quedado destruido? Les pregunto esto porque ustedes dicen que yo echo fuera a los demonios con el poder de Beelzebú.\wj* \v 19 \wj Pero si yo echo fuera a los demonios por medio de Beelzebú, los seguidores de ustedes ¿por medio de quién los echan fuera? Por eso, ellos mismos serán los jueces de ustedes.\wj* \v 20 \wj Pero si yo echo fuera a los demonios con el poder de Dios, eso quiere decir que el reino de Dios ha llegado a ustedes.\wj* \p \v 21 \wj »Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida su casa, todo lo que él tiene está seguro.\wj* \v 22 \wj Pero si llega otro más fuerte que él y lo vence, le quitará las armas en que confía y repartirá todo lo que le quitó.\wj* \p \v 23 \wj »El que no está de mi parte, está contra mí, y el que no recoge, desparrama.\wj* \p \v 24 \wj »Cuando un espíritu maligno sale de una persona, anda por lugares áridos buscando donde descansar. Y cuando no lo encuentra, dice: “Volveré a mi casa, de donde salí”.\wj* \v 25 \wj Cuando regresa, la encuentra barrida y arreglada.\wj* \v 26 \wj Así que va y trae otros siete espíritus peores que él, y todos entran a vivir allí. Y al final, esta persona está peor que al principio».\wj* \p \v 27 Mientras Jesús hablaba, una mujer de entre la multitud gritó: \p ―¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te amamantó! \p \v 28 Jesús contestó: \p \wj ―¡Dichosos, más bien, los que oyen la palabra de Dios y la obedecen!\wj* \s1 La señal de Jonás \p \v 29 Como la gente seguía llegando, Jesús comenzó a decirles: \wj «Esta es una generación de gente malvada. Pide una señal milagrosa, pero la única señal que se le dará será lo que le pasó a Jonás.\wj* \v 30 \wj Así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, también el Hijo del hombre lo será para esta generación.\wj* \v 31 \wj La reina del Sur se levantará en el día del juicio y condenará a esta gente, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón. Y ustedes tienen aquí a uno más grande que Salomón.\wj* \v 32 \wj La gente de Nínive se levantará en el día del juicio y condenará a esta generación, porque ellos se arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás. Y ustedes tienen aquí a uno más grande que Jonás.\wj* \s1 La lámpara del cuerpo \p \v 33 \wj »Nadie enciende una lámpara y luego la esconde o la cubre con un cajón. Al contrario, la pone en alto para que alumbre a los que entren en la casa.\wj* \v 34 \wj Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tus ojos ven con claridad, toda tu vida se llenará de luz. Pero si al ver hay confusión, toda tu vida estará en tinieblas.\wj* \v 35 \wj Procura que la luz que hay en ti no sea tinieblas.\wj* \v 36 \wj Por tanto, si todo tu ser está lleno de luz, sin que haya ninguna parte en tinieblas, verás todo claramente, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor».\wj* \s1 Jesús denuncia a los fariseos y a los maestros de la ley \p \v 37 Cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer con él. Jesús entró en su casa y se sentó a la mesa. \v 38 El fariseo se sorprendió cuando vio que Jesús no había cumplido con el rito de lavarse antes de comer. \v 39 El Señor le dijo: \p \wj ―Ustedes los fariseos limpian el vaso y el plato por fuera, pero ustedes mismos están llenos de codicia y maldad por dentro.\wj* \v 40 \wj ¡Necios! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?\wj* \v 41 \wj Den a los pobres de lo que ustedes tienen dentro, y así todo quedará limpio.\wj* \p \v 42 \wj »¡Ay de ustedes, fariseos!, porque se cuidan de dar la décima parte de la menta, de la ruda y de toda clase de legumbres, pero no tienen cuidado de la justicia y el amor de Dios. Debían haber hecho eso, sin dejar de hacer lo otro.\wj* \p \v 43 \wj »¡Ay de ustedes, fariseos!, porque aman los asientos de honor en las sinagogas y que los saluden en las plazas.\wj* \p \v 44 \wj »¡Ay de ustedes!, porque son como sepulcros ocultos, que la gente no ve y pisa sin darse cuenta».\wj* \p \v 45 Un maestro de la ley le dijo: \p ―Maestro, cuando dices todo esto también a nosotros nos insultas. \p \v 46 Jesús le respondió: \p \wj ―¡Ay de ustedes también, maestros de la ley! Ponen sobre los demás cargas que apenas pueden soportar, y ustedes no levantan ni un dedo para ayudarlos.\wj* \p \v 47 \wj »¡Ay de ustedes!, porque construyen monumentos para los profetas que los antepasados de ustedes mismos mataron.\wj* \v 48 \wj Así demuestran que están de acuerdo con lo que hicieron sus propios antepasados: ellos mataron a los profetas y ustedes les construyen los sepulcros.\wj* \v 49 \wj Por eso Dios, en su sabiduría, dijo: “Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos de ellos los matarán y a otros los perseguirán”.\wj* \v 50 \wj Por eso, a esta generación se le va a pedir cuentas de la muerte de todos los profetas desde el principio del mundo:\wj* \v 51 \wj desde la muerte de Abel hasta la de Zacarías, a quien mataron entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuentas de todo esto.\wj* \p \v 52 \wj »¡Ay de ustedes, maestros de la ley!, porque se han quedado con el control del conocimiento. Ustedes mismos no entran; y a los que quieren entrar, no los dejan».\wj* \p \v 53 Cuando Jesús salió de allí, los maestros de la ley y los fariseos comenzaron a acosarlo con preguntas. \v 54 Lo que hacían era ponerle trampas para que dijera algo por lo que pudieran acusarlo. \c 12 \s1 Advertencias y estímulos \p \v 1 Mientras, se habían juntado miles de personas, tantas que se atropellaban unas a otras. Jesús comenzó a hablar y les dijo primero a sus discípulos: \wj «Cuídense de la levadura de los fariseos, o sea, de su hipocresía.\wj* \v 2 \wj Porque no hay nada encubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a conocerse.\wj* \v 3 \wj Lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad se conocerá a plena luz, y lo que hayan dicho en secreto, a puerta cerrada, se publicará desde las azoteas.\wj* \p \v 4 \wj »A ustedes, mis amigos, les digo que no tengan miedo de los que matan el cuerpo, porque eso es todo lo que les pueden hacer.\wj* \v 5 \wj Les diré a quién deben de temer: teman al que, después de quitar la vida, tiene poder para echarlos al infierno. A él sí que le deben temer.\wj* \v 6 \wj ¿No se venden cinco pajarillos por dos moneditas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos.\wj* \v 7 \wj Así pasa con ustedes: hasta los cabellos de su cabeza están contados. No tengan miedo, pues ustedes valen más que muchos pajarillos.\wj* \p \v 8 \wj »Les aseguro que al que me reconozca públicamente, lo reconoceré en la presencia de los ángeles de Dios.\wj* \v 9 \wj Pero negaré delante de los ángeles a aquellos que me nieguen delante de la gente.\wj* \v 10 \wj Cualquiera que diga algo contra el Hijo del hombre será perdonado, pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no será perdonado.\wj* \p \v 11 \wj »Cuando los lleven a las sinagogas y ante los gobernantes y las autoridades, no se preocupen por lo que tengan que decir o de cómo vayan a defenderse,\wj* \v 12 \wj porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deben decir».\wj* \s1 Parábola del rico insensato \p \v 13 Uno de entre la gente le dijo: \p ―Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo. \p \v 14 Jesús le respondió: \p \wj ―Hombre, ¿quién me ha puesto a mí de juez o árbitro entre ustedes?\wj* \p \v 15 Y le dijo a la gente: \p \wj ―Tengan cuidado y dejen toda avaricia. La vida de una persona no depende de las muchas cosas que posea.\wj* \p \v 16 Entonces les contó esta parábola: \p \wj ―Un hombre rico tenía un terreno que le había producido muy buena cosecha.\wj* \v 17 \wj Y se puso a pensar: “¿Qué haré? No tengo dónde guardar mi cosecha”.\wj* \v 18 \wj Después de pensarlo dijo: “Ya sé lo que haré. Derribaré mis graneros y construiré unos más grandes, donde pueda guardar toda mi cosecha y mis bienes.\wj* \v 19 \wj Entonces diré: Alma mía, ya tienes muchas cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y disfruta de la vida”.\wj* \v 20 \wj Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche perderás la vida. ¿Y quién disfrutará de todo lo que has guardado?”.\wj* \p \v 21 \wj »Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico delante de Dios».\wj* \s1 No se preocupen \p \v 22 Después Jesús les aconsejó a sus discípulos: \p \wj ―Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué van a comer; ni por su cuerpo, con qué se van a vestir.\wj* \v 23 \wj La vida tiene más valor que la comida y el cuerpo más que la ropa.\wj* \v 24 \wj Miren a los cuervos, que no siembran ni cosechan ni tienen almacén ni granero y sin embargo, Dios los alimenta. ¡Ustedes valen mucho más que las aves!\wj* \v 25 \wj ¿Quién de ustedes, por mucho que se afane, puede alargar su vida una hora más?\wj* \v 26 \wj Si no pueden hacer esto tan sencillo, ¿por qué se preocupan por lo demás?\wj* \p \v 27 \wj »Fíjense cómo crecen los lirios, que no trabajan ni hilan. Y yo les digo que ni siquiera Salomón con toda su riqueza se vistió como uno de ellos.\wj* \v 28 \wj Si Dios viste así a las flores que hoy están aquí y mañana las queman en el horno, ¡cómo no hará más por ustedes, gente de poca fe!\wj* \v 29 \wj Y no se preocupen por qué van a comer o a beber; no se angustien.\wj* \v 30 \wj La gente que no conoce a Dios se preocupa por estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan.\wj* \v 31 \wj Ustedes busquen, antes que nada, el reino de Dios, y recibirán también estas cosas.\wj* \p \v 32 \wj »No tengan miedo, mi pequeño rebaño, porque el Padre de ustedes, en su bondad, quiere darles el reino.\wj* \v 33 \wj Vendan lo que tienen, y den a los pobres. Hagan para ustedes bolsas que no se desgasten; guarden en el cielo un tesoro que no se acabe. Allí no hay ladrón que robe ni polilla que destruya.\wj* \v 34 \wj Donde ustedes tengan su tesoro, allí tendrán también su corazón.\wj* \s1 La vigilancia \p \v 35 \wj »Estén siempre listos, con la ropa bien ajustada y la lámpara encendida,\wj* \v 36 \wj como los sirvientes que esperan a que su señor regrese de un banquete de bodas, para abrirle la puerta en el momento en que él llegue y toque.\wj* \v 37 \wj Dichosos los sirvientes a los que su señor encuentre atentos a su llegada. Les aseguro que se ajustará la ropa, hará que los sirvientes se sienten a la mesa y él mismo se pondrá a servirles.\wj* \v 38 \wj Dichosos los sirvientes a los que su señor encuentre preparados sin importar si llega a la media noche o de madrugada.\wj* \v 39 \wj Dense cuenta de esto: Si el dueño de una casa supiera la hora a la que va a llegar el ladrón, estaría atento para no dejarlo entrar.\wj* \v 40 \wj Así ustedes estén siempre preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen».\wj* \p \v 41 Pedro le preguntó: \p ―Señor, ¿a quién le cuentas esta parábola?, ¿sólo a nosotros o también a todos los demás? \p \v 42 El Señor le respondió: \p \wj ―¿Quién es el mayordomo fiel y atento al que su señor deja encargado de los otros sirvientes para darles la comida a tiempo?\wj* \v 43 \wj Dichoso el sirviente al que su señor, al regresar, encuentra cumpliendo con su deber.\wj* \v 44 \wj Les aseguro que lo pondrá a cargo de todos sus bienes.\wj* \v 45 \wj Pero si el sirviente piensa: “Mi señor va a tardar en volver”, y comienza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y a beber y a emborracharse, se verá en serios problemas.\wj* \v 46 \wj Cuando vuelva su señor, el día y a la hora que el sirviente menos se lo espera, lo castigará con un castigo tan grande como el que se les da a los incrédulos.\wj* \p \v 47 \wj »El sirviente que sabe lo que quiere su señor y no se prepara para hacerlo, recibirá muchos golpes.\wj* \v 48 \wj Pero el que no lo sabe y hace algo que merezca castigo, recibirá pocos golpes. A todo el que se le da mucho, también mucho se le exigirá; y al que mucho se le confía mucho más se le pedirá.\wj* \s1 División en vez de paz \p \v 49 \wj »He venido a traer fuego a la tierra, y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!\wj* \v 50 \wj Pero todavía tengo que pasar por la prueba de un bautismo, y ¡cuánto sufro hasta que se cumpla!\wj* \v 51 \wj ¿Creen ustedes que vine a traer paz a la tierra? ¡No! Vine a traer división.\wj* \v 52 \wj De ahora en adelante estarán divididos cinco en una familia, tres contra dos, y dos contra tres.\wj* \v 53 \wj Estarán divididos el padre contra su hijo y el hijo contra su padre, la madre contra su hija y la hija contra su madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra».\wj* \s1 Señales de los tiempos \p \v 54 Luego Jesús le dijo a la gente: \p \wj ―Cuando ustedes ven una nube que se forma en el occidente, dicen: “Va a llover”; y así sucede.\wj* \v 55 \wj Y cuando sopla el viento del sur, dicen: “Va a hacer calor”; y así sucede.\wj* \v 56 \wj ¡Hipócritas! Saben interpretar el aspecto del cielo y de la tierra, pero no saben interpretar este tiempo presente.\wj* \p \v 57 \wj »¿Por qué no juzgan por ustedes mismos lo que es correcto?\wj* \v 58 \wj Si tienes que ir ante la autoridad con alguien que te ha acusado, trata de reconciliarte con él mientras van en camino. Hazlo antes que te lleve por la fuerza ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel.\wj* \v 59 \wj Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo».\wj* \c 13 \s1 El que no se arrepiente perecerá \p \v 1 Por ese mismo tiempo había unas personas que le contaron a Jesús que Pilato había mandado matar a unos hombres de Galilea mientras ofrecían sus sacrificios. \p \v 2 Jesús les respondió: \wj «¿Piensan ustedes que esos hombres sufrieron así porque eran más pecadores que todos los demás?\wj* \v 3 \wj ¡No! Y si ustedes no se arrepienten, todos ustedes también morirán.\wj* \v 4 \wj ¿Y qué piensan de los dieciocho que murieron cuando les cayó encima la torre de Siloé? ¿Eran acaso más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén?\wj* \v 5 \wj ¡No! ¡Y si ustedes no se arrepienten, todos ustedes también morirán!».\wj* \p \v 6 Entonces les contó esta parábola: \wj «Un hombre tenía plantada una higuera en su viñedo. Cuando fue a buscar fruto en ella, no encontró nada,\wj* \v 7 \wj así que le dijo al que cuidaba el viñedo: “Por tres años he venido a buscar fruto en esta higuera, y no he encontrado ninguno. Por tanto, córtala para que no siga ocupando terreno”.\wj* \v 8 \wj El que cuidaba el viñedo le respondió: “Señor, déjela todavía un año más. Yo removeré la tierra a su alrededor y le echaré abono.\wj* \v 9 \wj Tal vez así dé fruto. Y si no da, córtela”».\wj* \s1 Jesús sana a una mujer encorvada \p \v 10 Un sábado, Jesús estaba enseñando en una sinagoga. \v 11 Allí estaba una mujer que llevaba dieciocho años enferma por causa de un demonio. Andaba encorvada y no podía enderezarse del todo. \v 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: \p \wj ―Mujer, quedas libre de tu mal.\wj* \p \v 13 Le dijo eso mientras ponía las manos sobre la mujer, y ella al instante se enderezó y comenzó a alabar a Dios. \v 14 El jefe de la sinagoga se enojó, porque Jesús había sanado en sábado, y le dijo a la gente: \p ―Hay seis días en que se puede trabajar. Vengan esos días para ser sanados y no el sábado. \p \v 15 El Señor le contestó: \p \wj ―¡Hipócritas! ¿No desatan ustedes su buey o su burro en sábado y lo llevan a tomar agua?\wj* \v 16 \wj Y a esta mujer, que es descendiente de Abraham, y a quien Satanás tuvo enferma por dieciocho años, ¿no se le debía desatar esta cadena en sábado?\wj* \p \v 17 Cuando él habló de esta manera, sus enemigos quedaron en vergüenza ante la gente, pero esta estaba feliz por las maravillas que él hacía. \s1 Parábola del grano de mostaza y de la levadura \p \v 18 Jesús también les dijo: \p \wj ―¿A qué se parece el reino de Dios? ¿Con qué puedo compararlo?\wj* \v 19 \wj El reino de Dios se parece a una semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerto. Creció y se convirtió en un árbol grande, y en sus ramas las aves hicieron sus nidos.\wj* \p \v 20 Jesús volvió a decir: \p \wj ―¿Con qué puedo comparar el reino de Dios?\wj* \v 21 \wj Se puede comparar con la levadura que una mujer mezcló con una gran cantidad de harina, y la levadura hizo que fermentara toda la masa.\wj* \s1 La puerta estrecha \p \v 22 Jesús continuó su viaje a Jerusalén y enseñaba en los pueblos y aldeas por donde pasaba. \v 23 Alguien le preguntó: \p ―Señor, ¿son pocos los que se van a salvar? \p Él contestó: \p \v 24 \wj ―Traten de entrar por la puerta angosta, porque muchos tratarán de entrar y no podrán.\wj* \v 25 \wj Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, ustedes se pondrán a golpearla, y gritarán: “Señor, ábrenos”. Pero él les contestará: “No sé quiénes son ustedes”.\wj* \v 26 \wj Y ustedes dirán: “Comimos y bebimos contigo, y tú enseñaste en nuestras calles”.\wj* \v 27 \wj Pero él les contestará: “Ya les dije que no sé quiénes son ustedes. ¡Apártense de mí, malhechores!”.\wj* \p \v 28 \wj »Cuando a ustedes los echen fuera, allí habrá llanto y rechinar de dientes, porque verán en el reino de Dios a Abraham, Isaac, Jacob y a todos los demás profetas.\wj* \v 29 \wj Y vendrá gente del oriente y del occidente, del norte y del sur, para sentarse a la cena en el reino de Dios.\wj* \v 30 \wj Entonces verán que los que fueron últimos serán primeros, y los que fueron primeros serán últimos».\wj* \s1 Lamento de Jesús sobre Jerusalén \p \v 31 En ese momento unos fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron: \p ―Vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. \p \v 32 Él les contestó: \p \wj ―Vayan y díganle a esa zorra: “Yo voy a seguir echando fuera demonios y sanando a la gente hoy y mañana, y al tercer día terminaré lo que debo hacer”.\wj* \v 33 \wj Tengo que seguir mi camino hoy, mañana y pasado mañana, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.\wj* \p \v 34 \wj »¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas!, pero no quisiste.\wj* \v 35 \wj Por eso, la casa de ustedes va a quedar abandonada. Y les aseguro que no me volverán a ver hasta el día en que digan: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”».\wj* \c 14 \s1 Jesús en casa de un fariseo \p \v 1 Un sábado, Jesús fue a comer a casa de un jefe fariseo. Los fariseos lo vigilaban. \v 2 Allí, frente a él, también estaba un hombre enfermo de hidropesía. \p \v 3 Jesús les preguntó a los maestros de la ley y a los fariseos: \p \wj ―¿Está permitido sanar a un enfermo en sábado?\wj* \p \v 4 Pero ellos se quedaron callados. Entonces tomó al enfermo, lo sanó y lo despidió. \p \v 5 Luego les preguntó a ellos: \p \wj ―¿Si a uno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, no lo saca en seguida, aunque sea sábado?\wj* \p \v 6 Y no pudieron contestarle nada. \p \v 7 Al ver que los invitados escogían los lugares de honor en la mesa, les contó esta parábola: \p \v 8 \wj ―Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar de honor, porque si llega algún invitado más importante que tú,\wj* \v 9 \wj el que invitó a los dos te dirá: “Dale tu asiento a este otro invitado”. Entonces, avergonzado, tendrás que sentarte en el último lugar.\wj* \v 10 \wj Lo mejor será que, cuando te inviten, te sientes en el último lugar. Así, cuando venga el que te invitó, te dirá: “Amigo, ven acá, aquí hay un lugar mejor”. Así, recibirás honor delante de todos los demás invitados.\wj* \v 11 \wj Todo el que se engrandece a sí mismo será humillado; y al que se humilla Dios lo ensalzará.\wj* \p \v 12 Luego, Jesús le dijo al que lo había invitado: \p \wj ―Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus familiares ni a tus vecinos ricos, porque cuando ellos te devuelvan la invitación, habrás recibido tu recompensa.\wj* \v 13 \wj Lo mejor es que cuando des un banquete, invites a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.\wj* \v 14 \wj Así serás dichoso, pues ellos no tienen con qué recompensarte, pero tú serás recompensado cuando resuciten los justos.\wj* \s1 Parábola del gran banquete \p \v 15 Cuando uno de los que estaba sentado a la mesa con Jesús oyó esto, le dijo: \p ―¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios! \p \v 16 Jesús le respondió: \p \wj ―Un hombre preparó una gran cena e invitó a muchas personas.\wj* \v 17 \wj A la hora de la cena mandó a su sirviente a decirles a los invitados: “Vengan, porque ya todo está listo”.\wj* \v 18 \wj Pero todos los invitados comenzaron a dar excusas. El primero dijo: “Te ruego que me disculpes, pues acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo”.\wj* \v 19 \wj Otro dijo: “Te ruego que me disculpes, pues acabo de comprar cinco yuntas de bueyes y tengo que probarlas”.\wj* \v 20 \wj Y otro dijo: “Acabo de casarme y no puedo ir”.\wj* \p \v 21 \wj »El sirviente regresó y le contó todo esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y le dijo al sirviente: “Ve pronto por las calles y los callejones del pueblo, y trae acá a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos”.\wj* \v 22 \wj Poco después, el siervo volvió a decirle: “Señor, ya hice lo que usted me mandó, pero todavía hay lugar”.\wj* \v 23 \wj El señor le dijo: “Ve por los caminos y las veredas y obliga a la gente a entrar, para que se llene mi casa.\wj* \v 24 \wj Les aseguro que ninguno de los primeros invitados disfrutará de mi cena”».\wj* \s1 El precio del discipulado \p \v 25 Mucha gente seguía a Jesús, entonces él se volvió y les dijo: \p \v 26 \wj «El que quiera seguirme tiene que amarme más que a su padre, a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso más que a su propia vida. De lo contrario, no podrá ser mi discípulo.\wj* \v 27 \wj El que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.\wj* \p \v 28 \wj »Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Qué tendría que hacer primero? Tendría que sentarse a calcular el costo, para ver si tiene lo suficiente para terminarla,\wj* \v 29 \wj porque si echa los cimientos y después no puede terminarla, todos los que la vean se burlarán de él.\wj* \v 30 \wj Entonces dirán: “Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar su torre”.\wj* \v 31 \wj Supongamos también que un rey está a punto de ir a la guerra contra otro rey. ¿Qué tendría que hacer primero? Tendría que sentarse a calcular si con diez mil hombres puede enfrentarse al que lo va a atacar con veinte mil.\wj* \v 32 \wj Si ve que no puede, enviará una delegación para pedir condiciones de paz mientras el enemigo está todavía lejos.\wj* \v 33 \wj De igual manera, cualquiera de ustedes que quiera ser mi discípulo tendrá que dejar todo lo que tiene.\wj* \v 34 \wj La sal es buena, pero si ya no tiene sabor, ¿cómo volverá a recuperarlo?\wj* \v 35 \wj No sirve ni para la tierra ni para el abono; lo mejor es tirarla. El que tenga oídos para oír, que oiga».\wj* \c 15 \s1 Parábola de la oveja perdida \p \v 1 Muchos de los que cobraban impuestos y de los pecadores se acercaban a Jesús para oírlo. \v 2 Por eso, los fariseos y los maestros de la ley comenzaron a murmurar: Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos. \v 3 Entonces él les contó esta parábola: \v 4 \wj «Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y una de ellas se le pierde. ¿No deja las otras noventa y nueve en el campo y se va a buscar la oveja perdida hasta encontrarla?\wj* \v 5 \wj Y cuando la encuentra, lleno de alegría la pone sobre sus hombros\wj* \v 6 \wj y vuelve a la casa. Después, reúne a sus amigos y a sus vecinos y les dice: “Alégrense conmigo porque ya encontré la oveja que había perdido”.\wj* \v 7 \wj Les digo que lo mismo pasa en el cielo: hay más alegría por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.\wj* \s1 Parábola de la moneda perdida \p \v 8 \wj »Supongamos también que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No encendería la lámpara y barrería la casa buscando con cuidado hasta encontrarla?\wj* \v 9 \wj Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: “Alégrense conmigo porque ya encontré la moneda que había perdido”.\wj* \v 10 \wj Les digo que de la misma manera se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente».\wj* \s1 Parábola del hijo perdido \p \v 11 Jesús continuó y les dijo: \wj «Un hombre tenía dos hijos.\wj* \v 12 \wj Un día, el menor le dijo a su padre: “Papá, dame la parte que me toca de la herencia”. Entonces el padre repartió sus bienes entre los dos.\wj* \v 13 \wj A los pocos días, el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue lejos, a otro país. Allí vivió desordenadamente y desperdició su herencia.\wj* \v 14 \wj Cuando ya lo había gastado todo, la comida empezó a faltar en ese país, y él comenzó a pasar hambre.\wj* \v 15 \wj Entonces fue y consiguió trabajo con un ciudadano del lugar, que lo mandó a sus campos a cuidar cerdos.\wj* \v 16 \wj Tenía tanta hambre, que le daban ganas de llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos; pero nadie se la daba.\wj* \v 17 \wj Un día, se puso a pensar: “En la casa de mi padre, los jornaleros tienen comida en abundancia, y yo aquí me estoy muriendo de hambre.\wj* \v 18 \wj Volveré a casa y le diré a mi padre: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti.\wj* \v 19 \wj Ya no merezco que digan que soy tu hijo. Trátame como a uno de tus jornaleros”.\wj* \v 20 \wj Así que viajó de regreso a la casa de su padre.\wj* \p \wj »Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él; salió corriendo a encontrarlo, lo abrazó y lo besó.\wj* \v 21 \wj El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti y ya no merezco que digan que soy tu hijo”.\wj* \v 22 \wj Pero el padre ordenó a sus sirvientes: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa y vístanlo; pónganle un anillo en su dedo y sandalias en sus pies.\wj* \v 23 \wj Y que maten el becerro más gordo para hacer fiesta,\wj* \v 24 \wj porque este hijo mío estaba muerto pero ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado”. Y comenzaron la fiesta.\wj* \p \v 25 \wj »Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Cuando ya iba de regreso, cerca de la casa, oyó la música del baile.\wj* \v 26 \wj Llamó a uno de los sirvientes y le preguntó qué estaba pasando.\wj* \v 27 \wj Él le respondió: “Tu hermano ha regresado y tu papá mandó matar el becerro más gordo porque lo ha recuperado sano y salvo”.\wj* \v 28 \wj El hermano mayor se enojó tanto que se negó a entrar. El padre tuvo que salir a suplicarle que entrara.\wj* \v 29 \wj Pero él le respondió: “Por años he trabajado para ti sin desobedecerte, y jamás me has dado siquiera un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.\wj* \v 30 \wj En cambio, ahora que regresa ese hijo tuyo, que ha malgastado tu dinero con prostitutas, mandas matar el becerro más gordo para él”.\wj* \p \v 31 \wj »Su padre le respondió: “Hijo mío, tú siempre estás conmigo y todo lo que tengo es tuyo.\wj* \v 32 \wj Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, pues tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y lo hemos encontrado”».\wj* \c 16 \s1 Parábola del administrador astuto \p \v 1 Jesús les contó esta parábola a sus discípulos: \wj «Un hombre rico tenía un administrador al que acusaron de estarle malgastando sus bienes.\wj* \v 2 \wj Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que me dicen de ti? Prepárame un informe de tu administración, porque ya no puedes seguir siendo mi administrador”.\wj* \v 3 \wj El administrador se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón ya no quiere que sea su administrador? No tengo fuerzas para cavar, y me da vergüenza pedir limosna.\wj* \v 4 \wj Ya sé lo que voy a hacer para que cuando me quiten el trabajo haya gente que me reciba en sus casas”.\wj* \p \v 5 \wj »Llamó a cada uno de los que le debían algo a su patrón. Al primero le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi patrón?”.\wj* \v 6 \wj Este le contestó: “Cien barriles de aceite”. El administrador le dijo: “Toma tu factura, siéntate, date prisa y escribe cincuenta”.\wj* \v 7 \wj Después le preguntó al segundo: “Y tú, ¿cuánto le debes?”. Él contestó: “Cien bultos de trigo”. El administrador le dijo: “Toma tu factura y anota ochenta”.\wj* \p \v 8 \wj »El patrón felicitó al administrador porque hizo las cosas con astucia. Es que la gente de este mundo es más astuta en su trato con los que también son de este mundo, que los que han recibido la luz.\wj* \v 9 \wj Por eso yo les aconsejo que usen las riquezas de este mundo para ganar amigos y así, cuando esas riquezas se les acaben a ustedes, los reciban en las viviendas eternas.\wj* \p \v 10 \wj »El que es honesto en lo poco, también es honesto en lo mucho; y el que no es honesto en lo poco, tampoco será honesto en lo mucho.\wj* \v 11 \wj Por eso, si ustedes no son honestos con las riquezas de este mundo, ¿quién les confiará las riquezas verdaderas?\wj* \v 12 \wj Si no son honrados con lo que no es de ustedes, ¿quién les dará lo que les pertenece a ustedes?\wj* \p \v 13 \wj »Nadie puede ser sirviente de dos patrones, porque despreciará a uno y amará al otro. Nadie puede servir al mismo tiempo a Dios y a las riquezas».\wj* \p \v 14 Los fariseos oían todas estas cosas y se burlaban de Jesús porque a ellos les gustaba mucho el dinero. \p \v 15 Jesús les dijo: \wj «Ustedes se hacen pasar por buenos delante de la gente, pero Dios conoce sus corazones. Les digo que aquello que la gente piensa que tiene mucho valor para Dios es despreciable.\wj* \s1 Otras enseñanzas \p \v 16 \wj »La ley y los profetas se anunciaron hasta Juan. Desde entonces, se anuncian las buenas nuevas del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.\wj* \v 17 \wj Pero es más fácil que desaparezcan el cielo y la tierra, que deje de cumplirse una sola tilde de la ley.\wj* \p \v 18 \wj »Todo hombre que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la divorciada, también comete adulterio.\wj* \s1 El rico y Lázaro \p \v 19 \wj »Había un hombre rico que se vestía con ropas muy lujosas y a diario hacía fiestas donde servían espléndidos banquetes.\wj* \v 20 \wj Junto a la puerta de su casa se sentaba un mendigo llamado Lázaro. Tenía la piel cubierta de llagas\wj* \v 21 \wj y hasta los perros se las lamían. A él le habría gustado llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico.\wj* \p \v 22 \wj »Un día, el mendigo murió y los ángeles lo llevaron junto a Abraham. El rico murió también y lo enterraron.\wj* \v 23 \wj En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.\wj* \v 24 \wj Entonces lo llamó a gritos: “Padre Abraham, ten compasión de mí. Manda a Lázaro a que moje la punta de su dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego”.\wj* \p \v 25 \wj »Pero Abraham le respondió: “Hijo, recuerda que cuando ustedes vivían, a ti te fue muy bien pero a Lázaro muy mal. Ahora a él le toca recibir consuelo aquí y a ti te toca sufrir.\wj* \v 26 \wj Además, entre ustedes y nosotros hay un gran abismo, y nadie puede venir de allá para acá ni ir de aquí para allá”.\wj* \p \v 27 \wj »El rico, le dijo: “Padre Abraham, entonces te suplico que mandes a Lázaro a la casa de mi padre,\wj* \v 28 \wj para que avise a mis cinco hermanos, y no vengan ellos también a este lugar de tormento”.\wj* \v 29 \wj Pero Abraham le replicó: “Ellos ya tienen a Moisés y a los profetas: ¡que les hagan caso!”.\wj* \p \v 30 \wj »Entonces el hombre rico respondió: “No les harán caso, padre Abraham. Pero si algún muerto fuera y se les presentara entonces sí se arrepentirán”.\wj* \v 31 \wj Abraham le dijo: “Si no le hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco le harán caso a alguien que se levante de entre los muertos”».\wj* \c 17 \s1 El pecado, la fe y el deber \p \v 1 Jesús les dijo a sus discípulos: \p \wj ―No se pueden evitar los tropiezos, pero ¡ay de aquel que los causa!\wj* \v 2 \wj Mejor le sería que lo arrojaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, que ser la causa de que tropiece uno solo de estos pequeños.\wj* \v 3 \wj Así que, ¡tengan cuidado!\wj* \p \wj »Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo.\wj* \v 4 \wj Aun si en un día peca siete veces contra ti, y siete veces regresa a decirte: “Me arrepiento”, perdónalo».\wj* \p \v 5 Luego los apóstoles le dijeron al Señor: \p ―¡Haz que nuestra fe aumente! \p \v 6 El Señor les respondió: \p \wj ―Si la fe que ustedes tienen fuera tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Saca tus raíces de aquí y plántate en el mar”, y el árbol les obedecería.\wj* \p \v 7 \wj »Si ustedes tienen un sirviente que ha estado arando el campo o cuidando las ovejas, cuando él regresa, ¿le van a decir: “Ven y siéntate a comer”?\wj* \v 8 \wj No, más bien le dicen: “Prepárame la comida y arréglate para atenderme mientras yo ceno. Tú podrás comer y beber más tarde”.\wj* \v 9 \wj Tampoco le dan las gracias al sirviente porque hizo lo que se le mandó.\wj* \v 10 \wj Así también ustedes, cuando hayan hecho lo que se les mandó, deben decir: “Somos sirvientes inútiles, pues sólo cumplimos con nuestra obligación”».\wj* \s1 Jesús sana a diez leprosos \p \v 11 Un día, Jesús siguió su viaje hacia Jerusalén, pasando por Samaria y Galilea. \v 12 Cuando entró en un pueblo, diez hombres que estaban enfermos de lepra le salieron al encuentro. Ellos se pararon un poco lejos de él, \v 13 y le gritaron: \p ―¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! \p \v 14 Él, al verlos, les dijo: \p \wj ―Vayan a presentarse a los sacerdotes.\wj* \p Y mientras aún iban en el camino, quedaron sanos. \p \v 15 Uno de ellos, al verse sano, regresó alabando a Dios a gritos. \p \v 16 Y se echó sobre sus rodillas, tocando con su rostro el suelo, a los pies de Jesús, y le dio las gracias. Este hombre era samaritano. \p \v 17 Jesús preguntó: \p \wj ―¿No eran diez los que quedaron sanos? ¿Dónde están los otros nueve?\wj* \v 18 \wj ¿Sólo este extranjero regresó a dar gloria a Dios?\wj* \v 19 —Y le dijo al hombre—: \wj Levántate y vete. Tu fe te ha sanado.\wj* \s1 La venida del reino de Dios \p \v 20 Los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios. \p Él les contestó: \p \wj ―El reino de Dios no vendrá como algo que todo mundo pueda ver.\wj* \v 21 \wj Nadie podrá decir: “¡Aquí está!” o “¡Allá está!”, porque el reino de Dios ya está entre ustedes.\wj* \p \v 22 Les dijo a sus discípulos: \p \wj ―Llegará el tiempo en que ustedes desearán ver por lo menos uno de los días del Hijo del hombre, pero no podrán.\wj* \v 23 \wj Algunos les dirán: “¡Allá está!” o “¡Aquí está!”, pero no vayan, no los sigan.\wj* \v 24 \wj Porque el día del Hijo del hombre, él resplandecerá como un relámpago que ilumina el cielo de un lado hasta el otro.\wj* \v 25 \wj Pero primero tiene que sufrir mucho y ser rechazado por la gente de esta generación.\wj* \p \v 26 \wj »Cuando regrese el Hijo del hombre, las cosas estarán como en los tiempos de Noé:\wj* \v 27 \wj comían, bebían y se casaban, hasta el día en que Noé entró en el barco, llegó el diluvio y los destruyó a todos.\wj* \p \v 28 \wj »Lo mismo pasó en tiempos de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y edificaban.\wj* \v 29 \wj Pero cuando Lot salió de Sodoma, cayó fuego y azufre del cielo y acabó con todos.\wj* \p \v 30 \wj »Así será el día en que el Hijo del hombre aparezca.\wj* \v 31 \wj En aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas dentro de la casa, que no baje a sacarlas. El que esté en el campo, que no regrese a su casa.\wj* \v 32 \wj ¡Recuerden lo que le sucedió a la esposa de Lot!\wj* \v 33 \wj El que trate de conservar su vida, la perderá. El que la pierda, la conservará.\wj* \v 34 \wj Aquella noche habrá dos personas en una misma cama: una será llevada y la otra será dejada.\wj* \v 35-36 \wj Dos mujeres estarán moliendo juntas: una será llevada y la otra será dejada».\wj* \f + \fr 17.35,36 \fr*\ft Algunos manuscritos añaden: Estarán dos hombres en el campo: uno será llevado y el otro será dejado.\ft*\f* \p \v 37 Le preguntaron: —¿Dónde ocurrirá eso, Señor? \p Él les respondió: \p \wj ―Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.\wj* \c 18 \s1 Parábola de la viuda insistente \p \v 1 Jesús les contó una parábola a sus discípulos para enseñarles que debían orar siempre y sin desanimarse. \v 2 Les dijo: \wj «En un pueblo había un juez que no temía a Dios ni respetaba a nadie.\wj* \v 3 \wj En ese mismo pueblo vivía una viuda que no se cansaba de decirle: “Hágame usted justicia contra mi enemigo”.\wj* \v 4 \wj Al principio el juez no le hizo caso, pero después de un tiempo pensó: “Aunque no temo a Dios ni respeto a nadie,\wj* \v 5 \wj esta mujer ya me tiene cansado. Para que me deje tranquilo, le haré justicia”».\wj* \p \v 6 Y el Señor siguió diciendo: \wj «Piensen en lo que dijo el juez malo.\wj* \v 7 \wj ¿No creen ustedes que Dios hará justicia a los que él ha escogido y que claman a él día y noche? ¿Se tardará él en responderles?\wj* \v 8 \wj Yo les aseguro que él les hará justicia sin tardar. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará fe en la tierra?».\wj* \s1 Parábola del fariseo y del recaudador de impuestos \p \v 9 Jesús les contó esta parábola a unos que se creían muy justos y despreciaban a los demás: \v 10 \wj «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno de ellos era fariseo y el otro, un cobrador de impuestos.\wj* \v 11 \wj El fariseo, de pie, oraba así: “Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres que son ladrones, malhechores, adúlteros; ni mucho menos soy como este cobrador de impuestos.\wj* \v 12 \wj Ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano”.\wj* \v 13 \wj El cobrador de impuestos, en cambio, se quedó a cierta distancia y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo. Se golpeaba el pecho y decía: “¡Dios mío, ten compasión de mí, que soy pecador!”.\wj* \p \v 14 \wj »Les aseguro que este, y no el fariseo, regresó a su casa habiendo sido perdonado por Dios. Porque el que se engrandece a sí mismo será humillado, y el que se humilla será engrandecido».\wj* \s1 Jesús y los niños \p \v 15 También le llevaron a Jesús niños pequeños para que los tocara. Sus discípulos, al ver esto, comenzaron a reprender a quienes los llevaron. \v 16 Pero Jesús llamó a los niños y les dijo a los discípulos: \wj «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de aquellos que son como ellos.\wj* \v 17 \wj Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como lo recibe un niño, no entrará en él».\wj* \s1 El dirigente rico \p \v 18 Uno de los jefes de los judíos le preguntó: \p ―Maestro bueno, ¿qué debo hacer para tener la vida eterna? \p \v 19 Jesús le respondió: \p \wj ―¿Por qué dices que soy bueno? Dios es el único que es bueno.\wj* \v 20 \wj Tú ya conoces los mandamientos: “No cometas adulterio, no mates, no robes, no digas mentiras para hacerle daño a nadie, respeta a tu padre y a tu madre”.\wj* \p \v 21 El hombre le dijo: \p ―Todo esto lo he cumplido desde que era joven. \p \v 22 Jesús le respondió: \p \wj ―Hay una cosa que todavía no has hecho: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres. Así tendrás un tesoro en el cielo. Cuando lo hayas hecho, ven y sígueme.\wj* \p \v 23 Al oír el hombre esto, se puso muy triste, pues era muy rico. \v 24 Cuando Jesús lo vio tan triste, dijo: \p \wj ―¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!\wj* \v 25 \wj En verdad, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios.\wj* \p \v 26 Los que oyeron esto preguntaron: \p ―Entonces, ¿quién podrá salvarse? \p \v 27 Jesús les respondió: \p \wj ―Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.\wj* \p \v 28 Pedro le dijo: \p ―Pues nosotros hemos dejado todo para seguirte. \p \v 29 Jesús les respondió: \p \wj ―Y yo les aseguro que todo el que haya dejado su casa, su esposa, sus hermanos, sus padres o sus hijos por causa del reino de Dios,\wj* \v 30 \wj recibirá mucho más en este tiempo, y en la vida venidera recibirá la vida eterna.\wj* \s1 Jesús predice de nuevo su muerte \p \v 31 Entonces Jesús se reunió aparte con los doce y les dijo: \wj «Ahora vamos camino a Jerusalén. Allí se cumplirá todo lo que los profetas escribieron acerca del Hijo del hombre.\wj* \v 32 \wj Lo van a entregar a los gentiles, y estos se van a burlar de él. Lo van a insultar y a escupir.\wj* \v 33 \wj Después lo azotarán y, por último, lo matarán. Pero al tercer día resucitará».\wj* \p \v 34 Los discípulos no entendieron nada de esto, ni sabían de qué les hablaba. \s1 Un mendigo ciego recibe la vista \p \v 35 Cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino pidiendo limosna. \v 36 Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. \v 37 Le respondieron: \p ―Jesús de Nazaret está pasando por aquí. \v 38 Entonces el ciego gritó: \p ―¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! \p \v 39 Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritó todavía más fuerte: \p ―¡Hijo de David, ten compasión de mí! \p \v 40 Jesús se detuvo y mandó que lo trajeran a su presencia. \p Cuando el ciego se acercó, Jesús le preguntó: \p \v 41 \wj ―¿Qué quieres que haga por ti?\wj* \p ―Señor, quiero que me des la vista. \p \v 42 Jesús le dijo: \p \wj ―¡Recibe la vista! Tu fe te ha sanado.\wj* \p \v 43 En ese mismo instante el ciego recobró la vista. Se fue siguiendo a Jesús y alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto también alababa a Dios. \c 19 \s1 Zaqueo, el recaudador de impuestos \p \v 1 Jesús llegó a Jericó y comenzó a cruzar la ciudad. \v 2 Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los cobradores de impuestos. \v 3 Él trataba de ver a Jesús, pero era de baja estatura y había tanta gente que no alcanzaba a verlo. \v 4 Entonces se adelantó corriendo al lugar por donde Jesús iba a pasar y se subió a un árbol para poder verlo. \v 5 Cuando Jesús pasaba por ese lugar, miró hacia arriba y le dijo: \p \wj ―Zaqueo, baja en seguida, porque quiero quedarme hoy en tu casa.\wj* \p \v 6 Zaqueo se bajó a toda prisa y, muy contento, recibió a Jesús en su casa. \p \v 7 Al ver esto, todos empezaron a murmurar: \p ―Se fue a quedar en la casa de un pecador. \p \v 8 Zaqueo se levantó y dijo: \p ―Señor, voy a dar la mitad de todo lo que tengo a los pobres. Y si a alguien le he robado, le devolveré cuatro veces lo que le robé. \p \v 9 Jesús le dijo: \p \wj ―Hoy, la salvación ha llegado a esta casa, pues este hombre también es uno de los hijos de Abraham.\wj* \v 10 \wj En efecto, el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar a los que se habían perdido.\wj* \s1 Parábola del dinero \p \v 11 Como Jesús ya estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios comenzaría en ese momento, Jesús les contó una parábola. \v 12 Les dijo: \wj «Un hombre de la nobleza fue a que lo coronaran rey en un país lejano y después de eso regresaría.\wj* \v 13 \wj Antes de partir, llamó a diez de sus empleados y le entregó a cada uno una buena cantidad de dinero. Les dijo: “Hagan negocio con este dinero hasta que yo vuelva”.\wj* \v 14 \wj Pero la gente de su país lo odiaba y mandaron un grupo de personas tras él para que dijeran: “No queremos que este sea nuestro rey”.\wj* \p \v 15 \wj »A pesar de todo, fue coronado rey. Cuando regresó a su país, ordenó llamar a los diez empleados a quienes les había entregado dinero, para ver cuánto habían ganado.\wj* \v 16 \wj El primero se presentó y le dijo: “Señor, su dinero ha ganado diez veces más de lo que usted me dejó”.\wj* \v 17 \wj El rey le respondió: “¡Muy bien, eres un buen empleado! Como has sido fiel en lo poco que te entregué, te nombro gobernador de diez ciudades”.\wj* \p \v 18 \wj »El segundo se presentó y le dijo: “Señor, su dinero ha ganado cinco veces más de lo que usted me dejó”.\wj* \v 19 \wj El rey le respondió: “A ti te nombro gobernador de cinco ciudades”.\wj* \p \v 20 \wj »Llegó el otro empleado y dijo: “Señor, aquí está su dinero. Lo envolví en un pañuelo y lo guardé.\wj* \v 21 \wj Tenía miedo porque usted es un hombre muy exigente que recoge lo que no depositó y cosecha lo que no sembró”.\wj* \v 22 \wj Entonces el rey le contestó: “Eres un empleado malo. Con tus mismas palabras te voy a juzgar. Si sabías que soy muy exigente, que recojo lo que no deposité y cosecho lo que no sembré,\wj* \v 23 \wj ¿por qué no depositaste mi dinero en el banco, para que cuando yo regresara ganara los intereses?”.\wj* \v 24 \wj Entonces, les dijo a los que estaban allí: “Quítenle el dinero y dénselo al que ganó diez veces más”.\wj* \v 25 \wj Pero, ellos le dijeron: “Señor, pero si él ya tiene diez veces más”.\wj* \v 26 \wj El rey les respondió: “Les aseguro que al que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, hasta lo poco que tenga se le quitará.\wj* \v 27 \wj Y a esos enemigos míos que no querían que yo fuera su rey, tráiganlos aquí y mátenlos delante de mí”».\wj* \s1 La entrada triunfal \p \v 28 Al terminar de decir esto, siguió su camino hacia Jerusalén. \v 29 Cuando estuvo cerca de Betfagué y Betania, junto al monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos y les dijo: \v 30 \wj «Vayan a la aldea que está enfrente. Cuando entren, van a encontrar un burrito atado en el que nadie antes se ha montado. Desátenlo y tráiganlo.\wj* \v 31 \wj Si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle: “El Señor lo necesita”».\wj* \p \v 32 Ellos fueron y lo encontraron tal como él les había dicho. \v 33 Al estar ellos desatando al burrito, los dueños les preguntaron: \p ―¿Por qué lo desatan? \p \v 34 Ellos contestaron: \p ―El Señor lo necesita. \p \v 35 Después, llevaron al burrito a donde estaba Jesús; pusieron sobre el animal sus mantos y ayudaron a Jesús a montarse. \v 36 Conforme iba avanzando, la gente extendía sus mantos sobre el camino. \v 37 Cuando ya estaban cerca de la bajada del monte de los Olivos, todos sus seguidores se llenaron de alegría y comenzaron a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto. Y gritaban: \p \v 38 ―¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! \p ―¡Paz en el cielo y gloria en las alturas! \p \v 39 Algunos de los fariseos que estaban entre la gente le dijeron a Jesús: \p ―¡Maestro, reprende a tus discípulos! \p \v 40 Él les respondió: \p \wj ―Les aseguro que si ellos se callan, las piedras gritarán.\wj* \s1 Jesús en el templo \p \v 41 Cuando Jesús estaba cerca de Jerusalén y vio la ciudad, lloró por ella. \v 42 Y dijo: \p \wj ―¡Cómo me gustaría que hoy entendieras lo que puede traerte paz! Pero ahora eso no lo puedes ver.\wj* \v 43 \wj Llegarán sobre ti días en que tus enemigos harán un muro y te rodearán, y te atacarán por todos lados.\wj* \v 44 \wj Te derribarán, no dejarán ni una piedra sobre otra, y matarán a tus hijos. Todo esto ocurrirá porque no reconociste el tiempo en que Dios vino a salvarte.\wj* \p \v 45 Cuando llegó al templo, comenzó a echar fuera de allí a los que estaban vendiendo. \v 46 Les dijo: \p \wj ―Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero ustedes la han convertido en “cueva de ladrones”.\wj* \p \v 47 Él enseñaba todos los días en el templo, y los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los líderes del pueblo trataban de matarlo. \v 48 Pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba con mucha atención. \c 20 \s1 La autoridad de Jesús puesta en duda \p \v 1 Un día, Jesús estaba enseñando a la gente en el templo. Mientras les enseñaba las buenas noticias, se le acercaron los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos para hacerle esta pregunta: \v 2 —¿Dinos quién te ha dado autoridad para hacer esto? \p \v 3 Él les respondió: \wj —Yo también les voy a hacer una pregunta. Contéstenme:\wj* \v 4 \wj Juan, ¿bautizaba con autoridad del cielo o de la tierra?\wj* \p \v 5 Ellos comenzaron a discutir entre sí: «Si decimos que “del cielo”, él nos preguntará por qué no le creímos. \v 6 Y si decimos que “de la tierra”, todo el pueblo nos apedreará, porque están seguros de que Juan era un profeta». \p \v 7 Entonces le respondieron: \p ―No sabemos. \p \v 8 Él les dijo: \p \wj ―Pues yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago esto.\wj* \s1 Parábola de los labradores malvados \p \v 9 Después le contó a la gente esta parábola: \p \wj ―Un hombre plantó un viñedo, lo alquiló a unos labradores y luego se fue de viaje por largo tiempo.\wj* \v 10 \wj Cuando llegó el tiempo de la cosecha, mandó a un sirviente para que los labradores le dieran como pago parte de la cosecha. Pero los labradores lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías.\wj* \v 11 \wj Luego envió a otro sirviente, pero también a este lo golpearon, lo humillaron y lo enviaron con las manos vacías.\wj* \v 12 \wj Entonces envió por tercera vez a un sirviente, y a este también lo hirieron y lo echaron fuera.\wj* \p \v 13 \wj »Así que el dueño del viñedo pensó: “¿Qué haré? Enviaré a mi hijo, al que tanto amo. Estoy seguro de que a él sí lo respetarán”.\wj* \p \v 14 \wj »Pero cuando los labradores lo vieron, se dijeron unos a otros: “Este es el que heredará todo esto. Vamos a matarlo y la herencia será nuestra”.\wj* \v 15 \wj Así que lo echaron fuera del viñedo y lo mataron. ¿Qué piensan ustedes que les hará el dueño?\wj* \v 16 \wj Regresará, matará a esos labradores y dará el viñedo a otros».\wj* \p La gente oyó esto y dijo: \p ―¡Qué Dios no lo permita! \p \v 17 Jesús los miró y les dijo: \p \wj ―Entonces, si está escrito: “La piedra que los constructores despreciaron, se ha convertido en la piedra más importante”, ¿qué quiere decir eso?\wj* \p \v 18 \wj »El que caiga sobre esa piedra se hará pedazos; y si la piedra cae sobre alguien, lo hará polvo».\wj* \p \v 19 Los maestros de la ley y los jefes de los sacerdotes se dieron cuenta de que la parábola se refería a ellos. Por eso querían arrestarlo en ese mismo momento, pero le tenían miedo a la gente. \s1 El pago de impuestos al césar \p \v 20 Entonces enviaron espías que se hacían pasar por gente honrada para vigilarlo. Querían atrapar a Jesús cuando dijera algo que les diera la oportunidad de entregarlo al gobernador romano. \p \v 21 Los espías le dijeron: \p ―Maestro, sabemos que dices y enseñas lo que es correcto. Que no te dejas llevar por las apariencias, sino que de verdad enseñas el camino de Dios. \v 22 Dinos: ¿Está bien que paguemos impuestos al gobierno romano o no? \p \v 23 Pero Jesús se dio cuenta de sus malas intenciones y les dijo: \p \v 24 \wj ―Muéstrenme una moneda romana. ¿De quién es la imagen y el nombre que tiene escrito?\wj* \p Le contestaron: \p ―Del césar. \p \v 25 Él les dijo: \p \wj ―Pues denle al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios.\wj* \p \v 26 Y así no encontraron oportunidad para atraparlo en nada de lo que él decía frente a la gente. Por eso, sorprendidos de su respuesta, se callaron. \s1 La resurrección y el matrimonio \p \v 27 Después, algunos saduceos se acercaron a Jesús. Ellos no creían que hubiera resurrección, y por esa razón le hicieron esta pregunta: \p \v 28 ―Maestro, Moisés dice en sus escritos que si un hombre muere sin haber tenido hijos con su esposa, el hermano de ese hombre tiene que casarse con la viuda, para darle hijos a su hermano muerto. \v 29 Pues bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. \v 30 Después el segundo \v 31 y el tercero se casaron con la misma mujer, luego el resto de los siete hermanos. Cada uno murió sin tener hijos. \v 32 Por último, también la mujer murió. \v 33 Cuando ocurra la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa esta mujer si estuvo casada con los siete? \v 34 Jesús les contestó: \wj —En este mundo la gente se casa,\wj* \v 35 \wj pero los que merecen resucitar en el mundo que viene, esos no se casarán,\wj* \v 36 \wj ni tampoco morirán. Serán como los ángeles, y serán hijos de Dios porque toman parte en la resurrección.\wj* \v 37 \wj Hasta Moisés mismo nos deja ver que los muertos resucitan. Lo dijo en el pasaje sobre la zarza, pues llama al Señor “el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob”.\wj* \v 38 \wj Y Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos ellos viven.\wj* \p \v 39 Algunos de los maestros de la ley le dijeron: \p ―¡Muy buena respuesta, Maestro! \p \v 40 Y ya no se atrevieron a hacerle más preguntas. \s1 ¿De quién es Hijo el Cristo? \p \v 41 Entonces fue Jesús quien les preguntó: \p \wj ―¿Por qué dicen que el Cristo es el Hijo de David?\wj* \v 42 \wj David mismo dice esto en el libro de los Salmos:\wj* \b \p \wj »“El Señor le dijo a mi Señor:\wj* \p \wj ‘Siéntate a mi derecha,\wj* \p \v 43 \wj hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies’ ”.\wj* \b \p \v 44 \wj »Si al Cristo David lo llama “Señor”, ¿cómo puede entonces ser su hijo?»\wj* \p \v 45 Mientras toda la gente lo escuchaba, Jesús les dijo a sus discípulos: \p \v 46 \wj ―Cuídense de los maestros de la ley. A ellos les gusta pasearse con ropas lujosas y que los saluden en las plazas. Les encanta ocupar los primeros puestos en la sinagoga y los mejores lugares en los banquetes.\wj* \p \v 47 \wj »Ellos les quitan sus casas a las viudas y a la vez hacen largas oraciones para impresionar a los demás. El castigo para ellos será peor».\wj* \c 21 \s1 La ofrenda de la viuda \p \v 1 Jesús vio como los ricos echaban sus ofrendas en las alcancías del templo. \v 2 También vio como una viuda echaba dos moneditas de cobre. \p \v 3 Él dijo: \p \wj ―Les aseguro que esta viuda echó más que todos los demás,\wj* \v 4 \wj porque todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, en medio de su pobreza, dio todo lo que tenía para vivir.\wj* \s1 Señales del fin del mundo \p \v 5 Algunos de sus discípulos hablaban del templo, de las hermosas piedras y ofrendas dedicadas a Dios, que lo adornaban. Pero Jesús les dijo: \p \v 6 \wj ―Llegará el día en que no quedará ni una piedra que esté sobre otra. Todo será destruido.\wj* \p \v 7 Le preguntaron: \p ―Maestro, ¿cuándo sucederá eso? ¿Cuál será la señal de que está a punto de suceder? \p \v 8 Jesús les dijo: \p \wj ―Tengan cuidado. No se dejen engañar. Porque vendrán muchos que haciéndose pasar por mí, dirán: “Yo soy” y “el tiempo ya está cerca”. Ustedes no los sigan.\wj* \v 9 \wj Cuando oigan que hay guerras y revoluciones, no se asusten. Primero tienen que pasar estas cosas, pero todavía no vendrá el fin.\wj* \p \v 10 Continuó diciéndoles: \p \wj ―Pelearán una nación contra otra y un reino contra otro reino.\wj* \v 11 \wj Habrá grandes terremotos, hambrunas y epidemias por todas partes. En el cielo ocurrirán cosas espantosas y grandes señales.\wj* \p \v 12 \wj »Pero antes que todo esto suceda, echarán mano de ustedes y los perseguirán. Los entregarán a las sinagogas y los meterán en las cárceles. Por ser mis seguidores, los llevarán ante reyes y gobernadores.\wj* \v 13 \wj Esto les dará a ustedes la oportunidad de hablarles de mí.\wj* \v 14 \wj Pero no se preocupen de antemano de cómo se defenderán,\wj* \v 15 \wj pues yo les daré las palabras adecuadas y sabias para responder, y ninguno de sus enemigos podrá estar en contra de ustedes ni contradecirlos.\wj* \v 16 \wj A ustedes los traicionarán aun sus padres, hermanos, parientes y amigos. Y a algunos los matarán.\wj* \v 17 \wj Todo el mundo los odiará por ser mis seguidores.\wj* \v 18 \wj ¡Pero ni uno solo de los cabellos de su cabeza se perderá!\wj* \v 19 \wj Si se mantienen firmes, se salvarán.\wj* \p \v 20 \wj »Cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, sepan que su destrucción está cerca.\wj* \v 21 \wj Los que estén en Judea, huyan a las montañas; los que estén en la ciudad salgan de ella; y los que estén en el campo no regresen a la ciudad.\wj* \v 22 \wj Esos días serán de juicio y en ellos se cumplirá todo lo que está escrito.\wj* \v 23 \wj ¡Ay de las que estén embarazadas o amamantando en aquellos días! Porque habrá mucho sufrimiento en la tierra y este pueblo será castigado.\wj* \v 24 \wj Unos morirán a filo de espada y a otros los llevarán prisioneros a todas las naciones. Los gentiles pisotearán a Jerusalén, hasta que llegue el tiempo señalado para ellos.\wj* \p \v 25 \wj »Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones estarán angustiadas y confundidas por el bramido del mar y de las olas.\wj* \v 26 \wj Los hombres se desmayarán de terror por el miedo de lo que sucederá con el mundo. Todos los cuerpos celestes serán sacudidos.\wj* \v 27 \wj Entonces verán al Hijo del hombre que viene en una nube con gran poder y gloria.\wj* \v 28 \wj Cuando estas cosas comiencen a suceder, anímense y levanten la cabeza, porque su salvación está cerca».\wj* \p \v 29 Jesús también les dijo: \p \wj ―Fíjense en la higuera o en cualquiera de los otros árboles.\wj* \p \v 30 \wj »Cuando las hojas le comienzan a brotar, ustedes se pueden dar cuenta por sí mismos de que el verano se acerca.\wj* \v 31 \wj Así también, cuando vean que las cosas que les dije suceden, eso quiere decir que el reino de Dios está cerca.\wj* \v 32 \wj Les aseguro que todas estas cosas sucederán antes que pase esta generación.\wj* \v 33 \wj El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras nunca dejarán de existir.\wj* \p \v 34 \wj »¡Cuídense! No sea que por el vicio, las borracheras y todas las preocupaciones de esta vida, se les endurezca el corazón. Ese día puede llegar cuando ustedes menos lo esperen.\wj* \v 35 \wj Vendrá como una emboscada sobre todos los habitantes de la tierra.\wj* \v 36 \wj Ustedes estén siempre vigilantes. Oren para que puedan escapar de todo lo que va a suceder, y así puedan presentarse delante del Hijo del hombre».\wj* \p \v 37 Jesús pasaba la noche en el monte de los Olivos, pero enseñaba de día en el templo, \v 38 y toda la gente madrugaba para ir a oírlo. \c 22 \s1 Judas acuerda traicionar a Jesús \p \v 1 Se acercaba la fiesta de los panes sin levadura, también llamada Pascua. \v 2 Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de acabar con Jesús, pero le tenían miedo a la gente. \p \v 3 Entonces entró Satanás en Judas, uno de los doce, al que llamaban Iscariote. \v 4 Este fue a los jefes de los sacerdotes y a los capitanes del templo para ponerse de acuerdo con ellos en cómo les entregaría a Jesús. \v 5 Ellos se alegraron y prometieron darle dinero. \v 6 Judas aceptó, y comenzó a buscar la oportunidad de entregarles a Jesús cuando no hubiera nadie. \s1 La última cena \p \v 7 Cuando llegó el día de la fiesta de los panes sin levadura, en que se sacrificaba el cordero de la Pascua, \v 8 Jesús llamó a Pedro y a Juan, y les dijo: \wj —Vayan y preparen todo para que comamos la Pascua.\wj* \p \v 9 Ellos le preguntaron: \p ―¿Dónde quieres que la preparemos? \p \v 10 Él les contestó: \p \wj ―Al entrar ustedes en la ciudad, encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo hasta la casa en que entre,\wj* \v 11 \wj y díganle al dueño de la casa: “El Maestro quiere saber cuál es la sala donde va a comer la Pascua con sus discípulos”.\wj* \v 12 \wj Él les mostrará una sala grande y amueblada, en el piso de arriba. Preparen allí la cena.\wj* \p \v 13 Ellos se fueron y encontraron todo tal como Jesús les había dicho. Así que prepararon la Pascua. \v 14 Cuando llegó la hora, Jesús y sus apóstoles se sentaron a la mesa. \p \v 15 Él les dijo: \p \wj ―Había deseado muchísimo comer esta Pascua con ustedes, antes que sufra.\wj* \v 16 \wj Pues les aseguro que no volveré a comerla hasta que tenga su cumplimiento en el reino de Dios.\wj* \p \v 17 Luego tomó la copa, dio gracias y dijo: \p \wj ―Tomen esto y repártanlo entre ustedes.\wj* \v 18 \wj Pues yo les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.\wj* \p \v 19 Entonces tomó el pan, dio gracias por él, lo partió, se lo dio a ellos y les dijo: \p \wj ―Este pan es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto para que se acuerden de mí.\wj* \p \v 20 Después de la cena, tomó la copa y dijo: \p \wj ―Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre que es derramada por todos ustedes.\wj* \v 21 \wj Pero la mano del que va a traicionarme, está aquí con la mía, sobre la mesa.\wj* \v 22 \wj Es verdad que el Hijo del hombre irá por el camino que le está determinado, pero ¡ay de aquel que lo traiciona!\wj* \p \v 23 Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos haría tal cosa. \v 24 Y empezaron a discutir sobre cuál de ellos sería el más importante. \v 25 Jesús les dijo: \p \wj ―Los reyes de las naciones son unos tiranos con sus súbditos. Y aun así, ellos dicen de sí mismos que le hacen bien a la gente.\wj* \v 26 \wj Pero entre ustedes no debe ser así. El más importante debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve.\wj* \v 27 \wj Porque, ¿quién es más importante?, ¿el que está sentado a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está sentado a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve.\wj* \v 28 \wj Ustedes han estado siempre a mi lado en mis pruebas.\wj* \v 29 \wj Por eso, yo mismo les doy un reino como mi Padre me lo ha dado a mí.\wj* \v 30 \wj En mi reino van a comer y a beber en mi mesa y se sentarán en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.\wj* \p \v 31 \wj »Simón, Simón, date cuenta de que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo;\wj* \v 32 \wj pero yo he rogado por ti, para que tu fe no falle. Y cuando eso pase y tú te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos».\wj* \p \v 33 Pedro respondió: \p ―Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y aun a la muerte. \p \v 34 Él le dijo: \p \wj ―Pedro, pues te digo que hoy mismo, antes de que el gallo cante, tres veces dirás que no me conoces.\wj* \p \v 35 Luego, Jesús les dijo a todos: \p \wj ―Cuando los envié sin dinero ni bolsa ni sandalias, ¿les hizo falta algo?\wj* \p Respondieron: \p ―Nada. \p \v 36 ―Pero ahora les digo: \wj El que tenga dinero, que lo lleve, y también el que tenga una bolsa, que la lleve. El que no tenga espada, que venda su manto y se compre una.\wj* \v 37 \wj Les digo que tiene que cumplirse en mí lo que está escrito: “A él lo contaron como otro malvado más”. Y eso que se ha escrito de mí, se cumplirá.\wj* \p \v 38 Los discípulos le dijeron: \p ―Señor, mira, aquí hay dos espadas. \p Y él les contestó: \p \wj ―¡Basta!\wj* \s1 Jesús ora en el monte de los Olivos \p \v 39 Jesús salió de la ciudad acompañado por sus discípulos y se dirigió al monte de los Olivos, como era su costumbre. \v 40 Cuando llegaron al lugar, les dijo: \wj «Oren para que no caigan en tentación».\wj* \p \v 41 Entonces se alejó de ellos a una buena distancia, se arrodilló y se puso a orar: \v 42 \wj «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo. Pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres».\wj* \p \v 43 En ese momento, un ángel del cielo se le apareció para darle fortaleza. \v 44 Estaba tan angustiado, que se puso a orar con más intensidad, y su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre. \v 45 Cuando terminó de orar, volvió adonde estaban los discípulos y los encontró dormidos, estaban agotados por la tristeza. \p \v 46 Les dijo: \wj «¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para que no caigan en tentación».\wj* \s1 Arresto de Jesús \p \v 47 Mientras Jesús decía esto, llegó mucha gente y al frente de ellos iba Judas, que era uno de los doce. Este se acercó para besar a Jesús. \p \v 48 Pero Jesús le preguntó: \p \wj ―Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?\wj* \p \v 49 Los discípulos, al ver lo que pasaba, le dijeron: \p ―Señor, ¿atacamos con la espada? \p \v 50 Y uno de ellos le cortó la oreja derecha al sirviente del jefe de los sacerdotes. \p \v 51 Jesús les ordenó: \p \wj ―¡Basta ya, déjenlos!\wj* \p Entonces tocó la oreja del hombre y lo sanó. \p \v 52 Luego les dijo a los jefes de los sacerdotes, a los capitanes del templo y a los ancianos que habían venido a llevárselo: \wj —¿Por qué vienen contra mí con espadas y palos como si yo fuera un bandido?\wj* \v 53 \wj Yo estaba con ustedes en el templo todos los días, y sin embargo, no se atrevieron a arrestarme. Pero esta es ya la hora de ustedes, hora en que reinan las tinieblas.\wj* \s1 Pedro niega a Jesús \p \v 54 Entonces arrestaron a Jesús y lo llevaron a la casa del jefe de los sacerdotes. Pedro los seguía de lejos. \v 55 Allí, en medio del patio, encendieron una fogata y se sentaron alrededor de ella. Pedro también se sentó con ellos. \v 56 Una sirvienta, al verlo sentado junto al fuego, se le quedó mirando y dijo: \p ―¡Este estaba con él! \p \v 57 Pero él lo negó, diciendo: \p ―Mujer, yo no lo conozco. \p \v 58 Poco después alguien lo vio también y dijo: \p ―Tú también eres uno de ellos. \p Pedro contestó: \p ―¡No, hombre, no lo soy! \p \v 59 Como una hora después, otro insistió diciendo: \p ―Seguro que este estaba con él, pues es de Galilea. \p \v 60 Pedro respondió: \p ―¡Hombre, no sé de qué hablas! \p Y mientras aun estaba hablando, el gallo cantó. \p \v 61 El Señor se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro se acordó de que el Señor le había dicho: \wj «Hoy mismo, antes de que el gallo cante tres veces, dirás que no me conoces»\wj*. \v 62 Y Pedro salió de allí a llorar amargamente. \s1 Los soldados se burlan de Jesús \p \v 63 Los hombres que vigilaban a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban. \v 64 Le vendaron los ojos y luego le decían: \p ―¡Adivina quién te pegó! \p \v 65 Y lo insultaban diciéndole muchas otras cosas. \s1 Jesús ante Pilato y Herodes \p \v 66 Cuando amaneció, se reunieron los ancianos del pueblo, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley y llevaron a Jesús ante el Consejo. Entonces le preguntaron: \p \v 67 ―Dinos, ¿eres tú el Cristo? \p Jesús les contestó: \p \wj ―Si les dijera que sí, ustedes no me lo creerían.\wj* \v 68 \wj Y si les hiciera preguntas, no me contestarían.\wj* \v 69 \wj Pero de ahora en adelante, el Hijo del hombre estará sentado a la derecha del Dios Todopoderoso.\wj* \p \v 70 Todos le preguntaron: \p ―Entonces, ¿eres tú el Hijo de Dios? \p Él les contestó: \p \wj ―Ustedes mismos lo han dicho.\wj* \p \v 71 Entonces ellos dijeron: \p ―¿Qué más testigos necesitamos? Ya lo oímos de sus propios labios. \c 23 \p \v 1 En ese momento, toda la asamblea se levantó y lo llevaron ante Pilato. \p \v 2 Comenzaron a acusarlo, diciendo: \p ―Encontramos a este hombre alborotando a nuestra nación. Está en contra de que se paguen impuestos al emperador y asegura que él es el Cristo, el rey. \p \v 3 Pilato le preguntó a Jesús: \p ―¿Eres tú el rey de los judíos? \p Él respondió: \p \wj ―Tú mismo lo dices.\wj* \p \v 4 Entonces Pilato le dijo a los jefes de los sacerdotes y a la gente: \p ―No encuentro nada que haga culpable a este hombre. \p \v 5 Pero ellos seguían insistiendo: \p ―Con sus enseñanzas alborota al pueblo por toda Judea. Comenzó en Galilea y ya llegó hasta aquí. \p \v 6 Cuando Pilato oyó esto, preguntó si el hombre era de Galilea. \p \v 7 Al enterarse de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo mandó a él, pues en aquellos días también Herodes estaba en Jerusalén. \p \v 8 Cuando Herodes vio a Jesús, se puso muy contento, porque ya hacía tiempo que quería verlo. Había oído hablar de él y esperaba verlo hacer algún milagro. \v 9 Le hizo muchas preguntas pero Jesús no le contestó nada. \v 10 También estaban allí los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley y lo acusaban con insistencia. \v 11 Entonces Herodes y sus soldados lo trataron con desprecio y, para burlarse de él, le pusieron un manto lujoso. Después lo mandaron de vuelta a Pilato. \v 12 Herodes y Pilato antes no se llevaban bien, pero desde ese mismo día se hicieron amigos. \p \v 13 Pilato reunió a los jefes de los sacerdotes, a los gobernantes y al pueblo, \v 14 y les dijo: \p ―Ustedes me trajeron a este hombre acusado de incitar al pueblo a la rebelión. Pero ya lo he interrogado delante de ustedes y no lo encuentro culpable de lo que ustedes lo acusan. \v 15 Herodes tampoco lo encontró culpable, y por eso nos lo devolvió. Este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte. \v 16 Por lo tanto, ordenaré que lo azoten y después lo dejaré libre. \v 17 Ahora bien, durante la fiesta tenía la obligación de soltarles un preso. \v 18 Pero todos gritaban a una voz: \p ―¡Llévate a ese! ¡Deja libre a Barrabás! \p \v 19 Barrabás estaba preso por una rebelión ocurrida en la ciudad y por haber matado a alguien. \v 20 Pilato quería dejar libre a Jesús y por eso habló con el pueblo otra vez. \v 21 Pero la gente gritaba: \p ―¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! \p \v 22 Entonces él les dijo por tercera vez: \p ―Pero, ¿qué delito ha cometido este hombre? No lo encuentro culpable de nada que merezca la pena de muerte. Voy a ordenar que lo azoten y después lo dejaré libre. \p \v 23 Pero ellos siguieron insistiendo a gritos que lo crucificara, y por fin lo consiguieron. \v 24 Pilato les concedió lo que pedían. \v 25 Ordenó que dejaran libre al hombre que estaba preso por rebelde y asesino, y les entregó a Jesús para que hicieran con él lo que quisieran. \s1 La crucifixión \p \v 26 Cuando se lo llevaban, obligaron a un hombre de Cirene, llamado Simón, a que fuera detrás de Jesús cargando la cruz. Este hombre volvía en ese momento del campo. \v 27 Mucha gente del pueblo y muchas mujeres lo seguían. Ellas lloraban por él y se golpeaban el pecho. \v 28 Jesús se volvió hacía ellas y les dijo: \p \wj ―Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes y por sus hijos.\wj* \v 29 \wj Porque se acerca el día en que dirán: “¡Dichosas las mujeres estériles, que nunca dieron a luz ni tuvieron que amamantar hijos!”.\wj* \v 30 \wj Entonces comenzarán a decir a las montañas: “¡Caigan sobre nosotros!”, y a las colinas: “¡Cúbrannos!”,\wj* \v 31 \wj pues si cuando el árbol está verde hacen esto, ¿qué no harán cuando esté seco?\wj* \p \v 32 Llevaban también con él, para matarlos, a otros dos que eran criminales. \v 33 Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, lo crucificaron. También a los criminales, uno a la derecha de él y otro a su izquierda. \p \v 34 Jesús dijo: \p \wj ―Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.\wj* \p Mientras, echaban suertes para ver quién se quedaba con la ropa de Jesús. \v 35 La gente se quedó allí para mirar; y por su parte, los gobernantes se burlaban de él. Decían: \p ―Si es el Cristo de Dios, el Escogido, que se salve a sí mismo como salvó a otros. \p \v 36 Los soldados también se burlaban de él. Se acercaron para ofrecerle vinagre, \v 37 y le dijeron: \p —Si eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. \p \v 38 Sobre él había un letrero que decía: «\sc este es el rey de los judíos\sc*». \p \v 39 Uno de los criminales que estaban allí colgados también empezó a insultarlo: \p ―¿Acaso, no eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros también! \p \v 40 Pero el otro criminal lo reprendió: \p ―¿Ni siquiera tienes temor de Dios aunque estés sufriendo el mismo castigo? \p \v 41 Nosotros merecemos este castigo y sufrimos a causa de nuestros delitos; pero este no ha hecho nada malo. \p \v 42 Luego le dijo: \p ―Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. \p \v 43 Jesús le contestó: \p \wj ―Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.\wj* \s1 Muerte de Jesús \p \v 44 Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde, toda la tierra quedó a oscuras, \v 45 pues el sol se ocultó. Y la cortina del templo se partió en dos. \v 46 Entonces Jesús gritó con fuerza: \p \wj ―¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!\wj* \p Y después de decir esto, murió. \p \v 47 El capitán romano, al ver lo que había sucedido, alabó a Dios y dijo: \p ―En verdad, este hombre era justo. \p \v 48 Los que estaban allí reunidos para presenciar ese espectáculo, al ver lo que pasaba, se fueron de allí golpeándose el pecho. \v 49 Pero todos los conocidos de Jesús y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, se quedaron mirando desde lejos. \s1 Sepultura de Jesús \p \v 50 Había un hombre llamado José que era bueno y justo. Era miembro del Consejo, \v 51 pero no había estado de acuerdo con la decisión y la conducta de los demás. Procedía del pueblo de Arimatea, en la región de Judea, y esperaba el reino de Dios. \v 52 Este fue ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. \v 53 Después de bajarlo, lo envolvió en una sábana de lino y lo puso en un sepulcro cavado en una roca. Ese sepulcro nunca antes lo habían usado. \p \v 54 Era el día en que se preparaban para el descanso del sábado, que ya estaba a punto de comenzar. \v 55 Las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea acompañaron a José hasta el sepulcro y vieron cómo colocaba el cuerpo. \v 56 Luego regresaron a su casa y prepararon especias aromáticas y perfumes. Después descansaron el sábado, como lo manda la ley. \c 24 \s1 La resurrección \p \v 1 El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro llevando las especias aromáticas que habían preparado. \p \v 2 Encontraron que la piedra que cubría el sepulcro no estaba en su lugar, \v 3 y cuando entraron no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. \v 4 Estaban confundidas, pues no sabían qué había pasado. Mientras tanto, vieron a dos hombres vestidos con ropas brillantes, de pie junto a ellas. \v 5 Estaban tan asustadas que se inclinaron hasta tocar el suelo con su rostro. Pero ellos les dijeron: \p ―¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? \v 6 No está aquí; ha resucitado. Recuerden lo que él les dijo cuando todavía estaba con ustedes en la región de Galilea: \v 7 \wj “El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres malvados, y lo crucificarán, pero al tercer día va a resucitar”.\wj* \p \v 8 Entonces ellas recordaron las palabras de Jesús. \v 9 Cuando regresaron del sepulcro, les contaron a los once y a todos los demás lo que había pasado. \v 10 Las mujeres que contaron estas cosas eran María Magdalena, Juana, María la madre de Jacobo, y las demás que las acompañaban. \p \v 11 Pero los discípulos pensaron que lo que ellas decían era una locura y no les creyeron. \v 12 Sin embargo, Pedro salió corriendo al sepulcro. Al asomarse, sólo vio las vendas de lino. Luego regresó a su casa sorprendido de lo que había sucedido. \s1 De camino a Emaús \p \v 13 Ese mismo día, dos de ellos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. \v 14 Iban conversando de todo lo que había pasado. \v 15 Mientras hablaban y discutían, Jesús mismo se acercó y empezó a caminar con ellos; \v 16 pero no lo reconocieron, pues sus ojos estaban velados. \p \v 17 Él les preguntó: \p \wj ―¿De qué vienen hablando por el camino?\wj* \p Se detuvieron; tenían los rostros embargados de tristeza. \v 18 Uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo: \p ―¿Eres tú el único que ha estado en Jerusalén y no se ha enterado de lo que ha pasado en estos días? \p \v 19 Él les preguntó: \p \wj ―¿Qué ha pasado?\wj* \p Ellos le respondieron: \p ―Lo de Jesús de Nazaret. Era un profeta poderoso en lo que hacía y decía ante Dios y ante la gente. \v 20 Los jefes de los sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. \v 21 Sin embargo, nosotros teníamos la esperanza de que él sería el libertador de Israel. Pero ya hace tres días que sucedió todo esto. \v 22 Esta mañana, algunas de las mujeres de entre nosotros nos dejaron asombrados. Muy temprano, fueron al sepulcro, \v 23 pero no encontraron su cuerpo. Cuando volvieron, nos contaron que unos ángeles se les habían aparecido y les habían dicho que él está vivo. \v 24 Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y lo encontraron tal como las mujeres habían explicado. Pero a él, no lo vieron. \p \v 25 Él les dijo: \p \wj ―¡Qué torpes son ustedes! ¡Qué corazón tan lento tienen para creer todo lo que los profetas dijeron!\wj* \v 26 \wj ¿Acaso no saben que el Cristo tenía que sufrir estas cosas antes de entrar en su gloria?\wj* \p \v 27 Entonces les explicó todo lo que las Escrituras decían acerca de él, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas. \p \v 28 Cuando ya estaban cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo como que seguía su camino; \v 29 pero ellos le dijeron con insistencia: \p ―Quédate con nosotros. Es muy tarde, ya es casi de noche. \p Así lo hizo, y entró para quedarse con ellos. \p \v 30 Mientras estaban sentados a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. \v 31 Entonces se les abrieron los ojos y pudieron reconocerlo; pero él desapareció. \p \v 32 Y ellos se decían uno al otro: \p ―¿No sentíamos como si nuestro corazón ardiera mientras él hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras? \p \v 33 En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once y a los otros que estaban con ellos. \v 34 Estos decían: \p ―¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se le apareció a Pedro! \p \v 35 Los dos también contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús cuando partió el pan. \s1 Jesús se aparece a los discípulos \p \v 36 Ellos todavía estaban hablando cuando Jesús mismo se puso en medio de ellos y les dijo: \p \wj ―Paz a ustedes.\wj* \p \v 37 Todos se llenaron de terror pues creyeron que lo que veían era un espíritu. \p \v 38 Él les preguntó: \p \wj ―¿Por qué están tan asustados? ¿Por qué tienen tantas dudas?\wj* \v 39 \wj Miren mis manos y mis pies. ¡Soy yo! Tóquenme y comprueben, pues un espíritu no tiene carne ni huesos como ven que yo los tengo.\wj* \p \v 40 Después de decir esto les mostró las manos y los pies. \v 41 Como ellos estaban alegres y asustados, no lo podían creer. Entonces les preguntó: \p \wj ―¿Tienen algo de comer?\wj* \p \v 42 Le dieron un pedazo de pescado asado, \v 43 y él lo tomó y se lo comió mientras todos lo veían. Luego les dijo: \p \v 44 \wj ―Recuerden que cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.\wj* \p \v 45 Entonces les abrió el entendimiento para que pudieran comprender las Escrituras. \v 46 Les explicó: \p \wj ―Está escrito que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día.\wj* \v 47 \wj Y también que en su nombre, comenzando en Jerusalén, se predicará a todas las naciones que hay perdón de pecados para el que se arrepiente.\wj* \v 48 \wj Ustedes son testigos de estas cosas.\wj* \v 49 \wj Pronto enviaré lo que prometió mi Padre. Pero ustedes quédense en Jerusalén hasta que los llene con poder de lo alto.\wj* \s1 La ascensión \p \v 50 Tras aquellas palabras, los llevó hasta Betania. Una vez allí, alzó las manos y los bendijo. \v 51 Y mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo. \p \v 52 Los discípulos, después de adorarlo, regresaron a Jerusalén llenos de alegría. \v 53 Desde ese día estaban siempre en el templo alabando a Dios.