\id EXO - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 \ide UTF-8 \h Éxodo \toc1 Éxodo \toc2 Éxodo \toc3 Éx \mt1 Éxodo \c 1 \s1 Los egipcios oprimen a los israelitas \p \v 1 Esta es la lista de los hijos de Jacob que lo acompañaron a Egipto con sus familias: \p \v 2-4 Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser. \p \v 5 El número total de las personas que lo acompañaron fue de setenta (porque José ya estaba allá). \p \v 6 Con el correr del tiempo, José y sus hermanos murieron, y se acabó toda aquella generación. \v 7 Pero sus descendientes fueron muy fructíferos y se multiplicaron rápidamente, de modo que llegaron a ser un pueblo muy numeroso y fuerte. ¡Todo el país se fue llenando de israelitas! \p \v 8 Pasado el tiempo, subió al trono de Egipto un nuevo rey que no se sintió comprometido con los descendientes de José. \v 9 «Estos israelitas se han convertido en un peligro para nosotros, porque son demasiados —dijo a su pueblo—. \v 10 Tenemos que buscar la manera de ponerle fin a esto. De otro modo, en caso de guerra, podrían aliarse con nuestros enemigos, pelear en contra de nosotros y escapar del país». \p \v 11 Entonces los egipcios esclavizaron a los hebreos, y les pusieron capataces muy crueles. Estos les asignaron la dura tarea de edificar las ciudades de Pitón y Ramsés, que eran las ciudades donde el rey almacenaba todas las provisiones. \v 12 Pero cuanto más los oprimían los egipcios, más se multiplicaban los israelitas. Los egipcios estaban alarmados \v 13-14 e hicieron aún más amarga la esclavitud de los hebreos. Los obligaron a trabajar duramente largas jornadas en los campos y a acarrear pesadas cargas de ladrillo y mezcla. \p \v 15-16 El faraón, rey de Egipto, ordenó a las parteras que atendían a las mujeres hebreas (dos de las cuales se llamaban Sifrá y Fuvá) que se fijaran en el sexo del bebé a la hora de nacer, y que mataran a todos los niños hebreos en cuanto nacieran, y que dejaran con vida sólo a las niñas. \v 17 Pero las parteras tenían temor de Dios y desobedecieron al faraón, pues permitían que los niños vivieran. \p \v 18 El faraón las citó para que se presentaran delante de él, y les preguntó: \p ―¿Por qué me han desobedecido y han dejado vivir a los niños? \p \v 19 ―Señor —dijeron ellas—, las mujeres hebreas no son como las egipcias, son tan vigorosas que dan a luz antes de que nosotras lleguemos. \p \v 20 Dios bendijo a las parteras por haber favorecido a su pueblo. Así que los israelitas siguieron multiplicándose, hasta llegar a ser una nación poderosa. \v 21 Y como las parteras tuvieron temor de Dios, él les permitió tener muchos hijos. \v 22 Entonces el faraón ordenó a su pueblo que echaran al río Nilo a todo niño hebreo que naciera, pero que a las niñas las dejaran con vida. \c 2 \s1 Nacimiento de Moisés \p \v 1 Por esa época, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de su misma tribu. \v 2 Después de un tiempo, la mujer quedó embarazada y tuvo un hijo. El niño era tan hermoso, que la madre lo mantuvo escondido durante tres meses. \v 3 Pero cuando ya no pudo esconderlo más, le hizo una pequeña cesta de papiro, la recubrió con asfalto, y puso al niño adentro; luego fue y lo dejó en medio de las cañas que crecían a la orilla del río. \v 4 La hermana del bebé lo estuvo vigilando desde lejos, para ver qué iba a pasar con él. \p \v 5 En eso vio que llegaba a bañarse al río una princesa, una de las hijas del faraón. Mientras caminaba por la orilla con sus damas de compañía, vio la pequeña cesta que estaba en medio de las cañas y envió a una de sus doncellas para que se la llevara. \v 6 Cuando la abrió, vio al bebé que lloraba, y se sintió conmovida. \p ―Debe de ser un bebé de los hebreos —dijo. \p \v 7 La hermana del niño se acercó y le preguntó a la princesa: \p ―¿Quiere que vaya y busque a una mujer hebrea para que le cuide al niño? \p \v 8 ―Sí, anda —respondió la princesa. \p La muchacha corrió hasta su casa, y regresó con su madre. \p \v 9 ―Lleva a este niño a tu casa y cuídamelo —le ordenó la princesa a la madre del niño—. Te pagaré bien. Ella, pues, lo llevó a su casa y lo cuidó. \v 10 Cuando el niño creció, la madre se lo llevó a la princesa, y ella lo adoptó como hijo suyo. Lo llamó Moisés, porque lo había sacado de las aguas. \s1 Huida de Moisés a Madián \p \v 11 Un día, cuando Moisés ya había crecido, salió a visitar a los hebreos y vio la terrible condición en que se encontraban. Durante esta visita vio que un egipcio golpeaba a un hebreo, ¡a un compatriota suyo! \v 12 Moisés miró hacia todos lados para asegurarse de que nadie lo veía, mató al egipcio y lo sepultó en la arena. \v 13 Al día siguiente volvió a salir a visitar a los hebreos, y vio que dos de ellos estaban peleando. \p ―¿Por qué golpeas a tu hermano de esa manera? —le dijo al que estaba golpeando al otro. \p \v 14 ―¿Quién te crees tú? —le contestó el hombre—. Supongo que te crees príncipe y juez. ¿Quieres matarme también como lo hiciste con el egipcio ayer? \p Cuando Moisés se dio cuenta de que se sabía lo que había hecho, se asustó. \v 15 Y en efecto, cuando el faraón se enteró, ordenó que Moisés fuera arrestado y ejecutado. Pero Moisés huyó hacia la tierra de Madián. Al llegar a allá, se sentó junto a un pozo. \p \v 16 Estaba allí sentado, cuando llegaron siete muchachas a sacar agua del pozo, para llenar los abrevaderos y darles de beber a las ovejas de su padre. Las siete eran hijas del sacerdote de Madián. \v 17 Pero los pastores que estaban allí querían impedir que ellas sacaran agua. Moisés acudió en su ayuda y las libró de los pastores, y dio de beber a las ovejas. \v 18 Cuando las muchachas volvieron a casa, su padre Reuel, también llamado Jetro, les preguntó: \p ―¿Cómo es que pudieron regresar hoy tan temprano? \p \v 19 ―Un egipcio nos defendió de los pastores —respondieron ellas—, y sacó agua y dio de beber a los rebaños. \p \v 20 ―Bueno, pero ¿dónde está? —les preguntó el padre—. ¿Lo dejaron allá? Invítenlo a comer. \p \v 21 Moisés aceptó la invitación y acabó quedándose a vivir con ellos. Después de un tiempo, Reuel le dio por esposa a Séfora, una de sus hijas. \v 22 Tuvieron un hijo, y Moisés le puso por nombre Guersón, porque dijo: «Soy forastero en tierra extraña». \p \v 23 Pasaron muchos años, y murió el faraón. Los israelitas, sin embargo, gemían bajo su pesada carga, profundamente atribulados por la esclavitud, y lloraban amargamente delante de Dios. Dios oyó su lamento desde los cielos y \v 24 se acordó de su pacto, de la promesa hecha a Abraham, a Isaac y a Jacob de hacer regresar a sus descendientes a la tierra de Canaán. \v 25 Los miró desde lo alto y decidió ayudarlos. \c 3 \s1 Moisés y la zarza ardiente \p \v 1 Un día, mientras Moisés pastoreaba los rebaños de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, al otro lado del desierto, cerca de Horeb, monte de Dios, \v 2 repentinamente se le apareció el ángel del \nd Señor\nd*, como llamas de fuego en una zarza. Cuando Moisés vio que la zarza ardía sin quemarse, \v 3-4 se acercó para ver bien lo que pasaba. Pero el \nd Señor\nd* lo llamó: \p ―¡Moisés, Moisés! \p ―¿Quién me llama? —preguntó Moisés. \p \v 5 ―No te acerques —le dijo Dios—. ¡Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa! \v 6 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. \p Moisés se cubrió el rostro con ambas manos, porque tenía miedo de mirar a Dios. \p \v 7 ―He visto los profundos sufrimientos de mi pueblo en Egipto —le dijo el \nd Señor\nd*—, y he oído sus oraciones en que piden liberación de sus duros capataces. \v 8 He venido a liberarlos de sus opresores egipcios y a llevarlos a una tierra buena y grande, tierra de la que fluye leche y miel, tierra en que viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos. \v 9 Sí, el clamor del pueblo de Israel ha ascendido hasta mi presencia, y he visto las pesadas tareas con que los egipcios los han oprimido. \v 10 Ahora te voy a enviar al faraón, para que saques a mi pueblo de Egipto. \p \v 11 ―Pero, yo no soy la persona adecuada para esta tarea —le dijo Moisés a Dios. \p \v 12 ―Ciertamente estaré contigo —le dijo Dios—, y esta es la demostración de que yo soy el que te envío: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto, tú y el pueblo me adorarán sobre esta montaña. \p \v 13 Pero Moisés dijo: \p ―Si yo voy al pueblo de Israel y les digo que me envió el Dios de sus padres, ellos me preguntarán: “¿De qué Dios nos estás hablando?”. ¿Qué les diré? \p \v 14 Entonces Dios le respondió a Moisés: \p ―Diles que te envía el Dios eterno, pues \nd YO SOY EL QUE SOY\nd*. ¡Mi nombre es \nd YO SOY\nd*! Simplemente diles: “\nd YO SOY\nd* es el que me ha enviado”. \p \v 15 Además, Dios agregó: \p ―Diles a los israelitas: “El \nd Señor\nd*, el Dios de sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob me ha enviado a ustedes. Este es mi nombre eterno y por este nombre seré conocido a través de las generaciones”. \p \v 16 »Convoca a todos los ancianos de Israel y diles que el \nd Señor\nd* se te apareció en esta zarza ardiente y que te dijo: “He visitado a mi pueblo y he visto lo que les ocurre en Egipto. \v 17 Prometo rescatarlos de la esclavitud y humillación que están soportando, y llevarlos a la tierra que ahora ocupan los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos, tierra que fluye leche y miel”. \v 18 Los ancianos del pueblo aceptarán tu mensaje, e irán contigo ante el faraón a decirle: “El \nd Señor\nd*, el Dios de los hebreos, ha venido a visitarnos y nos ha dado órdenes de ir tres días de camino por el desierto, para ofrecerle sacrificio. Así que te pedimos que nos dejes ir”. \v 19 Pero yo sé que el faraón no les dará permiso, a menos que se haga sobre él mucha presión. \v 20 Yo me encargaré de presionarlo hasta que los deje salir. \v 21 Además, haré que los egipcios los carguen de obsequios en el momento de salir, para que no salgan con las manos vacías. \v 22 Cada mujer pedirá joyas, plata, oro y los vestidos más finos de sus vecinas y de las amigas de estas. Así ustedes vestirán a sus hijos e hijas con lo mejor de Egipto. De esa manera ustedes se quedarán con los objetos más valiosos de los egipcios». \c 4 \s1 Señales para Moisés \p \v 1 Pero Moisés le respondió a Dios: \p ―No me creerán ni harán lo que les diga. Al contrario, me dirán: “¡El \nd Señor\nd* no se te ha aparecido!”. \p \v 2 ―¿Qué tienes en la mano? —le preguntó el \nd Señor\nd*. \p ―Una vara de pastor —le respondió Moisés. \p \v 3 ―Tírala al suelo —le ordenó el \nd Señor\nd*. \p Cuando la arrojó, la vara se convirtió en una serpiente, y Moisés retrocedió al verla. \p \v 4 ―Tómala de la cola —le dijo el \nd Señor\nd*. \p Él lo hizo, y la serpiente volvió a convertirse en vara. \p \v 5 ―Haz eso y te creerán —le dijo el \nd Señor\nd*—, pues comprenderán que me has visto a mí, que soy el \nd Señor\nd* Dios de sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. \v 6 Ahora, mete tu mano dentro de tu ropa y tócate el pecho. \p Moisés metió la mano y la volvió a sacar. ¡Estaba blanca de lepra! \p \v 7 ―Hazlo otra vez —le dijo Dios. \p Cuando Moisés metió la mano y la volvió a sacar, estaba normal, completamente sana. \p \v 8 ―Si no creen al primer milagro, creerán al segundo —le dijo el \nd Señor\nd*—. \v 9 Si no aceptan el segundo, toma agua del Nilo y derrámala en tierra seca. Tan pronto el agua caiga al suelo, se convertirá en sangre. \p \v 10 Pero Moisés insistió: \p ―\nd Señor\nd*, tú sabes que nunca me he distinguido por ser un buen orador. Es un problema que tengo desde mucho antes de que tú me hablaras. ¡Me cuesta mucho trabajo expresarme bien! \p \v 11 ―¿Quién hizo la boca? —le preguntó el \nd Señor\nd*—. ¿No la hice yo, el \nd Señor\nd*? ¿Quién hace que el hombre pueda o no pueda hablar, que vea o no vea, que oiga o no oiga? \v 12 Ahora ve y haz lo que te dije, porque yo te ayudaré a expresarte bien, y te diré lo que tienes que decir. \p \v 13 Moisés le dijo: \p ―\nd Señor\nd*, por favor, envía a otra persona. \p \v 14 El \nd Señor\nd* se enojó con Moisés y le dijo: \p ―¡Muy bien! Tu hermano Aarón habla bien. Él vendrá a buscarte y se alegrará mucho cuando te encuentre. \v 15 Yo te diré lo que tienes que decirle; yo los ayudaré a ambos para que hablen bien, y les diré lo que deben hacer. \v 16 Yo te diré lo que debes comunicarle a Aarón, y él hablará por ti al pueblo, y será como si tú mismo estuvieras hablándole a la gente. \v 17 Llévate la vara para que puedas realizar los milagros que te he mostrado. \s1 Moisés regresa a Egipto \p \v 18 Moisés volvió a casa y habló de esto con Jetro, su suegro. \p ―Con tu permiso —le dijo Moisés—, iré a Egipto para ver cómo están mis hermanos. Ni siquiera sé si viven aún. \p ―Ve con mi bendición —contestó Jetro. \p \v 19 Antes de que Moisés saliera de Madián, el \nd Señor\nd* le dijo: \p ―No tengas miedo de regresar a Egipto, porque los que querían matarte han muerto. \p \v 20 Moisés tomó a su esposa y a sus hijos, los puso sobre un burro, y regresó a la tierra de Egipto, llevando en la mano la vara de Dios. \p \v 21 Y el \nd Señor\nd* le dijo: \p ―Cuando hayas regresado a Egipto tienes que hacer delante del faraón los milagros que te mostré. Sin embargo, yo haré que el faraón se niegue a dejar salir al pueblo. \v 22 Así que tú le dirás: “El \nd Señor\nd* dice: ‘Israel es mi hijo primogénito, \v 23 y yo te he ordenado que lo dejes salir, para que vaya a adorarme, pero te has negado. Por lo tanto, mataré a tu primogénito’ ”. \p \v 24 Durante el viaje, Moisés y su familia se detuvieron para pasar la noche. Allí el \nd Señor\nd* se le apareció y amenazó con matarlo. \v 25-26 Pero Séfora, la esposa de Moisés, tomó un cuchillo de pedernal y cortó el prepucio del pene de su hijo. Luego, con el prepucio tocó los genitales de Moisés, y le dijo: \p ―Me has resultado un marido de sangre. \p Entonces Dios lo dejó ir. \p \v 27 Mientras tanto, el \nd Señor\nd* le había dicho a Aarón: \p ―Ve al desierto a encontrarte con Moisés. \p Aarón viajó hasta Horeb, el monte de Dios, y allí se encontró con Moisés, y ambos se saludaron con mucho cariño. \v 28 Moisés le contó a Aarón lo que Dios le había dicho que debían hacer y lo que tenían que decir, y le habló de los milagros que debían hacer en presencia del faraón. \p \v 29 Moisés y Aarón regresaron a Egipto y convocaron a los ancianos a una reunión. \v 30 Aarón les contó lo que el \nd Señor\nd* le había dicho a Moisés; y Moisés realizó delante de ellos los milagros que debía hacer en presencia del faraón. \v 31 Los ancianos creyeron que el \nd Señor\nd* los había enviado. Y cuando supieron que el \nd Señor\nd* los había visitado, que había visto sus sufrimientos y había decidido rescatarlos, se regocijaron, se arrodillaron y lo adoraron. \c 5 \s1 Primer encuentro con el faraón \p \v 1 Después de haber hablado con los ancianos, Moisés y Aarón fueron a ver al faraón, y le dijeron: \p ―Le traemos un mensaje de parte del \nd Señor\nd*, Dios de Israel. Así dice el \nd Señor\nd*: “Deja salir a mi pueblo, porque quiero que vayan al desierto a hacerme fiesta y a adorarme”. \p \v 2 ―¿Conque esas tenemos? —replicó el faraón—. ¿Quién es el \nd Señor\nd* para que yo tenga que obedecerlo y dejarlos ir? Yo no conozco al tal \nd Señor\nd*, así que no dejaré salir a Israel. \p \v 3 Pero Aarón y Moisés insistieron: \p ―El Dios de los hebreos ha salido a nuestro encuentro, y nos ordenó ir a un lugar en el desierto, que queda a tres días de camino, para ofrecerle sacrificios. Si no obedecemos al \nd Señor\nd* nuestro Dios, nos podrá castigar por medio de las pestes o la espada. \p \v 4-5 ―¿Quiénes se creen ustedes? —gritó el faraón—. ¿Por qué distraen al pueblo de su trabajo? ¡Vuelvan a sus tareas! \p \v 6 Ese mismo día, el faraón les envió la siguiente orden a sus cuadrilleros y a los capataces que tenían que vigilar el trabajo del pueblo de Israel: \v 7-8 «No se entregará más paja a los hebreos para la elaboración de los ladrillos. Sin embargo, no se les disminuirá en un solo ladrillo su cuota de producción, porque parecen no tener suficiente trabajo. De otro modo no hablarían de ir al desierto a ofrecerle sacrificio a su Dios. \v 9 ¡Cárguenlos de trabajo y háganlos sudar! ¡Eso les enseñará a no prestar oídos a las mentiras de Moisés y de Aarón!». \p \v 10-11 Los cuadrilleros y los capataces le informaron al pueblo: \p ―El faraón ha dado órdenes de que no les proporcionemos la paja para los ladrillos. Deben ir ustedes mismos a buscarla a donde puedan. Y deberán producir tantos ladrillos como antes. \p \v 12 Y el pueblo se dispersó en busca de paja. \v 13 Los cuadrilleros fueron muy crueles: «Completen la misma cuota de producción de antes» les decían. \v 14 Y azotaban a los capataces israelitas que habían nombrado, y les decían: «Ni ayer ni anteayer cumplieron con la cuota diaria de producción de ladrillos, ¿por qué?». \p \v 15 Los capataces fueron a quejarse al faraón, y le rogaron: \p ―¡No nos traten así! \v 16 No se nos proporciona la paja que necesitamos y se nos exige que hagamos la misma cantidad de ladrillos que antes. Se nos está azotando por algo que no es culpa nuestra. Es culpa de los cuadrilleros que nos hacen demandas tan irrazonables. \p \v 17 Pero el faraón replicó: \p ―Ustedes no tienen suficiente trabajo; de lo contrario no estarían diciendo: “Vamos a ofrecerle sacrificios al \nd Señor\nd*”. \v 18 ¡Vuelvan al trabajo! No se les dará paja, y tendrán que cumplir con la misma cuota de ladrillos. \p \v 19 Los capataces vieron que estaban en una situación realmente difícil. \v 20 Al salir de la entrevista con el faraón, encontraron a Moisés y a Aarón, que los esperaban afuera del palacio, \v 21 y les dijeron: «Que Dios los juzgue por habernos hecho odiosos al faraón y a su pueblo. Ustedes le han dado una excusa para que nos mate». \s1 Dios promete liberación \p \v 22 Entonces Moisés oró al \nd Señor\nd*, y le dijo: \p ―\nd Señor\nd*, ¿cómo puedes maltratar a tu pueblo de esta manera? ¿Por qué me enviaste, si ibas a hacerles esto? \v 23 Desde que le di tu mensaje al faraón, los ha tratado en forma aún más brutal, y tú no has librado a tu pueblo. \c 6 \p \v 1 ―Ahora verás lo que le voy a hacer al faraón —le dijo el \nd Señor\nd*—. Sólo por la fuerza dejará él salir a mi pueblo. Ah, pero no sólo los dejará salir, sino que los echará de la tierra de Egipto. \v 2-3 Yo soy el \nd Señor\nd*, el Dios Todopoderoso que les apareció a Abraham, a Isaac y a Jacob, aunque a ellos no me revelé con mi nombre, que es “\nd YO SOY\nd*”. \v 4 Con ellos establecí un pacto solemne en el que les prometí que les daría a ellos y a sus descendientes la tierra de Canaán, que era el lugar donde vivían como extranjeros. \v 5 He oído ahora el clamor del pueblo de Israel, que sufre como esclavo de los egipcios, y me acuerdo de mi promesa. \v 6 Por lo tanto, diles a los descendientes de Israel que usaré todo mi poder y realizaré grandes milagros, para sacarlos de la esclavitud y hacerlos libres. \v 7 Yo los aceptaré como pueblo mío, y seré el Dios de ellos. Y ellos sabrán que yo soy el \nd Señor\nd* su Dios, que los he rescatado de los egipcios. \v 8-9 Yo los introduciré en la tierra que prometí darles a Abraham, a Isaac y a Jacob. Sí, yo les daré a ustedes esa tierra. \p Moisés le contó al pueblo lo que Dios había dicho; pero ellos estaban muy contrariados por las trágicas consecuencias de lo que les había dicho anteriormente, y no quisieron oírlo. \p \v 10 Nuevamente el \nd Señor\nd* le habló a Moisés y le dijo: \p \v 11 ―Vuelve al faraón y dile que tiene que dejar salir al pueblo de Israel. \p \v 12 ―Pero, si ni siquiera mi propio pueblo quiso oírme, ¿cómo puedo esperar que el faraón me oiga? Yo no tengo el poder de convicción —objetó Moisés. \p \v 13 Entonces el \nd Señor\nd* les ordenó a Moisés y a Aarón que regresaran al pueblo de Israel, y se presentaran delante del faraón para exigirle que permitiera la salida del pueblo. \s1 Antepasados de Moisés y de Aarón \p \v 14 Estos son los nombres de los jefes de los clanes de las diversas tribus de Israel: \p Los hijos de Rubén, hijo mayor de Israel: \p Janoc, Falú, Jezrón y Carmí. \p \v 15 Los jefes de los clanes de la tribu de Simeón: \p Jemuel, Jamín, Oad, Jaquín, Zojar y Saúl, cuya madre era una cananea. \p \v 16 Estos son los nombres de los jefes de los clanes de la tribu de Leví, por orden de edad: \p Guersón, Coat y Merari. \p Leví vivió ciento treinta y siete años. \p \v 17 Los hijos de Guersón fueron: \p Libní y Simí, con sus respectivos clanes. \p \v 18 Los hijos de Coat: \p Amirán, Izar, Hebrón y Uziel. \p Coat vivió ciento treinta y tres años. \p \v 19 Los hijos de Merari: \p Majlí y Musí. \p Estas, pues, son las familias de los levitas, según el orden de sus edades. \v 20 Amirán se casó con su tía Jocabed. De esta unión nacieron Aarón y Moisés. Amirán vivió hasta los ciento treinta y siete años. \p \v 21 Los hijos de Izar fueron: \p Coré, Néfeg y Zicrí. \p \v 22 Los hijos de Uziel: \p Misael, Elzafán y Sitri. \p \v 23 Aarón se casó con Elisabet, la hija de Aminadab y hermana de Naasón. Tuvieron los siguientes hijos: \p Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. \p \v 24 Los hijos de Coré fueron: \p Asir, Elcaná y Abiasaf. \p Estas fueron las familias del clan de Coré. \p \v 25 Eleazar hijo de Aarón se casó con una de las hijas de Futiel, y uno de sus hijos fue Finés. Estos son los nombres de todos los jefes de clanes de los levitas, y de las familias que había dentro de los clanes. \p \v 26 Aarón y Moisés, incluidos en esta lista, son los mismos a quienes el \nd Señor\nd* les dijo: «Saquen al pueblo de Israel de la tierra de Egipto», \v 27 y que fueron a ver al faraón para pedirle que dejara salir al pueblo. \s1 Aarón, vocero de Moisés \p \v 28-29 Este Moisés es el mismo a quien el \nd Señor\nd* le había dicho: «Yo soy el \nd Señor\nd*, anda y dale al faraón el mensaje que te he dado». \v 30 Este es aquel Moisés que le respondió al \nd Señor\nd*: «Yo no puedo hacerlo. Yo no tengo el poder de convicción. ¡El faraón no me oirá!». \c 7 \p \v 1 Por eso, el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Mira, cuando te presentes ante el faraón será como si yo mismo estuviera allí, y tu hermano Aarón será como tu profeta, el que habla en lugar tuyo. \v 2 Dile a Aarón todo lo que yo te diga, para que él se lo repita al faraón. Así que será Aarón el que le pedirá al faraón que deje salir de Egipto a mi pueblo Israel. \v 3 Pero yo haré que el faraón se niegue a hacerlo. Yo entonces multiplicaré mis milagros en la tierra de Egipto. \v 4 Aun así el faraón no los oirá; por lo que traeré sobre Egipto un desastre final de grandes proporciones, y luego sacaré a mi pueblo de esta tierra. \v 5 Cuando les muestre mi poder y los obligue a dejar salir a mi pueblo, los egipcios comprenderán que yo soy el \nd Señor\nd*». \s1 La vara de Moisés \p \v 6 Moisés y Aarón hicieron lo que el \nd Señor\nd* les había ordenado. \v 7 Cuando se presentaron ante el faraón, Moisés tenía ochenta años y Aarón, ochenta y tres. \p \v 8 El \nd Señor\nd* les dijo a Moisés y a Aarón: \v 9 «El faraón les exigirá un milagro que demuestre que yo los he enviado. Cuando lo haga, Aarón arrojará al suelo la vara, y esta se convertirá en serpiente». \p \v 10 Entonces Moisés y Aarón fueron a ver al faraón, y realizaron el milagro de la manera que el \nd Señor\nd* les había dicho: Aarón arrojó al suelo la vara ante el faraón, y esta se convirtió en serpiente. \v 11 Pero el faraón llamó a sus encantadores, los magos de Egipto, y ellos hicieron lo mismo mediante sus artes mágicas. \v 12 Pero la serpiente de Aarón se tragó a todas las serpientes de ellos. \v 13 El corazón del faraón permaneció duro y obstinado y no quiso oír, tal como el \nd Señor\nd* lo había advertido. \s1 La plaga de sangre \p \v 14 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés que el faraón era terco y se empeñaría en no dejar salir de Egipto al pueblo de Israel. \v 15 Pero que, a pesar de eso, debería regresar por la mañana, cuando el faraón salía a bañarse, y esperarlo a las orillas del Nilo. Y le recordó que debía llevar la vara que se había convertido en serpiente. \v 16 Además, le dijo que cuando estuviera frente al faraón, le dijera: «El \nd Señor\nd*, el Dios de los hebreos, me ha dicho que vuelva a pedirte que dejes que mi pueblo salga a adorarlo en el desierto. Como no quisiste oír antes, \v 17 ahora el \nd Señor\nd* te dice lo siguiente: “Vas a saber que yo soy el \nd Señor\nd*, porque le he dado orden a Moisés de tocar el agua del Nilo con su vara, y el río se transformará en sangre. \v 18 Morirán los peces, y el río apestará, de tal modo que los egipcios no querrán beber su agua”». \p \v 19 El \nd Señor\nd* ordenó a Moisés: «Dile a Aarón que dirija su vara hacia las aguas de Egipto, para que todos sus ríos, arroyos, estanques y los depósitos de agua, y aun el agua de las casas, se les convierta en sangre». \p \v 20 Mientras el faraón y todos sus funcionarios miraban, Aarón tocó con su vara la superficie del Nilo, y el agua se convirtió en sangre. \v 21 Los peces murieron, y el agua se contaminó, de tal modo que los egipcios tuvieron asco de beberla, y hubo sangre en todo Egipto. \p \v 22 Pero los magos usaron sus artes secretas y también pudieron convertir el agua en sangre. Por lo tanto, el faraón persistió en su terquedad y no quiso escuchar a Moisés y a Aarón, tal como el \nd Señor\nd* lo había advertido. \v 23 El faraón regresó a su palacio, como si nada importante hubiera acontecido. \v 24 Entonces los egipcios cavaron pozos a lo largo del río para conseguir agua, porque no podían beber el agua del río. \s1 La plaga de ranas \p \v 25 Después de que el \nd Señor\nd* golpeó las aguas del Nilo, pasaron siete días. \c 8 \p \v 1 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Preséntate nuevamente ante el faraón y dile que yo, el \nd Señor\nd*, le ordeno que deje que mi pueblo vaya y me adore. \v 2 Que si se niega, enviaré una plaga de ranas a toda la tierra, de un rincón a otro del país. \v 3-4 El río Nilo se llenará de ranas que entrarán aun a sus cuartos y estarán sobre sus camas. Cada casa de Egipto se llenará de ranas, de modo que hasta se meterán en los hornos y en donde amasan la harina para el pan. ¡Tantas serán las ranas que hasta se treparán sobre sus hombros, y sobre sus funcionarios y sobre toda la gente!». \p \v 5 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Dile a Aarón que dirija la vara hacia los ríos, arroyos y fuentes de Egipto, para que haya ranas por todas partes». \p \v 6 Aarón lo hizo, y las ranas cubrieron la nación. \v 7 Pero los magos, usando sus artes secretas, también hicieron salir ranas por todo Egipto. \v 8 El faraón llamó a Moisés y a Aarón y les dijo: \p ―Rueguen al \nd Señor\nd* que quite las ranas, y yo dejaré que su pueblo salga a ofrecerle sacrificio. \p \v 9 ―Muy bien —le dijo Moisés—. Solamente dime cuándo quieres que ore al \nd Señor\nd* por ti, por tus funcionarios y por todo el pueblo. Al hacerlo, las ranas se irán de sus casas, y sólo estarán en el río. \p \v 10 ―Mañana mismo —respondió el faraón. \p ―De acuerdo —dijo Moisés—. Será como has dicho. Así sabrás que no hay nadie como el \nd Señor\nd* nuestro Dios. \v 11 Te aseguro que las ranas ya no serán una molestia, pues saldrán de tu casa, de las casas de tus oficiales y de las de todo el pueblo, y sólo quedarán las que están en el río. \p \v 12 Moisés y Aarón salieron de la presencia del faraón, y Moisés rogó al \nd Señor\nd* que quitara las ranas que había enviado. \v 13 Y el \nd Señor\nd* hizo lo que Moisés le pidió. Entonces murieron todas las ranas que estaban en las casas, en las granjas y en el campo. \v 14 La gente recogía todas las ranas muertas y las amontonaba. ¡En todo el país se sentía la peste de las ranas muertas! \v 15 Pero cuando el faraón vio que se habían acabado las ranas, endureció su corazón y, tal como el \nd Señor\nd* lo había advertido, no hizo caso a la petición que le habían hecho Moisés y Aarón. \s1 La plaga de mosquitos \p \v 16 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Dile a Aarón que golpee el polvo con su vara, para que todo el país se llene de mosquitos». \v 17 Moisés y Aarón hicieron lo que Dios les mandó. Tan pronto Aarón tocó el suelo con su vara, los mosquitos salieron de la tierra y picaban a hombres y animales. ¡Todo el polvo que había en Egipto se convirtió en mosquitos! \p \v 18 Los magos trataron de hacer lo mismo con sus artes secretas, pero esta vez fracasaron. Los mosquitos seguían picando a hombres y animales. \v 19 «¡No hay la menor duda de que esto es obra de Dios!», exclamaron ante el faraón. Pero el faraón persistió en su terquedad, y no quiso oírlos, tal como el \nd Señor\nd* lo había advertido. \s1 La plaga de tábanos \p \v 20 Luego el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Levántate temprano, y sal al encuentro del faraón, cuando vaya a bañarse al río, y dile que yo, el \nd Señor\nd*, le ordeno que deje que mi pueblo vaya y me adore. \v 21 Que si se niega, enviaré plagas de tábanos por todo Egipto, de modo que todas las casas se llenarán de ellos. ¡Hasta el piso se cubrirá de tábanos! \v 22 Pero que en la tierra de Gosén, donde viven los israelitas, no habrá tábanos. Que de este modo sabrá que yo soy el \nd Señor\nd*, Dios de toda la tierra. \v 23 Que haré distinción entre mi pueblo y su pueblo. Dile que todo esto ocurrirá mañana». \p \v 24 Y el \nd Señor\nd* hizo lo que había dicho, de modo que hubo una terrible plaga de tábanos en el palacio del faraón y en la casa de cada egipcio. \v 25 El faraón inmediatamente llamó a Moisés y a Aarón y les dijo: \p ―Está bien, vayan y ofrézcanle sacrificios a su Dios, pero háganlo aquí en Egipto. No vayan al desierto. \p \v 26 Pero Moisés replicó: \p ―¡Imposible! Los sacrificios al \nd Señor\nd* nuestro Dios no son aprobados por los egipcios, y si lo hacemos aquí, delante de sus ojos, nos apedrearán. \v 27 Tenemos que ir al desierto, a tres días de camino, a ofrecer allí nuestros sacrificios al \nd Señor\nd* nuestro Dios, tal como él nos lo ha ordenado. \p \v 28 ―Está bien, vayan —respondió el faraón—, pero no se vayan demasiado lejos. Ahora, dense prisa y oren por mí. \p \v 29 ―Sí —dijo Moisés—, le pediré al \nd Señor\nd* que haga desaparecer los tábanos, pero te advierto que no debes engañarnos más prometiendo que el pueblo saldrá y cambiando luego de parecer. \p \v 30 Moisés salió de la presencia del faraón y le pidió a Dios que librara al país de los tábanos. \v 31-32 El \nd Señor\nd* hizo lo que Moisés le pidió, de modo que los tábanos desaparecieron por completo de la casa del faraón, y de las casas de sus funcionarios y del pueblo en general. Pero el faraón endureció su corazón nuevamente y no permitió que el pueblo fuera a adorar al \nd Señor\nd*. \c 9 \s1 La plaga en el ganado \p \v 1 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés que fuera a ver al faraón y le dijera: «El \nd Señor\nd*, Dios de los hebreos, te exige que dejes salir al pueblo para que hagan su sacrificio. \v 2 Si te niegas a dejarlos ir, \v 3 el \nd Señor\nd* hará que se desate una plaga mortal que destruirá los caballos, los burros, los camellos, los rebaños de ovejas, y las manadas de vacas. \v 4 Pero la plaga afectará solamente a los animales de los egipcios. Ninguno de los rebaños de los israelitas será tocado». \p \v 5 El \nd Señor\nd* anunció que la plaga comenzaría a la mañana siguiente, \v 6 y así fue. A la mañana siguiente, todos los animales de los egipcios comenzaron a morirse, pero ni uno solo de los animales de los israelitas se enfermó. \v 7 El faraón envió a ver si era cierto que los animales de los israelitas no morían, pero aunque comprobó que así era, permaneció firme, y no dejó salir al pueblo. \s1 La plaga de las úlceras \p \v 8 El \nd Señor\nd* les dijo a Moisés y a Aarón: «Tomen puñados de ceniza, y que Moisés la arroje hacia el cielo delante del faraón. \v 9 Apenas lo haga, la ceniza se convertirá en un polvillo fino. Ese polvillo se esparcirá por todo Egipto, y cuando caiga sobre la gente y los animales les producirá úlceras y tumores». \p \v 10 Entonces, Moisés y Aarón tomaron ceniza y salieron al encuentro del faraón. Mientras este miraba, Moisés lanzó la ceniza hacia el cielo, y la ceniza, al caer sobre la gente y los animales, les produjo úlceras llenas de pus. En todo el país de Egipto ocurrió lo mismo. \v 11 Los magos no pudieron presentarse delante de Moisés, pues también ellos, como toda la gente, tenían úlceras llenas de pus. \v 12 Pero el \nd Señor\nd* endureció el corazón del faraón, quien persistió en su soberbia y se negó a oír, tal como ya el \nd Señor\nd* lo había advertido. \s1 La plaga de granizo \p \v 13 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés que se levantara temprano para que fuera a ver al faraón y le dijera: «El \nd Señor\nd*, Dios de los hebreos te ordena que dejes salir a su pueblo para que vaya a adorarlo. \v 14 Si no obedeces, entonces él enviará una plaga que realmente vendrá sobre ti, tus siervos y toda la gente de Egipto. Dile que le voy a demostrar que no hay otro Dios en toda la tierra. \v 15 Que si yo quisiera, hubiera podido usar todo mi poder para mandar una peste que acabara con todos los egipcios de una vez, \v 16 pero no lo hice, porque quiero que todos sepan cuán poderoso soy, y para que mi nombre se mencione en todo el país. \v 17 Dile que si es que se cree muy grande como para atreverse a desafiar mi poder y a negarle a mi pueblo el permiso para salir. \v 18 También dile que mañana, a esta hora, enviaré una tormenta de granizo que azotará a toda la nación como jamás ha sido azotada. \v 19 Por eso, deben apresurarse a meterse en sus casas y a recoger los animales que están en el campo, ya que el granizo caerá sobre toda persona y animal que esté al aire libre, y los matará». \p \v 20 Algunos egipcios, aterrorizados por esta amenaza, recogieron sus ganados y sus esclavos de los campos; \v 21 pero otros no dieron importancia a la palabra del \nd Señor\nd*, y los dejaron en el campo, a merced de la tormenta. \p \v 22 Entonces el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Levanta tu mano hacia el cielo, y haz que descienda granizo sobre todo Egipto, sobre personas, animales y vegetación». \p \v 23 Moisés extendió la mano, y el \nd Señor\nd* envió truenos, rayos y granizo. \v 24 La escena fue tan horrible que no se puede describir. Jamás en la historia de Egipto había habido una tormenta similar. \v 25 Todo Egipto quedó en ruinas. Todo cuanto había en los campos, hombres y animales por igual, murieron, y los árboles quedaron destrozados y las cosechas arruinadas. \v 26 El único lugar de Egipto en que no hubo granizo aquel día fue en Gosén, donde vivía el pueblo de Israel. \p \v 27 El faraón mandó a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: \p ―Ahora reconozco mi falta. Yo y mi pueblo hemos actuado mal. \v 28 Rueguen al \nd Señor\nd* que termine este terrible azote, pues ya hemos tenido suficientes truenos y granizo, y yo dejaré salir a su pueblo al instante. \p \v 29 ―Muy bien —respondió Moisés—. Tan pronto como yo haya salido de la ciudad, levantaré las manos hacia el \nd Señor\nd*, y los truenos y el granizo se detendrán. Esto te probará que el \nd Señor\nd* reina en la tierra. \v 30 Pero yo sé que ni tú ni tus funcionarios están todavía dispuestos a obedecer a Dios, el \nd Señor\nd*. \p \v 31 Todo el lino y la cebada se perdieron, porque la cebada estaba madura y el lino estaba en flor; \v 32 pero el trigo y el centeno no fueron destruidos, porque aún no habían brotado de la tierra. \p \v 33 Moisés salió de la presencia del faraón, y ya fuera de la ciudad levantó las manos hacia el \nd Señor\nd*. Al instante, los truenos y el granizo se detuvieron, y cesó la lluvia. \v 34 Cuando el faraón y sus funcionarios vieron esto, pecaron aún más, pues no cumplieron lo que habían prometido. \v 35 El faraón negó el permiso para que el pueblo saliera, tal como el \nd Señor\nd* le había advertido a Moisés. \c 10 \s1 La plaga de langostas \p \v 1 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Vuelve a hablar con el faraón. Pero yo lo he endurecido a él y a sus funcionarios, a fin de hacer nuevos milagros y demostrar mi poder. \v 2 Un día podrán ustedes contarles a sus hijos y a sus nietos las cosas increíbles que estoy haciendo en Egipto. Les contarán cómo destruí a los egipcios, y cómo demostré que yo soy el \nd Señor\nd*». \p \v 3 Moisés y Aarón pidieron otra audiencia al faraón y le dijeron: \p ―El \nd Señor\nd*, Dios de los hebreos, pregunta: “¿Hasta cuando te negarás a someterte a mí? Deja que mi pueblo vaya y me adore. \v 4-5 Si te niegas, mañana cubriré la nación con una plaga de langostas, tan grande, que no podrás ver el suelo, y ellas acabarán de destruir todo lo que escapó del granizo. \v 6 Estarán en tu palacio, en las casas de tus funcionarios y en todas las casas de Egipto. Jamás en la historia de Egipto ha habido una plaga como esta”. \p Tan pronto acabó de hablar, Moisés dio media vuelta y se retiró. \p \v 7 Los funcionarios se presentaron delante del faraón, y le preguntaron: \p ―¿Vas a permitir que seamos destruidos completamente? ¿No sabes que todo Egipto está en ruinas? Deja que ese pueblo vaya y adore al \nd Señor\nd* su Dios. \p \v 8 Entonces, el faraón mandó a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: \p ―Bien, salgan y adoren al \nd Señor\nd* su Dios. Pero necesito que me informen cuántos irán. \p \v 9 ―Iremos con nuestros niños y nuestros ancianos, nuestras ovejas y nuestras vacas —respondió Moisés—. Llevaremos todo lo nuestro, porque iremos en santa peregrinación. \p \v 10 ―¡Que el \nd Señor\nd* los ayude! —respondió el faraón—. ¿Acaso creen que les dejaré llevar a los pequeños? ¡Ya veo lo que están planeando! \v 11 ¡Jamás accederé a esto! Si quieren ir a adorar al \nd Señor\nd*, entonces vayan solamente ustedes los hombres. \p Luego echaron de la presencia del faraón a Moisés y a Aarón. \v 12 Entonces el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Levanta tu mano sobre la tierra de Egipto, para hacer que vengan langostas a cubrir la tierra y a comer todo lo que quedó después del granizo». \p \v 13 Moisés levantó la vara y el \nd Señor\nd* hizo que un viento oriental soplara todo aquel día y toda la noche. A la mañana siguiente, el viento oriental había traído las langostas. \v 14 Y las langostas cubrieron a Egipto completamente. Era la peor plaga de langostas en la historia de Egipto. ¡Nunca habrá otra igual! \v 15 Las langostas cubrían la tierra y no permitían que se viera el sol, de modo que la tierra estaba en tinieblas. Las langostas se comieron toda la vegetación que había escapado del granizo. No quedó nada verde, ni árbol ni planta, en todo Egipto. \p \v 16 El faraón mandó a llamar urgentemente a Moisés y a Aarón, y les dijo: «Confieso que he pecado contra el \nd Señor\nd* su Dios, y contra ustedes. \v 17 Perdonen mi pecado por última vez, y rueguen al \nd Señor\nd* su Dios que aleje de mí esta plaga mortal. Prometo que no les negaré el permiso de salir a adorarlo». \p \v 18 Entonces Moisés salió de la presencia del faraón y oró al \nd Señor\nd*. \v 19 El \nd Señor\nd* envió un viento fuerte de occidente que hizo que las langostas fueran a dar al Mar Rojo, de modo que no quedó una sola langosta en Egipto. \v 20 Pero el \nd Señor\nd* endureció el corazón del faraón, y este no dejó salir al pueblo. \s1 La plaga de tinieblas \p \v 21 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Levanta tus manos al cielo, para que todo Egipto quede cubierto de tinieblas. ¡Será tal la oscuridad que los egipcios andarán a tientas!». \v 22 Así lo hizo Moisés, y espesas tinieblas cubrieron la tierra. Durante tres días, \v 23 los egipcios no pudieron verse unos a otros, ni salir de sus casas. En la región habitada por el pueblo de Israel, en cambio, había luz como de costumbre. \p \v 24 El faraón llamó a Moisés y le dijo: \p ―Vayan y adoren al \nd Señor\nd*, pero dejen sus ovejas y sus vacas aquí. Pueden llevarse a sus hijos con ustedes. \p \v 25 ―No —respondió Moisés—, debemos llevar nuestras ovejas y vacas para presentar ofrendas y holocaustos a nuestro Dios. \v 26 Ni una pezuña se quedará aquí, porque debemos llevar sacrificios al \nd Señor\nd* nuestro Dios, y sólo cuando lleguemos allá, él nos dirá cuáles animales tendremos que ofrecerle. \p \v 27 Pero el \nd Señor\nd* endureció el corazón del faraón, y este no los dejó salir. \p \v 28 ―¡Sal de aquí y no vuelvas a venir a mi presencia! ¡El día que lo hagas, morirás! —le gritó el faraón a Moisés. \p \v 29 ―Muy bien —respondió Moisés—. ¡Nunca más volveré por aquí! \c 11 \s1 La plaga contra los primogénitos \p \v 1 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Enviaré una plaga más sobre el faraón y su tierra, y después de ella los dejará ir. Es más, él estará ansioso de deshacerse de ustedes y, prácticamente, los arrojará del país. \v 2 Diles a todos los hombres y mujeres de Israel que pidan a sus vecinos egipcios joyas de oro y plata». \p \v 3 Dios hizo que los egipcios se mostraran favorables hacia el pueblo de Israel. Además, Moisés era un hombre muy importante en Egipto, y era temido por los funcionarios del faraón y por el pueblo de Egipto. \p \v 4 Moisés, pues, le dijo al faraón: «El \nd Señor\nd* dice: “A medianoche pasaré por Egipto, \v 5 y morirán todos los hijos mayores de todas las familias de Egipto, desde el primogénito del faraón hasta el primogénito de la esclava que trabaja en el molino; y también morirá toda primera cría de animal. \v 6 El llanto por la muerte de los primogénitos resonará por todo Egipto. Jamás antes ha habido una angustia similar, y jamás se volverá a ver nada semejante. \v 7 Pero ni siquiera un perro gemirá por la muerte de uno de los nuestros, pues ni personas ni animales morirán entre el pueblo de Israel. Así sabrán ustedes que el \nd Señor\nd* hace distinción entre egipcios e israelitas. \v 8 Todos tus funcionarios vendrán corriendo a mí, e inclinándose me suplicarán que me vaya con todo el pueblo. Entonces saldré y me llevaré a todo el pueblo de Israel”». \p Luego, Moisés salió muy enojado de la presencia del faraón. \v 9 El \nd Señor\nd* le había dicho a Moisés: «El faraón no oirá, y esto me dará la oportunidad de hacer portentosos milagros para demostrar mi poder». \p \v 10 Por eso, aunque Moisés y Aarón hicieron estos milagros delante del faraón, el \nd Señor\nd* le endureció el corazón para que no dejara salir al pueblo. \c 12 \s1 La Pascua \p \v 1 El \nd Señor\nd* les dijo a Moisés y a Aarón: \v 2 «De ahora en adelante, este mes será el primero y el más importante del año judío. \v 3-4 Díganles a los israelitas que cada año, en el décimo día de este mes, cada familia tomará un cordero. Si la familia es pequeña, compartirá el cordero con otra familia pequeña del vecindario; el hacer o no esto dependerá del tamaño de la familia. \v 5 Este animal, ya sea cordero o cabrito, será un macho de un año y sin ningún defecto. \p \v 6 »El animal deberá ser cuidado hasta el día catorce del mes. Ese día, al atardecer, cada familia de Israel sacrificará su cordero o cabrito. \v 7 Luego tomarán un poco de sangre del animal y la colocarán en los dos postes y en el travesaño de la puerta de la casa en que se han de comer al animal. \v 8 Asarán la carne al fuego y la comerán esa noche con panes sin levadura y hierbas amargas. \v 9 Nada crudo ni cocido comerán del animal, sino asado, incluso la cabeza, las piernas, el corazón y el hígado. \v 10 No comerán nada de esa carne el día siguiente, y si algo sobra esa noche, deberá ser quemado. \p \v 11 »Comerán con la ropa y el calzado puestos, como si estuvieran listos para emprender un largo viaje, y con el bordón en la mano. Comerán apresuradamente. Esta fiesta es la Pascua en honor al \nd Señor\nd*. \p \v 12 »Esa noche yo pasaré por la tierra de Egipto, y daré muerte a todos los primogénitos de los hombres y de los animales de Egipto, y así ejecutaré mi juicio sobre todos los dioses de Egipto; porque yo soy el \nd Señor\nd*. \v 13 La sangre que ustedes colocarán en los postes y en las puertas será prueba de que me han obedecido; y cuando vea la sangre, pasaré de largo y no destruiré a los primogénitos de ustedes, cuando castigue a Egipto. \p \v 14 »Este día lo celebrarán cada año (como una ley permanente), para recordar esta noche. \v 15 La celebración durará siete días. En todo ese tiempo sólo podrán comer pan sin levadura. Cualquiera que desobedezca esta norma durante los siete días que dura la celebración, será expulsado de la comunidad de Israel. \v 16 El primer día de la celebración, y el séptimo día, habrá reunión sagrada para toda la congregación, y no harán trabajos de ningún tipo en esos días, salvo la preparación de alimentos. \p \v 17 »Esta celebración anual de panes sin levadura hará que siempre recuerden este día como el día en que yo los saqué de la tierra de Egipto. Será obligatorio observar esta festividad anualmente de ahora en adelante, de generación en generación. \v 18 Desde la tarde del día catorce del mes hasta la tarde del día veintiuno sólo podrán comer panes sin levadura. \v 19 En esos siete días no debe haber rastro de levadura en sus hogares. Durante ese tiempo, cualquiera que coma algo con levadura será expulsado de la comunidad de Israel. Esta misma regla se aplica a los extranjeros que vivan entre ustedes y a todos los que hayan nacido en el país. \v 20 Repito, durante esos días no deben comer ninguna cosa que contenga levadura; sólo comerán panes sin levadura». \p \v 21 Moisés convocó a todos los ancianos de Israel y les dijo: «Vayan y tomen corderos del rebaño, uno por cada familia, según el número de personas que la componen; y maten el cordero, para que celebren la Pascua. \v 22 Recojan la sangre del cordero en una vasija, tomen una rama de hisopo, mójenla en la sangre del cordero y unten la sangre en los postes de la puerta y el travesaño. ¡Que nadie salga de su casa en toda la noche! \v 23 El \nd Señor\nd* pasará por Egipto y dará muerte a los egipcios; pero cuando vea la sangre sobre el travesaño de la puerta y sobre los dos postes, pasará de largo y no permitirá que el destructor entre a matar a sus hijos. \v 24 Recuerden: esta es una ley permanente para ustedes y para sus descendientes. \v 25 Cuando entren en la tierra que el \nd Señor\nd* les dará, como ha prometido, y estén celebrando la Pascua, \v 26 y sus hijos les pregunten: “¿Qué significa esto? ¿Qué ceremonia es esta?”, \v 27 ustedes les responderán: “Es la celebración del paso del \nd Señor\nd*, porque pasó de largo por los hogares del pueblo de Israel cuando mató a los egipcios. Pasó de largo por nuestras casas y no entró a destruirnos”». \p Y todos los israelitas inclinaron la cabeza y adoraron, \v 28 e hicieron lo que el \nd Señor\nd* les había ordenado por medio de Moisés y de Aarón. \s1 Muerte de los primogénitos egipcios \p \v 29 A medianoche, el \nd Señor\nd* dio muerte a los primogénitos de Egipto, desde el hijo mayor del faraón hasta el hijo mayor del cautivo que estaba en el calabozo. Además, dio muerte a toda primera cría de animal. \v 30 El faraón, sus funcionarios y todo el pueblo de Egipto se levantaron en la noche. Y hubo amargo llanto en todo Egipto, porque no había casa donde no hubiera un muerto. \p \v 31 El faraón llamó a Moisés y a Aarón durante la noche y les dijo: «Salgan, por favor, de en medio de mi pueblo; vayan y sirvan a su Dios como querían. \v 32 Tomen sus vacas y sus ovejas, y váyanse. Pues para mí será un alivio que se vayan». \p \v 33 Y los egipcios pedían a los israelitas que se fueran lo antes posible. Les decían: «Si no se van pronto, todos moriremos». \p \v 34 Los israelitas tomaron la masa para el pan sin levadura, la envolvieron en sábanas y la pusieron sobre sus hombros. \v 35 El pueblo de Israel hizo lo que Dios les había ordenado, y pidieron a los egipcios plata, oro y telas. \v 36 Y el \nd Señor\nd* hizo que los egipcios miraran favorablemente a los israelitas y les dieran todo lo que ellos les pedían. Y los egipcios fueron prácticamente despojados de todo lo que poseían. \s1 El éxodo \p \v 37 Aquella noche, el pueblo de Israel salió de Ramsés y emprendió la marcha hacia Sucot. Eran como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar las mujeres ni los niños. \v 38 También salieron con ellos personas de diferentes nacionalidades, con gran cantidad de vacas y ovejas. \v 39 Cuando se detuvieron a comer, cocieron panes sin levadura. Como no tuvieron tiempo para preparar comida antes de salir de Egipto, tuvieron que usar la masa sin levadura que lograron sacar. \p \v 40-41 Los hijos de Jacob y sus descendientes habían vivido en Egipto cuatrocientos treinta años, y el último día del año cuatrocientos treinta todo el pueblo del \nd Señor\nd* salió de Egipto. \v 42 Toda esa noche, el \nd Señor\nd* estuvo despierto sacando a su pueblo de la tierra de Egipto. Por eso, a los israelitas se les mandó que esa noche de la Pascua la pasaran despiertos, como una manera de honrar al \nd Señor\nd*, recordando lo que él hizo por ellos. \s1 Instrucciones para la Pascua \p \v 43 El \nd Señor\nd* les dijo a Moisés y a Aarón: «Estas son las instrucciones acerca de la observancia de la Pascua. Ningún extranjero comerá del animal, \v 44 pero cualquier esclavo que haya sido comprado podrá comerlo, siempre y cuando haya sido circuncidado. \v 45 Un empleado, o un visitante extranjero, no podrá participar de la Pascua. \v 46 Todos los que coman del animal, deberán comerlo juntos en una casa, y no podrá sacarse ni siquiera un pedazo de carne. Al animal sacrificado tampoco se le podrá quebrar ni un solo hueso. \v 47 Todo el pueblo de Israel deberá celebrar esta fiesta. \p \v 48 »En cuanto a los extranjeros, si viven con ustedes y desean celebrar la Pascua, deberán circuncidarse y circuncidar a todos los varones que pertenezcan a su familia. De esa manera serán considerados como parte del pueblo, y por lo tanto, podrán participar de la Pascua. Ninguna persona incircuncisa podrá comer del cordero. \p \v 49 »Esta ley se aplicará tanto a los israelitas como a los extranjeros nacidos en Israel». \p \v 50 Y el pueblo de Israel siguió todas las instrucciones que el \nd Señor\nd* les había dado a Moisés y a Aarón. \v 51 Este mismo día el \nd Señor\nd* sacó a Israel de Egipto, tribu por tribu, como si fueran un ejército. \c 13 \s1 Consagración de los primogénitos israelitas \p \v 1 El \nd Señor\nd* le ordenó a Moisés: \v 2 «El primer hijo de cada familia israelita será consagrado a mí, pues me pertenece. De igual manera las primeras crías de los animales serán para mí». \p \v 3 Entonces Moisés dijo al pueblo: «Este es un día que deben recordar siempre. Es el día que salieron de la esclavitud de Egipto. Es el día en que el \nd Señor\nd* los sacó con milagros portentosos. Recuerden que durante la celebración anual de este suceso no podrán comer pan con levadura. \v 4-5 Ustedes deberán celebrar esta fiesta en el mes de aviv, pues es en este mes que salieron de Egipto. Cuando el \nd Señor\nd* los haya llevado a la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del heveo y del jebuseo, que es la tierra que prometió dar a nuestros padres, tierra de la que fluye leche y miel, deberán seguir celebrando esta fiesta. \v 6-7 Durante siete días comerán solamente pan sin levadura. Y el séptimo día se celebrará una gran fiesta en honor al \nd Señor\nd*. Durante esos días, no se podrá tener levadura o pan con levadura en ninguna casa israelita. \p \v 8 »Durante estos días de celebración cada uno de ustedes deberá explicar a sus hijos el porqué de la fiesta. Les dirán que es una celebración de lo que el \nd Señor\nd* hizo por ustedes cuando salieron de Egipto. \v 9 Esta semana de conmemoración anual nos identificará como el pueblo de Dios; será como si él hubiera puesto su sello de propiedad en nuestras manos y en nuestra frente. \v 10 Por lo tanto, celebren el acontecimiento anualmente en el mes de aviv. \p \v 11 »Y cuando el \nd Señor\nd* los haya hecho entrar en la tierra que prometió a sus antepasados hace tanto tiempo, es decir, la tierra donde viven ahora los cananeos, \v 12 recuerden que todos los primogénitos varones y todo primer macho de animales pertenecen al \nd Señor\nd*, así que deben entregárselos. \v 13 Cuando la primera cría de una burra sea macho, entonces podrá ser rescatado dando a cambio un cordero o un cabrito. Pero si deciden no rescatar al burro, deben quebrarle el cuello. Sin embargo, deben rescatar a sus hijos primogénitos. \p \v 14 »En adelante, cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué es esto?”, ustedes responderán: “Con grandes milagros el \nd Señor\nd* nos sacó de Egipto, para librarnos de nuestra esclavitud. \v 15 El faraón no quería dejarnos salir, pero el \nd Señor\nd* hizo morir a todos los primogénitos varones de Egipto, y también a las primeras crías de los animales. Por eso es que ahora dedicamos todos los varones primogénitos al \nd Señor\nd*, pero siempre los rescatamos”. \v 16 Nuevamente les digo que esta celebración los identificará como pueblo de Dios; será como si él hubiera puesto su marca de propiedad sobre la frente de ustedes. Es un recordatorio de que el \nd Señor\nd* los sacó de Egipto con gran poder». \s1 El paso del Mar Rojo \p \v 17-18 Cuando por fin el faraón dejó salir a los israelitas, Dios no los condujo a través de la tierra de los filisteos, aunque era la ruta más directa desde Egipto a la Tierra prometida. Dios no quería que el pueblo se desalentara al tener que pelear durante todo el camino, y deseara volverse a Egipto. Por eso los condujo por la ruta que está junto al Mar Rojo. \p \v 19 Moisés tomó también consigo los huesos de José, porque José había hecho que los hijos de Israel le prometieran que llevarían consigo sus huesos cuando salieran de Egipto, pues estaba seguro de que Dios los sacaría. \p \v 20 Salieron de Sucot y acamparon en Etam, a la entrada del desierto. \v 21 El \nd Señor\nd* los guiaba por medio de una columna de nube durante el día, y por una columna de fuego durante la noche. De esta manera podían viajar de día o de noche. \v 22 La columna de nube nunca se apartó de ellos durante el día, ni la de fuego durante la noche. \c 14 \s1 La orden del \nd Señor\nd* a Moisés \p \v 1 El \nd Señor\nd* le ordenó a Moisés: \v 2 «Diles a los israelitas que den la vuelta hacia Pi Ajirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal Zefón, y que acampen allí junto al mar. \v 3 El faraón pensará: “Los israelitas están allí atrapados entre el mar y el desierto”. \v 4 Y una vez más endureceré el corazón del faraón, y él los perseguirá. Lo hago así para mostrarle mi poder al faraón y a todo su ejército. Entonces todos los egipcios sabrán que yo soy el \nd Señor\nd*». \p Los israelitas acamparon donde el \nd Señor\nd* les había dicho. \v 5 Cuando el faraón y sus hombres se dieron cuenta de que los israelitas se habían escapado, cambiaron de parecer, y dijeron: «¿Cómo hemos dejado que estos esclavos se nos vayan? ¿Quién va a hacer el trabajo que ellos hacían? ¿Por qué hemos sido tan torpes?». \p \v 6 Sin pérdida de tiempo, el faraón salió en su carro de guerra para perseguir al pueblo de Israel, \v 7 seguido por todos los carros de guerra de Egipto, seiscientos en total, y otros más conducidos por los oficiales egipcios. \v 8 Lo hizo porque el \nd Señor\nd* le había endurecido el corazón. Así que salió en persecución de Israel, el cual marchaba firme y confiado en la victoria. \v 9 Todo el ejército del faraón, compuesto por caballos, carros de guerra, jinetes y las tropas de a pie, salió en persecución de los israelitas. Y los alcanzaron cerca de Pi Ajirot, frente a Baal Zefón, junto al mar, donde estaban acampando. \p \v 10 Cuando los israelitas vieron que a lo lejos venía el ejército egipcio en su persecución, tuvieron mucho miedo, y clamaron al \nd Señor\nd* en busca de ayuda. \v 11 Luego se volvieron contra Moisés, diciéndole: «¿Nos has traído para que muramos en el desierto? ¿Acaso no había suficientes tumbas en Egipto para enterrarnos? ¿Por qué nos hiciste salir de Egipto? \v 12 Cuando éramos esclavos, ¿no te dijimos que mejor nos dejaras tranquilos, que era mucho mejor ser esclavos de los egipcios que morir en el desierto?». \p \v 13 Pero Moisés le dijo al pueblo: «No teman, quédense donde están y observen la forma maravillosa en que el \nd Señor\nd* los salvará en este día. Los egipcios que hoy ven, no los volverán a ver nunca más. \v 14 El \nd Señor\nd* peleará por ustedes, de modo que ustedes no tendrán que levantar ni un solo dedo». \p \v 15 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí? ¡Dile al pueblo que siga adelante! \v 16 Extiende tu vara sobre las aguas, y el mar abrirá un sendero delante de ti, y todo el pueblo de Israel podrá cruzarlo como en tierra seca. \v 17 Yo he endurecido el corazón de los egipcios, y ellos los seguirán, y verán cómo honro mi nombre derrotando al faraón, con todos sus ejércitos, sus carros y sus caballos. \v 18 ¡Todo Egipto sabrá que yo soy el \nd Señor\nd*!». \p \v 19 El ángel del \nd Señor\nd*, que estaba guiando al pueblo de Israel, se puso detrás de todos. También la columna de nube se colocó detrás del pueblo, \v 20 y se interpuso entre el pueblo de Israel y los egipcios. Y aquella noche, al convertirse en columna de fuego, dio oscuridad a los egipcios e iluminó al pueblo de Israel. ¡Los egipcios no pudieron alcanzar a los israelitas! \p \v 21 Mientras tanto, Moisés extendió su vara sobre el mar, y el \nd Señor\nd* abrió un sendero a través del mar, con muros de agua a cada lado. Un gran viento del oriente sopló toda la noche y secó el fondo del mar. \v 22 ¡El pueblo de Israel caminó a través del mar por tierra seca! \v 23 Los egipcios los siguieron por entre los dos muros de agua a lo largo del fondo del mar, con todos los caballos, carros y jinetes del faraón. \v 24 Pero en la mañana, el \nd Señor\nd* miró desde la nube de fuego a los egipcios, y trastornó su campamento. \v 25 Las ruedas de sus carros de guerra se atascaron, de modo que avanzaban muy lentamente. Entonces los egipcios gritaron: «¡Salgamos de aquí, porque el \nd Señor\nd* está peleando por ellos contra nosotros!». \p \v 26 Cuando todos los israelitas pasaron, el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Extiende tu vara sobre el mar, para que las aguas regresen y caigan sobre los egipcios, sobre sus carros y sus jinetes». \p \v 27 Moisés lo hizo así y, al amanecer, el mar regresó a su posición normal. Los egipcios trataron de huir, pero el \nd Señor\nd* los hizo ahogar en el mar. \v 28 El agua cubrió el sendero, y a los caballos y sus jinetes. Y todo el ejército del faraón, que perseguía a Israel a través del mar, pereció. \v 29 En cambio, el pueblo de Israel cruzó el mar por tierra seca, pues las aguas habían formado muros a ambos lados de ellos. \p \v 30 Así salvó el \nd Señor\nd* a los israelitas aquel día. El pueblo de Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. \v 31 Cuando los israelitas vieron el gran milagro que el \nd Señor\nd* había hecho por ellos contra los egipcios, temieron al \nd Señor\nd*, y creyeron en él y en su siervo Moisés. \c 15 \s1 El cántico de Moisés \p \v 1 Llenos de júbilo, Moisés y el pueblo de Israel cantaron este himno al \nd Señor\nd*: \p Cantaré al \nd Señor\nd*, porque obtuvo un triunfo extraordinario, pues arrojó caballos y jinetes al mar. \p \v 2 El \nd Señor\nd* es mi fortaleza, mi cántico y mi salvación. \p Lo alabaré, porque él es mi Dios. \p Lo exaltaré, porque él es el Dios de mis padres. \p \v 3 El \nd Señor\nd* es un guerrero. Sí, su nombre es el \nd Señor\nd*. \p \v 4 Echó en el mar los carros y la caballería del faraón. \p Los más valientes guerreros egipcios yacen muertos en el Mar Rojo. \p \v 5 Las aguas los cubren. \p Como piedras se hundieron en el fondo. \p \v 6 Tu brazo derecho, \nd Señor\nd*, es poderosísimo. \p Tu brazo derecho, \nd Señor\nd*, aplasta al enemigo. \p \v 7 En la grandeza de tu majestad destruiste a todos tus adversarios. \p Desataste tu ira y los consumiste, como el fuego consume la paja. \p \v 8 Al soplo de tu aliento las aguas se abrieron. \p Como diques poderosos se contuvieron las aguas del mar, y se separaron. \p \v 9 Los enemigos dijeron: «Los seguiremos, les daremos alcance y los destruiremos. ¡Los destrozaremos con nuestras espadas y repartiremos el botín!». \p \v 10 Pero el \nd Señor\nd* sopló, y las aguas los cubrieron. \p Se hundieron como plomo en medio de las aguas. \p \v 11 ¿Quién es como tú, \nd Señor\nd*, entre los dioses? \p ¿Quién es glorioso y santo como tú? \p ¿Quién es tan poderoso como tú? \p ¿Quién hace tantas maravillas y prodigios? \p \v 12 Extendiste tu brazo derecho, y la tierra los tragó. \p \v 13 Has conducido al pueblo que redimiste. \p En tu gracia misericordiosa lo guiaste hasta tu santa tierra. \p \v 14 Las naciones oyeron lo ocurrido y temblaron. \p El temor se ha apoderado del pueblo filisteo. \p \v 15 Los caudillos de Edom están turbados. \p Los poderosos de Moab están angustiados; todos los habitantes de Canaán se derriten de miedo. \p \v 16 El terror y la angustia los han vencido. \p \nd Señor\nd*, por miedo a tu gran poder se quedan mudos como una piedra. \p El pueblo que tú rescataste pasará por en medio de ellos con seguridad. \p \v 17 Los conducirás hasta tu monte y los plantarás en tu tierra, en el santuario que hiciste para que ellos vivan. \p \v 18 ¡El \nd Señor\nd* reinará para siempre! \s1 El cántico de Miriam \p \v 19 La caballería del faraón, sus jinetes y sus carros trataron de seguir a Israel a través del mar, pero el \nd Señor\nd* hizo que las aguas del mar cayeran sobre ellos, mientras que el pueblo de Israel pasó en seco. \v 20 Entonces Miriam, la profetisa, hermana de Aarón, tomó una pandereta y dirigió a las mujeres en las danzas, y \v 21 entonó este cántico: \p Cantemos al \nd Señor\nd*, porque obtuvo un triunfo extraordinario, pues arrojó caballos y jinetes al mar. \s1 Las aguas de Mara y Elim \p \v 22 Moisés condujo al pueblo de Israel desde el Mar Rojo hasta el desierto de Sur; y viajaron tres días sin hallar agua. \v 23 Luego llegaron a Mara, pero no pudieron beber el agua, porque era amarga. Por esta razón el lugar fue llamado Mara, que significa amarga. \p \v 24 El pueblo se quejó contra Moisés, y le reclamó: «¿Y qué vamos a beber?». \v 25 Por eso, Moisés oró al \nd Señor\nd* para que los ayudara. Entonces el \nd Señor\nd* le mostró un árbol que debía arrojar al agua. Así lo hizo y el agua se endulzó. \p Allí en Mara fue donde el \nd Señor\nd* puso a prueba a los israelitas y les dio una ley que les serviría como norma de conducta. \v 26 Les dijo: «Yo soy el \nd Señor\nd* su Dios. Si ustedes prestan atención a mi voz, y me obedecen y hacen lo que es bueno, no los dejaré sufrir las enfermedades que envié sobre los egipcios, porque yo soy el \nd Señor\nd* que les da la salud». \p \v 27 Después los israelitas llegaron a Elim, donde había doce manantiales y setenta palmeras; y acamparon allí, junto a los manantiales. \c 16 \s1 El maná y las codornices \p \v 1 Los israelitas salieron de Elim y viajaron al desierto de Sin, que está entre Elim y el monte de Sinaí. Hacía un mes y quince días que habían salido de Egipto. \v 2 Allí también el pueblo se quejó contra Moisés y Aarón. \v 3 Les dijeron: \p ―¡Ojalá el \nd Señor\nd* nos hubiera quitado la vida en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas llenas de carne y comíamos hasta quedar satisfechos. Pero ustedes nos han traído hasta este desierto para matarnos de hambre. \p \v 4 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: \p «Yo voy a hacer que les caigan alimentos del cielo. Cada uno podrá salir y recoger cuanto pueda comer ese día. Los probaré en esto, para ver si siguen mis órdenes. \v 5 Diles que el sexto día de la semana recojan el doble de lo que recogen los demás días». \p \v 6 Así que Moisés y Aarón convocaron al pueblo a una reunión y le dijeron: \p ―Esta tarde sabrán que fue el \nd Señor\nd* el que los sacó de la tierra de Egipto. \v 7-8 En la mañana verán la gloria del \nd Señor\nd*, quien ha oído sus quejas contra él. Sí, contra él es que ustedes se están quejando, pues nosotros sólo somos sus representantes. El \nd Señor\nd* les dará a comer carne en la tarde y pan abundante por la mañana. Él ya escuchó sus quejas, pues no es contra nosotros que ustedes se han quejado, sino contra él. ¡Nosotros no somos nadie! \p \v 9 Luego Moisés le dijo a Aarón: \p ―Diles a todos los israelitas que se reúnan delante del \nd Señor\nd*, pues él ha escuchado todas sus quejas. \p \v 10 Mientras Aarón les hablaba, apareció repentinamente del desierto, de dentro de la nube que los guiaba, la majestuosa gloria del \nd Señor\nd*. \v 11-12 Y el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «He oído sus quejas. Diles que en la tarde tendrán carne y en la mañana podrán saciarse con pan. Y sabrán que yo soy el \nd Señor\nd* su Dios». \p \v 13 Aquella tarde llegó una gran cantidad de codornices y cubrió el campo. Al día siguiente, todo el desierto, alrededor del campamento, amaneció mojado de rocío, \v 14 y cuando desapareció el rocío, quedó sobre el suelo una cosa menuda parecida a la escarcha. \v 15 Cuando los israelitas vieron aquello, se preguntaban unos a otros: \p ―¿Qué es esto? \p Y Moisés les dijo: \p ―Es el pan que el \nd Señor\nd* les da. \v 16 El \nd Señor\nd* ha dicho que cada uno debe recoger cuanto sea necesario para su familia, más o menos dos litros por persona. \p \v 17 El pueblo de Israel empezó a recogerlo. \v 18 Había suficiente para todos, unos dos litros por persona. A los que juntaron mucho nada les sobró, y a los que juntaron poco, nada les faltó. Cada familia tuvo lo necesario. \p \v 19 Y Moisés les dijo: \p ―No dejen nada para mañana. \p \v 20 Pero hubo algunos que no prestaron atención, y guardaron para el día siguiente; y cuando miraron lo que habían guardado, estaba lleno de gusanos. ¡Se les había podrido! Moisés se enojó mucho con ellos. \v 21 De modo que recogían alimento cada mañana, según sus necesidades. Cuando el sol calentaba la tierra, el alimento se derretía y desaparecía. \v 22 El sexto día recogieron el doble de lo acostumbrado, unos cuatro litros. Los dirigentes del pueblo, al ver esto, fueron y le informaron a Moisés. \p \v 23 Entonces Moisés les dijo: \p ―El \nd Señor\nd* ha señalado el sábado como día de reposo, de solemne reposo, en el que deben apartarse de sus tareas diarias. Por eso es que deben preparar hoy todo lo que necesiten, y guardar lo que sobre para mañana. Todo lo que deban cocinar o hervir deben hacerlo hoy, y lo que sobre deben guardarlo para mañana. \p \v 24 Los israelitas obedecieron a Moisés, y guardaron para el siguiente día toda la comida que les sobró. A la mañana siguiente el alimento estaba en buen estado, sin gusanos y sin mal olor. \v 25 Y Moisés les dijo: \p ―Este es su alimento para hoy, porque es día de reposo, consagrado al \nd Señor\nd*. Hoy no habrá alimento en el campo. \v 26 Recojan alimento durante seis días, pero el séptimo día es día de reposo, y no hallarán nada. \p \v 27 Pero algunos salieron a recoger alimento, aun cuando era día de reposo, pero nada encontraron. \v 28-29 Y el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: \p ―¿Hasta cuándo se niega este pueblo a obedecerme? ¿No comprenden que les doy el doble en el sexto día para que tengan suficiente para dos días? Les he dado el séptimo día como día de reposo; deben permanecer en sus casas, y no salir a buscar alimento en ese día. \p \v 30 El pueblo reposó en el séptimo día. \v 31 Y el alimento recibió el nombre de maná, que significa: «¿Qué es esto?». Era como semilla de cilantro, pero blanco, con sabor como a pan de miel. \p \v 32 Moisés les comunicó a los israelitas estas otras órdenes del \nd Señor\nd*: Debían recoger unos dos litros de maná y guardarlo de muestra para siempre, para que las generaciones posteriores pudieran conocer el pan con que el \nd Señor\nd* los había alimentado en el desierto, después de sacarlos de Egipto. \v 33 Moisés le dijo a Aarón: \p ―Consigue una vasija y mete en ella los dos litros de maná. Luego guarda la vasija en la presencia del \nd Señor\nd*, frente al cofre del pacto. Allí deberá permanecer de generación en generación. \p \v 34 Aarón hizo lo que el \nd Señor\nd* le había ordenado por medio de Moisés. Así que guardó la vasija con el maná frente al cofre del pacto. \p \v 35 Los israelitas comieron del maná durante cuarenta años, hasta que entraron en la tierra de Canaán, donde pudieron comer de lo que la tierra producía. \v 36 La medida que usaban para medir el maná se llamaba gómer, y era aproximadamente de dos litros, y equivalía a la décima parte de otra medida llamada efa. \c 17 \s1 El agua de la roca \p \v 1 Ahora bien, por mandato del \nd Señor\nd*, el pueblo de Israel dejó el desierto de Sin y se dirigió hasta Refidín. Pero se encontraron con que en Refidín no había agua. \v 2 Así que una vez más los israelitas se enojaron con Moisés y le dijeron: \p ―¡Danos agua, pues nos estamos muriendo de sed! \p Moisés les dijo: \p ―¿Por qué se enojan conmigo? ¿Están tratando de nuevo de poner a prueba la paciencia del \nd Señor\nd*? \p \v 3 Pero, atormentados por la sed, le respondieron: \p ―¿Por qué nos sacaste de Egipto? ¿Por qué nos trajiste a morir de sed aquí, junto con nuestros hijos y nuestro ganado? \p \v 4 Moisés, entonces, oró al \nd Señor\nd*, y le dijo: \p ―¿Qué haré con esta gente? ¡Están a punto de apedrearme! \p \v 5-6 El \nd Señor\nd* le contestó: \p ―Toma contigo a algunos de los ancianos de Israel, y lleva al pueblo hasta el monte Horeb. Allí te esperaré junto a la roca. No se te olvide llevar la vara con que golpeaste el río Nilo. Cuando llegues al monte Horeb, golpea la roca, y verás cómo de ella brotará agua suficiente para todos. \p En presencia de los ancianos de Israel, Moisés hizo lo que Dios le había dicho, y el agua brotó de la roca. \v 7 A ese lugar, Moisés lo llamó Masá, que significa tentación, porque allí los israelitas tentaron al \nd Señor\nd*, diciendo: «¿Está el \nd Señor\nd* entre nosotros, o no?». También lo llamó Meribá, que significa queja, pues allí el pueblo de Israel se quejó contra Dios. \s1 Derrota de los amalecitas \p \v 8 Los amalecitas salieron a pelear contra el pueblo de Israel en Refidín. \v 9 Entonces Moisés le ordenó a Josué: «Escoge a algunos hombres, y sal con ellos a pelear contra el ejército de Amalec. Mañana yo me pararé en la cumbre de la colina con la vara de Dios en mis manos». \p \v 10 Josúe y sus soldados salieron a presentar batalla al ejército de Amalec. Moisés, Aarón y Jur subieron a la cumbre de la montaña. \v 11 Mientras Moisés mantenía los brazos en alto, Israel ganaba, pero cuando los bajaba, entonces los amalecitas comenzaban a ganar terreno. \v 12 Finalmente, Moisés sintió tanto cansancio que no podía tener los brazos más tiempo en alto. Entonces Aarón y Jur le pusieron una piedra para que él se sentara, y ellos se pusieron a sus lados, sosteniendo sus brazos en alto hasta la puesta del sol. \v 13 Como resultado, Josué y sus soldados derrotaron al ejército de Amalec a filo de espada. \p \v 14 Luego, el \nd Señor\nd* le ordenó a Moisés: «Escribe esto en un libro para que se recuerde siempre, y anuncia a Josué que borraré todo rastro de Amalec». \p \v 15-16 Moisés edificó allí un altar, y lo llamó «El \nd Señor\nd*-Nisí», que significa «El \nd Señor\nd* es mi bandera», y exclamó: «¡Tomen la bandera del \nd Señor\nd* en la mano! ¡El \nd Señor\nd* estará en guerra con Amalec de generación en generación!». \c 18 \s1 Jetro visita a Moisés \p \v 1 Jetro, suegro de Moisés y sacerdote de Madián, supo las maravillosas cosas que el \nd Señor\nd* había hecho por su pueblo Israel y por Moisés, y cómo el \nd Señor\nd* los había sacado de Egipto. \p \v 2 Tiempo antes, cuando Moisés tuvo que enviar a Séfora, su esposa, a la región de Madián, Jetro la recibió en su casa, \v 3 junto con sus dos hijos, Guersón, que significa extranjero, porque Moisés había dicho cuando nació: «He estado peregrinando en tierra extranjera», \v 4 y Eliezer, que significa ayuda, porque Moisés había dicho cuando nació: «El Dios de mi padre fue quien me ayudó, y me libró de la espada del faraón». \p \v 5-6 Jetro tomó, pues, a Séfora y a sus dos nietos, y se fue al desierto a visitar a Moisés. Cuando supo que los israelitas estaban acampando junto a la montaña de Dios, le envió este mensaje a Moisés: «Yo, Jetro, tu suegro, voy a visitarte. Conmigo vienen tu esposa y tus dos hijos». \p \v 7 Moisés salió a recibir a su suegro con mucho cariño. Se preguntaron sobre la salud de uno y otro, y luego entraron en la tienda de Moisés, para seguir conversando. \v 8 Moisés le contó a su suegro todo lo que había estado ocurriendo, y lo que el \nd Señor\nd* les había hecho al faraón y a los egipcios, para librar a Israel. También le contó todos los problemas que habían tenido en el camino, y la forma en que el \nd Señor\nd* había librado a su pueblo de todos ellos. \p \v 9 Jetro se sintió muy feliz con todo lo que el \nd Señor\nd* estaba haciendo por Israel, y de que los hubiera sacado de Egipto. \v 10 Y exclamó: «¡Bendito sea el \nd Señor\nd*, porque te ha salvado de los egipcios y del faraón, y ha rescatado a Israel! \v 11 Yo sé que el \nd Señor\nd* es mayor que cualquier otro dios, porque libró a su pueblo de la soberbia y de la crueldad de los egipcios». \v 12 Luego, Jetro ofreció sacrificios a Dios. Aarón y los líderes de Israel fueron a ver a Jetro, y todos juntos comieron del sacrificio delante de Dios. \p \v 13 Al día siguiente, como de costumbre, Moisés se sentó desde la mañana hasta la tarde a escuchar los problemas que la gente venía a contarle. Mientras Moisés atendía a unos, los demás permanecían de pie. \v 14 Cuando Jetro vio la manera como Moisés atendía al pueblo, le dijo: \p ―¿Por qué estás tratando de hacer todo esto tú solo, y la gente tiene que estar parada todo el día esperando a que la atiendas? \p \v 15-16 ―Porque el pueblo viene a mí con sus problemas para consultar a Dios —respondió Moisés—. Yo soy el juez y debo decidir quién tiene la razón y quién está equivocado. Además, debo enseñarles los mandamientos y enseñanzas de Dios. \p \v 17 ―No está bien —le dijo su suegro—. \v 18 Te vas a agotar, y entonces ¿qué le ocurrirá a tu pueblo? Esto es demasiado trabajo para tratar de llevarlo tú solo. \v 19-20 Escúchame y permíteme darte un consejo, para que Dios te bendiga. Sé el abogado de este pueblo, su representante delante de Dios, para que Dios resuelva sus problemas. Tú les comunicarás las decisiones de Dios, les enseñarás sus leyes, y les darás a conocer los principios que deben seguir para tener una conducta correcta. \p \v 21 »Busca a algunos hombres capaces, piadosos y honestos, que odien el soborno, y desígnalos como jueces. Nombra un juez para cada mil personas. Y él, a su vez, tendrá a su cargo diez jueces; y cada uno de estos estará a cargo de cien personas. Bajo cada uno de los jueces de cien habrá dos jueces, cada uno a cargo de cincuenta personas. Y cada uno de estos tendrá cinco jueces a su cargo, uno para cada diez personas. \v 22 Deja que estos hombres se encarguen de administrar justicia. Cualquier cosa que sea muy importante o complicada, pueden traértela a ti. Pero en los asuntos menores, ellos pueden decidir por sí mismos. De este modo será todo más fácil para ti, porque tú compartirás la carga con ellos. \v 23 Si sigues mi consejo, y si al \nd Señor\nd* le parece bien, podrás soportar todas las presiones, y habrá paz y armonía en el campamento». \p \v 24 Moisés escuchó atentamente el consejo de su suegro y siguió sus sugerencias. \v 25 Escogió hombres capaces y los designó jueces del pueblo, jueces de mil, de cien, de cincuenta y de diez. \v 26 Estaban constantemente disponibles para administrar justicia. Los casos más difíciles los referían a Moisés, pero ellos juzgaban todos los casos menores. \p \v 27 Poco después, Moisés despidió a su suegro, quien regresó a su tierra. \c 19 \s1 Los israelitas en el Sinaí \p \v 1 Los israelitas llegaron al desierto de Sinaí, tres meses después de su salida de Egipto. \v 2-3 Levantaron el campamento en Refidín, y continuaron su viaje. Cuando llegaron al pie del monte Sinaí, establecieron allí su campamento. Moisés subió al monte para encontrarse con Dios, y desde la cima el \nd Señor\nd* lo llamó y le dijo: «Esto es lo que les dirás a los israelitas, los descendientes de Jacob: \v 4 “Ustedes han visto lo que hice con los egipcios, y cómo los traje a ustedes con tanto cuidado, como cuando las águilas llevan sobre sus alas a sus polluelos. \v 5 Ahora, pues, si oyen mi voz y guardan mi pacto, serán mi principal tesoro entre todas las naciones de la tierra, porque toda la tierra es mía. \v 6 Y serán un reino de sacerdotes y gente santa”». \p \v 7 Moisés descendió del monte, llamó a todos los dirigentes del pueblo y les dijo lo que el \nd Señor\nd* le había dicho. \v 8 Le respondieron unánimes: «Haremos siempre todo lo que él nos pida». \p Y Moisés le refirió al \nd Señor\nd* la respuesta del pueblo. \v 9 El \nd Señor\nd* le dijo, a Moisés: \p ―Yo voy a presentarme delante de ti en forma de una nube oscura, de modo que el pueblo mismo pueda oírme cuando hable contigo, y así siempre te creerán. \v 10 Desciende ahora y haz que el pueblo se prepare para mi visita. Santifícalos hoy y mañana; y haz que laven su ropa. \v 11 Luego, pasado mañana, descenderé sobre el monte Sinaí, mientras el pueblo observa. \v 12 Establece límites para que la gente no pase, y diles: “No suban al monte ni toquen sus límites. \v 13 Si algún hombre o animal lo hace, nadie tocará al ofensor, sino que morirá a pedradas o a flechazos. Permanezcan alejados del monte. Sólo cuando oigan el toque largo de trompeta, podrán subir a la montaña”. \p \v 14 Moisés descendió al pueblo y lo santificó, y ellos lavaron su ropa. \v 15 Luego Moisés les dijo: «Prepárense para encontrarse con Dios pasado mañana, y no tengan relaciones sexuales». \p \v 16 En la mañana del tercer día hubo una terrible tormenta de relámpagos y truenos. Una densa nube descendió sobre el monte, y hubo un largo toque de trompeta, y todo el pueblo tembló. \v 17 Moisés los hizo salir del campamento para ir al encuentro de Dios, y los dejó al pie del monte. \v 18 Todo el monte Sinaí estaba cubierto de humo, porque el \nd Señor\nd* había descendido en forma de fuego. El humo subía al cielo como si saliera de un horno, y todo el monte temblaba como sacudido por un violento terremoto; \v 19 y el toque de trompeta era cada vez más fuerte. Moisés hablaba con Dios, y él le respondía con voz de trueno. \p \v 20 El \nd Señor\nd* bajó a la cumbre del monte Sinaí, y llamó a Moisés para que subiera. Entonces Moisés subió, \v 21 y el \nd Señor\nd* le dijo: \p ―Desciende, y advierte al pueblo que no debe cruzar los límites. Nadie debe subir hasta aquí para tratar de verme, porque morirá. \v 22 Aun los sacerdotes que estén de turno deben santificarse para que no los destruya. \p \v 23 ―Pero el pueblo no subirá al monte —contestó Moisés—. Tú les dijiste que no lo hicieran. Me dijiste que estableciera límites alrededor del monte, y que les avisara que el terreno que estaba a este lado de los límites estaba reservado para ti. \p \v 24 El \nd Señor\nd* le dijo: \p ―Desciende y trae a Aarón contigo. Pero nadie más debe subir al monte, ni siquiera los sacerdotes, pues quien lo haga se expone a mi castigo. \p \v 25 Moisés bajó del monte, y les dijo a los israelitas lo que el \nd Señor\nd* le había comunicado. \c 20 \s1 Los diez mandamientos \p \v 1 Dios le dijo al pueblo de Israel: \p \v 2 «Yo soy el \nd Señor\nd* tu Dios que te sacó de Egipto, donde eras esclavo. \p \v 3 »No tendrás otros dioses además de mí. \p \v 4 »No te harás ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar. \v 5 No te inclinarás delante de ninguna imagen ni la adorarás, porque yo, el \nd Señor\nd* tu Dios, soy muy celoso, y no compartiré con otros dioses la honra que me pertenece. Cuando castigo a alguien por sus pecados, el castigo alcanza a sus hijos, a sus nietos y a sus bisnietos. \v 6 Pero derramo mi amor sobre millares de generaciones de los que me aman y obedecen mis mandamientos. \p \v 7 »No usarás el nombre del \nd Señor\nd* tu Dios en vano ni en forma irreverente. No dejaré sin castigo a quien se atreva a usar mi nombre sin el debido respeto. \p \v 8 »Acuérdate de observar el día de reposo, es decir, el sábado, como día santo. \v 9 Seis días de la semana son para los quehaceres cotidianos y el trabajo regular. \v 10 Pero el séptimo día es día de reposo delante del \nd Señor\nd* tu Dios. Ese día no harán trabajo de ninguna clase tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tus esclavos, ni tus huéspedes, ni tus animales, \v 11 porque en seis días hizo el \nd Señor\nd* los cielos, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó el séptimo día. Por eso bendijo el día de reposo y lo santificó. \p \v 12 »Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una vida larga y buena en la tierra que el \nd Señor\nd* tu Dios te da. \p \v 13 »No matarás. \p \v 14 »No cometerás adulterio. \p \v 15 »No robarás. \p \v 16 »No darás un testimonio falso en contra de tu prójimo. \p \v 17 »No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su buey, ni su burro, ni ninguna otra cosa que le pertenezca». \s1 Reacción temerosa de los israelitas \p \v 18 Todos los israelitas vieron los relámpagos y el humo que subía del monte, y oyeron los truenos y el toque de la trompeta, y se quedaron lejos, temblando de miedo. \v 19 Y le dijeron a Moisés: \p ―Dinos lo que Dios diga, y nosotros obedeceremos. Pero que no nos hable Dios en forma directa, pues moriremos. \p \v 20 ―No teman —les dijo Moisés—, porque Dios se ha presentado de esta manera para probarlos, de modo que de aquí en adelante tengan temor de pecar en su contra. \p \v 21 Mientras el pueblo permanecía a una distancia prudente, Moisés volvió a entrar en la nube donde estaba Dios. \s1 El altar de piedra \p \v 22 Y el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés que les comunicara a los israelitas lo siguiente: «Ustedes son testigos de que les he dado a conocer mi voluntad desde el cielo. \v 23 Recuerden que no deben adorar ídolos, ya sean de plata, de oro o de algún otro material. \v 24 Los altares que hagan para mí deben ser sencillos altares de tierra. Sobre ellos me ofrecerán sus sacrificios, sus holocaustos y sus ofrendas pacíficas de ovejas y bueyes. Yo iré al lugar donde les pida que invoquen mi nombre, y los bendeciré allí. \v 25 También pueden edificar altares de piedra, pero solamente con piedras sin tallar. No golpearán las piedras con ningún tipo de herramienta para labrarlas, porque eso las profanaría y no servirían para mi altar. \v 26 Y no harán gradas para subir a mi altar; para que no se les vea la desnudez. \c 21 \s1 Esclavos hebreos \p \v 1 »Estas son otras leyes que deben obedecer: \p \v 2 »Si alguien adquiere un esclavo hebreo, sólo lo obligará a trabajar para él por seis años. Al séptimo año le dará la libertad, sin que pague nada. \p \v 3 »Si el esclavo era soltero, y luego se casa, solamente él será libre. Pero si estaba casado, su esposa recibirá la libertad al mismo tiempo que él. \v 4 Si su amo le dio esposa mientras era esclavo, y tuvieron hijos o hijas, la esposa y los hijos pertenecerán todavía al amo. Por eso, el esclavo tendrá que irse solo. \p \v 5 »Pero si el esclavo declara: “Amo a mi dueño, a mi esposa y a mis hijos, y no quiero ser puesto en libertad”, \v 6 el amo lo llevará delante de los jueces, y en presencia de ellos le perforará la oreja con un punzón, y será su esclavo para siempre. \p \v 7 »Si un hombre vende a su hija como esclava, ella no será libre al final de los seis años, como en el caso del hombre. \p \v 8 »Si el hombre que la compró no desea casarse con ella, porque no le agrada, permitirá que sea rescatada. Pero no podrá venderla a extranjeros, puesto que la despreció al no querer tenerla como esposa. \v 9 Pero si la ha desposado con su hijo, ya no deberá tratarla como esclava, sino como hija. \p \v 10 »Si el que la compró se casa con ella, y luego toma otra esposa, no podrá disminuirle el alimento ni el vestido; ni dejar de dormir con ella. \v 11 Si falla en alguno de estos compromisos, ella quedará libre, sin necesidad de pago alguno. \s1 Ofensas personales \p \v 12 »Cualquiera que mate a otro hombre, deberá morir. \v 13 Pero si fue accidental, porque así yo lo había determinado, entonces el asesino podrá huir y refugiarse en un lugar que yo te indicaré. \p \v 14 »Sin embargo, si lo mata deliberadamente, aun si se refugia en mi altar, de allí lo sacarás y le darás muerte. \p \v 15 »Cualquiera que golpee a su padre o a su madre morirá. \p \v 16 »El que secuestre a una persona y la venda, o lo sorprendan con ella en su poder, deberá morir. \p \v 17 »El que insulte o maldiga a su madre o a su padre, ciertamente debe morir. \p \v 18 »Si dos hombres están peleando y uno golpea al otro con una piedra o con su puño, y le causa un daño tal que debe guardar cama, pero no muere, \v 19 el ofensor será declarado inocente, siempre y cuando el herido pueda levantarse y caminar apoyado sobre un bastón. Sin embargo, el que lo golpeó deberá pagarle por el tiempo que esté sin trabajar, como también los gastos de su curación, hasta que esté completamente sano. \p \v 20 »Si un hombre golpea a su esclavo y le da muerte, debe ser castigado. \v 21 Sin embargo, si el esclavo no muere en un par de días, el ofensor no será castigado, porque el esclavo es propiedad suya. \p \v 22 »Si varios hombres pelean, y en medio de la pelea uno de ellos golpea a una mujer que está embarazada, y como consecuencia ella tiene un aborto, pero queda viva, el hombre que la haya herido deberá pagar la multa que exija el marido de la mujer, y que los jueces aprueben. \v 23 Pero si la mujer muere, entonces el ofensor pagará vida por vida, \v 24 ojo por ojo, diente por diente; mano por mano, pie por pie; \v 25 quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe. \p \v 26 »Si un hombre golpea a su esclavo o a su esclava en un ojo, y por dicho golpe el esclavo o la esclava pierde su ojo, entonces el ofensor le dará la libertad, como una compensación por el ojo que le dañó. \v 27 Si le arranca un diente, también deberá darle la libertad. \p \v 28 »Si un buey cornea a un hombre o a una mujer y le da muerte, el dueño del animal no será considerado culpable. Pero se matará al buey a pedradas, y no se podrá comer su carne. \v 29 Pero si el buey es bravo, y el dueño lo sabe y lo deja suelto, el buey será apedreado y el dueño deberá morir, \v 30 a menos que los parientes del muerto acepten la indemnización que los jueces determinen. \p \v 31 »La misma ley se aplica si el buey cornea a un niño o a una niña. \p \v 32 »Pero si el buey cornea a un esclavo, hombre o mujer, el dueño pagará treinta monedas de plata al dueño del esclavo o de la esclava, y el buey se matará a pedradas. \p \v 33 »Si un hombre cava un pozo y, por no cubrirlo, cae en él un buey o un burro, \v 34 pagará los daños al propietario del animal, y el animal muerto quedará para él. \p \v 35 »Si un buey mata al buey de otra persona, los dos propietarios venderán el buey vivo, se repartirán el dinero, y cada uno se quedará con la mitad del buey muerto. \v 36 Pero si se sabía que el buey era bravo, su dueño deberá reponer el buey muerto con uno vivo, y se quedará con el buey muerto. \c 22 \s1 Protección de la propiedad \p \v 1 »Si alguien roba un buey y lo mata o lo vende, pagará cinco por uno: cinco bueyes serán devueltos por un buey robado. Si se trata de una oveja, serán cuatro por una: cuatro ovejas serán devueltas por una robada. \p \v 2 »Si el ladrón es sorprendido en el acto de entrar en una casa y lo matan, el que lo mató no es culpable. \v 3 Pero si ocurre a la luz del día, se presume que es homicidio, y el que lo mató es culpable. Si se captura a un ladrón, debe hacer completa restitución de lo robado. Si no puede, debe ser vendido como esclavo para cancelar su deuda. \v 4 Si es sorprendido robando un buey, un burro, una oveja o cualquier otra cosa, pagará el doble de su valor como multa. \p \v 5 »Si alguien deliberadamente deja suelto un animal, y este se introduce en la viña de un vecino o entra a pastar en su campo, con lo mejor de su propia cosecha esa persona deberá pagar todos los daños. \p \v 6 »Si se prende fuego para quemar la maleza, y el fuego pasa a la propiedad de un vecino y destruye su cosecha, sea que esté amontonada o que aún no haya sido cortada, el autor del fuego deberá pagar todos los daños. \p \v 7 »Si alguien entrega dinero o cosas de valor a otra persona para que se las guarde, y estos le son robados, el ladrón pagará el doble, en caso de que lo atrapen. \v 8 Pero si no se descubre al ladrón, entonces el hombre que recibió las cosas en depósito será llevado a los jueces, para que determinen si dispuso de los bienes o si participó en el robo. \p \v 9 »En todo caso en que un buey, un burro, una oveja, ropa o cualquier otra cosa se haya perdido, y el propietario piense que lo ha encontrado en poder de otro que lo niega, los dos se presentarán ante los jueces; y el que sea declarado culpable pagará el doble al otro. \p \v 10 »Si un hombre le pide a su vecino que le guarde un burro, una oveja o cualquier otro animal, y este muere, se hace daño, o se pierde, y no hay testigos que puedan dar cuenta de lo que ocurrió, \v 11 el vecino deberá jurar ante el \nd Señor\nd* que no lo ha robado; y el propietario deberá aceptar su palabra, y no se hará restitución por ello. \v 12 Pero si el animal o la posesión del otro han sido robados, el que lo tenía en custodia deberá hacer restitución al propietario. \v 13 Si fue atacado por algún animal salvaje, traerá los despojos para confirmar el hecho, y no tendrá que hacer restitución. \p \v 14 »Si un hombre pide prestado un animal o cualquier otra cosa a un vecino, y lo prestado sufre daño o muere cuando el propietario no se encontraba presente, el hombre que lo tomó prestado deberá pagarlo. \v 15 Pero si el propietario estaba presente, no necesita pagar, y si era alquilado, solo tendrá que pagar el alquiler. \s1 Responsabilidades sociales \p \v 16 »Si un hombre seduce a una mujer que aún no está comprometida, deberá pagar la dote usual y aceptarla por esposa. \v 17 Pero si el padre se niega a que se case con ella, pagará de todos modos la dote. \p \v 18 »Las hechiceras deberán ser condenadas a muerte. \p \v 19 »Cualquiera que tenga relaciones sexuales con animales deberá ser condenado a muerte. \p \v 20 »Cualquiera que ofrezca sacrificios a otros dioses, en vez de ofrecérselos sólo al \nd Señor\nd*, será condenado a muerte. \p \v 21 »No maltraten ni opriman al extranjero. Recuerden que ustedes fueron extranjeros en Egipto. \p \v 22 »No hagan daño alguno a la viuda o al huérfano. \v 23 Si lo hacen, y ellos claman a mí pidiendo ayuda, ciertamente los ayudaré. \v 24 Entonces desataré mi ira contra ustedes y haré que mueran a filo de espada. ¡De este modo las que se quedarán viudas serán sus esposas, y los que se quedarán huérfanos serán sus hijos! \p \v 25 »Si prestan dinero a un israelita necesitado, no le cobrarán interés en la forma acostumbrada. \v 26 Si toman su túnica como prenda, deberán devolvérsela en la noche. \v 27 Es probable que sea su único abrigo, de modo que no tendrá con qué cobijarse en la noche. Si no le devuelven su túnica, y él clama a mí, entonces yo lo atenderé, porque soy muy compasivo. \p \v 28 »No ofenderán ni maldecirán a las autoridades, ni a los jueces ni a los gobernantes. \p \v 29 »Deberán dar el diezmo de sus cosechas y de sus vinos, y el pago de rescate de sus hijos primogénitos. \p \v 30 »En cuanto al primero de sus ganados y de sus rebaños, deberán entregármelos en el octavo día, después de dejarlo estar con su madre siete días. \p \v 31 »Y por cuanto ustedes son mi pueblo especial, no comerán la carne de ningún animal que haya sido atacado y muerto por una bestia salvaje. Esa carne se la echarán a los perros. \c 23 \s1 Leyes de justicia y de misericordia \p \v 1 »No acepten falsos rumores. \p »No cooperen con el malvado apoyando su testimonio, cuando sepan que es falso. \p \v 2-3 »No sigan a las mayorías que intenten hacer mal. Cuando estén en el estrado de los testigos, no inclinen sus testimonios a favor de la mayoría presente ni hacia el pobre, por el simple hecho de ser pobre. \p \v 4 »Si encuentran el buey o el burro extraviado de su enemigo, llévenselo a su dueño. \v 5 Si ven que su enemigo trata de levantar su burro que ha caído bajo una pesada carga, deberán detenerse a ayudarle. \p \v 6 »La pobreza del hombre no es razón para torcer la justicia en su contra. \p \v 7 »Aléjense de todo intento de acusar a alguien falsamente. No permitan que un inocente sea condenado a muerte. Esto yo no lo toleraré. \p \v 8 »No acepten soborno, porque los inclina hacia la parcialidad y daña la causa del inocente. \p \v 9 »No oprimirán al extranjero, porque ustedes saben lo que es ser extranjero. Recuerden su experiencia en Egipto. \s1 Leyes sabáticas \p \v 10 »Sembrarán y cosecharán durante seis años, \v 11 pero la tierra descansará durante el séptimo año, y los pobres del pueblo podrán espigar lo que salga espontáneamente; el resto lo dejarán para que coman los animales. Esta misma regla se aplica a sus viñedos y olivares. \p \v 12 »Trabajarán seis días solamente y descansarán el séptimo. Esto es para dar descanso a su buey y su asno, a sus esclavos y al extranjero que viva con ustedes. \p \v 13 »Obedezcan todas estas cosas, y recuerden que no deben ni siquiera mencionar el nombre de otro dios. \s1 Las tres fiestas anuales \p \v 14 »Deberán celebrar tres fiestas religiosas en el año. \v 15 La primera es la de los Panes sin levadura. Durante siete días no comerán pan con levadura, conforme a lo que les he ordenado. Esta celebración será anual. La celebrarán en el mes de aviv, que fue el mes en que salieron de Egipto. Cada uno deberá ofrecerme algún sacrificio en esa fecha. \p \v 16 »También celebrarán la fiesta de las Primicias, en la que me ofrecerán las primicias de la cosecha. Y finalmente, la fiesta de la Cosecha, cuando termine el trabajo de recolección de la cosecha. \p \v 17 »Cada año, en estas tres fiestas, todo varón de Israel se presentará delante del \nd Señor\nd*. \p \v 18 »Ningún sacrificio de sangre será ofrecido con panes con levadura; no se dejará la grasa del animal sacrificado para ofrecerla al día siguiente. \p \v 19 »Llevarán a la casa del \nd Señor\nd* los primeros y mejores frutos de sus campos. \p »No cocerán el cabrito en la leche de su madre. \s1 El ángel del \nd Señor\nd* \p \v 20 »Miren, estoy enviando un ángel delante de ustedes, para que lleguen con seguridad a la tierra que les he preparado. \v 21 Muéstrenle reverencia y obedezcan todas sus órdenes. No se rebelen contra él, porque él actúa en mi nombre, y no les perdonará sus faltas. \v 22 Si le obedecen cuidadosamente y siguen todas sus instrucciones, yo seré enemigo de sus enemigos. \v 23 Y mi ángel irá delante de ustedes y los conducirá a la tierra de los amorreos, de los ferezeos, de los hititas, de los cananeos, de los heveos y de los jebuseos, para que vivan en ella. Yo destruiré estos pueblos delante de ustedes. \p \v 24 »No adorarán dioses de otras naciones ni les ofrecerán sacrificios; no deben imitar el ejemplo de esos pueblos paganos. Deben vencerlos completamente y destrozar todos sus ídolos vergonzosos. \p \v 25 »Servirán al \nd Señor\nd* su Dios solamente, y yo los bendeciré con alimentos y agua, y apartaré toda enfermedad de entre ustedes. \v 26 No habrá abortos ni esterilidad en su tierra, y vivirán a plenitud todos los días de su vida. \p \v 27 »El pánico del \nd Señor\nd* caerá sobre las naciones que ustedes invadan, de modo que sus habitantes huirán delante de ustedes. \p \v 28 »Enviaré delante de ustedes avispas que expulsen a los heveos, cananeos e hititas. \v 29 No lo haré todo en un solo año, porque la tierra se convertiría en un desierto y los animales salvajes se multiplicarían, de manera que no se podrían dominar. \v 30 Los expulsaré poco a poco, hasta que la población de ustedes haya crecido lo suficiente como para llenar la tierra. \v 31 Los límites que les pondré serán desde el Mar Rojo hasta la costa de los filisteos, y desde el desierto hasta el río Éufrates. Haré que ustedes venzan a los pueblos que hoy viven en esa tierra, y los expulsen de la región. \p \v 32 »No deberán hacer pacto con ellos, ni tendrán parte alguna con sus dioses. \v 33 No dejen que vivan entre ustedes, porque yo sé que ellos los contaminarán con su pecado de adorar a dioses falsos, y eso sería la ruina de ustedes». \c 24 \s1 Ratificación del pacto \p \v 1 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Sube con Aarón, Nadab, Abiú y setenta de los ancianos de Israel. Pero ellos no podrán acercarse, sino que se arrodillarán a cierta distancia. \v 2 Sólo tú podrás llegar junto a mí. Recuerda que nadie del pueblo podrá subir al monte». \p \v 3 Moisés anunció al pueblo todas las leyes y reglamentos que el \nd Señor\nd* le había dado, y el pueblo respondió al unísono: «Obedeceremos todo lo que el \nd Señor\nd* ha dicho». \v 4 Moisés escribió todo lo que el \nd Señor\nd* le dijo. \p Al día siguiente, Moisés se levantó muy temprano y construyó un altar al pie del monte, con doce columnas alrededor, pues doce eran las tribus de Israel. \v 5 Entonces envió a algunos de los jóvenes a hacer holocaustos y a sacrificar ofrendas de paz al \nd Señor\nd*. \v 6 Moisés tomó la mitad de la sangre de estos animales y la echó en grandes vasijas. La otra mitad la roció sobre el altar. \v 7 Después leyó al pueblo el libro que había escrito, el Libro del Pacto, que contenía todas las órdenes y leyes de Dios. Y el pueblo dijo nuevamente: \p ―Solemnemente prometemos obedecer todas las leyes del \nd Señor\nd*. \p \v 8 Moisés tomó la sangre que estaba en las vasijas, roció con ella al pueblo, y dijo: \p ―Esta sangre confirma y sella el pacto que el \nd Señor\nd* ha hecho con ustedes, al darles estas leyes. \p \v 9 Moisés, Aarón, Nadab, Abiú y los setenta ancianos de Israel subieron al monte \v 10 y vieron al Dios de Israel parado sobre una especie de pavimento hecho con piedras de zafiro, tan puro como el cielo. \v 11 Y aunque los ancianos pudieron contemplar a Dios, y comer y beber con él, no murieron, pues él no usó su poder para destruirlos. \p \v 12 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Sube al monte, donde estoy, y quédate hasta que yo te dé las leyes y los mandamientos que he grabado en tablas de piedra, para que puedas enseñárselos al pueblo». \p \v 13 Moisés y Josué, su ayudante, subieron al monte de Dios. \v 14 Antes de subir, Moisés les dijo a los ancianos: «Quédense aquí y espérennos hasta que regresemos. Si hay problemas mientras estamos ausentes, consulten con Aarón y Jur». \p \v 15 Cuando Moisés subió, una nube cubrió el monte. \v 16 La gloria del \nd Señor\nd* reposó sobre el monte Sinaí. La nube cubrió el monte por seis días, y al séptimo día Dios llamó a Moisés desde la nube. \v 17 Los que estaban al pie del monte tuvieron una visión sobrecogedora. La gloria del \nd Señor\nd* sobre la cumbre del monte parecía un fuego abrasador. \v 18 Y Moisés desapareció en la nube que cubría el monte, y estuvo allí cuarenta días y cuarenta noches. \c 25 \s1 Las ofrendas para el santuario \p \v 1 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: \v 2 «Dile al pueblo de Israel que el que quiera hacerme una ofrenda, puede traerme \v 3 cualquiera de las siguientes cosas: oro, plata, bronce, \v 4 tela azul, morada o escarlata, lino fino, pelo de cabra, \v 5 pieles de carnero teñidas de rojo, pieles de cabra, madera de acacia, \v 6 aceite de oliva para las lámparas, especias para el aceite de la unción y para el incienso perfumado, \v 7 piedras de ónice y piedras finas para colocarlas en el efod y el pectoral. \v 8 Quiero que el pueblo de Israel me haga un santuario donde pueda habitar en medio de ellos. \v 9 Mi santuario será una tienda, un tabernáculo. Yo te daré el diseño de la construcción y los detalles de todos los utensilios. \s1 El cofre \p \v 10 »Harás un cofre de madera de acacia, de un metro y diez centímetros de largo, por setenta centímetros de ancho y setenta de alto. \v 11 Lo recubrirás por dentro y por fuera con oro puro, y le pondrás una moldura de oro. \v 12 Harás cuatro argollas de oro y se las pondrás en las cuatro esquinas inferiores, dos por cada costado. \v 13-14 También harás unas varas de madera de acacia cubiertas de oro, y las pasarás por las argollas de los costados, para transportarlo. \v 15 Estas varas nunca serán sacadas de las argollas. \v 16 Cuando el cofre esté terminado, colocarás dentro de él las tablas que yo te daré con los Diez Mandamientos grabados en ellas. \p \v 17 »También le harás al cofre una cubierta de oro puro de un metro y diez centímetros de largo, por setenta centímetros de ancho. \v 18 Harás también dos querubines de oro, trabajados a martillo, y los colocarás a los dos extremos de la cubierta del cofre. \v 19 Tanto la tapa del cofre como los dos querubines serán hechos de una sola pieza. \v 20 Los querubines estarán uno frente al otro, mirando hacia el centro de la tapa del cofre, y tendrán sus alas extendidas sobre la cubierta de oro. \v 21 Pondrás la cubierta sobre el cofre y dentro pondrás las tablas de piedra que yo te daré. \v 22 Y me encontraré contigo allí, y conversaré contigo exactamente entre los dos querubines; y el cofre contendrá las leyes de mi pacto. Allí te diré los mandamientos que he promulgado para el pueblo de Israel. \s1 La mesa \p \v 23 »Luego harás una mesa de madera de acacia, de noventa centímetros de largo, cuarenta y cinco de ancho y setenta de alto. \v 24 La cubrirás con oro puro y le harás una moldura de oro alrededor. \v 25 Le harás un borde de siete centímetros y medio de ancho. Alrededor del borde le pondrás una moldura de oro. \v 26-27 Harás cuatro argollas de oro y las pondrás en los costados, junto a las cuatro patas, cerca de la parte superior. Por ellas pasarán las varas que servirán para transportar la mesa. \v 28 Las varas las harás de madera de acacia, recubiertas de oro. \v 29 También harás tazones de oro, platos, cucharas, jarros y tazas para las ofrendas de líquidos. \v 30 Sobre la mesa pondrás el pan de la Presencia, el cual deberá permanecer continuamente delante de mí. \s1 El candelabro \p \v 31 »Harás un candelabro de oro puro, fundido y martillado. Todo el candelabro y sus decorados estarán hechos de una sola pieza: la base, el tallo, los cálices, las copas y las flores. \v 32 De cada lado del candelabro central saldrán tres brazos, \v 33 cada uno de los cuales estará decorado con cálices en forma de flor de almendro. \v 34-35 El candelabro central también estará decorado con cuatro cálices en forma de flor de almendro, con sus capullos y flores. Cada uno será colocado debajo de cada juego de brazos. \v 36 Estos adornos, los brazos y el candelabro central, serán de una pieza de oro martillado. \p \v 37 »Harás siete lámparas para el candelabro, y las pondrás de modo que alumbren hacia adelante. \v 38 Sus despabiladeras y sus platillos serán también de oro puro. \v 39 Necesitarás unos treinta y tres kilos de oro fino para el candelabro y todos sus accesorios. \p \v 40 »Ten cuidado de hacer todo siguiendo el modelo que te he mostrado aquí en el monte. \c 26 \s1 El santuario \p \v 1 »Harás el santuario con diez cortinas de lino fino retorcido, teñidas de azul, morado y escarlata; en ellas bordarás figuras de querubines. \v 2 Las medidas serán de doce metros y medio de largo y un metro con ochenta de ancho. Todas las cortinas tendrán las mismas medidas. \v 3 Las unirás por sus extremos, de cinco en cinco, para formar dos cortinas largas, una para cada lado. \v 4-5 Estarán unidas por medio de ojales de color morado, cincuenta a cada lado. \v 6 Harás cincuenta corchetes de oro para unir los ojales de los dos conjuntos de cortinas, de modo que el santuario, que es la morada de Dios, sea un todo. \p \v 7-8 »El techo del santuario estará hecho de lonas de pelo de cabra. Harás once de estas lonas, cada una de trece metros y medio de largo y un metro ochenta de ancho. \v 9 Unirás cinco lonas para una parte y seis para la otra. La sexta lona colgará al frente de la tienda. \v 10-11 Usarás cincuenta ojales en los bordes de cada una de estas piezas, para unirlas con cincuenta corchetes de bronce. De esta manera las dos piezas formarán una sola. \v 12 Sobrará medio metro de estas lonas, el cual colgará en la parte posterior del santuario, \v 13 y medio metro por la parte frontal. \v 14 Sobre estas lonas colocarás una cubierta de cueros de carnero, teñida de rojo, y sobre esta cubierta colocarás otra de pieles de cabras. Esto completará el techo. \p \v 15-16 »El armazón del santuario estará hecho de madera de acacia. Cada pieza será de cuatro metros y medio de largo por setenta centímetros de ancho. Irán en posición vertical \v 17 y se unirán con espigas por los costados. \v 18-19 Con veinte de estas tablas formarás el costado sur del santuario, sobre cuarenta bases de plata, dos bases para cada tabla. \v 20 En el costado norte también habrá veinte de estas tablas \v 21 con sus cuarenta bases de plata, dos bases por cada tabla, una debajo de cada esquina. \v 22 En el costado occidental habrá seis tablas, \v 23 y dos más en cada esquina. \v 24 Estas tablas estarán unidas de las esquinas mediante ganchos, abajo y arriba. \v 25 De modo que serán ocho tablas en ese extremo, con dieciséis bases de plata para las tablas, dos bases por cada tabla. \p \v 26-27 »Harás cinco travesaños de madera de acacia para cada costado del santuario, y cinco para las tablas de la parte occidental. \v 28 Uno de los travesaños centrales pasará por el centro de las tablas a todo lo largo del santuario. \v 29 Cubrirás las tablas de oro, y harás argollas de oro por donde pasen los travesaños. También cubrirás los travesaños con oro. \v 30 Construirás el santuario como yo te he mostrado en el monte. \p \v 31 »Dentro del santuario harás una cortina de tela azul, morada y escarlata, de lino fino torcido, con querubines bordados en ella. \v 32 La colgarás de cuatro postes de acacia cubiertos de oro, cada una con un gancho de oro. Los postes estarán asentados en cuatro bases de plata. \v 33 Colgarás la cortina de los ganchos. Detrás de esta cortina pondrás el cofre que contiene las tablas de piedra donde están grabadas las leyes de Dios. La cortina separará el Lugar Santo del Lugar Santísimo. \v 34 Sobre el cofre, que estará en el Lugar Santísimo, pondrás el propiciatorio, es decir, la cubierta de oro del cofre. \v 35 La mesa y el candelabro los pondrás frente a frente en la parte exterior de la cortina. El candelabro estará en la parte sur del Lugar Santo, y la mesa en el costado norte. \p \v 36 »Para la entrada del santuario harás otra cortina de lino fino torcido de color azul, morado y escarlata, bordada artísticamente. \v 37 Colgarás esta cortina de cinco postes de madera de acacia cubiertos de oro, con un gancho de oro y base de bronce para cada columna. \c 27 \s1 El altar de los holocaustos \p \v 1 »Con madera de acacia harás un altar cuadrado, de dos metros y medio por lado, y de un metro y medio de alto. \v 2 En cada esquina del altar pondrás un cuerno firmemente unido; y todo estará cubierto de bronce. \v 3 Los recipientes para las cenizas, las palas, las vasijas y los braseros serán de bronce. \v 4 Harás un enrejado de bronce, con una argolla de metal en cada esquina, \v 5 y lo colocarás debajo de la cubierta del altar, de modo que llegue a la mitad de la altura. \v 6 Para mover el altar harás varas de madera de acacia, cubiertas de bronce. \v 7 Para transportar el altar pondrás las varas en las argollas que tiene a cada costado. \v 8 El altar será hueco, hecho de tablas, como te fue mostrado en el monte. \s1 El atrio \p \v 9-10 »Luego harás un atrio para el santuario, el cual estará encerrado con cortinas hechas de lino fino torcido. En el costado sur, las cortinas se extenderán a lo largo de cuarenta y cinco metros y estarán suspendidas de veinte postes, asentados sobre veinte bases de bronce. Las cortinas estarán sujetas por medio de ganchos y varillas de plata, unidos a los postes. \v 11 El costado norte será igual: cortinas a lo largo de cuarenta y cinco metros, colgadas de veinte postes asentados sobre bases de bronce y sujetas con ganchos y varillas de plata. \v 12 El costado occidental del atrio será de veintidós metros y medio, con diez postes y diez bases. \v 13 El lado oriental también será de veintidós metros y medio. \v 14-15 A cada costado de la entrada habrá siete metros de cortinas, con tres postes y tres bases en cada lado. \p \v 16 »La entrada del atrio tendrá una cortina de nueve metros de largo, hecha de lino fino torcido, teñido de azul, morado y escarlata, y bordada en forma artística. Estará colgada de cuatro postes asentados sobre cuatro bases. \v 17 Todos los postes alrededor del atrio estarán unidos por medio de barras de plata, montadas en ganchos de plata. Los postes estarán asentados sobre bases de bronce. \v 18 Todo el atrio será de cuarenta y cinco metros de largo y veintidós y medio de ancho, y las cortinas serán de dos metros y medio de alto, hechas de lino fino torcido. \p \v 19 »Todos los utensilios que se necesiten en el santuario, incluyendo todas las estacas y los clavos, serán de bronce. \s1 El aceite para el candelabro \p \v 20 »Pide al pueblo de Israel que te traiga aceite puro de oliva, para usarlo en las lámparas del santuario, de modo que se mantengan siempre encendidas. \v 21 Aarón y sus hijos colocarán las lámparas en el Lugar Santo, y las mantendrán encendidas delante del \nd Señor\nd* día y noche. Esta será una norma permanente para el pueblo de Israel. \c 28 \s1 Las vestiduras sacerdotales \p \v 1 »Consagra a tu hermano Aarón y a sus hijos Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar, para que me sirvan como sacerdotes y ministros. \v 2 Hazle vestiduras especiales a Aarón, para indicar que está separado para el servicio de Dios, vestiduras hermosas que señalen la dignidad de su oficio. \v 3 Ordena a quienes he dotado de capacidad para ello, que le hagan vestiduras que lo distingan de los demás, para que pueda desempeñar el oficio de sacerdote. \v 4 Estas son las vestiduras que harán: un pectoral, un efod, un manto, una túnica bordada, una mitra y un cinturón. También harán vestiduras especiales para los hijos de Aarón. \s1 El efod \p \v 5-6 »El efod será una gran obra de arte, en la que usarán hilos de oro e hilos de lino fino de color azul, morado y escarlata. \v 7 Consistirá de dos piezas que se unirán sobre los hombros. \v 8 El cinto estará hecho del mismo material, hilos de oro e hilos de lino fino torcido de color azul, morado y escarlata. \v 9 Tomarán dos piedras de ónice y grabarán en ellas los nombres de las tribus de Israel. \v 10 Habrá seis nombres en cada piedra, dispuestos según el orden de su nacimiento. \v 11 Cuando graben estos nombres, deberán usar la misma técnica que se usa para hacer un sello, y montarán las piedras en oro. \v 12 Deberán montar las dos piedras sobre las hombreras del efod, como piedras de recuerdo para Israel: Aarón llevará sus piedras delante del \nd Señor\nd*, como un recuerdo constante. \v 13-14 Harán dos cadenas de oro puro, trenzadas en forma de cordón, la cuales se unirán con enlaces de oro, sobre las hombreras del efod. \s1 El pectoral \p \v 15 »Luego, con gran esmero harán el pectoral, para que sea usado para impartir justicia. Usa hilos de oro y de lino fino torcido de color azul, morado y escarlata, como en el efod. \v 16 Será cuadrado, y estará hecho de dos pedazos de tela que formarán una bolsa de veinte centímetros de lado. \v 17 Pondrás cuatro hileras de piedras. En la primera hilera habrá un rubí, un topacio y una esmeralda. \v 18 En la segunda hilera, una turquesa, un zafiro y un diamante. \v 19 En la tercera, un jacinto, un ágata y una amatista. \v 20 En la cuarta, un berilo, un ónice y un jaspe. Todas estarán engastadas en oro. \v 21 Cada piedra representará una tribu de Israel, y el nombre de cada tribu será grabado en cada piedra como un sello. \p \v 22-24 »Unirás la parte superior del pectoral al efod por medio de dos cordones trenzados de oro puro. Un cabo de cada cordón estará atado a un anillo de oro colocado en la parte superior del pectoral. \v 25 Los otros extremos de los dos cordones serán atados a la parte delantera de los engastes de las piedras de ónice, que estarán sobre las hombreras del efod. \v 26 Harás dos anillos de oro y los colocarás en las partes interiores e inferiores del pectoral. \v 27 Además, harás dos anillos de oro para fijarlos en la parte delantera de las dos hombreras del efod, a la altura del cinto. \v 28 Fijarás la parte inferior del pectoral a los anillos del efod por medio de cintas azules. Esto evitará que el pectoral se separe del efod. \v 29 De esta manera, Aarón llevará los nombres de las tribus de Israel en el pectoral, sobre su corazón, cuando entre al Lugar Santo. Así el \nd Señor\nd* los recordará continuamente. \v 30 Dentro del pectoral pondrás el urim y el tumim,\f + \fr 28.30 \fr*\ft Aparentemente una forma de suerte sagrada para conocer la voluntad de Dios mediante respuestas simples de «sí» o «no».\ft*\f* para que Aarón los lleve junto a su corazón cuando entre en la presencia del \nd Señor\nd*. De esta manera llevará siempre, junto a su corazón, el urim y el tumim que le servirán para impartir justicia. \s1 Otras vestiduras sacerdotales \p \v 31 »El manto del efod será hecho con tela de color morado, \v 32 con una abertura para la cabeza. Tendrá un borde tejido alrededor de la abertura, como refuerzo. Será como el que se hace en el cuello de un chaleco, para que no se rompa fácilmente. \v 33-34 El borde inferior del efod estará bordado con granadas de color azul, morado y escarlata, que se alternarán con campanillas de oro. \v 35 Aarón usará el efod siempre que entre a servir delante del \nd Señor\nd*. Las campanillas sonarán cada vez que él entre y salga de la presencia del \nd Señor\nd* en el Lugar Santo, para que no muera. \p \v 36 »Además, harás una lámina de oro puro y grabarás en ella: \sc dedicado al Señor\sc*, como se hace con un sello. \v 37-38 Esta lámina estará atada con una cinta morada a la parte delantera de la mitra. Aarón la llevará siempre sobre la frente, para que el \nd Señor\nd* acepte las ofrendas de los israelitas, pues él cargará con los pecados que el pueblo cometa al presentar sus ofrendas. Así el \nd Señor\nd* les perdonará y aceptará sus ofrendas. \p \v 39 »Tejerás la túnica de Aarón de lino fino, y también del mismo lino harás la mitra y un cinto bordado. \p \v 40 »Para los hijos de Aarón harás túnicas, cintos y mitras que les den un aspecto honorable y respetable. \v 41 Les pondrás a Aarón y a sus hijos estas vestiduras y luego los dedicarás al ministerio, ungiéndolos en la cabeza con aceite de oliva y santificándolos como sacerdotes y ministros míos. \v 42 También les harás calzoncillos de lino, que usarán debajo de la túnica, pegados a su cuerpo, que les lleguen desde la cadera hasta las rodillas. \v 43 Aarón y sus hijos los usarán cada vez que entren en el santuario, al altar del Lugar Santo, para que no incurran en falta y, por esto, mueran. Esta es una ordenanza permanente para Aarón y sus hijos. \c 29 \s1 Consagración de los sacerdotes \p \v 1 »Esta es la ceremonia para la dedicación de Aarón y sus hijos como sacerdotes: Tomarás un becerro y dos carneros sin defectos, \v 2 pan y tortas sin levadura, pasados por aceite, y hojaldres sin levadura, sobre los que se haya rociado aceite. Los diversos tipos de pan estarán hechos de harina fina. \v 3-4 Colocarás el pan en un canasto y lo llevarás a la entrada del santuario, junto con el becerro y los dos carneros. \p »Bañarás a Aarón y a sus hijos allí a la entrada. \v 5 Luego vestirás a Aarón con su túnica, el efod, el pectoral y el cinto, \v 6 y le pondrás en la cabeza la mitra con la lámina de oro. \v 7 Tomarás el aceite de la unción y lo derramarás sobre su cabeza. \v 8 Después vestirás a sus hijos con sus túnicas \v 9 y sus cintos tejidos, y les pondrás las mitras. Serán sacerdotes para siempre. De esa manera consagrarás a Aarón y a sus hijos. \p \v 10 »Traerás el becerro al santuario, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del animal. \v 11 Lo matarás delante del \nd Señor\nd*, a la entrada del santuario. \v 12 Pondrás su sangre sobre los cuernos del altar, mojándolos con el dedo, y derramarás el resto en la base del altar. \v 13 Tomarás toda la grasa que cubre los intestinos y el hígado, así como los dos riñones y la grasa que hay sobre ellos, y los quemarás sobre el altar. \v 14 Después tomarás el cuerpo, incluyendo la piel y el excremento, los llevarás fuera del campamento y los quemarás como una ofrenda por el pecado. \p \v 15-16 »Luego Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza de uno de los carneros que va a ser sacrificado. Su sangre será recogida para ser rociada sobre el altar. \v 17 Cortarás el carnero en pedazos, y lavarás los intestinos y las piernas; lo pondrás con la cabeza y las demás partes del cuerpo \v 18 y lo quemarás sobre el altar. Este es un holocausto de muy grato olor para el \nd Señor\nd*. \p \v 19-20 »Luego tomarás el otro carnero, y Aarón y sus hijos le pondrán las manos sobre la cabeza mientras lo sacrifican. Tomarás un poco de la sangre y la untarás en el lóbulo de la oreja derecha y en los pulgares de la mano derecha y del pie derecho de Aarón y de sus hijos; con el resto rociarás el altar. \v 21 También tomarás sangre del altar, la mezclarás con aceite de la unción, y rociarás esto sobre Aarón, sus hijos y sus vestiduras. En esta forma ellos serán consagrados al \nd Señor\nd*, junto con sus vestiduras. \p \v 22 »Luego, toma del carnero la grasa, la cola, la grasa que cubre los intestinos y el hígado, los dos riñones y la grasa que los rodea, y la espaldilla derecha, porque este es el carnero para la ordenación de Aarón y sus hijos. \v 23 Toma también un pan, una torta de pan de aceite y un hojaldre del canastillo de panes sin levadura, que fue puesto delante del \nd Señor\nd*, \v 24 y ponlos en las manos de Aarón y de sus hijos, quienes los ofrecerán meciéndolos ante el \nd Señor\nd*. \v 25 Luego ellos te entregarán todos estos productos, para que tú los quemes sobre el altar, como holocausto de olor delante del \nd Señor\nd*. \v 26 Después tomarás el pecho del carnero de la ordenación de Aarón y lo ofrecerás, meciéndolo delante del \nd Señor\nd*. Esta parte del animal será para ti. \p \v 27 »Les darás el pecho y la espadilla del carnero de la consagración \v 28 a Aarón y a sus hijos. El pueblo de Israel siempre debe dar esta porción de sus sacrificios de paz a Aarón y a sus hijos, como contribución. \p \v 29 »Las vestiduras sagradas de Aarón serán preservadas para los hijos que le sucedan de generación en generación, en la ceremonia en que sean consagrados como sacerdotes. \v 30 Cualquiera que sea el sumo sacerdote que suceda a Aarón, deberá usar estas vestiduras durante siete días, al entrar al santuario para ministrar en el Lugar Santo. \p \v 31 »Tomarás el carnero de la consagración, el carnero usado en la ceremonia ordinaria, y cocerás su carne en un lugar santificado. \v 32 Aarón y sus hijos comerán la carne y el pan del canasto en la puerta del santuario. \v 33 Sólo ellos comerán estas cosas usadas en su expiación, es decir, en la ceremonia de su consagración. El hombre común no comerá de ello, porque estas cosas son sagradas. \v 34 Deberás quemar el pan o la carne que sobre. Lo que sobre no podrá ser comido al día siguiente, porque es sagrado. \p \v 35 »Este, pues, es el modo de ordenar a Aarón y a sus hijos para el desempeño de sus funciones. Esta ordenación durará siete días. \v 36 Cada día sacrificarás un becerro como ofrenda expiatoria por el pecado. Después purificarás el altar, haciendo expiación por él y derramando aceite de oliva sobre él para consagrarlo. \v 37 Harás expiación por el altar y lo consagrarás a Dios cada uno de los siete días. Después de esto, el altar será muy santo, y cualquiera que lo toque será apartado para el \nd Señor\nd*. \p \v 38 »Cada día ofrecerás dos corderos de un año sobre el altar, \v 39 uno en la mañana y otro en la tarde. \v 40 Con uno de ellos ofrecerás dos kilos de harina fina, mezclada con un litro de aceite de oliva y un litro de vino, para la libación. \v 41 Ofrecerás el otro cordero en la tarde, junto con la harina y el vino para la libación, como se hizo en la mañana, como ofrenda de olor fragante al \nd Señor\nd*. \p \v 42 »Esta será una ofrenda diaria que me ofrecerán todos los israelitas, a través de todas sus generaciones. Me la ofrecerán a la entrada del santuario, que es el lugar donde me encontraré contigo y te hablaré. \v 43 Allí me reuniré con el pueblo de Israel, y el santuario será santificado por mi gloria. \v 44 Yo santificaré el santuario y el altar, y a Aarón y a sus hijos, que son mis ministros, mis sacerdotes. \v 45 Viviré en medio del pueblo de Israel y seré su Dios, \v 46 y ellos sabrán que yo soy el \nd Señor\nd* su Dios. Yo los saqué de Egipto para vivir entre ellos. Yo soy el \nd Señor\nd* su Dios. \c 30 \s1 El altar del incienso \p \v 1 »Harás luego un pequeño altar para quemar incienso. Lo harás de madera de acacia. \v 2 Tendrá cuarenta y cinco centímetros de ancho, cuarenta y cinco centímetros de largo y noventa centímetros de alto. Tallarás sus cuernos de la misma pieza, para que sean parte del altar. \v 3 Cubrirás la parte superior, los costados y los cuernos del altar con oro puro, y en todo su contorno pondrás una moldura de oro. \v 4 Bajo la moldura, a ambos costados, harás dos argollas de oro para poner las varas que servirán para transportarlo. \v 5 Las varas serán de madera de acacia, cubiertas de oro. \v 6 Pondrás el altar junto a la cortina, por el lado exterior, cerca de la tapa que cubre el cofre que contiene los Diez Mandamientos. Allí es donde me encontraré contigo. \p \v 7 »Cada mañana, cuando Aarón prepare las lámparas, quemará incienso aromático sobre el altar, \v 8 y cada tarde cuando encienda las lámparas, quemará el incienso delante del \nd Señor\nd*. Esto se hará de generación en generación. \v 9 No ofrecerás incienso, holocaustos, ofrendas ni libaciones que no hayan sido autorizados por el \nd Señor\nd*. \p \v 10 »Una vez al año, Aarón deberá consagrar el altar, poniendo sobre los cuernos la sangre de la ofrenda de expiación por el pecado. Esta será una ceremonia que se hará sin falta cada año, de generación en generación, porque este es el altar que ha sido consagrado por completo al \nd Señor\nd*». \s1 Dinero para la expiación \p \v 11-12 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Siempre que hagas un censo del pueblo de Israel, cada hombre que sea contado dará un rescate al \nd Señor\nd* por su persona, para que no haya plaga en el pueblo cuando tú lo cuentes. \v 13 Este pago equivaldrá a medio siclo del santuario, es decir, seis gramos de plata. \v 14 Todos los que hayan cumplido veinte años darán esta ofrenda. \v 15 El rico no dará más, ni el pobre dará menos, porque es una ofrenda para el \nd Señor\nd*, para hacer expiación por ustedes mismos. \v 16 Usarás este dinero para el cuidado del Santuario. Esto servirá para que el \nd Señor\nd* recuerde que los israelitas pagaron el dinero del rescate, y para hacer expiación por ellos». \s1 El lavamanos \p \v 17-18 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Harás un lavamanos de bronce, con una base de bronce. Lo pondrás entre el Santuario y el altar, y lo llenarás de agua. \v 19 Aarón y sus hijos se lavarán las manos y los pies allí \v 20 cuando entren al Santuario a presentarse delante del \nd Señor\nd*, o cuando se acerquen al altar para presentar holocausto delante del \nd Señor\nd*. Siempre deberán lavarse antes de hacer esto, o morirán. \v 21 Estas son instrucciones para Aarón y sus hijos, de generación en generación». \s1 El aceite de la unción \p \v 22-23 Entonces el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Toma las siguientes especias: seis kilos de mirra pura, tres kilos de canela, tres kilos de cálamo aromático, \v 24 seis kilos de casia y cuatro litros de aceite de oliva. Para esto, deberás usar la medida que se usa en el santuario. \v 25 Con estos ingredientes prepararás el aceite, tal como lo hacen los expertos en preparar perfumes. Este será el aceite santo de la unción. \p \v 26-27 »Usarás este aceite para ungir el santuario, la mesa y todos sus instrumentos, el candelabro y todos sus utensilios, el altar del incienso, \v 28 el altar del holocausto con todos sus instrumentos, y el lavamanos con su base. \v 29 Conságralos para que sean sagrados. Cualquier cosa que los toque será sagrada. \v 30 También lo usarás para ungir a Aarón y a sus hijos, consagrándolos para que puedan servir delante de mí como sacerdotes. \v 31 Y dile al pueblo de Israel: “Este será siempre mi aceite de unción. \v 32 No debe ser derramado sobre personas comunes, y no harás jamás este aceite por tu cuenta, porque es sagrado y será tratado por ti como algo sagrado. \v 33 Cualquiera que prepare un aceite semejante a este o lo ponga sobre alguien que no sea un sacerdote, será expulsado de la comunidad”». \s1 El incienso \p \v 34 Estas fueron las instrucciones que el \nd Señor\nd* le dio a Moisés acerca del incienso: «Tomarás cantidades iguales de aromas: resina, uña aromática, gálbano e incienso puro, \v 35 y, según las técnicas del perfumista, harás un perfume sazonado con sal. Será un incienso puro y santo. \v 36 Molerás una parte y la pondrás frente al cofre, donde yo me reúno contigo en el santuario. Este incienso es muy sagrado. \v 37 No lo hagan jamás para ustedes mismos, porque está reservado para el \nd Señor\nd*, y deben tratarlo como cosa sagrada. \v 38 Cualquiera que lo haga será expulsado de la comunidad». \c 31 \s1 Bezalel y Aholiab \p \v 1 También el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: \v 2 «Yo he designado a Bezalel hijo de Uri y nieto de Jur, de la tribu de Judá. \v 3 Lo he llenado con mi Espíritu y le he dado sabiduría, capacidad y habilidad para la construcción del santuario y todo lo que contiene. \v 4 Está altamente capacitado como diseñador artístico de objetos de oro, de plata y de bronce. \v 5 También ha sido dotado como joyero y tallador de madera. \p \v 6 »Igualmente, he designado a Aholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, para que sea su ayudante. Además, he dado habilidad especial a todos los que son conocidos como expertos, para que puedan hacer todas las cosas que he ordenado, esto es, \v 7 el santuario, el cofre con el propiciatorio sobre ella, todos los utensilios del templo, \v 8 la mesa y sus utensilios, el candelabro de oro y sus utensilios, el altar del incienso, \v 9 el altar del holocausto con sus utensilios, el lavamanos y su base, \v 10 las hermosas y sagradas vestiduras sacerdotales de Aarón y de sus hijos, \v 11 el aceite de la unción y el incienso perfumado para el Lugar Santo. Ellos seguirán exactamente las instrucciones que yo te he dado». \s1 El sábado \p \v 12-13 El \nd Señor\nd* le dio estas instrucciones a Moisés: «Dile al pueblo de Israel que observe mi día de descanso, porque el descanso es un recordatorio del pacto que hice con ustedes para siempre. Es para que recuerden que yo soy el \nd Señor\nd* que los santifico. \v 14-15 Descansarán en ese día, porque es santo. Cualquiera que no obedezca este mandamiento, morirá. Cualquiera que haga alguna clase de trabajo en ese día, será ejecutado. \v 16 Solamente trabajarán seis días, porque el día séptimo es el día de descanso solemne, santo para el \nd Señor\nd*. Esta ley es un pacto perpetuo y una obligación para el pueblo de Israel. \v 17 Es un símbolo eterno del pacto que he hecho con el pueblo de Israel, porque en seis días yo, el \nd Señor\nd*, hice el cielo y la tierra, y el séptimo día descansé». \p \v 18 Cuando terminó de hablar con Moisés sobre el monte Sinaí, Dios le entregó dos tablas de piedra con los Diez Mandamientos, escritos con su propio dedo. \c 32 \s1 El becerro de oro \p \v 1 Como Moisés se demoraba en descender del monte, el pueblo se presentó ante Aarón: \p ―Mira —le dijeron—, haznos dioses que nos dirijan, porque este Moisés que nos sacó de Egipto no aparece; algo debe de haberle ocurrido. \p \v 2-3 ―Tráiganme los aretes de oro que tengan sus esposas, hijos e hijas —respondió Aarón. \p Así que todos los que tenían aretes se los quitaron y se los entregaron a Aarón. \v 4 Entonces él fundió el oro, y con un cincel hizo un becerro. Al ver el becerro, el pueblo exclamó: «¡Israel, este es tu dios que te sacó de Egipto!». \p \v 5 Cuando Aarón vio lo feliz que estaba el pueblo con el becerro, edificó un altar delante del becerro, y anunció: \p ―Mañana habrá fiesta en honor del \nd Señor\nd*. \p \v 6 A la mañana siguiente madrugaron y comenzaron a presentar holocaustos y ofrendas de paz. Luego de comer y beber, se entregaron a la diversión. \v 7 Por eso, el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: \p ―Date prisa, desciende, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha contaminado, \v 8 y pronto han abandonado mis leyes. Han hecho un becerro y lo han adorado; le han ofrecido sacrificios y han dicho: “¡Israel, este es tu dios que te sacó de Egipto!”. \p \v 9 El \nd Señor\nd* añadió: \p ―He visto que este pueblo es rebelde y testarudo. \v 10 Deja que desate contra ellos mi ira y los destruya; y de ti, Moisés, haré otra nación grande. \p \v 11 Pero Moisés le rogó al \nd Señor\nd* que no lo hiciera. \p ―\nd Señor\nd* —suplicó—, ¿por qué se ha encendido tanto tu ira contra este tu pueblo, al que sacaste de Egipto con tu gran poder y tan grandes milagros? \v 12 ¿Quieres que los egipcios digan: “Dios los engañó y los hizo ir a las montañas para matarlos y borrarlos de la tierra”? Aparta tu ira y no le hagas eso a tu pueblo. \v 13 Recuerda lo que le prometiste a tus siervos Abraham, Isaac e Israel cuando juraste por ti mismo: “Yo multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y les daré toda la tierra que he prometido a tus descendientes, y la heredarán para siempre”. \p \v 14 Entonces el \nd Señor\nd* tuvo compasión de ellos y no los destruyó. \v 15 Luego Moisés descendió del monte, llevando en sus manos las dos tablas de piedra, en las que estaban escritos los mandamientos por ambos lados. \v 16 Dios mismo preparó las tablas y escribió en ellas. \p \v 17 Cuando Josué oyó el bullicio del pueblo que gritaba, le dijo a Moisés: \p ―Suena como si estuvieran preparándose para la guerra. \p \v 18 Pero Moisés le respondió: \p ―No es grito de victoria ni de derrota lo que yo oigo; lo que escucho son canciones. \p \v 19 Cuando llegaron cerca del campamento, Moisés vio el becerro y las danzas, y con terrible ira arrojó las tablas al suelo, al pie del monte, y se rompieron. \v 20 Luego tomó el becerro, lo fundió en fuego, y cuando se enfrió el metal, lo molió hasta hacerlo polvo. Mezcló ese polvo con agua, para que el pueblo bebiera. \v 21 Después se dirigió a Aarón, y le preguntó: \p ―¿Qué te ha hecho este pueblo, para que le hagas cometer este terrible pecado? \p \v 22 ―No te enojes tanto —dijo Aarón—. Tú bien sabes que este pueblo es inclinado a la maldad. \v 23 Ellos me dijeron. “Haznos un dios que nos dirija, porque algo le habrá ocurrido a Moisés, el que nos sacó de Egipto”. \v 24 Entonces les dije: “Tráiganme sus aretes”. Ellos me los trajeron, los eché al fuego… y ¡salió este becerro! \p \v 25 Cuando Moisés vio que Aarón no había podido guiar bien a los israelitas, y que por eso se habían vuelto locos, de tal modo que la gente de otros pueblos se estaban burlando de ellos, \v 26 se paró a la entrada del campamento y gritó: «¡Todos los que estén de parte del \nd Señor\nd*, vengan aquí y únanse a mí!». Entonces todos los levitas se acercaron. \p \v 27 Moisés les dijo: «El \nd Señor\nd*, Dios de Israel, les ordena que tomen sus espadas y recorran el campamento, de uno a otro extremo, y maten a sus hermanos, parientes y vecinos». \v 28 Los levitas lo hicieron, y aquel día mataron a unos tres mil hombres. \p \v 29 Moisés, entonces, les dijo: «Hoy se han santificado para el servicio del \nd Señor\nd*, porque han obedecido, aun cuando tuvieron que dar muerte a sus hijos y hermanos. Ahora el \nd Señor\nd* les dará una gran bendición». \p \v 30 Al día siguiente, Moisés le dijo al pueblo: «Ustedes han cometido un gran pecado, pero yo regresaré a la montaña, y me presentaré delante del \nd Señor\nd*, para interceder por ustedes. Quizá él quiera otorgarles el perdón». \p \v 31 Moisés regresó a la presencia del \nd Señor\nd*, y le dijo: \p ―Desgraciadamente este pueblo ha pecado en gran manera y ha hecho ídolos de oro. \v 32 Sólo te ruego que perdones su pecado. Si no lo haces, te pido que borres mi nombre del libro que has escrito. \p \v 33 ―Cualquiera que haya pecado contra mí —dijo el \nd Señor\nd*— será borrado. \v 34 Ahora ve y conduce al pueblo al lugar que yo te indiqué, y diles que mi ángel irá delante de ellos. Sin embargo, cuando yo visite a este pueblo, lo castigaré por sus pecados. \p \v 35 Luego el \nd Señor\nd* envió una gran plaga al pueblo, porque habían adorado al becerro que Aarón les hizo. \c 33 \s1 Hacia la Tierra prometida \p \v 1 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: «Lleva a este pueblo que sacaste de Egipto a la tierra que prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque yo les prometí que les daría esta tierra a sus descendientes. \v 2 Enviaré un ángel delante de ti para que expulse a los cananeos, a los amorreos, a los hititas, a los ferezeos, a los heveos y a los jebuseos. \v 3 Es una tierra de la que fluye leche y miel. Pero yo no iré con ustedes, porque son un pueblo rebelde y soberbio, y no resistiré el deseo de destruirlos en el camino». \p \v 4 Cuando los israelitas oyeron estas duras palabras, se pusieron a llorar, y se despojaron de sus joyas y ornamentos, \v 5 porque el \nd Señor\nd* le había ordenado a Moisés que les dijera: «Ustedes son un pueblo rebelde y soberbio. Si estuviera con ustedes un momento, los exterminaría. Quítense las joyas y ornamentos hasta que decida lo que haré con ustedes». \v 6 Después de esto, ellos dejaron de usar joyas. \s1 La Tienda de reunión \p \v 7 Moisés siempre levantaba, a cierta distancia del campamento, el santuario o Tienda de reunión con Dios. Todo el que quería consultar al \nd Señor\nd*, iba allí. \v 8 Siempre que Moisés salía hacia la Tienda de reunión, el pueblo se levantaba y se paraba a la entrada de sus tiendas, y se quedaban mirando hasta que él entraba en la Tienda. \v 9 Cuando él entraba, la columna de nube descendía y cubría la entrada, mientras el \nd Señor\nd* le hablaba. \v 10 Entonces todo el pueblo adoraba delante de sus tiendas, y se inclinaba ante la columna de nube. \v 11 En la Tienda de reunión, el \nd Señor\nd* le hablaba a Moisés cara a cara, como un hombre habla con su amigo. Después Moisés regresaba al campamento, pero el joven que le ayudaba, Josué hijo de Nun, nunca se alejaba de la Tienda de reunión. \s1 La gloria del \nd Señor\nd* \p \v 12 Moisés un día habló allí con el \nd Señor\nd*, y le dijo: \p ―Me has pedido que lleve a este pueblo a la Tierra prometida, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. Dices que eres mi amigo y que he hallado gracia delante de ti. \v 13 Si es así, te ruego que me indiques qué quieres que haga, para que pueda comprenderte claramente y saber que cuento con tu ayuda. No olvides que esta nación es tu pueblo. \p \v 14 Y el \nd Señor\nd* respondió: \p ―Yo iré contigo y te daré descanso. \p \v 15 Moisés le dijo: \p ―Si no vas a ir con nosotros, no dejes que nos movamos ni un paso de este lugar. \v 16 Si no vas con nosotros, ¿quién sabrá que mi pueblo y yo contamos con tu ayuda, y que somos diferentes a los demás pueblos que habitan la tierra? \p \v 17 Entonces el \nd Señor\nd* le respondió: \p ―Haré lo que tú has pedido, porque ciertamente cuentas con mi ayuda, y eres mi amigo. \p \v 18 Moisés, entonces, le dijo: \p ―¡Permíteme contemplar tu gloria! \p \v 19 Y el \nd Señor\nd* le respondió: \p ―Haré que pase delante de ti mi gloria, y pronunciaré mi nombre, pues soy bondadoso y compasivo con quien quiero. \v 20 Pero no podrás ver mi rostro, porque ningún hombre podrá verme y seguir viviendo. \v 21 Sin embargo, quédate en esta roca que está junto a mí, \v 22 y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la roca y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. \v 23 Luego quitaré mi mano, y podrás verme la espalda, pero no el rostro. \c 34 \s1 Las nuevas tablas de piedra \p \v 1 El \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: \p ―Prepara dos tablas de piedra como las primeras, y yo escribiré en ellas los mismos mandamientos que estaban en las tablas que quebraste. \v 2 Prepárate para subir a la cumbre del monte Sinaí, para presentarte ante mí. \v 3 Nadie vendrá contigo y nadie deberá estar en ningún lugar del monte. Ni dejes que los animales pasten junto al monte. \p \v 4 Moisés tomó dos tablas de piedra similares a las primeras, se levantó de madrugada y subió al monte Sinaí, tal como el \nd Señor\nd* le había dicho, llevando las dos tablas de piedra en las manos. \p \v 5-6 El \nd Señor\nd* descendió en la forma de una columna de nube y estuvo allí con él, y pasó delante de él y anunció el significado de su nombre: \p ―Yo soy el \nd Señor\nd*, Dios de misericordia y de gracia —dijo—. Soy lento para la ira y grande en misericordia y verdad. \v 7 Yo, el \nd Señor\nd*, muestro este amor firme a millares que reciben el perdón de sus pecados; pero no doy por inocente al culpable, y exijo que el pecado del padre sea castigado en los hijos, en los nietos y aun en generaciones posteriores. \p \v 8 Moisés se postró delante del \nd Señor\nd*, lo adoró \v 9 y le dijo: \p ―\nd Señor\nd*, si es cierto que cuento con tu favor, te ruego que vayas con nosotros a la Tierra prometida. Sí, el pueblo es rebelde y soberbio, pero perdona nuestros pecados y acéptanos como pueblo tuyo. \p \v 10 El \nd Señor\nd* le respondió: \p ―Bien, este es el pacto que voy a hacer contigo. Haré milagros como nunca han sido hechos en toda la tierra, y todo el pueblo de Israel verá mi poder, el terrible poder que mostraré por medio de ti. \v 11 Tu parte en este pacto es obedecer todos mis mandamientos. Entonces yo expulsaré de delante de ti a los amorreos, a los cananeos, a los hititas, a los ferezeos, a los heveos, y a los jebuseos. \p \v 12 »Cuídate de hacer alianza con el pueblo que habita la tierra a donde vas, porque si lo haces, pronto andarás en sus malos caminos. \v 13 En cambio, destruirás sus altares paganos, derribarás las piedras que adoran y destrozarás las imágenes de la diosa Aserá. \v 14 No deben adorar otros dioses sino solamente a mí, porque yo, el \nd Señor\nd*, soy un Dios celoso, que exige lealtad absoluta y devoción exclusiva. \p \v 15 »No harás tratados de paz con los pueblos que viven en esa tierra, porque son idólatras que me han rechazado para ofrecer sacrificios a sus dioses. Si haces amistad con ellos, entonces, cuando presenten los sacrificios a sus dioses, te invitarán a participar, y te sentirás obligado a ir. \v 16 Y aceptarás para tus hijos a sus hijas, que adoran a otros dioses, y tus hijos me abandonarán, y adorarán a los dioses de sus esposas. \v 17 No tendrás nada que ver con los ídolos. \p \v 18 »Celebrarás la fiesta de los Panes sin levadura durante siete días, en la forma que te ordené, en la fecha señalada del mes de aviv. Este fue el mes en que saliste de Egipto. \p \v 19 »Todo primer macho es mío: vacuno, lanar y cabrío. \v 20 El primer burro podrá ser redimido, dando un cordero en su lugar. Pero si decides no redimirlo, deberás quebrarle el cuello. Todos tus hijos serán redimidos; ninguno se presentará delante de mí sin una ofrenda. \p \v 21 »Aun durante el tiempo de la siembra y el de la cosecha, solamente trabajarás durante seis días y descansarás el séptimo. \p \v 22 »Te acordarás de celebrar la fiesta de las Semanas, al comenzar la cosecha del trigo, y la fiesta de la Cosecha, al fin del año. \p \v 23 »Todos los varones de Israel deberán presentarse ante mí tres veces al año. Yo soy el \nd Señor\nd*, Dios de Israel. \v 24 Nadie atacará ni conquistará tu tierra mientras estés delante del \nd Señor\nd* tu Dios, porque expulsaré a las naciones delante de ti y agrandaré tus fronteras. \p \v 25 »No usarás panes con levadura en tus sacrificios, y no dejarás hasta el día siguiente la carne del cordero pascual. \p \v 26 »Cada año deberás ofrecerme los mejores frutos de las primeras cosechas, y lo traerás a la casa del \nd Señor\nd* tu Dios. \p »No cocinarás el cabrito en la leche de su madre». \p \v 27 También el \nd Señor\nd* le dijo a Moisés: \p ―Escribe estas leyes que te doy, porque son las condiciones del pacto que hice contigo y con Israel. \p \v 28 Moisés estuvo con el \nd Señor\nd* en el monte durante cuarenta días y cuarenta noches; y en todo ese tiempo no comió ni bebió. Durante ese tiempo, Dios grabó el pacto, los Diez Mandamientos, sobre tablas de piedra. \s1 El rostro radiante de Moisés \p \v 29 Cuando Moisés descendió del monte con las tablas en la mano, no se dio cuenta de que su rostro resplandecía por haber estado en la presencia de Dios. \v 30 Debido al resplandor de su rostro, Aarón y el pueblo de Israel tuvieron miedo de acercarse. \v 31 Pero Moisés los llamó, y Aarón y todos los dirigentes de la congregación fueron y hablaron con él. \v 32 Después todo el pueblo se acercó, y él les dio los mandamientos que el \nd Señor\nd* le había entregado en el monte. \v 33 Cuando Moisés acabó de hablar con ellos, se puso un velo en el rostro. \v 34 Pero cuando entraba en el santuario a hablar con el \nd Señor\nd*, se quitaba el velo hasta que volvía a salir. Entonces comunicaba al pueblo toda instrucción que el \nd Señor\nd* le hubiera dado, \v 35 y el pueblo veía su rostro resplandeciente. Entonces Moisés se ponía de nuevo el velo, hasta que volvía al santuario a hablar con Dios. \c 35 \s1 Normas para el sábado \p \v 1 Un día Moisés convocó a todos los israelitas, y les dijo: «Estas son las leyes que el \nd Señor\nd* les ha dado para que las obedezcan: \v 2 Trabajarán solamente seis días, pues el séptimo es día de descanso solemne, santo, y debe ser dedicado a la adoración al \nd Señor\nd*. Cualquiera que trabaje en ese día, morirá. \v 3 No deben ni siquiera encender fuego en sus hogares ese día». \s1 Materiales para el santuario \p \v 4 Luego Moisés le dijo a todo el pueblo: «Esto es lo que el \nd Señor\nd* ha ordenado: \v 5-9 Todo el que tenga corazón generoso, puede traer las siguientes ofrendas al \nd Señor\nd*: \p Oro, plata, y bronce; tela azul, morada y escarlata, hecha de lino fino torcido o de pelo de cabra; pieles de carnero, y pieles de cabra especialmente tratadas; madera de acacia; aceite de oliva para las lámparas; especias para el aceite de la unción y para el incienso; piedras de ónice y piedras para usar en el efod y en el pectoral. \p \v 10-19 »Vengan todos los que son artesanos con talentos especiales y construyan lo que el \nd Señor\nd* les ha ordenado: \p La Tienda del santuario con sus cubiertas, ganchos, tablas, barras, columnas y bases; el cofre y sus varas; el propiciatorio; la cortina que está delante del Lugar Santo; la mesa con sus varas y todos sus utensilios; el pan de la ofrenda; el candelabro con sus lámparas y aceite; el altar del incienso y sus varas para transportarlo; el aceite de la unción y el incienso aromático; la cortina para la puerta del santuario; el altar para los holocaustos; el enrejado de bronce del altar, sus varas para transportarlo, y sus demás utensilios; el lavamanos con su base; las cortinas que servirán de cerco para el atrio; las columnas y sus bases; la cortina para la entrada del atrio; las estacas del atrio del santuario, y sus cuerdas; las vestiduras sagradas que los sacerdotes deben usar cuando sirvan en el Lugar Santo; las vestiduras sagradas del sacerdote Aarón y de sus hijos». \p \v 20 Entonces todo el pueblo fue a sus tiendas a preparar las donaciones. \v 21 Aquellos cuyo corazón fue tocado por el Espíritu de Dios volvieron con sus ofrendas de materiales para el santuario y su equipo, y para las vestiduras sagradas. \v 22 Vinieron hombres y mujeres, todos los que tuvieron un corazón dispuesto a dar. Le trajeron al \nd Señor\nd* ofrendas de oro, joyas, pendientes, anillos, collares y objetos de oro de toda especie. \v 23 Otros trajeron tela azul, morada y escarlata, hecha de lino fino torcido de pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo y pieles de cabra especialmente tratadas. \v 24 Otros trajeron plata y bronce como ofrenda al \nd Señor\nd*; y algunos trajeron la madera de acacia que se necesitaba para la construcción. \p \v 25 Las mujeres que tenían habilidades para la costura y para hilar prepararon hilos y telas de color azul, morado y escarlata, y lino fino torcido, y lo trajeron como ofrenda. \v 26 Otras mujeres, con mucha alegría, usaron sus dones especiales para hacer telas de pelo de cabras. \v 27 Los dirigentes trajeron piedras de ónice para el efod y para el pectoral, \v 28 y especias y aceite para las lámparas y para la preparación del aceite de la unción y el incienso aromático. \v 29 De esta manera el pueblo de Israel, todo hombre y mujer que quiso ayudar en la obra encomendada a ellos por el \nd Señor\nd*, trajo su ofrenda voluntaria. \s1 Bezalel y Aholiab \p \v 30-31 Y Moisés les dijo: «El \nd Señor\nd* ha señalado específicamente a Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, de la tribu de Judá, como supervisor general de la construcción. \v 32 Él puede hacer hermosas creaciones de artesanía en oro, plata y bronce; \v 33 puede cortar y engastar piedras preciosas, y puede hacer hermosas obras de tallado. En suma él tiene todas las habilidades necesarias. \v 34 Dios ha hecho que él y Aholiab sean maestros dotados y que puedan enseñar sus habilidades a los demás. Aholiab es hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan. \v 35 Dios los ha dotado de habilidades muy especiales, de modo que pueden hacer toda obra de joyería y carpintería. También tienen la capacidad para hacer bordados en tela azul, morada y escarlata, y para elaborar cualquier tipo de tejido. Ellos, en fin, se destacan en todas las artes necesarias para la obra. \c 36 \p \v 1 »Los demás artesanos, a quienes el \nd Señor\nd* haya dado habilidades, deberán ayudar a Bezalel y Aholiab en la construcción y preparación de los utensilios del santuario, de acuerdo con lo que el \nd Señor\nd* ha ordenado». \p \v 2 Luego Moisés dijo a Bezalel, a Aholiab y a todos los que sintieron el deseo de colaborar en los trabajos que comenzaran a trabajar, \v 3 y les entregó los materiales donados por el pueblo para la construcción del santuario. \p Pero como la gente continuaba llevando ofrendas todos los días, \v 4-7 los obreros dejaron sus trabajos y fueron a reunirse con Moisés, y le dijeron: «La gente ha ofrendado mucho más de lo que necesitamos para realizar la obra que el \nd Señor\nd* nos ha encomendado». \p Entonces Moisés envió mensajeros que fueran por el campamento avisando que ya no se necesitaban más donaciones. Por fin la gente dejó de llevar ofrendas. \s1 El santuario \p \v 8 Los tejedores hicieron primero diez cortinas de lino fino torcido, de color azul, morado y escarlata, y las adornaron con querubines hermosamente bordados sobre ellas. \v 9 Cada cortina medía unos doce metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho. \v 10 Cinco fueron unidas entre sí, y luego otras cinco unidas de la misma manera, y así formaron dos grandes cortinas. \v 11-12 Con cincuenta cintas azules se hicieron lazos en el borde de las dos cortinas, cada lazo frente a su compañero de la otra cortina. \v 13 Luego se hicieron cincuenta ganchos de oro para unir los lazos, y de esta manera unir las dos grandes cortinas, de modo que el santuario era uno solo, pues se veía como si fuera de una sola pieza. \p \v 14-15 Sobre el cielo raso fue colocada una segunda capa formada por once cortinas hechas de pelo de cabra. Tenían todas trece metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho. \v 16 Bezalel unió cinco de estas cortinas para hacer una pieza larga, y otras seis para hacer otra. \v 17 Luego hizo cincuenta lazos en el extremo de cada una, \v 18 y cincuenta pequeños ganchos de bronce para unir los lazos, a fin de que las cortinas quedaran firmemente unidas una a otra. \p \v 19 La cubierta superior del techo fue hecha de pieles de carnero teñidas de rojo y de pieles de cabras. \p \v 20 Para los costados del santuario se usaron tablas de madera de acacia, puestas en forma vertical. \v 21 El alto de cada tabla era de cuatro metros y medio y el ancho de setenta centímetros. \v 22 Cada tabla se unía a la otra por medio de dos ganchos. \v 23 Había veinte tablas en el costado sur, \v 24 asentadas en cuarenta bases de plata. Cada tabla estaba unida a su base por medio de dos ganchos. \v 25-26 Había veinte tablas en el costado norte del santuario, con cuarenta bases de plata, dos para cada tabla. \v 27 El costado occidental del santuario, que era la parte posterior, estaba hecho con seis tablas, \v 28 más otra a cada extremo. \v 29 Estas tablas, incluyendo las de las esquinas, fueron unidas unas a otras, arriba y abajo, por medio de argollas. \v 30 De modo que por el costado occidental había un total de ocho tablas con dieciséis bases de plata, dos por cada tabla. \p \v 31-32 Luego hicieron cinco series de travesaños de madera de acacia, para unir las tablas por los lados, cinco por cada costado del santuario. \v 33 Uno de estos travesaños pasaba por el centro de las tablas, e iba de un extremo al otro del santuario. \v 34 Las tablas y los travesaños estaban recubiertos de oro, y las argollas eran de oro puro. \p \v 35 La cortina interior azul, morada y escarlata fue hecha de lino fino torcido, con querubines primorosamente bordados. \v 36 La cortina colgaba de cuatro ganchos de oro, montados en cuatro postes de madera de acacia, cubiertos de oro y asentados sobre cuatro bases de plata. \p \v 37 Luego hicieron una cortina para la entrada del santuario, tejida de lino fino bordado con azul, morado y escarlata. \v 38 Esta cortina iba unida por medio de cinco ganchos a cinco postes. Los postes, sus capiteles y varas estaban cubiertos con oro, y las cinco bases eran de bronce. \c 37 \s1 El cofre \p \v 1 A continuación, Bezalel construyó el cofre. Fue hecho de madera de acacia, y tenía un metro con diez centímetros de largo, setenta centímetros de ancho y setenta centímetros de alto. \v 2 Estaba cubierto de oro puro por dentro y por fuera, y tenía una moldura de oro por todo el contorno. \v 3 Hizo cuatro argollas de oro y colocó una en cada una de las esquinas, en la parte inferior. \v 4 Luego hizo varas de madera de acacia y las cubrió de oro, \v 5 y las puso en las argollas de los costados del cofre, para transportarlo. \p \v 6 Luego hizo una cubierta de oro puro, que llamó propiciatorio. Tenía un metro con diez centímetros de largo, y setenta centímetros de ancho. \v 7 Hizo dos querubines de oro martillado y los colocó a los dos extremos del propiciatorio. \v 8 Los querubines formaban una sola pieza con la cubierta de oro, \v 9 y estaban uno frente al otro, con las alas extendidas, de tal modo que cubrían el propiciatorio, y miraban hacia él. \s1 La mesa \p \v 10 Con madera de acacia hizo una mesa de noventa centímetros de largo, cuarenta y cinco de ancho y setenta de alto. \v 11 La cubrió de oro puro y le puso una moldura de oro por todo su contorno. \v 12 Le hizo también un borde de siete centímetros y medio de alto por todo el contorno de la mesa, con una moldura de oro en el borde. \v 13 Luego fundió cuatro argollas de oro y las puso en las cuatro patas de la mesa, \v 14 junto a la moldura, para colocar las varas que se usarían para su transporte. \v 15-16 A continuación, usando oro puro, hizo los platos, las cucharas, los cubiertos y los tazones de la mesa. \s1 El candelabro \p \v 17 Hizo un candelabro de oro puro, martillado. La base, el tallo, las lámparas y sus decoraciones de flores de almendra eran de una sola pieza. \v 18 El candelabro tenía seis brazos, tres a cada costado del tallo principal. \v 19 Cada uno de los brazos estaba decorado con idénticas flores talladas. \v 20-21 El tallo principal del candelabro estaba decorado también con flores de almendras, una flor en el punto donde arrancaba cada par de brazos, y una flor también bajo el par inferior y sobre el par superior, cuatro en total. \v 22 Los decorados y los brazos del candelabro eran todos de una sola pieza de oro puro martillado. \v 23-24 Luego hizo siete lámparas y las puso en el extremo superior de cada brazo, con sus despabiladeras y sus platillos, todo de oro puro. El peso total del candelabro era de treinta y tres kilos. \s1 El altar del incienso \p \v 25 El altar del incienso estaba hecho de madera de acacia. Tenía cuarenta y cinco centímetros de largo por cuarenta y cinco centímetros de ancho, y su altura era de noventa centímetros. En sus esquinas tenía cuernos que formaban una sola pieza con el altar. \v 26 Lo cubrió de oro puro, y le puso una moldura de oro en todo su contorno. \v 27 En cada lado fueron colocadas dos argollas de oro, debajo de la moldura, para sostener las varas que servirían para transportarlo. \v 28 Las varas eran de madera de acacia, cubiertas de oro. \p \v 29 Luego, con especias aromáticas hizo el aceite sagrado de la unción para los sacerdotes, y el incienso puro, de acuerdo con las técnicas de los mejores perfumistas. \c 38 \s1 El altar de los holocaustos \p \v 1 El altar de los holocaustos también fue construido de madera de acacia. Tenía dos metros y medio por lado en la parte superior, y un metro y medio de alto. \v 2 Tenía un cuerno en cada esquina, formando una sola pieza con el resto del altar. El altar estaba cubierto de bronce. \v 3 Hizo los utensilios de bronce para el uso del altar: calderos, tenazas, tazones, ganchos y palas. \v 4 A continuación hizo una rejilla de bronce, que puso en el interior de la caja que estaba a media altura del altar. \v 5 También hizo cuatro argollas para los costados de la parrilla, para sostener las varas para transportarlo. \v 6 Estas varas eran también de madera de acacia y estaban cubiertas de bronce. \v 7 Las varas que servían para transportar el altar las ponían en las argollas que estaban en los costados. El altar era hueco, forrado de tablas. \v 8 Con el bronce de los espejos donados por las mujeres que se reunían a la entrada del santuario, hizo el lavamanos y su base. \s1 El atrio \p \v 9 Luego edificó el atrio. La pared sur, de cuarenta y cinco metros de largo, estaba formada por cortinas tejidas de lino fino torcido. \v 10 Las cortinas colgaban de veinte postes cuyas bases eran de bronce, con ganchos y varas de plata. \v 11 La pared norte también era de cuarenta y cinco metros de largo y tenía veinte postes con bases de bronce, y ganchos y varas de plata. \v 12 El lado occidental media veintidós metros y medio de ancho, y tenía cortinas y diez postes con sus bases. También tenía ganchos y varas de plata. \v 13 El costado oriental también tenía veintidós metros y medio. \v 14-15 Las cortinas de cada lado de la entrada tenían siete metros de ancho, cada una con tres postes y tres bases. \v 16 Todas las cortinas que formaban las paredes del atrio estaban tejidas de lino fino torcido. \v 17 Cada poste tenía una base de bronce, y todos los ganchos y varas eran de plata; la parte superior de los postes estaba recubierta con plata, y las varas que servían para sostener las cortinas eran de plata maciza. \p \v 18 La cortina que cubría la entrada del atrio era de lino fino torcido, bellamente bordada con hilo azul, morado y escarlata. Tenía nueve metros de largo y dos metros y medio de ancho, igual que las cortinas que componían las paredes del atrio. \v 19 Estaba colgada de cuatro postes, cada uno con su base de bronce, y con sus ganchos y varas de plata. La parte superior de los postes también era de plata. \p \v 20 Todas las estacas que se usaron en la construcción del santuario y del atrio eran de bronce. \s1 Los materiales usados \p \v 21 Esto resume los diversos pasos dados en la edificación del santuario que serviría de morada para el cofre, de modo que los levitas pudieran desarrollar en él su ministerio. Todo fue hecho en el orden señalado por Moisés, y fue supervisado por Itamar, hijo del sacerdote Aarón. \v 22 Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, de la tribu de Judá, era el artesano mayor, y \v 23 le ayudaba Aholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, quien también era un artesano muy capaz, experto en tallados, tejidos y bordados en azul, morado y escarlata sobre lino fino. \p \v 24 El total de oro que el pueblo llevó como ofrenda, y que fue usado en la obra del santuario, fue de una tonelada, de acuerdo con la medida usada en el santuario. \p \v 25-26 La cantidad de plata usada fue de tres toneladas y media, y fue tomada del impuesto que se le cobraba a todos los que, según el censo, tenían más de veinte años; un total de seiscientos tres mil quinientos cincuenta hombres. \v 27 Las bases para las tablas de los costados del santuario y de los postes que sostenían las cortinas se llevaron tres mil trescientos kilos de plata, cerca de treinta y tres kilos por cada base. \v 28 La plata sobrante fue usada para cubrir la parte superior de los postes, y para las varas y ganchos. \p \v 29-31 El pueblo ofrendó dos mil trescientos cuarenta kilos de bronce, que fue usado para fundir las bases de los postes de la entrada del santuario, el altar de bronce, la parrilla de bronce, los utensilios del altar, las bases de los postes que sostenían las cortinas del atrio, y para todos los clavos usados en la construcción del santuario y del atrio. \c 39 \s1 Las vestiduras sacerdotales \p \v 1 Las hermosas vestiduras para los sacerdotes fueron hechas de tela azul, morada y escarlata. Estas vestiduras las usarían los sacerdotes mientras sirvieran en el Lugar Santo. Esta misma tela fue usada para las vestiduras sagradas de Aarón, conforme a las órdenes que el \nd Señor\nd* le había dado a Moisés. \s1 El efod \p \v 2 El efod también fue hecho de esta tela, tejido de lino fino torcido. \v 3 Bezalel hizo láminas de oro martillado, y de estas láminas sacaron hilos para tejerlos en el lino azul, morado y escarlata. Fue una preciosa obra de artesanía. \v 4-5 El efod lo sostenían unas hombreras, las cuales se unían por los extremos con un cinto hecho de una sola pieza de hilo de lino torcido azul, morado y escarlata, y bordado con oro, de la manera ordenada por Dios a Moisés. \v 6-7 Las dos piedras de ónice, unidas a las dos hombreras del efod, fueron engastadas en oro, y las piedras fueron grabadas con los nombres de las tribus de Israel, de la manera que se graban las iniciales en un anillo. Estas piedras servían para recordar a los israelitas. Todo esto fue hecho de acuerdo con las instrucciones que el \nd Señor\nd* le había dado a Moisés. \s1 El pectoral \p \v 8 El pectoral era una obra primorosa, al igual que el efod, hecho del mejor oro, y de lino fino de color azul, morado y escarlata. \v 9 Era una pieza cuadrada de veinte centímetros por lado, doblada para formar una bolsa. \v 10 En esta bolsa había cuatro hileras de piedras. En la primera había un rubí, un topacio y una esmeralda. \v 11 En la segunda hilera había una turquesa, un zafiro y un diamante. \v 12 En la tercera hilera había un jacinto, un ágata y una amatista. \v 13 En la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un jaspe, todo montado en engastes de oro. \v 14 Las piedras fueron grabadas con el nombre de las doce tribus de Israel. \p \v 15-18 Para unir el pectoral al efod se colocó un anillo de oro en la parte superior de cada hombrera del efod, y de estos anillos de oro salían dos cordones de oro trenzado, unidos a dos anillos que había en las esquinas superiores del pectoral. \v 19 También se pusieron dos anillos de oro en la parte inferior del pectoral, a cada lado, junto al efod. \v 20 Otros dos anillos de oro fueron puestos en la parte inferior de las hombreras del efod, junto al punto en que el efod se unía al cinto tejido. \v 21 El pectoral se fijaba al cinto del efod, atando los anillos del pectoral a los anillos del efod con una cinta azul. Todo esto se hizo exactamente como el \nd Señor\nd* se lo había ordenado a Moisés. \s1 Otras vestiduras sacerdotales \p \v 22 El manto del efod estaba tejido de azul, \v 23 y tenía una abertura en el centro, tal como el que se hace en el cuello de un chaleco, para pasar la cabeza por ella, reforzada por los bordes, para que no se rompiera fácilmente. \v 24 En el borde inferior de la túnica había granadas de tela de lino, bordadas en azul, morado y escarlata. \v 25-26 En todo el contorno del borde inferior del manto pusieron campanillas de oro puro, alternadas con las granadas. Este manto lo usaría Aarón cuando sirviera al \nd Señor\nd*, tal como él le había ordenado a Moisés. \p \v 27 Luego hicieron túnicas de lino fino para Aarón y sus hijos. \v 28-29 El pectoral, la hermosa mitra, los adornos del turbante, y la ropa interior fueron hechos con lino; y el cinto de lino estaba primorosamente bordado con hilos de color azul, morado y escarlata, tal como el \nd Señor\nd* había ordenado a Moisés. \p \v 30 Finalmente, hicieron la lámina santa, de oro puro, para ponerla en la parte frontal de la mitra, en la que se grabaron las palabras: «\sc dedicado al Señor\sc*». \v 31 Fue unida a la mitra con un cordón azul, tal como el \nd Señor\nd* lo había ordenado. \s1 Moisés inspecciona el santuario \p \v 32 La construcción del santuario, es decir, de la Tienda de reunión, se hizo de acuerdo con todas las instrucciones que el \nd Señor\nd* le dio a Moisés. \p \v 33-40 Entonces trajeron el santuario completo a Moisés: \p Utensilios, ganchos, tablas, barras, postes, bases, cubiertas para el techo y los costados, pieles de carnero teñidas de rojo, pieles de cabra especialmente tratadas, y la cortina de la entrada; el cofre con los Diez Mandamientos en su interior, junto con las varas para transportarlo, el propiciatorio, la mesa y todos sus utensilios, el pan de la Presencia; el candelabro de oro puro, con sus lámparas, utensilios y aceite; el altar de oro; el aceite de la unción, el incienso aromático, las cortinas de la entrada del santuario, el altar de bronce, la parrilla de bronce, las varas y los utensilios, el lavamanos y su base, las cortinas para las paredes del atrio, junto con los postes que las sostenían; las bases y las cortinas de la puerta del atrio; las cuerdas y los clavos, y todos los demás utensilios usados en el santuario, es decir en la Tienda de reunión. \p \v 41 También trajeron para su inspección las vestiduras primorosamente confeccionadas, que los sacerdotes deberían usar mientras sirvieran en el Lugar Santo, y las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y sus hijos, que deberían usar mientras realizaran sus labores. \p \v 42 De esta manera el pueblo de Israel siguió todas las instrucciones que el \nd Señor\nd* le había dado a Moisés. \v 43 Moisés inspeccionó toda aquella obra, y bendijo a quienes la habían hecho, porque todo era exactamente como el \nd Señor\nd* lo había ordenado. \c 40 \s1 Se levanta el santuario \p \v 1 El \nd Señor\nd* le dijo entonces a Moisés: \v 2 «Arma el santuario el primer día del mes. \v 3 Coloca en él el cofre que contiene los Diez Mandamientos. Instala luego la cortina para cerrar el acceso al cofre dentro del Lugar Santísimo. \v 4 Después mete la mesa y coloca en ella los utensilios, y pon el candelabro y enciende las lámparas. \p \v 5 »Coloca el altar de oro para el incienso frente al cofre. Instala las cortinas a la entrada del santuario, \v 6 y coloca el altar para el holocausto frente a la entrada. \v 7 Pon el lavamanos entre el santuario y el altar, y llénalo de agua. \v 8 Luego levanta el atrio alrededor de la tienda, y cuelga las cortinas de la entrada del atrio. \p \v 9 »Toma el aceite de la unción y rocíalo en el santuario y en todo lo que está en él, sobre todos sus utensilios y muebles, para santificarlo. Una vez hecho esto, será santo. \v 10 Ungirás el altar del holocausto y los utensilios, para santificarlos; así el altar será santísimo. \v 11 Luego ungirás el lavamanos y su base, para santificarlo. \p \v 12 »Enseguida llevarás a Aarón y a sus hijos a la entrada del santuario y los lavarás con agua. \v 13 Le pondrás a Aarón las vestiduras sagradas y lo ungirás con aceite, y de esa manera quedará consagrado como sacerdote, para que me sirva. \v 14 Después llevarás a sus hijos, los vestirás, \v 15 y los ungirás de la manera que lo hiciste con su padre, para que puedan servir delante de mí, como sacerdotes. La unción de ellos será permanente, es decir, de generación en generación: sus hijos y los hijos de sus hijos, todos ellos serán para siempre mis sacerdotes». \p \v 16 Moisés comenzó a hacer todo lo que el \nd Señor\nd* le había ordenado. \v 17 En el primer día del primer mes del segundo año armaron el santuario. \v 18 Moisés lo levantó, colocó las tablas en sus bases y unió los travesaños. \v 19 Luego extendió las cortinas sobre esta estructura, y puso las cubiertas del techo, en la forma que el \nd Señor\nd* le había ordenado. \p \v 20 Dentro del cofre colocó las piedras que contenían los Diez Mandamientos, colocó las varas para transportar el cofre, y le puso la cubierta, llamada propiciatorio. \v 21 Luego llevó el cofre al interior del santuario, y puso la cortina para cubrir la entrada, tal como el \nd Señor\nd* le había ordenado. \p \v 22 Enseguida, puso la mesa en el costado norte de la sala, al exterior de la cortina, \v 23 y puso el pan de la Presencia sobre la mesa delante del \nd Señor\nd*, de acuerdo con lo que él le había ordenado. \p \v 24 Junto a la mesa puso el candelabro, en el costado sur del santuario. \v 25 Luego encendió las lámparas delante del \nd Señor\nd*, siguiendo todas sus instrucciones. \v 26 También puso el altar de oro en el santuario, junto a la cortina, \v 27 y sobre él quemó incienso hecho con especias aromáticas, según las instrucciones del \nd Señor\nd*. \p \v 28 Puso la cortina a la entrada del santuario, \v 29 y colocó afuera el altar para los holocaustos, junto a la entrada, y ofreció en él un holocausto y una ofrenda de grano, tal como el \nd Señor\nd* le había ordenado. \p \v 30 A continuación, colocó el lavamanos de bronce entre la tienda y el altar, y lo llenó de agua, para que los sacerdotes pudieran usarla para los lavamientos. \v 31 Moisés, Aarón y los hijos de Aarón se lavaron los pies y las manos allí. \v 32 Cuando pasaban del altar para entrar en el santuario, se detenían y se lavaban, obedeciendo, así, lo que el \nd Señor\nd* había ordenado a Moisés. \p \v 33 Luego, levantaron un cerco o atrio alrededor de la tienda y el altar, y pusieron la cortina a la entrada del atrio. Así acabó Moisés la obra. \s1 La gloria del \nd Señor\nd* \p \v 34 Entonces la nube cubrió el santuario, y la gloria del \nd Señor\nd* lo llenó. \v 35 Moisés no pudo entrar a causa de la nube que estaba allí, y de la gloria del \nd Señor\nd* que llenaba el santuario. \v 36 Cuando la nube se levantaba y empezaba a moverse, el pueblo de Israel emprendía la marcha y la seguía. \v 37 Si la nube se detenía, ellos permanecían allí hasta que la nube se volvía a mover. \v 38 La nube se posaba sobre el santuario durante el día, y en la noche la nube se encendía con fuego, para que el pueblo de Israel pudiera ver. Y esto sucedió durante toda su marcha por el desierto.